domingo, 21 de mayo de 2023

La doctrina laboralista española se reúne en Cuenca. El XXXIII Congreso anual de la Asociación Española de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social (y apuntes sobre la Memoria de Director General de la OIT presentada en la 111ª Reunión anual de la CIT).

 

1. En efecto, la doctrina laboralista española tiene anualmente una cita reservada en el calendario, la celebración del Congreso de la Asociación Española de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social (AEDTSS)  .

Entre las, muchas, consecuencias negativas de la grave crisis sanitaria desencadenada por la Covid-19 estuvo la suspensión de la presencialidad de los Congresos de 2020 y 2021, celebrados vía telemática, que no disminuyeron ni un ápice la calidad de las ponencias y comunicaciones pero que nos impidió la celebración de las reuniones en ciudades tan atractivas como Granada y A Coruña. Afortunadamente, pudimos recuperar el carácter presencial, las reuniones “en vivo y en directo” el pasado año, en el que el XXXII Congreso  se celebró en una ciudad muy turística y mirando al mar, Alicante, con un indudable éxito de asistencia y con debates de innegable interés.

Este año, los días 25 y 26 de mayo, nos acoge una ciudad con encanto, Cuenca, cuyo  casco antiguo  fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1996. El Congreso se organiza en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha y la Facultad de Ciencias Sociales de Cuenca, desarrollándose la actividad docente en el paraninfo universitario del campus de dicha ciudad.

Basta leer con la debida atención el programa del XXXIII Congreso, cuyo título genérico es “Empleo y Protección Social”   , y la presentación que efectúa nuestra Presidente, la profesora María Emilia Casas Baaamonde, para comprobar la importancia que tienen todas las ponencias que serán objeto de exposición, y me atrevo a decir que también las tendrán todas las, numerosas, comunicaciones presentadas y que demuestran una vez más la vitalidad de la joven y postjoven doctrina laboralista española y que ya se puso de manifiesto en el XXXII Congreso  

No voy a negar, además, que este Congreso tiene un especial interés personal, además obviamente, del académico, para mí, ya que dos ponentes son personas con las que he trabajado, o sigo trabajando, desde hace muchos años y puedo dejar constancia de su indudable valía profesional (además de ser un muy buen amigo y una muy buena amiga). Me estoy refiriendo al profesor Ferran Camas Roda, de la Universidad de Girona, que inició su andadura académica conmigo en la UdG en el año de los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992), y a la profesora Carolina Gala Durán, de la Universidad Autónoma de Barcelona, con la que he compartido actividad docente e investigadora desde que me incorporé a dicha Universidad al inicio del curso académico 2007-2008.

2. Permítanme que  haga un breve repaso del Programa, no porque no sea ya conocido por quienes van a asistir al  evento, sino porque creo que su difusión a través de las redes sociales (como también lo hace, y muy bien, la propia AEDTTS) es importante para que se conozca la relevancia de debates como los que vamos a tener y que, en años anteriores, han tenido sin duda alguna, influencia sobre normas de contenido laboral y de protección social. 

Con esta entrada continuo con el comentario, con anterioridad o a posteriori, que he realizado de varios Congreso presenciales de nuestra asociación,  como han sido el XXVI  , celebrado en Córdoba en 2016, el XXVII en Tarragona en  2017, el XXVIII  en Santiago de Compostela en 2018, y el XXIX   en Salamanca (2019).

También tuve oportunidad de analizar el XXX   y el XXXI Congreso , celebrados de manera virtual y organizados por la AEDTSS conjuntamente con la Universidad de Granada y A Coruña, respectivamente.   

3. La ponencia general siempre está cargo del catedrático o catedrática cuya Universidad (y en este caso, uno de los Campus de la UCLM) acoge el Congreso. Conociendo el buen hacer de la profesora Amparo Merino Segovia no hay duda de que su intervención, que lleva por título “La vulnerabilidad social desde la perspectiva del empleo y la protección social”, será un excelente punto de partida para las ponencias presentadas en los cuatros paneles que se desarrollarán durante los dos días y en los que se entrará en el análisis, debate y discusión de temáticas más concretas aunque obviamente muy relacionadas con el título del Congreso, y sin duda también muy relacionadas con los cambios normativos operados recientemente en materia de empleo y protección social, como son la Ley 3/2023, de 28 de febrero, de Empleo, y las numerosas modificaciones que, tanto a través de esta ley como de otras normas dictadas en los últimos años, se han introducido en el ámbito de la protección por desempleo. La presidencia de la sesión estará a cargo del profesor Antonio Baylos.

Dicho sea incidentalmente, el Congreso de este año enlaza perfectamente con las conclusiones generales  del celebrado en Alicante que he tenido oportunidad de leer nuevamente cuando preparaba esta entrada y cuya exposición estuvo a cargo del profesor David Montoya. Al sintetizar la ponencia marco, que estuvo a cargo de la profesora Carmen Viqueira, se podrá comprobar, tras la lectura de los fragmentos que reproduzco a continuación, su íntima relación con la reciente Ley de Empleo y con las ponencias del primer y segundo panel:

“Del análisis derivado de la ponencia general, puede deducirse una primera propuesta clara: el previsible aumento del desempleo tecnológico exigirá explorar nuevas actuaciones en materia de políticas activas de empleo, distintas de las hasta ahora emprendidas. Entre ellas, la ponencia apunta interesantes medidas como una mayor dotación presupuestaria del Servicio Público de Empleo Estatal acorde con nuestra elevada tasa de desempleo, reforzar la digitalización de sus recursos para mejorar su función de intermediación y la articulación de una dimensión local de las políticas activas de empleo.

También la ponencia propone una mejora sustancial de la actual regulación del derecho a la formación profesional con objeto de superar el escaso protagonismo con el que actualmente cuenta en la legislación laboral. En este sentido, se plantea la necesidad de transformar el permiso por razones formativas, contemplado el art. 23 Estatuto de los Trabajadores, en un verdadero derecho del trabajador a la formación profesional para el empleo.

Particular protección habrá que dispensar, asimismo, al colectivo de trabajadores mayores frente al riesgo del desempleo tecnológico. En este sentido se urge a una reordenación global de la protección por desempleo desligada de su vinculación laboral...”.

A) En el primer panel, y bajo la presidencia del Director del Servicio Público de Empleo Estatal Gerardo Gutiérrez, intervendrán el profesor Ferran Camas Roda y la profesora Mercedes López Balaguer, abordándose la empleabilidad y la formación por el primero, y la intermediación laboral por la segunda.

Al respecto, recuérdese la importancia que la Ley de Empleo concede a la empleabilidad, a la que dedica el capítulo II del título III dedicado a las políticas activas de empleo, definiéndola como “el conjunto de competencias y cualificaciones transferibles que refuerzan la capacidad de las personas para aprovechar las oportunidades de educación y formación que se les presenten con miras a encontrar y conservar un trabajo decente, progresar profesionalmente y adaptarse a la evolución de la tecnología y de las condiciones del mercado de trabajo”, debiendo producir “un ajuste dinámico entre las competencias propias y las demandadas por el mercado de trabajo”. También merece especial atención la formación en el trabajo, a la que se dedica todo el art. 33, ubicado dentro del capítulo I del título III, dedicado a las disposiciones generales de las PAE. 

Con relación a la intermediación, conceptuada como “el conjunto de acciones destinadas a proporcionar a las personas trabajadoras un empleo adecuado a sus características y facilitar a las entidades empleadoras las personas trabajadoras más apropiadas a sus requerimientos y necesidades”, esta ocupa todo el capítulo III del Título III.

B) El segundo panel, cuya presidencia ostentará la Directora de la Escuela de la ITSS Mª Sonsoles Gutiérrez de la Peña, estará dedicado a la protección por desempleo, distribuyéndose la temática entre la profesora Carolina Gala, que tratará de la prestación contributiva, y el profesor José Luis Tortuero, que asumirá la ponencia relativa a la protección asistencial (supongo que el subsidio de desempleo) “y otras políticas de protección por desempleo”, entre las que imagino que incluirá a la renta mínima de inserción y la protección por desempleo agrario. Repárese al respecto el interés que tiene este panel por las recientes modificaciones operadas en el ámbito subjetivo de la protección contributiva y también del asistencial (valga citar al personal doméstico al servicio del hogar familiar y a quienes llevan a cabo actividades artísticas)

C) El tercer panel no se centra ya en cuestiones concretas, sino que eleva el tono de los debates para abordar el gobierno del empleo, con la ponencia a cargo del profesor Jesús Cruz Villalón, y la interlocución, incluyendo el gobierno del desempleo, de la profesora Cristina Aragón Gómez, bajo la presidencia de Maravillas Espín Sáez, Directora General de Trabajo Autónomo, Economía Social y Responsabilidad Social de las Empresas, del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

D) Por último, se abordarán las reformas de Seguridad Social (a mi parecer relacionadas en varios de sus contenidos con las ponencias del segundo panel) previstas en el Plan de recuperación, transformación y resiliencia, estando la ponencia a cargo de la profesora Belén García Romero y con la interlocución del profesor Juan Carlos Álvarez Cortes. La presidencia estará a cargo de Daniel Aníbal García Diego, Presidente de la Federación Empresarial Española de Asociaciones de Centros Especiales de Empleo.

4. El segundo día del Congreso estará dedicada primeramente a la exposición de las Comunicaciones presentadas a las distintas ponencias, de acuerdo a su aceptación por los cuatro comités científicos encargados previamente de su evaluación. Como ya he dicho antes, hay mucha calidad en la joven y postjoven doctrina laboralista, y de ello dan buena prueba las doce del primer panel (empleabilidad y formación), las siete del segundo (intermediación laboral), las diez del tercero (la protección contributiva por desempleo ¿la reforma pendiente?), las dos del cuarto (La protección por desempleo asistencial y otras políticas de protección del desempleo), las siete del quinto  (El gobierno del empleo y el desempleo), y las cinco del sexto (Las reformas de la Seguridad Social previstas en el plan de recuperación, transformación y resiliencia).

A continuación, se presentarán los dieciséis proyectos de investigación que están en marcha en diversas Universidades españolas, Tras la intervención de la profesora galardonada con el Premio de tesis de la AEDTSS y entrega de los premios Juan Rivero Lamas, se llevará a cabo la presentación de las conclusiones generales del Congreso a cargo del profesor Francisco Trillo Párraga,   

El magno evento académico contará con la conferencia del profesor Juan García Blasco, que versará sobre ¿Qué derecho para el oficio universitario?, presidiendo el acto el profesor José Luís Monereo Pérez. Además, y antes de la clausura a cargo de autoridades políticas y universitarias, habrá un acto de especial emotividad, cuál es el homenaje al profesor Fernando Valdés Dal-Re, tristemente fallecido hace poco tiempo, con la intervención del profesor Jesús Cruz, y con su presencia en la mesa presidencial junto con la profesora María Emilia Casas Baamonde y el profesor Luis Enrique de la Villa Gil.  

5. La información sobre el XXXIII Congreso es una buena ocasión para recordar la importancia que tiene el empleo decente en la vida de la gran mayoría de la población, que es otra que la trabajadora asalariada, el 53 % a escala mundial según los últimos datos disponibles facilitados por la Organización Internacional del Trabajo.  Sobre esta temática, abordada en varias entradas del blog, me permito remitir a la lectura de tres de ella:

A) “Las nuevaspropuestas de la OIT (antes de la crisis) para la promoción del empleo y eltrabajo decente. Notas al Informe presentado a la 109º reunión anual de la CIT”. .

Expuse que “El Informe parte de una noción, concepto e idea en la que viene trabajando la OIT desde hace mucho tiempo y que cada vez adquirirá mucho mayor importancia, y más ante la gravedad de la situación actual, y que ha ido siendo incorporada, al menos en el plano teórico, en las políticas puestas en marcha por buena parte de sus Estados miembros: se trata de promover y lograr “el pleno empleo, productivo y libremente elegido por medio de la adopción de una política nacional de empleo y trabajo decente integral e inclusiva que tenga en cuenta los distintos grupos en la sociedad, así como los cambios profundos y radicales en el mundo del trabajo”.

En el Informe se presta especial atención, y se apunta por su importancia en la introducción, al concepto o definición adecuada de aquello que debe ser conceptuado como una relación de trabajo, cuáles son sus protagonistas y cuáles los derechos y obligaciones que afectan a las partes, subrayando la conveniencia de dicha atención especial “en el marco de nuevas formas de trabajo y nuevos acuerdos contractuales que en algunas ocasiones tienden a trasladar las responsabilidades relacionadas con el empleo sobre los hombros de los trabajadores, desdibujando las líneas divisorias entre el trabajo dependiente y el trabajo autónomo”.

B) “El objetivoestratégico del empleo a debate en la Conferencia anual de la OIT. ¿Qué hay quecorregir? ¿Qué políticas, y con qué perspectivas, son necesarias para elinmediato futuro?”  . Reproduzco un breve fragmento:

“Especialmente interesante a mi parecer es el análisis de como poner en marcha política para que sean posibles transiciones a lo largo de la vida, y que se desarrollen de manera “satisfactoria y equitativa”, teniendo en cuenta las necesidades, intereses, y expectativas de las personas trabajadoras. Jugará un papel importante en la transición, o transiciones (para entrar en el mercado de trabajo, durante la vida laboral, y tras salir de dicho mercado) en primer lugar la edad, “reconociendo que cada fase de la vida corresponde a retos específicos del mercado de trabajo, y que las trayectorias individuales son en parte irreversibles porque las transiciones, oportunidades y limitaciones anteriores pueden tener consecuencias durante toda la vida laboral”, y en segundo término varios factores que afectan de forma desigual a cada persona y a los que hay que prestar atención, como son entre otros “las obligaciones laborales, familiares y de cuidados, la ubicación (urbana/rural), la educación, la condición migrante, etc.”).

Como es lógico, el informe se centra más adelante en las llamadas “políticas específicas del mercado de trabajo”, con planteamiento y propuestas ya mencionados algunos con anterioridad en este texto y otros en diversas entradas anteriores en las que he concentrado mi atención en las políticas de empleo.

Se parte de una reflexión general que sigue siendo plenamente válida y que además destaca la importancia que han tenido en la salida gradual de la crisis provocada por la Covid-19, como lo han puesto de relieve los periódicos informes de la OIT sobre el impacto de esta en el mundo del trabajo. Las políticas activas del mercado de trabajo, se afirma, “desempeñan una función fundamental en el apoyo a la reinserción laboral de las personas y en la mejora de la empleabilidad de los colectivos vulnerables. En el contexto de la pandemia de COVID-19 y de los esfuerzos de recuperación conexos, los servicios públicos de empleo deben utilizar las políticas activas del mercado de trabajo para facilitar el retorno al trabajo, ayudar a las personas desempleadas e inactivas a conseguir un trabajo productivo y mejorar la empleabilidad de quienes están fuera del mercado laboral, como los trabajadores poco calificados, los desempleados de larga duración y los que se enfrentan a múltiples obstáculos para integrarse”, llamando pues nuevamente a su plena integración y articulación con las políticas de protección social.

Se valora la importancia de los programas públicos de empleo para crear trabajo decente y generar ingresos a corto plazo, fundamentalmente “para las personas que no pueden encontrar empleo en el sector privado”, y se subraya una vez la trascendencia de las políticas en materia de calificaciones y aprendizaje permanente. Se sigue insistiendo, y mucho, en la importancia de políticas que superen las diversas brechas de género (salariales, digitales, condiciones laborales) y que contribuyan, pues, a que la igualdad no se quede solo en un mero deseo”.

C) “Lasdesigualdades se incrementan, y el mundo del trabajo las sufre cada vez más aescala internacional (OIT y Oxfam Intermon dixit, ¿y el Foro Económico Mundial?)” 

En mi análisis del Informe presentado este año por la OIT sobre Tendencias mundiales del empleo, expuse lo siguiente:

“... ..El déficit mundial de empleo ascendió a 473 millones de personas en 2022, lo que corresponde a una tasa de incidencia de déficit de empleo del 12,3 por ciento”. La OIT acuña una nueva medida (déficit mundial de empleo), que califica como “la necesidad insatisfecha de empleo en el mundo”, que comprende tanto a las personas desempleadas (205 millones, tasa del 5,8 por ciento de desempleo) y de otras personas que “aun teniendo una necesidad insatisfecha de empleo, no forman parte de la población activa al no cumplir los criterios para inscribirse en la categoría de desempleados” (268 millones) que tiene especial impacto entre las mujeres, cuyo déficit de empleo es del 15,5 % frente al 10,5 % de los hombres, y ello “a pesar de que hombres y mujeres presentan tasas de desempleo similares”, pudiendo relacionarse este dato con la diferencia existente en la tasa mundial de actividad, negativa de casi 25 puntos para las mujeres con respecto a los hombres (47,4 y 72,3 %, respectivamente).

La importancia del trabajo informal sigue siendo muy elevada a escala mundial, ya que si bien se había reducido en el período anterior a la pandemia, el crecimiento posterior del empleo le ha dado un nuevo impulso, calculándose en el Informe que cerca de 2.000 millones de trabajadores tienen un empleo informal en el mundo, con la evidente disminución de cobertura laboral y de protección social que ello significa, que aún se pone más de manifiesto en el dato de que “solo el 47 % de la población mundial está efectivamente cubierta por una prestación social, lo que significa que más de 4.000 millones de personas siguen careciendo de esta forma de protección”, que evidentemente impacta de forma negativa mucho más en los países de ingresos medianos y bajos, algo que lleva al Informe a constatar que muchas personas trabajadoras “no dejarán de trabajar, sino que se verán obligadas a buscar empleo en le economía informal a medida que se desacelere la actividad económica”, y nuevamente con especial afectación negativa a las mujeres, en cuanto que “cuatro de cada cinco puestos de trabajo de mujeres creados en 2022 eran informales, frente a solo dos de cada tres puestos de hombres”.

Es justamente este incremento de la informalidad el que va de la mano con salarios bajos y poco interés empresarial en la formación de ese personal, algo que obviamente no ocurre en aquellas empresas, sectores y países, en donde las relaciones laborales tienen un adecuado marco normativo, unas organizaciones sindicales y empresariales potentes, y unas autoridades que se encargan de velar eficientemente por el respeto de la normativa, tanto de la legal como de la convencional.  Formación, cualificación y preparación profesional que cada vez es más necesaria ante la rapidez del cambio tecnológico y que lleva al Informe, como ya se ha hecho en los de años anteriores, a resaltar la importancia de su potenciación, con la aportación de un dato que es merecedor de atención, al mismo tiempo que de preocupación: “en el mundo actual, dos tercios de los trabajadores jóvenes carecen de competencias básicas, circunstancia que coarta sus oportunidades laborales y los obliga a aceptar formas de empleo de menor calidad”.

6. También es muy recomendable la lectura de la Memoria   presentada por el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo, a la 111ª reunión anual de la Conferencia Internacional del Trabajo que tendrá lugar del 5 al 16 de junio, publicado el 15 de mayo y que por dicho motivo no pudo ser objeto de mi atención en una entrada anterior dedicada al contenido de dicha Reunión y muy en particular al documento para debate sobre una protección adecuada para las personas trabajadoras 

En dicha Memoria se recoge, tal reconoce expresamente su autor, “mi visión para promover la justicia social y el trabajo decente”, animando a los delegados y delegadas asistentes a la CIT a que la estudien y debatan.

El capítulo 1 está dedicado a “La búsqueda de la justicia social”, y la describe en cuatro dimensiones, interrelacionadas e interdependientes: “La primera dimensión son los derechos humanos universales y las capacidades. Los derechos humanos universales incluyen, entre otros, el acceso a un nivel de vida adecuado y a educación, atención de salud y seguridad social. También abarcan la libertad de asociación y la libertad sindical, que asientan los cimientos para la participación democrática y el diálogo social....”. “La segunda dimensión se refiere a la igualdad de acceso a las oportunidades de empleo y la actividad productiva que permiten a las personas procurar su bienestar material en condiciones de seguridad económica. Se centra en las oportunidades sustantivas de participar en la actividad económica y recibir una recompensa por ese esfuerzo, incluida la oportunidad de lograr un trabajo provechoso y contribuir a la sociedad.  Se basa en los principios de «justa igualdad de oportunidades» 8 e igualdad de trato. Atañe principalmente a las políticas y las medidas que brindan acceso a oportunidades de desempeñar un empleo productivo y libremente elegido...”. “La tercera dimensión engloba la noción más amplia de la distribución equitativa. Se refiere a la equidad en los resultados distributivos, incluido un reparto justo de los beneficios del crecimiento económico, prestando atención a los más desfavorecidos o vulnerables de la sociedad...”. “La cuarta dimensión se refiere a las transiciones justas. Esta dimensión refleja la manera en que las transformaciones trascendentales afectan al bienestar de las personas con el tiempo. Incluye las transformaciones asociadas a la globalización, las transformaciones tecnológicas, demográficas, ambientales y de otra índole, y la conjunción de múltiples crisis. Aborda las capacidades necesarias para construir sociedades y economías resilientes”.

La relación entre la justicia social y el trabajo decente se pone claramente de manifiesto en la Memoria en estos términos: “La disponibilidad de trabajo decente y el acceso al mismo desempeñan un papel central en la promoción de la justicia social en torno a estas cuatro dimensiones. Los ingresos del trabajo constituyen la principal fuente de ingresos de la mayoría de los hogares. El acceso al empleo pleno, productivo y libremente elegido y a la protección social sienta las bases para mejorar el nivel de vida y permite a las personas desarrollar y aprovechar plenamente su potencial. Los incrementos de los ingresos del trabajo y las transferencias sociales reducen la desigualdad y aumentan la inclusión. Además, si está regulado y bien organizado, el trabajo puede constituir una fuente de bienestar personal e integración social. Las empresas sostenibles tienen un importante papel que desempeñar en la oferta de oportunidades de participación equitativa en la generación y el reparto de beneficios de la actividad económica y las transiciones justas”.

El impulso de la justicia social y la promoción del trabajo decente pasan por la adopción de medidas que mejoren las condiciones de vidas y de trabajo de las personas trabajadoras, analizadas con mucho más detalle en otros documentos a debate en la 111ª reunión, y que se sintetizan en la Memoria en unos términos que guardan mucha relación con la temática de nuestro XXXIII Congreso: mejorar la gobernanza inclusiva y eficaz del trabajo; garantizar el acceso al empleo pleno, productivo y libremente elegido y el aprendizaje permanente; revitalizar las instituciones del mercado de trabajo para lograr resultados equitativos; proteger a las personas a lo  largo de su ciclo vital y hacer transiciones equitativas.

En fin, la Memoria apuesta por la creación de una “Coalición Mundial para la Justicia Social”, integrada por las diversas organizaciones internacionales que tratan sobre asuntos económicos y sociales, de tal manera que “podría ser un vehículo para el diálogo y la colaboración de alto nivel entre el Banco Mundial, el FMI, los bancos regionales de desarrollo y la OIT, de modo que cada institución pueda cumplir mejor su mandato y, en última instancia, ayudar a sus beneficiarios, en particular, a los Gobiernos, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, las personas y las empresas de los países de que se trate. Podría servir para mejorar la cooperación y la coordinación en aras de una mayor coherencia en materia de políticas a escala internacional y nacional”.

7. Concluyo esta entrada. Nos vemos en Cuenca. Mientras tanto, buena lectura.

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