domingo, 8 de diciembre de 2024

OIT. Notas al informe mundial sobre salarios 2024-2025. Sobre desigualdades en los ingresos

 

1. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el 28 de noviembre su nuevo Informe mundial sobre salarios, 2024-2025, en cuyo título se formula la pregunta ¿¿está disminuyendo la desigualdad salarial en el mundo? (original en ingles  , resumen ejecutivo en español  , siendo los autores principales del Informe Patrick Belser, Giulia De Lazzari, Rosalia Vázquez-Alvarez y Ding Xu, integrantes del Servicio de Mercados Laborales Inclusivos, Relaciones Laborales y Condiciones de Trabajo (INWORK, por sus siglas en inglés).

Justamente una de las personas integrantes de dicho equipo, la Sra. Rosalía Vázquez-Álvarez  estuvo en la Universidad Autónoma de Barcelona con ocasión de la presentación del Informe 2018-2019, y tuve la satisfacción de presentarla en el acto en el que impartió su conferencia (remito a la entrada “Sobre la brecha laboral y salarial por razón de género. A propósito de la presentación del Informe mundial de la OIT sobre salarios en la Facultad de Derecho de la UAB el 1 de marzo” ). El vídeo de la conferencia está disponible en este enlace  .

También tuve la oportunidad de presentar a la Sra. Vázquez-Álvarez , en esta ocasión on-line, con ocasión de la presentación que realizó del Informe 2020-2021 (remito a la entrada “OIT. Notas al Informe mundial sobre salarios 2020-2021 (y recordatorio de los contenidos más destacados de Informes anteriores)”  y a la entrada “Nuevamente sobre la importancia de la regulación salarial. A propósito de la presentación (virtual) en la Universidad Autónoma de Barcelona del Informe mundial OIT 2020-2021 sobre salarios” ), estando el vídeo del acto disponible en este enlace  .  

2. El Informe 2024-2025 es sintetizado en la nota de prensa  , publicada el día que se hizo público, acompañado de un vídeo en el que varios de sus autores y autoras explican su contenido más destacado. El titular positivo de dicha nota “La desigualdad salarial ha disminuido en dos tercios de los países del mundo desde principios del siglo XXI”, se matiza inmediatamente en el subtítulo “La desigualdad salarial ha disminuido en dos tercios de los países del mundo desde principios del siglo XXI”.

En el resumen ejecutivo se sintetiza el contenido del informe, cuya primera parte está dedicado a las tendencias recientes de los salarios, en el que se constata que “durante el periodo 1999-2024, la productividad laboral en los países de ingreso alto aumentó más rápidamente que los salarios reales (en total, un 29 por ciento frente al 15 por ciento, respectivamente)” y que “En 2022 y 2023, más países de lo habitual ajustaron el nivel de su salario o salarios mínimos, lo que indica que las políticas de salario mínimo respondieron en general a la presión inflacionista. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las medidas no bastaron para compensar el aumento del costo de la vida que soportaban los beneficiarios del salario mínimo”, siendo por ello una de las propuestas que se formulan la siguiente: “Ajustar el salario mínimo con el fin de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores con niveles salariales bajos, sin perder de vista los factores económicos, debe seguir siendo un objetivo prioritario”. 

Recordemos, dicho sea incidentalmente, la importancia que ha tenido el incremento del Salario Mínimo Interprofesional en España sobre la situación de quienes perciben salarios más bajos, constatado por el Fondo Monetario Internacional en su informe    “Spain: 2024 Article IV Consultation-Press Release; and Staff Report”, publicado el 6 de junio

3. La segunda parte está dedicada al examen de las tendencias de las desigualdades salariales y de ingresos laborales en el siglo XXI, que se realiza tanto a escala mundial como regional y por países, con la importante precisión previa de que “Los salarios se refieren únicamente a los trabajadores asalariados (empleados), mientras que el concepto de «ingresos laborales» incluye los ingresos de los trabajadores asalariados y no asalariados, siendo esta última una categoría que representa en torno al 48 por ciento de la población ocupada” (la negrita es mía).  

Baste aquí recordar, con respecto a la importancia de la población no asalariada que está presente en el mercado de trabajo, los datos aportado en la Conferencia Internacional del Trabajo celebrada en  2021 y que recogí en la entrada “Las desigualdades y el mundo del trabajo en el centro de los debates de la segunda parte de la Conferencia Internacional del Trabajo” ) : “... nada más ni nada menos que el 61,2 % de la población ocupada a escala mundial, el 61,2 % del total desempeña su actividad en la economía informal, , y que dentro de este gran grupo  “los trabajadores independientes (con o sin empleados asalariados) representan el 47,7 por ciento de los trabajadores del sector informal, los trabajadores asalariados el 36,2 por ciento y los trabajadores familiares auxiliares el 16,1 por ciento”, con especial afectación por lo que respecta a los (inferiores) ingresos obtenidos por las mujeres, aportándose el dato muy significativo de que “una mujer en la economía informal gana, en promedio, el 47 por ciento del salario mensual de un hombre en el empleo formal, un hombre con empleo asalariado en la economía informal gana el equivalente al 66 por ciento, mientras que una mujer con empleo asalariado formal gana, de media, el 79 por ciento de lo que ganaría un hombre en la misma situación”. El impacto de la economía informal también es muy significativo cuando examinamos los datos del nivel de pobreza, ya que, excluyendo al sector de la agricultura, mientras que dicho nivel es del 15,1 % en el empleo formal, se duplica hasta llegar al 31,3 % en el empleo informal”.

Las conclusiones del informe en este punto ponen de manifiesto en primer lugar que, si se analizan los datos por países, la desigualdad salarial es más elevada en los países con ingresos bajos, mientras que es inferior en los de ingreso alto. Respecto a las mujeres y  a quienes (tanto hombres como mujeres) trabajan en la economía informal, el informe sigue constatando, como en los realizados en años anteriores, que “están sobrerrepresentados en el extremo inferior de la distribución salarial y, por consiguiente, en el grupo clasificado como trabajadores asalariados con bajos niveles retributivos”, mientras que la respuesta sobre los ingresos salariales de las personas trabajadoras migrantes es más matizado, al concluir que “varía en función de los ingresos del país de acogida”. Especialmente destacados es el dato de la importancia de la informalidad en los países bajo y mediano (no se incluye información sobre los de ingreso alto), ya que “la informalidad entre los trabajadores con salarios bajos supera el 90 por ciento, mientras que la proporción oscila entre el 49 y el 75 por ciento en el conjunto de la población asalariada”. En el examen de la brecha salarial, el informe es contundente al concluir que “la brecha salarial de género en los distintos deciles de la distribución salarial, se constata que los hombres ganan más que las mujeres en todos los grupos de países por nivel de ingreso y en toda la escala salarial”.   

Justamente una de las recomendaciones del Informe, para avanzar en el logro del objetivo 8.5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (“lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”), es el de “promover la igualdad y la igualdad de oportunidades de trato y de resultados: las políticas salariales deben apoyar la igualdad de género, la equidad y la no discriminación”.

4. El titular positivo antes mencionado de la nota de prensa de presentación del Informe, y la inmediata matización en el subtítulo, se comprenden mejor cuando los datos ponen de manifiesto, por una parte, que “sobre una muestra de 72 países, que representan alrededor del 73 por ciento de la población asalariada en todo el mundo, el informe revela que la desigualdad salarial se ha reducido en aproximadamente dos tercios de esos países desde principios del siglo XXI”, y que “con escasas excepciones la desigualdad salarial ha disminuido en los dos extremos de la distribución salarial”, siendo el crecimiento superior en los deciles inferiores (sobre la realidad salarial en España remito a la entrada “Los salarios en España. El decil de salarios del empleo principal en 2023”  ), a así como también que “Al comparar la distribución salarial mundial de 2021 con su equivalente de 2006, las estimaciones muestran que los salarios reales aumentaron en toda la distribución durante el periodo examinado, al tiempo que disminuyó la desigualdad salarial”. Cuestión bien diferente es la constatación del informe de que “La distribución salarial mundial de 2021, que clasifica los salarios por hora de los empleados de todo el mundo tras convertirlos a una moneda común, pone de manifiesto altos niveles de desigualdad salarial. Se observa una gran concentración de trabajadores asalariados en el extremo inferior de la distribución y una pequeña minoría que percibe salarios progresivamente más altos” (la negrita es mía).

5. El cambio es sustancial si pasamos del análisis de los ingresos de las personas trabajadoras asalariadas al de aquellas que no lo son, confirmando la importancia de los datos a los que he hecho referencia con anterioridad, algo que no es óbice para concluir que “aunque la desigualdad medida aumenta cuando se incluye en el cómputo a los trabajadores no asalariados, los datos muestran que la desigualdad de ingresos laborales ha disminuido en el primer cuarto del siglo XXI en la mayoría de los países de cada uno de los tres grupos por nivel de ingreso, particularmente en los de ingreso mediano bajo y mediano alto”, aun cuando la matización es clara cuando se afirma que “... a pesar del descenso observado en la desigualdad salarial durante el primer cuarto del siglo XXI, los niveles existentes de desigualdad salarial —y, en mayor medida, los niveles existentes de desigualdad de ingresos laborales— siguen siendo inaceptablemente altos”, concretando que “... cuando se amplía el panorama para incluir a los muchos millones de trabajadores no asalariados, los resultados del informe indican que las medidas de desigualdad de ingresos laborales aumentan masivamente”

Antes de llegar a esta conclusión, el Informe subraya que “según los últimos datos disponibles sobre unos 50 países en fechas próximas a 2020, la situación predominante en el empleo en los países de ingreso bajo y mediano es la de trabajadores no asalariados, mientras que en los países de ingreso alto los trabajadores no asalariados son minoritarios”, que la situación es especialmente preocupante para las mujeres, ya que “... las estimaciones confirman que, en los países de ingreso bajo y mediano, gran parte de las mujeres se ganan la vida como trabajadoras por cuenta propia, una situación que a menudo se adscribe a la economía informal, donde con gran frecuencia los trabajadores enfrentan las peores formas de condiciones laborales”.

Dado que al realizar la comparación del empleo formal con el informal se constata que el primero sitúa a las y los trabajadores asalariados “en la mitad superior de los ingresos laborales”, y a los no asalariados “en la mitad inferior”, parece lógico concluir, como así hace el Informe que “como los trabajadores no asalariados se concentran desproporcionadamente en el extremo inferior de la distribución de ingresos laborales por hora, y entre ellos hay una clara sobrerrepresentación de mujeres y de trabajadores de la economía informal, no es de extrañar que la desigualdad medida aumente al incluir a los trabajadores no asalariados en el cómputo. Este es el caso de la mayoría de los países en sus tres grupos por nivel de ingreso examinados en el análisis: países de ingreso bajo, de ingreso mediano bajo y de ingreso mediano alto”.

6. La tercera parte del Informe está dedicada a mirar al futuro y formular recomendaciones y propuestas de actuación, que no se quedan únicamente en el ámbito salarial y de ingresos, sino que van más allá y apuntan a una redistribución de estos últimos “a través del sistema de impuestos y de transferencias sociales en los países, siendo la constatación final la de la necesidad de llevar a cabo políticas “que promuevan conjuntamente la productividad, el trabajo decente y la formalización de la economía informal” (remito a la entrada “OIT. 112ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo. Debates sobre los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y sobre el trabajo decente y la economía del cuidado”  y  a la entrada “El mundo del trabajo (decente y con derechos) sigue necesitado de debates para debatir y entender los cambios, y aún más para formular y encontrar respuestas adecuadas. Notas a recientes documentos internacionales, europeos y españoles” ).

En el Informe se recogen, haciéndose propias, las conclusiones de la última reunión tripartitade expertos sobre políticas salariales incluidos los salarios vitales, de la OIT, celebrada del 19 al 23 de febrero “- la negociación colectiva y/o la fijación del salario mínimo legal a través del diálogo social tripartito debería ser la modalidad adecuada para fijar y ajustar los salarios;

 - al fijar los salarios deberían tenerse en cuenta las necesidades de los trabajadores y sus familias, así como los factores económicos;

- las políticas salariales y los mecanismos de fijación de salarios deberían promover la igualdad de género, la equidad y la no discriminación en el mercado laboral;

- deberían utilizarse datos y estadísticas sólidos para la aplicación de un enfoque empírico, y

 - deberían tomarse en consideración las circunstancias nacionales y las causas fundamentales de los bajos salarios”.

Propuestas sobre mejora de los salarios que se complementan con otras de alcance más general y que se recogen en la parte final del Informe en estos términos:

“...las estrategias nacionales deberían trascender del mero ámbito de la fijación de salarios para incluir un conjunto más amplio de factores, como el crecimiento de la productividad, objetivo que puede lograrse, por ejemplo, mediante la creación de un entorno propicio para la iniciativa empresarial y las empresas sostenibles, la mejora del acceso a la financiación y un fuerte apoyo público a la innovación tecnológica y al desarrollo de competencias. Al mismo tiempo, unas instituciones del mercado de trabajo sólidas y eficaces, junto con el diálogo social, pueden contribuir a asegurar que el crecimiento de la productividad se traduzca en un incremento de los salarios, sobre todo para quienes se encuentran en el segmento inferior de la distribución salarial. Las circunstancias nacionales específicas exigen diferentes medidas de política para reducir la desigualdad salarial. La mejora de los datos, junto con estudios detallados que permitan comprender las causas fundamentales de la desigualdad y su evolución en el contexto específico de cada país, sería decisiva para diseñar a nivel nacional políticas basadas en datos empíricos”.

7. Sin olvidar, añado por mi parte, que los cambios en el mercado de trabajo, especialmente con el impacto de la tecnología en general, y de la inteligencia artificial en particular, tendrán sobre la distribución de ingresos, o mejor dicho que ya esta teniendo. Sobre dicho impacto en la creación de empleo, en qué tipo de empleos, y en el desarrollo local, es de mucho interés a mi parecer el reciente Informe de la OCDE “Creación de empleo y desarrollo económico local 2024. La geografía de la IA generativa” (original inglés ), publicado el mismo día que se hizo publico el Informe de la OIT, cuya síntesis es la siguiente:

“Las regiones de la OCDE se enfrentan a una serie de desafíos en el mercado laboral y están atravesando una transformación significativa. El envejecimiento de la fuerza laboral, el bajo crecimiento de la productividad laboral, las disparidades regionales persistentes, la escasez generalizada de mano de obra y las nuevas tecnologías requerirán que tanto las personas como los lugares experimenten transiciones. Este informe, Creación de empleo y desarrollo económico local 2024: la geografía de la IA generativa, examina la salud de los mercados laborales regionales y locales, incluso a través de nuevas estimaciones sobre la escasez de mano de obra regional y sus impulsores. Las nuevas herramientas y tecnologías, como la IA generativa, podrían ayudar a los responsables de las políticas a abordar estos desafíos y aprovechar nuevas oportunidades para la creación de empleo y el crecimiento económico local. Este informe proporciona evidencia novedosa de la geografía del impacto de la IA generativa en los empleos en toda la OCDE. Examina qué lugares dentro de los países y tipos de trabajadores están más expuestos a la IA generativa y contrasta esto con el impacto en el mercado laboral de las olas anteriores de tecnologías que impulsaron la automatización. Por último, se analizan las acciones y políticas locales y basadas en el lugar para aprovechar los beneficios de la IA generativa, como impulsar la productividad, mitigar la escasez de mano de obra y el cambio demográfico, así como para mitigar los riesgos de desplazamiento laboral”.

Destaco además que en el estudio de la OCDE se formulan estas recomendaciones respecto a la escasez de mano de obra en algunos países y en algunos sectores de actividad, dado que guardan estrecha relación con uno de los pilares fundamentales de la OIT como es el trabajo digno y con derechos:

“Para tratar de aliviar la escasez de mano de obra, los responsables de las políticas deben abordar sus causas subyacentes exactas, que a menudo son específicas de cada lugar. En algunas regiones, la escasez de mano de obra puede deberse principalmente a la falta de trabajadores disponibles, un problema que podría verse exacerbado por el envejecimiento y la disminución de la fuerza laboral. Sin embargo, en otros contextos, los desajustes y las brechas de habilidades podrían ser el principal factor impulsor de la escasez de mano de obra. Además, algunas regiones luchan contra la falta de atractivo para atraer y retener una fuerza laboral calificada. Por último, algunas regiones pueden depender del empleo en empleos que se han vuelto menos atractivos para los trabajadores debido a una menor calidad o condiciones laborales, lo que posteriormente crea escasez de mano de obra. Por lo tanto, la combinación adecuada de respuestas de política deberá considerar los factores específicos del lugar que explican la escasez de mano de obra” (la negrita es mía).

Buena lectura.

    

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