1. La Organización
Internacional del Trabajo (OIT) presentó el 28 de noviembre su nuevo Informe
mundial sobre salarios, 2024-2025, en cuyo título se formula la pregunta ¿¿está
disminuyendo la desigualdad salarial en el mundo? (original en ingles , resumen ejecutivo en español , siendo los autores principales del Informe Patrick Belser, Giulia De Lazzari,
Rosalia Vázquez-Alvarez y Ding Xu, integrantes del Servicio de Mercados
Laborales Inclusivos, Relaciones Laborales y Condiciones de Trabajo (INWORK,
por sus siglas en inglés).
Justamente una de
las personas integrantes de dicho equipo, la Sra. Rosalía Vázquez-Álvarez estuvo en la Universidad Autónoma de Barcelona con ocasión de la presentación
del Informe 2018-2019, y tuve la satisfacción de presentarla en el acto en el
que impartió su conferencia (remito a la entrada “Sobre la brecha laboral y
salarial por razón de género. A propósito de la presentación del Informe
mundial de la OIT sobre salarios en la Facultad de Derecho de la UAB el 1 de
marzo” ). El vídeo de la conferencia está disponible en este enlace .
También tuve la
oportunidad de presentar a la Sra. Vázquez-Álvarez , en esta ocasión on-line,
con ocasión de la presentación que realizó del Informe 2020-2021 (remito a la
entrada “OIT. Notas al Informe mundial sobre salarios 2020-2021 (y recordatorio
de los contenidos más destacados de Informes anteriores)” y a la entrada “Nuevamente sobre la importancia de la regulación salarial. A
propósito de la presentación (virtual) en la Universidad Autónoma de Barcelona
del Informe mundial OIT 2020-2021 sobre salarios” ), estando el vídeo del acto disponible en este enlace .
2. El Informe
2024-2025 es sintetizado en la nota de prensa , publicada el día que se hizo público, acompañado de un vídeo en el que varios
de sus autores y autoras explican su contenido más destacado. El titular
positivo de dicha nota “La desigualdad salarial ha disminuido en dos tercios de
los países del mundo desde principios del siglo XXI”, se matiza inmediatamente
en el subtítulo “La desigualdad salarial ha disminuido en dos tercios de los
países del mundo desde principios del siglo XXI”.
En el resumen ejecutivo
se sintetiza el contenido del informe, cuya primera parte está dedicado a las
tendencias recientes de los salarios, en el que se constata que “durante el
periodo 1999-2024, la productividad laboral en los países de ingreso alto
aumentó más rápidamente que los salarios reales (en total, un 29 por ciento
frente al 15 por ciento, respectivamente)” y que “En 2022 y 2023, más países de
lo habitual ajustaron el nivel de su salario o salarios mínimos, lo que indica
que las políticas de salario mínimo respondieron en general a la presión
inflacionista. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las medidas no bastaron
para compensar el aumento del costo de la vida que soportaban los beneficiarios
del salario mínimo”, siendo por ello una de las propuestas que se formulan la
siguiente: “Ajustar el salario mínimo con el fin de proteger el poder
adquisitivo de los trabajadores con niveles salariales bajos, sin perder de
vista los factores económicos, debe seguir siendo un objetivo prioritario”.
Recordemos, dicho
sea incidentalmente, la importancia que ha tenido el incremento del Salario
Mínimo Interprofesional en España sobre la situación de quienes perciben
salarios más bajos, constatado por el Fondo Monetario Internacional en su
informe “Spain:
2024 Article IV Consultation-Press Release; and Staff Report”, publicado el 6
de junio
3. La segunda
parte está dedicada al examen de las tendencias de las desigualdades salariales
y de ingresos laborales en el siglo XXI, que se realiza tanto a escala mundial
como regional y por países, con la importante precisión previa de que “Los
salarios se refieren únicamente a los trabajadores asalariados (empleados),
mientras que el concepto de «ingresos laborales» incluye los ingresos de los
trabajadores asalariados y no asalariados, siendo esta última una categoría
que representa en torno al 48 por ciento de la población ocupada” (la
negrita es mía).
Baste aquí recordar,
con respecto a la importancia de la población no asalariada que está presente
en el mercado de trabajo, los datos aportado en la Conferencia Internacional
del Trabajo celebrada en 2021 y que recogí
en la entrada “Las desigualdades y el mundo del trabajo en el centro de los
debates de la segunda parte de la Conferencia Internacional del Trabajo” ) : “... nada más ni nada menos que el 61,2 % de la población ocupada a escala
mundial, el 61,2 % del total desempeña su actividad en la economía informal, ,
y que dentro de este gran grupo “los
trabajadores independientes (con o sin empleados asalariados) representan el
47,7 por ciento de los trabajadores del sector informal, los trabajadores
asalariados el 36,2 por ciento y los trabajadores familiares auxiliares el 16,1
por ciento”, con especial afectación por lo que respecta a los (inferiores)
ingresos obtenidos por las mujeres, aportándose el dato muy significativo de
que “una mujer en la economía informal gana, en promedio, el 47 por ciento del
salario mensual de un hombre en el empleo formal, un hombre con empleo
asalariado en la economía informal gana el equivalente al 66 por ciento,
mientras que una mujer con empleo asalariado formal gana, de media, el 79 por
ciento de lo que ganaría un hombre en la misma situación”. El impacto de la
economía informal también es muy significativo cuando examinamos los datos del nivel
de pobreza, ya que, excluyendo al sector de la agricultura, mientras que dicho
nivel es del 15,1 % en el empleo formal, se duplica hasta llegar al 31,3 % en
el empleo informal”.
Las conclusiones
del informe en este punto ponen de manifiesto en primer lugar que, si se
analizan los datos por países, la desigualdad salarial es más elevada en los
países con ingresos bajos, mientras que es inferior en los de ingreso alto.
Respecto a las mujeres y a quienes
(tanto hombres como mujeres) trabajan en la economía informal, el informe sigue
constatando, como en los realizados en años anteriores, que “están
sobrerrepresentados en el extremo inferior de la distribución salarial y, por
consiguiente, en el grupo clasificado como trabajadores asalariados con bajos
niveles retributivos”, mientras que la respuesta sobre los ingresos salariales
de las personas trabajadoras migrantes es más matizado, al concluir que “varía
en función de los ingresos del país de acogida”. Especialmente destacados es el
dato de la importancia de la informalidad en los países bajo y mediano (no se
incluye información sobre los de ingreso alto), ya que “la informalidad entre
los trabajadores con salarios bajos supera el 90 por ciento, mientras que la
proporción oscila entre el 49 y el 75 por ciento en el conjunto de la población
asalariada”. En el examen de la brecha salarial, el informe es contundente al
concluir que “la brecha salarial de género en los distintos deciles de la
distribución salarial, se constata que los hombres ganan más que las mujeres en
todos los grupos de países por nivel de ingreso y en toda la escala salarial”.
Justamente una de
las recomendaciones del Informe, para avanzar en el logro del objetivo 8.5 de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (“lograr la igualdad entre los géneros y
empoderar a todas las mujeres y las niñas”), es el de “promover la igualdad y
la igualdad de oportunidades de trato y de resultados: las políticas salariales
deben apoyar la igualdad de género, la equidad y la no discriminación”.
4. El titular
positivo antes mencionado de la nota de prensa de presentación del Informe, y
la inmediata matización en el subtítulo, se comprenden mejor cuando los datos ponen
de manifiesto, por una parte, que “sobre una muestra de 72 países, que
representan alrededor del 73 por ciento de la población asalariada en todo el
mundo, el informe revela que la desigualdad salarial se ha reducido en
aproximadamente dos tercios de esos países desde principios del siglo XXI”, y
que “con escasas excepciones la desigualdad salarial ha disminuido en los dos
extremos de la distribución salarial”, siendo el crecimiento superior en los
deciles inferiores (sobre la realidad salarial en España remito a la entrada “Los
salarios en España. El decil de salarios del empleo principal en 2023” ), a así como también que “Al comparar la distribución salarial mundial de 2021
con su equivalente de 2006, las estimaciones muestran que los salarios reales
aumentaron en toda la distribución durante el periodo examinado, al tiempo que
disminuyó la desigualdad salarial”. Cuestión bien diferente es la constatación
del informe de que “La distribución salarial mundial de 2021, que clasifica los
salarios por hora de los empleados de todo el mundo tras convertirlos a una
moneda común, pone de manifiesto altos niveles de desigualdad salarial. Se
observa una gran concentración de trabajadores asalariados en el extremo
inferior de la distribución y una pequeña minoría que percibe salarios
progresivamente más altos” (la negrita es mía).
5. El cambio es
sustancial si pasamos del análisis de los ingresos de las personas trabajadoras
asalariadas al de aquellas que no lo son, confirmando la importancia de los
datos a los que he hecho referencia con anterioridad, algo que no es óbice para
concluir que “aunque la desigualdad medida aumenta cuando se incluye en el
cómputo a los trabajadores no asalariados, los datos muestran que la
desigualdad de ingresos laborales ha disminuido en el primer cuarto del siglo
XXI en la mayoría de los países de cada uno de los tres grupos por nivel de
ingreso, particularmente en los de ingreso mediano bajo y mediano alto”, aun
cuando la matización es clara cuando se afirma que “... a pesar del descenso
observado en la desigualdad salarial durante el primer cuarto del siglo XXI,
los niveles existentes de desigualdad salarial —y, en mayor medida, los niveles
existentes de desigualdad de ingresos laborales— siguen siendo inaceptablemente
altos”, concretando que “... cuando se amplía el panorama para incluir a los
muchos millones de trabajadores no asalariados, los resultados del informe
indican que las medidas de desigualdad de ingresos laborales aumentan
masivamente”
Antes de llegar a
esta conclusión, el Informe subraya que “según los últimos datos disponibles
sobre unos 50 países en fechas próximas a 2020, la situación predominante en el
empleo en los países de ingreso bajo y mediano es la de trabajadores no
asalariados, mientras que en los países de ingreso alto los trabajadores no
asalariados son minoritarios”, que la situación es especialmente preocupante
para las mujeres, ya que “... las estimaciones confirman que, en los países de
ingreso bajo y mediano, gran parte de las mujeres se ganan la vida como
trabajadoras por cuenta propia, una situación que a menudo se adscribe a la
economía informal, donde con gran frecuencia los trabajadores enfrentan las
peores formas de condiciones laborales”.
Dado que al
realizar la comparación del empleo formal con el informal se constata que el
primero sitúa a las y los trabajadores asalariados “en la mitad superior de los
ingresos laborales”, y a los no asalariados “en la mitad inferior”, parece
lógico concluir, como así hace el Informe que “como los trabajadores no
asalariados se concentran desproporcionadamente en el extremo inferior de la
distribución de ingresos laborales por hora, y entre ellos hay una clara
sobrerrepresentación de mujeres y de trabajadores de la economía informal, no
es de extrañar que la desigualdad medida aumente al incluir a los trabajadores
no asalariados en el cómputo. Este es el caso de la mayoría de los países en
sus tres grupos por nivel de ingreso examinados en el análisis: países de
ingreso bajo, de ingreso mediano bajo y de ingreso mediano alto”.
6. La tercera
parte del Informe está dedicada a mirar al futuro y formular recomendaciones y
propuestas de actuación, que no se quedan únicamente en el ámbito salarial y de
ingresos, sino que van más allá y apuntan a una redistribución de estos últimos
“a través del sistema de impuestos y de transferencias sociales en los países,
siendo la constatación final la de la necesidad de llevar a cabo políticas “que
promuevan conjuntamente la productividad, el trabajo decente y la formalización
de la economía informal” (remito a la entrada “OIT. 112ª reunión de la
Conferencia Internacional del Trabajo. Debates sobre los principios y derechos
fundamentales en el trabajo, y sobre el trabajo decente y la economía del
cuidado” y a la entrada “El mundo del trabajo
(decente y con derechos) sigue necesitado de debates para debatir y entender
los cambios, y aún más para formular y encontrar respuestas adecuadas. Notas a
recientes documentos internacionales, europeos y españoles” ).
En el Informe se recogen, haciéndose propias, las conclusiones de la última reunión tripartitade expertos sobre políticas salariales incluidos los salarios vitales, de la OIT, celebrada del 19 al 23 de febrero “- la negociación colectiva y/o la fijación del salario mínimo legal a través del diálogo social tripartito debería ser la modalidad adecuada para fijar y ajustar los salarios;
- al fijar los salarios deberían tenerse en
cuenta las necesidades de los trabajadores y sus familias, así como los
factores económicos;
- las políticas
salariales y los mecanismos de fijación de salarios deberían promover la
igualdad de género, la equidad y la no discriminación en el mercado laboral;
- deberían
utilizarse datos y estadísticas sólidos para la aplicación de un enfoque
empírico, y
- deberían tomarse
en consideración las circunstancias nacionales y las causas fundamentales de
los bajos salarios”.
Propuestas sobre
mejora de los salarios que se complementan con otras de alcance más general y
que se recogen en la parte final del Informe en estos términos:
“...las
estrategias nacionales deberían trascender del mero ámbito de la fijación de
salarios para incluir un conjunto más amplio de factores, como el crecimiento
de la productividad, objetivo que puede lograrse, por ejemplo, mediante la
creación de un entorno propicio para la iniciativa empresarial y las empresas
sostenibles, la mejora del acceso a la financiación y un fuerte apoyo público a
la innovación tecnológica y al desarrollo de competencias. Al mismo tiempo,
unas instituciones del mercado de trabajo sólidas y eficaces, junto con el
diálogo social, pueden contribuir a asegurar que el crecimiento de la
productividad se traduzca en un incremento de los salarios, sobre todo para
quienes se encuentran en el segmento inferior de la distribución salarial. Las
circunstancias nacionales específicas exigen diferentes medidas de política
para reducir la desigualdad salarial. La mejora de los datos, junto con
estudios detallados que permitan comprender las causas fundamentales de la
desigualdad y su evolución en el contexto específico de cada país, sería
decisiva para diseñar a nivel nacional políticas basadas en datos empíricos”.
7. Sin olvidar,
añado por mi parte, que los cambios en el mercado de trabajo, especialmente con
el impacto de la tecnología en general, y de la inteligencia artificial en
particular, tendrán sobre la distribución de ingresos, o mejor dicho que ya
esta teniendo. Sobre dicho impacto en la creación de empleo, en qué tipo de
empleos, y en el desarrollo local, es de mucho interés a mi parecer el reciente
Informe de la OCDE “Creación de empleo y desarrollo económico local 2024. La
geografía de la IA generativa” (original inglés ), publicado el mismo día que se hizo publico el Informe de la OIT, cuya síntesis
es la siguiente:
“Las regiones de
la OCDE se enfrentan a una serie de desafíos en el mercado laboral y están
atravesando una transformación significativa. El envejecimiento de la fuerza
laboral, el bajo crecimiento de la productividad laboral, las disparidades
regionales persistentes, la escasez generalizada de mano de obra y las nuevas
tecnologías requerirán que tanto las personas como los lugares experimenten
transiciones. Este informe, Creación de empleo y desarrollo económico local
2024: la geografía de la IA generativa, examina la salud de los mercados
laborales regionales y locales, incluso a través de nuevas estimaciones sobre
la escasez de mano de obra regional y sus impulsores. Las nuevas herramientas y
tecnologías, como la IA generativa, podrían ayudar a los responsables de las
políticas a abordar estos desafíos y aprovechar nuevas oportunidades para la
creación de empleo y el crecimiento económico local. Este informe proporciona
evidencia novedosa de la geografía del impacto de la IA generativa en los
empleos en toda la OCDE. Examina qué lugares dentro de los países y tipos de
trabajadores están más expuestos a la IA generativa y contrasta esto con el
impacto en el mercado laboral de las olas anteriores de tecnologías que
impulsaron la automatización. Por último, se analizan las acciones y políticas
locales y basadas en el lugar para aprovechar los beneficios de la IA
generativa, como impulsar la productividad, mitigar la escasez de mano de obra
y el cambio demográfico, así como para mitigar los riesgos de desplazamiento
laboral”.
Destaco además que
en el estudio de la OCDE se formulan estas recomendaciones respecto a la
escasez de mano de obra en algunos países y en algunos sectores de actividad,
dado que guardan estrecha relación con uno de los pilares fundamentales de la
OIT como es el trabajo digno y con derechos:
“Para tratar de
aliviar la escasez de mano de obra, los responsables de las políticas deben
abordar sus causas subyacentes exactas, que a menudo son específicas de cada
lugar. En algunas regiones, la escasez de mano de obra puede deberse
principalmente a la falta de trabajadores disponibles, un problema que podría
verse exacerbado por el envejecimiento y la disminución de la fuerza laboral.
Sin embargo, en otros contextos, los desajustes y las brechas de habilidades
podrían ser el principal factor impulsor de la escasez de mano de obra. Además,
algunas regiones luchan contra la falta de atractivo para atraer y retener una
fuerza laboral calificada. Por último, algunas regiones pueden depender del
empleo en empleos que se han vuelto menos atractivos para los trabajadores
debido a una menor calidad o condiciones laborales, lo que posteriormente crea
escasez de mano de obra. Por lo tanto, la combinación adecuada de
respuestas de política deberá considerar los factores específicos del lugar que
explican la escasez de mano de obra” (la negrita es mía).
Buena lectura.
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