domingo, 29 de diciembre de 2024

Estrategia nacional de prevención y lucha contra la pobreza y la exclusión social 2024-2030. Apuntes sobre su relación con las políticas de empleo


1. El Consejo deMinistros  celebrado el 23 de diciembre aprobó la “Estrategia nacional de prevención y lucha contra la pobreza y la exclusión social 2024-2030”, de la que hay una breve referencia en la nota de prensa en estos términos:

“La estrategia constituye la hoja de ruta de la política social de Gobierno para los próximos años y responde al compromiso con la cohesión, el progreso social, y la cobertura adecuada a las necesidades de la ciudadanía, prestando especial atención a las personas más vulnerables, en situación de pobreza o exclusión social.

El acceso a la vivienda y el desarrollo del estado de bienestar son dos de los grandes rentos, junto a asegurar las rentas laborales y las prestaciones sociales para las familias y personas vulnerables.

La Estrategia se ha elaborado de forma participativa y consultiva, teniendo en cuenta la configuración territorial e institucional y el mapa de distribución de competencias. Durante su vigencia, su desarrollo estará abierto a la colaboración de administraciones autonómicas y locales.

Las políticas de la Estrategia se estructuran en cuatro ejes que tienen como objetivo garantizar los recursos para la ciudadanía, transformar la situación de vulnerabilidad y asegurar la igualdad de oportunidades; reforzar el estado de bienestar y mejorar la coordinación de políticas y administraciones”.

Una mucho más detallada información la encontramos, lógicamente en la página web del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 203, en el artículo “Derechos Sociales aprueba la nueva Estrategia contra la pobreza con la vivienda y el desarrollo del estado de bienestar como grandes retos”  , en el que se resalta que

“El documento constituye la hoja de ruta de la política social de Gobierno hasta 2030 y recoge acciones para asegurar recursos para las personas en situación o riesgo de pobreza, reforzar la protección social y coordinar la acción entre administraciones”

Los cuatros ejes en que se estructura la Estrategia son explicados, sintéticamente, en estos términos:

“Garantizar recursos para la ciudadanía: Lo componen políticas que buscan asegurar unos ingresos mínimos a través de las rentas del trabajo y las prestaciones sociales y en favorecer el acceso a la vivienda en condiciones de habitabilidad. En este sentido, se apoyará el alquiler para personas y familias vulnerables, se prevendrán los desahucios, se ampliarán las herramientas contra la pobreza energética y se abordarán medidas para erradicar el sinhogarismo. Por el lado de los ingresos, se revisará el IPREM para mantener su intensidad protectora y se fortalecerán las rentas del trabajo.

Inversión social en las personas para transformar las situaciones de vulnerabilidad y asegurar la igualdad de oportunidades: Este eje se centra en crear nuevas plazas en educación infantil y asegurar la gratuidad en el primer ciclo para las familias objetivo. También se buscará prevenir y reducir el abandono escolar para que estas niñas y niños disfruten de las mismas oportunidades que los demás. En el plano laboral, se fomentará la contratación de personas con dificultades de acceso al empleo y se desplegarán medidas contra la discriminación laboral.

Refuerzo del estado de bienestar y la protección social: Las actuaciones comprendidas en este eje se destinan a construir una red de protección que garantice los derechos sociales y facilite la conciliación entre la vida laboral y la familiar, una tarea que resulta mucho más difícil para las familias que sufren la precariedad y disponen de menos tiempo para cuidar a menores y personas en situación de dependencia. Para ello la Estrategia incorpora las actuaciones contempladas en la Ley de familias, y apuesta por asegurar comidas saludables en los comedores escolares, así como otorgar un apoyo especial a las familias en situación de pobreza con personas con discapacidad. La hoja de ruta promueve a su vez el acceso universal a la atención infantil temprana, la autonomía personal en los sistemas de dependencia y la coordinación entre los sistemas públicos de servicios sociales.

Desarrollo de alianzas y trabajo en red: Esta línea contempla un reto transversal que apoya el logro de los demás retos y prioridades. Está centrado en mejorar la gestión y la coordinación de las políticas para alcanzar el mayor nivel de eficiencia, eficacia y cobertura. Impulsará la cooperación territorial a todos los niveles y fomentará la participación de todos los actores en el diseño y evaluación de las iniciativas”.

2. El texto íntegro de la Estrategia (203 páginas) está disponible en este enlace 

3. En la introducción, se sitúa su contexto y necesidad, así como también el análisis del marco estratégico,

Destaco de la introducción el énfasis puesto en subrayar que

“Esta Estrategia continúa la senda iniciada por su predecesora, la Estrategia Nacional de Prevención y Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social 2019-2023, pero profundizando en el objetivo principal de mantener y desarrollar el Estado de Bienestar en España, mediante un sistema de protección social reforzado y sostenible, al alcance de toda la población, con especial atención a las personas en situación de mayor vulnerabilidad por encontrarse en situación de pobreza o exclusión social”

Y del marco estratégico que

“... En el ámbito europeo, se alinea con el Pilar Europeo de Derechos Sociales y su Plan de Acción, que contempla diversos objetivos que los Estados Miembro tienen que alcanzar para cumplir con los establecidos para el año 2030. Y también se vincula con los diversos instrumentos comunitarios, como el Fondo Social Europeo Plus (FSE+), que será el principal mecanismo de financiación comunitaria para apoyar las reformas estructurales en el ámbito laboral, social, educativo y de formación”, ya que “... cuyos principios (del Pilar) están prácticamente en su totalidad vinculados con la lucha contra la pobreza y la exclusión social”.

Obviamente, hay muy amplia mención al Plan de recuperación, transformación y resiliencia (PRTR), del que cabe recordar que el componente 22 está dedicado al “Plan de choque para la economía de los cuidados y refuerzo de las políticas de inclusión”, y el componente 23 a “Nuevas políticas públicas para un mercado de trabajo dinámico, resiliente e inclusivo está vinculado con la formación y empleo y el desarrollo de la economía social como fuente de oportunidad laboral” (remito a la entrada “Planes, programas y Estrategias. Notas a los contenidos laborales, de empleo y protección social, del Plan de recuperación, transformación, recuperación y resiliencia, del Programa Nacional de Reformas 2021 y de la actualización del Plan de estabilidad económica 2021- 2024”  )

Y por supuesto, en el ámbito de la presente entrada, hay que referirse a la Estrategia española de apoyo activo al empleo 2021-2024, con el análisis efectuado por mi parte en la entrada “La reforma de las políticas de empleo en España. Un paso adelante con el Anteproyecto de Ley de Empleo”  . En la Estrategia se subraya que “Las políticas activas de empleo suponen, posiblemente, el elemento más importante en la prevención de la pobreza y la exclusión social y son la esencia de las medidas en la inversión social en las personas”.

4. Al efectuar el balance de la Estrategia 2019-2023, se recuerda que

“Se trataba de una Estrategia alineada con los programas y políticas más relevantes de ámbito europeo e internacional que formaban parte del marco estratégico del momento en el que se desarrolló. Inspirada en la Estrategia Europa 2020, fue formulada en consonancia con el Pilar Europeo de Derechos Sociales y alineada con los ODS a través de su participación en la ejecución del Plan de Acción español de la Agenda 2030 y su Reto País 1: Acabar con la pobreza y la desigualdad.

Hay un amplio repaso de las medidas y leyes aprobadas, cuya síntesis se efectúa en las páginas 35 a 58. Se recogen, pues, todas las medidas y leyes aprobadas para el desarrollo del Objetivo 2,2, que estaba dedicado a formación y empleo, que incluía

 “2.2.1 Potenciar las políticas activas en favor de las personas desempleadas y con mayor riesgo de exclusión del mercado de trabajo”, L 2.2.2 Incentivar la contratación de personas con más dificultades de acceso al empleo (jóvenes, mujeres tras la maternidad y crianza, mujeres gitanas, personas con discapacidad, personas en exclusión social, personas sin hogar, mujeres víctimas de violencia de género, etc.) mejorando su empleabilidad, L2.2.3. Apoyar a las personas menos cualificadas en sus intervalos de transición entre empleos, L 2.2.4 Apoyar iniciativas de fomento del emprendimiento que genere empleo de calidad,  L 2.2.5. Fomentar la economía social, así como otras formas de economía solidaria, L2.2.6 Facilitar la movilidad laboral y funcional,  L 2.2.7 Reducir la brecha salarial, especialmente entre mujeres y hombres, 2.2.8 Mejorar los mecanismos de intermediación del empleo, la atención individualizada y el modelo de colaboración público-privada, así como la mejora de los servicios públicos de empleo. L 2.2.9 Impulsar los desarrollos normativos necesarios para incrementar la oferta formativa en los contratos de formación y aprendizaje, garantizar la calidad y mejorar las condiciones laborales L 2.2.10 Mejorar el control de los contratos para la formación y aprendizaje con particular atención a las actividades formativas y los contratos en prácticas, L 2.2.11 Establecer medidas contra el empleo precario, así como contra los falsos autónomos, L 2.2.12 Promocionar los contratos de reserva de mercado para empresas de inserción y CEE de iniciativa social, L 2.2.13 Articular medidas de prevención de toda forma de discriminación en el ámbito laboral por razón de edad, sexo, discapacidad, identidad y expresión de género, orientación sexual, origen étnico o religión.”

5. A continuación, se procede al diagnóstico de la pobreza y exclusión social en España, prestando atención a los indicadores generales, y también a los de desigualdad, centrándose después en los perfiles de pobreza en España y más concretamente en la pobreza en la población adulta, dedicándole un apartado específico al empleo, así como también en la pobreza infantil. Se explica, primeramente, que se analizan

“los tres componentes del indicador AROPE (At Risk of Poverty and/or Social Exclusion) según sus siglas en inglés) utilizado en el ámbito de la Unión Europa para medir los avances para el cumplimiento de los objetivos del Plan de acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales a 2030: el riesgo de pobreza monetaria (utilizando dos umbrales de renta mediana: el 60% y el 40%, la privación material y social severa y la baja intensidad laboral, por este orden; para finalizar con el comportamiento del indicador AROPE en su conjunto”.

Respecto a la baja intensidad en el empleo, se recuerda que es conceptuada como la “referencia a los hogares en los que sus miembros en edad de trabajar (personas de 18 a 64 años, excluyendo los/las estudiantes de 18 a 24 años, los las personas jubiladas o retiradas, así como las personas inactivas entre 60 y 64 cuya fuente principal de ingresos del hogar sean las pensiones) lo hicieron menos del 20% del total de su potencial de trabajo durante el año de referencia”, y que “... Tomando como referencia el año 2019, la tasa de baja intensidad en el empleo ha experimentado una reducción del 2,5%, pasando de un 10,9% a un 8,4%. El porcentaje del grupo de los hombres se ha reducido en 1,9% mientras que el de las mujeres ha bajado 3,2%”.

Con respecto a los perfiles de pobreza en España, el resumen de los datos clave es el siguiente:

“• El segmento de población más afectado por la pobreza a lo largo del periodo analizado (2015-2023) es el de los niños, niñas y adolescentes menores de 16 años.

• El grupo de edad de más de 65 años ha sido el que durante la mayor parte del periodo estudiado ha presentado la menor tasa de riesgo de pobreza en relación con el resto de grupos de edad, pero es el que peor tendencia está manifestando. De hecho, actualmente el grupo de 50 a 64 años es el que presenta menor tasa de riesgo de pobreza.

• La tasa de riesgo de pobreza anclada en 2008 muestra una reducción significativa para todos los grupos de edad estudiados.

• Los indicadores generales de riesgo de pobreza y exclusión social presentan una ligera reducción durante los años 2021 y 2022, aunque en algunos casos se ha producido cierto repunte en 2023.

• Los datos reflejan resultados más elevados en las mujeres que en los hombres.

• Los hogares con presencia de niños, niñas y adolescentes son los más afectados por las tasas de riesgo de pobreza. En general, a lo largo del periodo estudiado estos indicadores se han reducido, a excepción de los hogares formados por uno o dos adultos con 1 o más niños dependientes y los hogares formados únicamente por una persona. La variable tipo de hogar se mantiene como un variable muy significativa a la hora de analizar la pobreza.

• También la variable país de origen; la tasa de pobreza de los extranjeros es sistemáticamente más alta que la de los españoles durante todo el periodo estudiado” (la negrita es mía).

El resumen de los datos clave por lo que respecta a la pobreza en la población adulta es el siguiente:

Las tasas AROPE y de desempleo disminuyen significativamente a medida que aumenta el nivel de formación de las personas.

• Las mujeres presentan tasas inferiores de abandono educativo en comparación con los hombres.

• Las mujeres presentan tasas superiores de empleo a tiempo parcial en comparación con los hombres (32,8% frente al 19,2%). Una de cada cuatro personas de 16 a 29 años con empleo tiene jornada parcial.

La tasa de desempleo entre menores de 30 años excede con mucho a la de la población total (en 2023 era un 21,4 % frente a un 12,2 %).

• La tasa de temporalidad de las personas ocupadas de 16 a 29 años es más del doble que la registrada a nivel general (34,7 % vs 15,7 %).

• Las personas con ingresos superiores perciben su salud de una forma más positiva que aquellos con ingresos inferiores” (la negrita es mía).

Del apartado concreto dedicado al empleo me parece importante recoger estos datos:

“... La generación de empleo junto con la educación inclusiva y la formación permanente durante toda la vida, constituyen factores clave, posiblemente los más relevantes, en la prevención de la pobreza y la exclusión social. El gráfico 27 muestra la relación directa que existe entre la generación de empleo y reducción de la pobreza; relación que se ve alterada en los años 2020 y 2021 como consecuencia de la COVID -19 y de la perturbación del mercado de trabajo.

Con la llegada de la “nueva normalidad” tras los efectos de la pandemia, el año 2023 representa el año con mayor generación de empleo de la serie tal y como recoge el gráfico; un año en el que se generaron alrededor de 600 mil puestos de trabajo.

Si el foco se coloca en toda la serie temporal analizada (2015-2023), destaca la tendencia alcista, a excepción del año 2020 ya comentado, y la creación de más de 3 millones de puestos de trabajo, así como la tendencia descendente de la tasa de riesgo de pobreza, con la misma excepción, habiéndose ésta reducido en prácticamente un 2%. Cabe destacar que, durante el periodo en vigor de la Estrategia anterior, la afiliación a la seguridad social ha aumentado un 7,3%”.

En fin, el resumen de los datos clave sobre la pobreza infantil es el siguiente:

“España es el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de riesgo de pobre-za infantil (34,5%).

• La tasa AROPE infantil es superior a la tasa AROPE de la población general durante todo el periodo estudiado (2015-2030).

• Los indicadores de pobreza son significativamente peores en las personas en hogares con menores de edad.

• Las niñas, niños y adolescentes menores de 18 años son el grupo con mayores tasas de riesgo de pobreza persistente, aunque en 2023 hay una ligera mejoría con res-pecto al 2022.

Las tasas de riesgo de pobreza infantil de aquellos con progenitores/as extranjeros/as son significativamente superiores (más del doble) en comparación con aquellos cuyos progenitores/as son españoles” (la negrita es mía).

6. Una vez realizado el citado diagnóstico, se pasa ya a la explicación del contenido de la nueva Estrategia, con el análisis detallado de los cuatros ejes antes referenciados y en los que se estructura, que se completa con el obligado capítulo dedicado a su gobernanza. En tres anexos se incluyen las fuentes de información e indicadores, como se financia, y las definiciones de pobreza y exclusión social.

Me detengo en esta entrada en las medidas de política de empleo que se contemplan en el marco de la nueva Estrategia, en el bien entendido que todas las medidas incluidas en los cuatros ejes guardan una conexión indudable.

Antes, deseo recordar que está temática ha sido abordadas en varias ocasiones por mi parte, desde que en el ya lejano año 2007, poco después de la puesta en marcha del blog, escribí el artículo “La inclusión social”, en el que, tomando como referencia informes comunitarios de aquella época, se definía como “un proceso que garantiza que las personas en situación de riesgo de pobreza y de exclusión social lleguen a tener las oportunidades y los recursos necesarios para participar plenamente en la vida económica, social y cultural, y se beneficien de un nivel de vida y un bienestar considerados normales en la sociedad en que viven. Esto les asegura una mayor participación en la toma de decisiones que afectan a su vida, así como el acceso a sus derechos fundamentales”.  Me permito remitir a las personas interesadas a la lectura de los artículo  que cito a continuación

Artículo “Empleo e inclusión social: no nos podemos olvidar de los problemas de gran parte de la población”  

Entrada “Empleo y protección social ante situaciones de exclusión. Documento para un debate” , en la que reproduje la introducción de artículo que he elaborado para una jornada de trabajo organizada por la Asociación Española de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social el 31 de octubre de 2014.

Entrada “¿Sigue siendo el trabajo un antídoto contra la pobreza y la exclusión?  , en la que reproduje el texto de mi intervención el día 26 de noviembre de 2018, en las III Jornadas sobre desigualdades sociales. Trabajo, pobreza y exclusión social, organizadas por la Cátedra Obra Social La Caixa de Estudios sobre desigualdades sociales, de la Universitat de Lleida.  

Entrada “Pobreza, empleo y bienestar social en la era post-covid 19”, que reprodujo la intervención en la Jornada EAPN-ES celebrada el 21 de mayo de 2021 

Entrada “Sigamos hablando de las desigualdades (aunque sea reiterar e incluso reforzar lo expuesto en años anteriores) y de propuestas para su corrección (solo por algunos). Fórum Económico Mundial, Oxfam, OIT, FMI”  

7. En el reto estratégico 2, dedicado a la inversión social en las personas, se incluyen “políticas de carácter activo, es decir, desde el enfoque de la prevención, que ayuden a transformar la situación de las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad social, así como de la población en general, mejorando sus oportunidades de acceso y permanencia en la formación y el empleo de calidad”, para dar respuesta, entre otros, a los desafíos de

“• Mejorar las cualificaciones de las personas, especialmente de las personas jóvenes, de manera que puedan estar adaptadas a las necesidades del mercado y a los nuevos nichos de trabajo y no caigan en pobreza y exclusión.

• Impulsar la creación de empleo de calidad, como uno de los mecanismos clave para para la inclusión social, y facilitar el acceso al mismo.

• Mejorar el acceso de aquellos colectivos más vulnerables (personas desempleadas de larga duración, personas jóvenes sin formación ni empleo, jóvenes extutelados/as, personas con discapacidad, personas con problemas de salud mental y adicciones, víctimas de trata o trabajo forzoso, población penitenciaria, etc.) a itinerarios personalizados de incorporación socio-laboral, a través de la mejor coordinación de los recursos sociales y sanitarios”.

Conocemos que el Objetivo 2.2, Formación y empleo de calidad, “... da respuesta a los ODS 1, 2, 4, 5, 8 y 10 (fin de la pobreza, hambre cero, educación de calidad, igualdad de género, trabajo decente y crecimiento económico y reducción de las desigualdades, respectivamente)”.

Se constata que la vinculación entre la Estrategia y el Pilar europeo de Derechos Sociales ... “se encuentra alineada con 3 de los retos estratégicos...”:

• Los retos estratégicos 1 y 3 (garantizar recursos y protección social y garantía del Estado de Bienestar, respectivamente), están perfectamente alineados con el capítulo 3 del Pilar Europeo de Derechos Sociales (protección e inclusión social). Este último está compuesto por todas aquellas líneas relacionadas con la asistencia y apoyo a niños, la garantía de ingresos (renta mínima y prestaciones por desempleo), el sector sanitario, la vivienda, los cuidados de larga duración y la inclusión de personas con discapacidad, entre otros.

• El reto estratégico 2 (inversión social en las personas) se encuentra vinculado con el capítulo 1 del Pilar de Derechos europeos (igualdad de oportunidades y de acceso al mercado de trabajo). Este último contempla líneas relacionadas con la igualdad de oportunidades por género y situación personal, así como todas aquellas medidas relacionadas con la formación y el aprendizaje y el apoyo activo para el empleo.

El reto estratégico 2 (inversión social en las personas, más concretamente con el objetivo de formación y empleo de calidad), se encuentra vinculado con el capítulo 2 del Pilar de Derechos Europeos (condiciones de trabajo justas). Este último contempla líneas relacionadas con la garantía de empleo seguro, el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada, el entorno de trabajo seguro y saludable y la protección del/la trabajador/a en todos los sentidos”.

8. Por otra parte, la vinculación de la Estrategia con los principales objetivos que presenta la Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo 2021-2024 se plasma de esta forma:

“• El reto estratégico 1 (garantizar recursos, concretamente el objetivo de garantía de ingresos), así como el reto estratégico 2 (inversión social en las personas, concretamente el objetivo de formación y empleo de calidad) y el reto estratégico 3 (protección social y garantía del Estado de Bienestar con el objetivo de apoyo a menores y familias), se encuentran alineados con el objetivo 1 de la Estrategia de Activación para el empleo, basado en el enfoque centrado en las personas y las empresas.

• El reto estratégico 2 (inversión social en las personas, y más concretamente el objetivo de formación y empleo de calidad), se encuentra alineado a su vez con el objetivo estratégico 2 de la Estrategia de Activación para el empleo. Este último fomenta la coherencia con la transformación productiva.

• El reto estratégico 4 (desarrollo y alianza y trabajo en red, se encuentra estrechamente relacionado con el Objetivo Estratégico 5 de la Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo, que persigue un modelo de gobernanza y cohesión adecuado del Sistema de Nacional de Empleo”.

9. Sobre la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 y su vinculación con la Estrategia, se concreta en estos términos:

“El reto estratégico 2 (inversión social en las personas) se encuentra alineado con los retos país 3, 4, 5 y 6. La vinculación con el reto país 3 (cerrar la brecha de la desigualdad de género y poner fin a la discriminación) se debe a que la Estrategia tiene líneas de actuación concretas que inciden en la discriminación y la brecha salarial. Del mismo modo, la Estrategia incluye líneas que inciden en los retos país 4 (superar las ineficiencias de un sistema económico excesivamente concentrado y dependiente) y 5 (poner fin a la precariedad laboral) a través de su incidencia en el empleo. Finalmente, la relación con el reto país 6 (revertir la crisis de los servicios públicos) se encuentra en el objetivo 2.1 de la presente Estrategia (educación equitativa e inclusiva), por ser un servicio público al que se atiende y se protege igualmente en la Estrategia de Desarrollo Sostenible

• El reto estratégico 3 (protección social y garantía del Estado de Bienestar) se encuentra alineado con los retos país 1, 3, 6 y 8. La vinculación se debe fundamentalmente al foco en la pobreza del reto 1 y en los servicios públicos del reto país 6, que incluyen los servicios sociales y la dependencia, la sanidad y las medidas de apoyo a las familias. Igualmente, también coinciden ambas Estrategias en la orientación para acabar con la desigualdad de género del reto país 3 y para la despoblación y cambio demográfico del reto país 8”.

10. Encontramos la descripción de las líneas de actuación para cada uno de los objetivos estratégicos en las páginas 161 a 178. Respecto al objetivo 2.2, formación y empleo, son las siguientes:

“Potenciación de las políticas activas de empleo y formación, garantizando una coordinación más estrecha con las políticas de integración social para adaptarlas a las necesidades reales de las personas desempleadas, incluyendo aquellas que están en mayor riesgo de exclusión y más alejadas del mercado de trabajo, como las personas desempleadas de larga duración, personas jóvenes sin formación ni empleo, jóvenes extutelados/as, personas con discapacidad, personas con problemas de salud mental y adicciones, víctimas de trata o trabajo forzoso, población penitenciaria y otros grupos vulnerables, fortaleciendo la colaboración entre servicios de empleo y formación y servicios sociales

Fomento de la contratación de personas con más dificultades de acceso al empleo (personas jóvenes, mujeres tras la maternidad y crianza, personas con discapacidad, personas en riesgo o situación de exclusión social incluidas las personas sin hogar, población gitana desfavorecida, personas trans, mujeres víctimas de violencia de género o de violencia sexual, mujeres durante el embarazo o en situación de riesgo durante la lactancia natural, mujeres víctimas de violencia de género, mujeres víctimas de trata de seres humanos de explotación sexual o laboral, víctimas de trata y trabajo forzoso; etc.), a través de medidas como, por ejemplo:

• Promoción de los “contratos reservados” para empresas de inserción y centros especiales de empleo de iniciativa social.

• Facilitar el acceso a los contratos de las administraciones públicas limitados al cumplimiento de ciertas cláusulas sociales (consecución igualdad efectiva entre hombre y mujeres, fomento del comercio justo y del consumo ético, etc.)

• Incentivos destinados a promover la contratación laboral de personas con más dificultades de acceso al empleo

Fomento de la actividad emprendedora, el autoempleo y la creación de empresas con actuaciones de apoya a:

• Iniciativas de fomento del emprendimiento alineadas con nuevos nichos de desarrollo económico, como la transición energética y las energías renovables, la economía social y solidaria, la transformación digital, etc.

• Iniciativas de fomento del emprendimiento en las zonas con riesgo de despoblación y de reto demográfico.

• Iniciativas de fomento del emprendimiento femenino, de personas jóvenes y de personas migrantes, entre otras.

Mejora de la movilidad laboral y funcional impulsando programas de formación en el Trabajo y formación a lo largo de la vida.

Reducción de la brecha salarial, especialmente entre mujeres y hombres.

Mejora de los mecanismos de intermediación laboral, con atención individualizada y universalmente accesibles y refuerzo de los itinerarios personalizados de atención en colaboración con los servicios sociales a través de:

• Mejora de los servicios públicos de empleo, especialmente en zonas de riesgo y/o exclusión social, con riesgo de despoblación y de reto demográfico.

• Fomento del modelo de colaboración público-privada, incluyendo la colaboración de las administraciones públicas con entidades del Tercer Sector y con empresas.

Fomento de la Responsabilidad Social de las Empresas y del voluntariado corporativo.

Promoción del empleo de calidad, mediante las siguientes actuaciones, entre otras:

• Incentivos a la contratación indefinida.

• Mejoras de las condiciones laborales de los trabajos temporales mayoritariamente suscritos por mujeres y personas jóvenes.

• Mejoras en los contratos a tiempo parcial mayoritariamente suscritos por mujeres y personas jóvenes.

• Adaptación SMI a la situación económica y del mercado laboral

• Actuaciones de compatibilidad de empleo y prestaciones para fomentar que el trabajo sea rentable

• Promoción de Planes de calidad del empleo en empresas determinadas (según su tamaño u otra circunstancia)

• Garantía de formación adecuada y suficiente para la promoción profesional de las personas trabajadoras

• Mejora de conciliación de la vida laboral y profesional

Reducción de la jornada laboral

Desarrollo de medidas de sensibilización, formación y prevención de toda forma de discriminación en el ámbito laboral por razón de edad, sexo, discapacidad, enfermedad (salud mental, VIH, adicciones, etc.), identidad y expresión de género, orientación sexual, origen étnico o religión, en aplicación de la Ley 17/2022 de 12 julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación”.

11. Por último, respecto a los indicadores de empleo, que se utilizarán en el marco de la gobernanza de la Estrategia, serán los siguientes:

“• Tasa de empleo

• Tasa de temporalidad en el empleo

• Tasa de parcialidad en el empleo

• Tasa de desempleo, desagregada por desempleo general y desempleo de larga duración

• Tasa de asalarización y de trabajo autónomo

• Número de hogares sin ingresos

• Brecha de género en el empleo”.

Buena lectura.

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