Reproduzco en esta
entrada del blog, ligeramente revisada, la intervención en la Jornada citado en
el título.
1. Muy buenos días.
Permítanme en primer lugar manifestar mi agradecimiento a la organización por
la invitación a participar en esta jornada dedicada a la pobreza, el empleo y
el bienestar social en la era post-covid19, en el panel dedicado a “nuevos
enfoques en materia de política de empleo”.
Es bueno, es necesario, hablar
de la era post-cov19…, pero sin que debamos olvidar que todavía tenemos delante
nuestro el problema de la crisis sanitaria, tal como se ha recordado con
anterioridad, y que hay que seguir adoptando, y cumpliendo, las medidas
necesarias para salir de la misma con el menor coste de vidas y con el menor
coste social posible.
Por ello, han sido, son y
siguen siendo muy necesarias, y positivas, las medidas laborales y de
protección social instrumentadas desde marzo de 2020, muy señaladamente la
regulación de los expedientes de regulación temporal de empleo y las
modificaciones en materia de protección por desempleo.
2. Comparto mesa virtual de
trabajo, y es una satisfacción, con el Director General del Servicio Público de
Empleo, D. Gerardo Gutiérrez, quien les hablará, con pleno y muy directo
conocimiento, del marco normativo español y de los cambios implantados y
también de los que se avecinan con la nueva Estrategia Española de búsqueda
activa de empleo a las que todas las Comunidades Autónomas dieron su visto
bueno en la reunión de la Conferencia Sectorial de Empleo y Relaciones
Laborales celebrada el 28 de abril.
La organización me ha
pedido que centre mi intervención en la realidad económica y social europea
(semestre europeo, Pilar Europeo de Derechos Sociales, Recomendación de la
Comisión Europea de 4 de marzo, Declaración adoptada en la cumbre europea de
Oporto el 7 de mayo),, en sus medidas y políticas instrumentadas para avanzar hacia
una transición ecológica y digital en el empleo, la reducción de la pobreza, la
superación de las desigualdades sociales…)
Ahora bien, y con ello
inicio mi exposición, España es Europa y Europa es España. ¿Qué quiero decir
con ello? Que las decisiones adoptadas en sede comunitaria han condicionado y
siguen condicionando las políticas internas (el ejemplo más claro y evidente
son las Recomendaciones anuales de política económica y de empleo). Y,
permítanme que lo diga con toda claridad y rotundidad, bienvenidas sean en gran
medida las últimas medidas adoptadas ya que han obligado a nuestros poderes
públicos y a los agentes sociales a buscar, negociar, proponer medidas enla
misma línea para salir de la crisis. No hay ninguna duda del impacto, ahora
incluso más acrecentado que en etapas históricas anteriores) de las normas y
documentos comunitarios sobre la realidad normativa, económica y social
española.
3. ¿Quieren un ejemplo
muy concreto, y que tendrá sin duda alguna un amplio impacto social?
Aquí está, es la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climáticoy transición energética, publicada hoy en el BOE, en el que se incluyen, por
ejemplo, obligaciones para el gobierno de digitalización de la economía “que
contribuyan a lograr los objetivos de descarbonización, en el marco de la
estrategia España Digital 2025”, entre las que se incluyen “emplear el
potencial de nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, para
transitar hacia una economía verde, incluyéndose, entre otros aspectos, el
diseño de algoritmos energéticamente eficientes por diseño” e “impulsar las
competencias digitales de la fuerza laboral, entre otros para las personas
trabajadoras de los sectores necesitados de medidas de acompañamiento de
Transición Justa, cuyos puestos pueden ser reemplazados por tecnologías
emergentes, de modo que se maximice el aprovechamiento de las oportunidades y
se minimicen los efectos negativos”.
Y sin olvidar ni mucho
menos la necesidad de adaptar nuestras políticas al marco internacional fijado
por los Objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas. De ello
queda también constancia, por buscar un punto de referencia muy cercano en el
tiempo, en el “Informe aprobado por la Ponencia para el estudio de ladefinición de la Estrategia de Desarrollo Sostenible, constituida en el seno dela Comisión Mixta para la Coordinación y Seguimiento de la Estrategia Españolapara alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, que en sus
Recomendaciones insta al Gobierno, entre otras, por ejemplo, a “Fortalecer
cuantas medidas políticas, legislativas o de cualquier otra índole sean
necesarias para garantizar la igualdad de género y combatir la violencia
machista, haciendo especial énfasis en el cierre de las brechas retributivas,
la conciliación de la vida laboral y familiar, la revalorización y
reconocimiento del trabajo de cuidados no remunerado…”; o “Abordar, en el marco
del diálogo social y de una negociación colectiva más eficaz y equilibrada,
nuevas estrategias contra la precarización, la temporalidad y la limitación de
derechos laborales, específicamente mediante la irrupción de nuevos modelos de
relación laboral, garantizando el pleno cumplimiento de una legislación laboral
garantista con el trabajo digno y decente, e implementando políticas activas de
empleo y de protección social dirigidas a aquellos colectivos en situación de
mayor vulnerabilidad, tales como las personas jóvenes, migrantes, con orígenes
diversos étnico-raciales o trans”; o en fin “Orientar las reformas del sistema
productivo en la dirección de promover su diversificación, descarbonización,
circularidad y su modernización digital y medioambiental, sin dejar de cumplir
su cometido como instrumento de desarrollo sostenible, equitativo y de cohesión
social”.
En esta misma línea de
adaptación a los marcos internacionales y comunitarios, hay que referirse a la
Proposición no de ley aprobada por la Comisión de Industria, Comercio y Turismo
del Congreso de los Diputados el 11 de mayo (presentada por UP-ECP-GC, y con
modificaciones), en la que se insta al gobierno a “Promover, ya sea en el marco
del Órgano Consultivo que se proyecta en la nueva agenda digital o en el
Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, el
análisis de los efectos que las medidas, reformas o inversiones en materia de
digitalización tienen o tendrán sobre el empleo y las condiciones de trabajo,
en la protección de los intereses y derechos de los consumidores, en la
igualdad de género y en el medio ambiente”.
4. En todo el debate
sobre las políticas de empleo parece que el eje central deba ser el de mejorar
la formación y cualificación de las personas que ya están en el mundo laboral y
por supuesto de las que desean incorporarse. Nadie va a negar, desde luego yo
no lo haré, que ello sea importante, y así se constata en todos los documentos
comunitarios y en las medidas instrumentadas, con especial atención a la
población joven y a la de edad avanzada, así como a la problemática más
concreta de la población femenina.
Pero ¿nos preocupamos realmente
de saber cuál en realidad nuestro tejido productivo y que hay que cambiar para
que nuestros jóvenes bien formados tengan acceso a puestos de trabajo acordes a
sus conocimientos? Me pregunto, y les traslado a todas las personas asistentes
a la Jornada: ¿Ha habido una renovación, modernización de nuestro tejido
productivo, más claro, del mundo empresarial? Son también obligaciones que nos
impone Europa, y que hasta ahora han sido poco atendidas.
¿Contribuirá a esa
reforma y modernización, el Plan de recuperación, presentado por el gobierno
español a la Comisión Europea el mes de abril, y a más largo plazo las
propuestas contenidas en el documento presentado ayer por el Presidente del
Gobierno “España 20250”. Ojalá sea así, si bien las propuestas que se formulan
en materia laboral en el último documento me suscitan más de una duda, y no me
parecen de poca importancia, cuales son que hay propuestas de reformas
laborales que no creo que se adapten demasiado, digámoslo así suavemente, al
acuerdo de gobierno de 30 de diciembre de 2019.
5. Es especialmente
importante, así me lo parece, el compromiso social adoptado en la cumbreeuropea de Oporto, es decir el texto adoptado el 7 de mayo por organizaciones
empresariales y sindicales, organizaciones sociales e instituciones políticas
europeas, y que fue hecho suyo por el Consejo europeo informal celebrado al día
siguiente, en el que se pide “aunar esfuerzos en favor de una recuperación
inclusiva, sostenible, justa y rica en empleo, basada en una economía
competitiva y que no deje a nadie atrás”.
Creo que nadie podrá
estar en desacuerdo con la tesis de que “Con el aumento del desempleo y las
desigualdades debido a la pandemia, es importante canalizar los recursos allí
donde más se necesitan para fortalecer nuestras economías y centrar nuestros
esfuerzos políticos en la igualdad de oportunidades, el acceso a servicios de
calidad, la creación de empleo de calidad, el espíritu empresarial, la mejora y
la recualificación y la reducción de la pobreza y la exclusión”, y que “Por lo
tanto, este es el momento adecuado para afirmar y apoyar colectivamente una
ambiciosa agenda de recuperación económica y social fuerte de recuperación y
modernización económica y social fuerte, sostenible e integradora que vaya de
la mano del fortalecimiento del modelo social europeo, para que todas las
personas se beneficien de las transiciones verde y digital y vivan con
dignidad”.
Se pide, entre otras
medidas: “mantener las medidas de emergencia durante el tiempo que sea
necesario, promoviendo al mismo tiempo un enfoque estratégico para facilitar la
creación de nuevos empleos de calidad y las transiciones entre empleos;
movilizar todos los recursos necesarios -inversiones y reformas- para salir de
la crisis económica y social, para mejorar la resistencia de Europa ante
futuras crisis y reforzar la competitividad de la economía europea, basándose
en el crecimiento sostenible e integrador, el trabajo decente y la justicia social,
y prestando especial atención al
empoderamiento medioambiental, digital y tecnológico de los
trabajadores, las empresas y las instituciones, con un énfasis en las pequeñas
y medianas empresas y en los servicios de interés general;- reforzar la cohesión
territorial y social, con la participación de los niveles de gobierno europeo,
nacional, regional y local de gobierno, centrándose en los sectores, grupos y
territorios con debilidades estructurales profundas y duraderas y que están
sufriendo transformaciones rápidas e importantes, y apoyar el refuerzo de
servicios e infraestructuras esenciales”.
6. Una reflexión general
sobre las políticas de empleo y que a buen seguro enlazará con la intervención
del Director General del SEPE: para que sea eficaz dicha política, y las
medidas que se adopten, tal como se ha constatado en diversos estudios e
informes internacionales OIT, OCDE), es necesaria la existencia de una adecuada
gobernanza vertical por una parte, es decir las relaciones existentes entre los
distintos actores en los ámbitos territoriales comunitario, estatal, autonómico
y locales, y de una adecuada gobernanza horizontal por otra, es decir la relación
entre los distintos actores que trabajan en un mismo nivel, habiéndose puesto
de manifiesto que si se dispone de una flexibilidad local suficiente, y de los
medios adecuados para llevar a cabo las actuaciones, “los actores locales son
capaces de adecuar su estrategias y enfoques de modo que sean relevantes en los
contextos económicos y del mercado de trabajo específico en el que se
desenvuelven”. Se trata de hacer más y mejor, no de reinventar algo que ya está
escrito, conocido y aplicado desde hace mucho tiempo antes. Es necesario disponer
de los datos del ámbito territorial, y también que los agentes implicados
(Administraciones locales en especial) “tengan la capacidad y los conocimientos
para recopilar y analizar sus propios datos”.
Por ello, las políticas activas de empleo, y así se recoge en la nueva
Estrategia Española de búsqueda activa de empleo” “deben estar en estrecha
relación con las transformaciones productivas que se están operando, tanto en
los ámbitos productivos sectoriales como en los distintos territorios”.
Y una mención adicional a
la importancia de las políticas cooperativas: en el ámbito de actuación del
desarrollo de políticas activas en favor del empleo, se considera también que,
a partir de una acción ascendente, de lo local a lo comunitario, desde la Unión
Europea se han de llevar a cabo políticas dirigidas a asegurar un progreso
armónico y duradero del territorio, sobre la base de dos objetivos
fundamentales: la cohesión económica y social y una competitividad equilibrada.
Es necesario que esto se haga mediante sistemas de cooperación entre países,
regiones y municipalidades, más allá de las fronteras nacionales, a partir de
los principios de subsidiariedad y complementariedad
7. Ahora, hay que pasar
de las palabras a los hechos. Y además, no estaría nada mal que fijáramos
nuestra atención en las medidas de política económica y social que está
poniendo en marcha el gobierno estadounidense. Más concretamente, el Plan de
Empleo, tal como se explica en los documentos de trabajo, “… es una inversión
pública histórica, que consiste principalmente en inversiones de capital únicas
en la productividad y el crecimiento a largo plazo de nuestra nación. Invertirá
alrededor del 1% del PIB al año durante ocho años para mejorar la
infraestructura de nuestra nación, revitalizar la fabricación, invertir en
investigación básica y ciencia, apuntalar las cadenas de suministro y
consolidar nuestra infraestructura de atención”.
¿Caminaremos también en
Europa y España por esa buena dirección? Las propuestas van por ese camino, y
esperemos que no se desvíen, y ahí será del todo punto necesario el empujón de
toda la sociedad, o de la gran parte de esta que quiere avanzar por esa senda.
Muchas gracias y quedo a
disposición de la organización para responder más adelante, si hubiera, a las
cuestiones o preguntas que se formulen.
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