martes, 21 de enero de 2025

OIT, Foro Económico Mundial, OCDE, Oxfam, FOESSA. Siguen los debates sobre la realidad y el futuro del empleo... y del crecimiento de las desigualdades. Un repaso a recientes informes y documentos.

 

1. Hace ya diez años (¡qué rápido nos parece que pasa el tiempo!) publiqué una entrada titulada “publiqué una entrada en el blog titulada “Empleo, crisis y pobreza. De los datos (necesarios para conocer el estado general de la cuestión) a las personas (que viven cada día el impacto de la crisis). De Ginebra y Bruselas a Cornellà del Llobregat”  

Cuatro años más tarde, y en la misma línea que la anterior, publiqué la entrada “De Ginebra a Sevilla, pasando por Cornellà del Llobregat. El futuro del trabajo… sin olvidar el presente de las personas que trabajan, de las que buscan trabajo y de las tienen (o no tienen) protección social (a propósito del Informe OIT “Trabajar para un futuro más prometedor”)” 

En la primera, examiné documentos internacionales y españoles publicados dicho año, entre ellos el de la OIT “Perspectivas laborales y sociales en el mundo. Tendencias en 2015”, que en años anteriores se denominaba “Tendencias mundiales del empleo”. En la segunda, junto a otros documentos y explicación de reuniones diversas celebradas sobre la realidad del empleo, me detuve en especial en el Informe elaborado por la Comisión Mundial sobre el futuro del trabajo, creada en 2017, que llevaba por título “Trabajar para un futuro más prometedor”, punto de partida de los diversos textos que darían lugar finalmente a la Declaración del Centenario de la OIT para el futuro deltrabajo , aprobada en la Conferencia anual de 2019.  

Manifestaba entonces, y la reflexión sigue siendo válida en gran medida en enero de 2025, que muchas de las cuestiones que se debatieron en 2015 y en 2019, y las propuestas que se formularon, “siguen teniendo plena vigencia, con la necesidad a escala internacional, europea, estatal, autonómica y local de seguir buscando respuestas y adoptando medidas, en el ámbito competencial respectivo, para abordar tanto los cambios que se están operando en el mundo del trabajo, en términos de cantidad y de calidad, como las necesidades cada vez mayores para una parte nada menospreciable de la población que se encuentra fuera de aquel, o incluso que dentro del mundo laboral no alcanza los ingresos necesarios para una subsistencia digna (trabajadores pobres, “working poors)”.

Ciertamente, aún no se había producido el impacto de la Inteligencia Artificial, si bien ya era un lugar común debatir sobre como influía la tecnología en el mundo del trabajo, y tampoco habían avanzado tanto los documentos y propuestas sobre el cambio climático y la necesidad de tomarlo plenamente en consideración en el camino hacia una transición justa..., aunque sobre esté último quizá podemos estar en presencia de un claro retroceso si prestamos atención a los cambios políticos que están acaeciendo a escala internacional y europea.

2. Pues bien, vuelvo sobre las mismas temáticas abordadas en las dos entradas citadas, y bastantes más publicadas en este blog desde su creación en 2007, para repasar diversos documentos que se han publicado recientemente y que abordan, una vez más y desde  diferentes perspectivas, cuál es la realidad del empleo, el futuro que se prevé, las desigualdades sociales y cómo abordarlas. Siendo optimista, sabiendo las dificultades de la conclusión que voy a exponer, me gustaría que una hipotética entrada publicada en 2029 (¿quién sabe donde estaremos, y en qué condiciones, en dicha fecha?) se refiriera únicamente a la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de la población, porque ello significaría que la realidad mundial, europea y española habrían cambiado sensiblemente y a mejor. Quede aquí mi deseo.

3. Los informes y documentos a los que me dedico, con obligada brevedad y con remisión a todas las personas interesadas a su lectura íntegra por el interés que poseen, insisto, desde diversas perspectivas, son los siguientes:

A) En primer lugar, el nuevo Informe anual de la OIT “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Tendencias 2025”, publicado el 16 de enero (texto en inglés  , resumen ejecutivo en español , nota de prensa ) .

B) Un útil complemento del Informe de la OIT son los datos recientemente publicados, el mismo día 16, por la OCDE sobre la situación del mercado de trabajo en los Estados miembros, y más concretamente sobre como han evolucionado las tasa de empleo y de actividad desde 2019 hasta el tercer trimestre de 2024 (texto en francés    )

C) En segundo término, y cumpliendo también con la periodicidad anual con el que se celebra desde hace ya muchos años el llamado Foro de Davos     , el Informe elaborado por el Foro Económico mundial sobre “El futuro del empleo 2025” (texto en inglés  , nota de prensa   ), hecho público el 8 de enero.

D) Con planteamiento muy distinto, y encarando la realidad política, que impacta claramente sobre la realidad económica y social, OXFAM hizo publico el 20 de enero el informe que realiza anualmente y que coincide con la cita de Davos, cuyo título es algo más que meramente descriptivo de aquello que se expone en su interior: “El saqueo continúa: Pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo” ( texto , resumen ejecutivo  , nota de prensa     )

E) Por fin, quedándonos en España, el pasado mes de diciembre se presentaba por la Fundación FOESSA su 12º informe sobre Análisis y Perspectivas, como adelanto del IX Informe sobe exclusión y desarrollo social en España, que será publicado a finales de 2025, siendo el título de aquel, y que marca claramente su contenido, “La sociedad del riesgo: hacia un modelo de integración precaria” (texto  , artículo de Gerardo Borrego en la revista de Cáritas, “ La sociedad del riesgo. Casi el 40% de los hogares en España se mantienen en la “cuerda floja” económica” 

4. La nota de prensa de presentación del Informe de la OIT lleva por título “La recuperación del mercado laboral pierde fuerza, según un nuevo informe de la OIT”, y se acompaña del subtítulo “Las tensiones geopolíticas, el aumento de los costes del cambio climático y los problemas de deuda sin resolver están poniendo bajo presión a los mercados laborales, asegura la Organización Internacional del Trabajo”.

Reproduzco algunos fragmentos de su contenido que creo especialmente relevantes:

“El empleo mundial en 2024 creció en paralelo a la población activa, lo que mantuvo la tasa de desempleo mundial en el 5 por ciento, un nivel similar al de 2023. No obstante, el ritmo de crecimiento del empleo fue todavía demasiado débil para lograr una reducción sustancial de los déficits de trabajo decente que persisten en todo el mundo. Los jóvenes, en particular, soportan tasas de desempleo mucho más elevadas, cercanas al 12,6 por ciento, con pocos indicios de mejora. Tras el restablecimiento de los niveles prepandémicos de informalidad y pobreza laboral, la recuperación del empleo ha perdido impulso para generar nuevas mejoras y acercarse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La resiliencia de los mercados de trabajo se ve sometida a fuertes presiones en un contexto de enorme incertidumbre económica y social, condicionado por fricciones geopolíticas, crecientes costos del cambio climático y riesgos de deuda soberana sin resolver. Los avances en la creación de trabajo decente han sido más lentos en los países de ingreso bajo, lo que agrava su vulnerabilidad...

... El débil crecimiento de los salarios reales se explica en parte por un cambio favorable a los empleadores en las relaciones de poder del mercado laboral durante el último decenio. En los países sobre los que se dispone de datos, la concentración del mercado de trabajo se correlaciona con una pérdida de poder de los trabajadores en beneficio de los empleadores, con efectos especialmente adversos para los grupos vulnerables y los jóvenes. En concreto, la concentración del mercado parece haber contribuido a acelerar la automatización sin que ello se haya traducido en una mejora de la productividad laboral...

... Los países buscan respuestas para hacer frente a la desaceleración. La pérdida de dinamismo está en parte relacionada con una ralentización de la transformación estructural hacia el sector manufacturero y los servicios de alta productividad. Además, el crecimiento de la productividad intrasectorial también se ha debilitado, especialmente en los servicios industriales y modernos, a pesar de las cuantiosas inversiones en robotización realizadas durante el último decenio. Las grandes potencias industriales tropiezan con graves escollos que les impiden dinamizar el crecimiento industrial. Los elevados (y crecientes) precios de la energía, exacerbados por los conflictos internacionales y la transición energética, son parte del problema, pero la debilidad industrial ya existía antes de las recientes dificultades. Al mismo tiempo, los servicios de alto valor añadido no consiguen cubrir el hueco dejado por el sector industrial. En mayor medida que la industria, los servicios (modernos) —como los servicios empresariales y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)— dependen de una fuerza de trabajo bien formada y de una infraestructura pública en buen estado. A falta de trabajadores calificados y de infraestructuras óptimas, surgen grandes desigualdades geográficas que impiden un crecimiento más equitativo en todo el territorio de un país...

... El aumento de las inversiones en energía y movilidad verdes destinadas a acelerar la transición ecológica ha llevado a los responsables políticos a priorizar estos aspectos en sus políticas industriales. Desde 2023, ha vuelto a crecer el número de puestos de trabajo en energías renovables hasta alcanzar la cifra de 16,2 millones, que representa más de la mitad del empleo en el sector de la energía y el suministro de servicios básicos. Las subvenciones a gran escala y la expansión de infraestructuras públicas, como estaciones de carga y la red eléctrica, han fomentado la generación de energía solar e hidrógeno, impulsando una rápida proliferación de vehículos eléctricos. Sin embargo, la creación de empleo en la producción de energías renovables se distribuye de manera desigual en el mundo. Casi la mitad de las nuevas oportunidades de empleo verde se han concentrado en Asia Oriental; otras economías en desarrollo y emergentes han obtenido pocos beneficios en términos de trabajo decente. Las regiones de América del Norte y Asia y el Pacífico han atraído la mayor parte de la creación de nuevos puestos de trabajo en el sector de las energías renovables; solo China representa el 46 por ciento de todos los empleos en este sector...”

En fin, las recomendaciones que se realizan en el Informe para “acelerar el progreso hacia la justicia social y los ODS, son: “Aumentar la productividad: invertir en formación, educación e infraestructuras para apoyar el crecimiento económico y la creación de empleo. Ampliar la protección social: proporcionar un mejor acceso a la seguridad social y a unas condiciones de trabajo seguras para reducir la desigualdad. Utilizar eficazmente los fondos privados: los países de renta baja pueden aprovechar las remesas y los fondos de la diáspora para apoyar el desarrollo local”.

Junto con la lectura del Informe, es de mucho interés la aportación que realiza el economista del Departamento de Investigación de la OIT, y coautor del Informe, Miguel Sánchez Martínez   , en el podcast publicado el 20 de enero “Perspectivas del mundo laboral. Tendencias globales del empleo: desafíos y oportunidades para 2025” (puede escucharse, y leerse el texto de la conversación, aquí  )

Destaco de la conversación que al valorar el impacto de la IA sobre el empleo se manifiesta en estos términos:

“Tenemos toda una línea de investigación sobre el impacto que puede tener la inteligencia artificial sobre estos desequilibrios y claramente observamos tanta falta de mano de obra, tanto cualificada en estos sectores por ejemplo de las tecnologías de la información, los sectores más punteros, tecnológicamente más avanzados. También se observa falta de mano de obra en sectores como el transporte, que son sectores tradicionalmente considerados donde no se necesita un capital humano quizás tan avanzado. Con lo cual es un fenómeno que efectivamente se está agravando con la inteligencia artificial, con el advenimiento de la inteligencia artificial, pero es un problema que se arrastra desde hace años en ciertos sectores, por lo cual es importante en este sentido abrir las fronteras para que aquellos países con exceso de mano de obra puedan suplir esta falta que hay en muchísimos sectores en las economías avanzadas”.

Y el mensaje que lanza a la reunión de Davos, en relación con el regreso al proteccionismo económico, es el siguiente:

“... “el mensaje principal sería el no dejar que se levanten más trabas al comercio, a la inmigración, a los flujos de capital, a la difusión de la tecnología. Creemos que es un instrumento clave, sobre todo para que los países del sur puedan converger hacia los niveles de renta y riqueza de los países del norte. Sobre todo, como he mencionado antes, la inmigración a día de hoy es un caso claro donde se pueden resolver muchos problemas al mismo tiempo si se adopta un marco legal y un marco de políticas donde los inmigrantes puedan integrarse al 100% en los países de acogida, de tal manera que haya un beneficio mutuo para todos”.

Vista la realidad política actual, no creo precisamente que este mensaje sea muy bien acogido por buena parte de las y los responsables políticos de muchos países de los llamados desarrollados.

4. Como decía anteriormente, un útil complemento del informe de la OIT son los datos recientemente publicados por la OCDE sobre la situación del mercado de trabajo, resaltándose que las tasas de empleo y de actividad de la zona “se mantienen a un nivel record en el tercer trimestre de 2024

En la presentación de los datos se expone que

“Las tasas de empleo y de actividad en la zona de la OCDE se mantuvieron prácticamente estables en el 70,3% y el 74% en el tercer trimestre de 2024. Se trata de las tasas más elevadas desde que se iniciaron las series respectivas en 2005 y 2008...  Se registraron máximos históricos para ambos indicadores en 13 de los 38 países de la OCDE...

La tasa de empleo se situó por encima de la media de la OCDE (70,3%) en aproximadamente dos tercios de los países de la OCDE en el tercer trimestre de 2024, con las notables excepciones de Italia y Francia entre los países del G7... Se mantuvieron estables respecto al trimestre anterior en 15 países de la OCDE. Bajaron en 12 países, ...  y subieron en 11 países...

En el tercer trimestre de 2024, la tasa de participación de las personas de 15 a 64 años se situó por encima de la media de la OCDE (74%) en casi tres cuartas partes de los países de la OCDE... En comparación con el segundo trimestre de 2024, las tasas de participación se mantuvieron sin cambios en 15 países de la OCDE, aumentaron en 12 y disminuyeron en 11. Las tasas de actividad de mujeres y hombres en el área de la OCDE también se mantuvieron estables en niveles récord del 67,1% y el 81%, respectivamente. Las tasas de actividad de los hombres fueron superiores a las de las mujeres en todos los países de la OCDE...

En noviembre de 2024, la tasa de desempleo se mantenía prácticamente estable en el 4,9% en la zona de la OCDE, permaneciendo en un nivel igual o inferior al 5,0% desde abril de 2022...  La tasa de desempleo se mantuvo en un nivel históricamente bajo por cuarto mes consecutivo en la Unión Europea (5,9%) y en la zona euro (6,3%). En comparación con octubre, las tasas de desempleo en noviembre se mantuvieron sin cambios en 22 países de la OCDE, bajaron en 5 y subieron en otros 5....  En noviembre de 2024, la tasa de desempleo en la zona de la OCDE se mantuvo sin cambios para las mujeres y los hombres, así como para los trabajadores más jóvenes y los de 25 años o más... “.

Para España, debe destacarse, siempre según los datos de la OCDE, que la tasa de empleo pasó del 63,4 % en el tercer trimestre de 2019 al 66,3 % en el mismo período de 2024, y la tasa de actividad del 73,8 al 74,8 %. Si nos centramos en la tasa de actividad de la edad laboral (15 a 64 años), pasó del 78,5 al 78,7 % con una diferencia negativa de 7.9 puntos de las mujeres con respecto a los hombres.

5. El informe sobre el futuro del empleo, del   Foro Económico Mundial, aborda cuáles son a su parecer aquellos factores que están impulsando la transformación del mercado laboral, para pasar a continuación a examinar cuál es el impacto previsto de las llamadas “macrotendencias” en la transformación empresarial y, por supuesto en el empleo. Hay un bloque especifico dedicado a la evolución de las cualificaciones profesionales, otro dedicado a las estrategias a seguir respecto a la mano de obra y la necesidad de apostar por la mejora de la disponibilidad del talento, para finalizar, antes de formular sus conclusiones, con el análisis de las perspectivas regionales, económicas e industriales.

Tal como se explica en el prólogo del estudio por su directora general Saadia Zahidi , “se centra en un conjunto de datos único derivado de una amplia encuesta a empleadores de todo el mundo. La edición de este año recoge las perspectivas de más de 1.000 empleadores, que representan a más de 14 millones de trabajadores en 22 grupos industriales y 55 economías, y proporciona información incomparable sobre el panorama laboral emergente para el período 2025-2030”.

Reproduzco a continuación, y siempre desde mi mirada de los contenidos que considero más relevantes, algunos fragmentos.

“El cambio tecnológico, la fragmentación geoeconómica, la incertidumbre económica, los cambios demográficos y la transición verde, tanto de forma individual como en conjunto, se encuentran entre los principales impulsores que se espera que den forma y transformen el mercado laboral mundial de aquí a 2030...

Se espera que la ampliación del acceso digital sea la tendencia más transformadora, tanto en las tendencias relacionadas con la tecnología como en general, y el 60 % de los empleadores esperan que transforme sus negocios de aquí a 2030...

El aumento del coste de vida se ubica como la segunda tendencia más transformadora en general, y la principal tendencia relacionada con las condiciones económicas: la mitad de los empleadores esperan que transforme sus negocios para 2030, a pesar de una reducción anticipada en la inflación global...

La mitigación del cambio climático es la tercera tendencia más transformadora en general (y la principal tendencia relacionada con la transición verde), mientras que la adaptación al cambio climático ocupa el sexto lugar, con un 47% y un 41% de los empleadores, respectivamente, que esperan que estas tendencias transformen sus negocios en los próximos cinco años...

Cada vez se observa más que dos cambios demográficos están transformando las economías y los mercados laborales mundiales: el envejecimiento y la disminución de las poblaciones en edad laboral, predominantemente en las economías de ingresos más altos, y la expansión de las poblaciones en edad laboral, predominantemente en las economías de ingresos más bajos. Estas tendencias impulsan un aumento de la demanda de habilidades en gestión de talentos, enseñanza y tutoría, y motivación y autoconciencia. El envejecimiento de la población impulsa el crecimiento de empleos en el sector de la salud, como los profesionales de enfermería, mientras que el aumento de la población en edad laboral impulsa el crecimiento de profesiones relacionadas con la educación, como los docentes de educación superior.

Extrapolando a partir de las predicciones compartidas por los encuestados de la Encuesta sobre el Futuro de los Empleos, en las tendencias actuales durante el período 2025 a 2030, la creación y destrucción de empleo debido a la transformación estructural del mercado laboral ascenderá al 22% del total de empleos actuales. Se espera que esto implique la creación de nuevos empleos equivalentes al 14% del empleo total actual, lo que suma 170 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, se espera que este crecimiento se vea compensado por el desplazamiento del equivalente al 8% (o 92 millones) de los empleos actuales, lo que se traducirá en un crecimiento neto del 7% del empleo total, o 78 millones de puestos de trabajo.

En promedio, los trabajadores pueden esperar que dos quintas partes (39%) de sus conjuntos de habilidades existentes se transformen o queden obsoletas durante el período 2025-2030...

Si bien se prevé que el número de puestos de trabajo a nivel mundial aumentará en 2030, las diferencias existentes y emergentes en las competencias entre los puestos en crecimiento y los que están en declive podrían exacerbar las brechas existentes en materia de competencias. Se prevé que las competencias más destacadas que diferencian los puestos en crecimiento de los que están en declive son la resiliencia, la flexibilidad y la agilidad; la gestión y las operaciones de recursos; el control de calidad; la programación y la alfabetización tecnológica...

Los encuestados de la Encuesta sobre el Futuro de los Empleos consideran categóricamente que las brechas de habilidades son la mayor barrera para la transformación empresarial, y el 63% de los empleadores las identifican como una barrera importante durante el período 2025-2030. En consecuencia, el 85% de los empleadores encuestados planean priorizar la capacitación de su fuerza laboral, y el 70% de los empleadores esperan contratar personal con nuevas habilidades, el 40% planea reducir el personal a medida que sus habilidades se vuelvan menos relevantes y el 50% planea hacer la transición del personal de roles en declive a roles en crecimiento...

La encuesta sobre el futuro de los empleos también revela que la adopción de iniciativas de diversidad, equidad e inclusión sigue en aumento. El potencial de ampliar la disponibilidad de talento aprovechando grupos de talentos diversos se destaca por el hecho de que un número cuatro veces mayor de empleadores (47%) que hace dos años (10%). Las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión se han vuelto más frecuentes: el 83% de los empleadores informan que tienen una iniciativa de este tipo en marcha, en comparación con el 67% en 2023. Estas iniciativas son particularmente populares para las empresas con sede en América del Norte, con una tasa de adopción del 96%, y para los empleadores con más de 50.000 empleados (95%) ...”

6. Cambio radical de mirada hacia el futuro, indudablemente con un claro contenido político y que se traslada sin duda alguna al ámbito económico, y este arrastra sus impactos hacia el mundo del trabajo. Me refiero al informe de OXFAM “El saqueo continúa. Pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo”.

 La síntesis de informe, que reproduzco a continuación, ya nos da una clara e indubitada muestra de su contenido:

“En 2024, la riqueza conjunta de los milmillonarios creció tres veces más rápido que en 2023. Según las previsiones actuales, dentro de una década habrá cinco billonarios. Mientras tanto, el número de personas que viven en la pobreza apenas ha variado desde 1990. La desigualdad está fuera de control.

Nuestro último informe anual sobre desigualdad, “El saqueo continúa”, analiza por qué la mayor parte de la riqueza de los milmillonarios no es fruto del esfuerzo, sino del saqueo: el 60% es heredada, o bien está marcada por el clientelismo y corrupción, o vinculada al poder de monopolio.  Además, vivimos en un mundo profundamente desigual donde el colonialismo continúa estando presente de diversas maneras. Existe una larga historia de dominación colonial que ha beneficiado, principalmente, a las personas más ricas. El sistema actual sigue extrayendo la riqueza del sur global en beneficio del 1% más rico de la población, que reside mayoritariamente en el norte global, a un ritmo de 30 millones de dólares por hora. Debemos revertir urgentemente esta situación.

Billones de dólares se están transmitiendo a través de herencias, dando lugar a una nueva aristocracia de superricos que ejerce un inmenso poder en nuestra vida política y nuestra economía.

Las personas que viven en la pobreza en todo el mundo siguen siendo quienes más sufren los efectos de las múltiples crisis, desde las cicatrices de la pandemia hasta los conflictos y la crisis climática. Es un círculo perverso que agrava aún más la pobreza, el hambre y la desigualdad.

Según el Banco Mundial, si la desigualdad sigue creciendo al ritmo actual, tardaríamos más de un siglo en acabar con la pobreza, y tan solo el 8 % de la población mundial vive en países con un nivel de desigualdad bajo.  El Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad (Índice CRI 2024) elaborado por Oxfam y Development Finance International revela que, desde 2022, la inmensa mayoría de países registran tendencias negativas en las políticas de lucha contra la desigualdad.

La mayor parte de la riqueza de los milmillonarios es fruto del saqueo, no del esfuerzo

Hay un falso mantra, reforzado por los medios de comunicación y la cultura popular, de que la riqueza extrema es la recompensa a un talento extraordinario. Nada más lejos de la realidad.

El 60 % de la riqueza de los milmillonarios es heredada, o bien está marcada por el clientelismo y corrupción, o vinculada al poder de monopolio.

En 2023, por primera vez en la historia, han surgido más milmillonarios por la riqueza heredada que por el resultado de sus propios negocios o su puro emprendimiento.

Podría decirse que las raíces de la extrema riqueza de los superricos no están en la meritocracia, sino que son un legado del colonialismo y sus repercusiones. En la actualidad, la mayoría de los milmillonarios todavía reside en países del norte global y, sin embargo, estos países tan solo representan una quinta parte de la población mundial.

El colonialismo, y las ideas que lo sostuvieron, hicieron que la clase obrera, que era la mayor parte de la población, acabase aún más explotada.

Las ideas racistas y de supremacismo blanco otorgaron una justificación moral al sufrimiento, brutalidad y explotación sistemática y sin precedentes de decenas de millones de personas que, en ocasiones, incluso llevaron al exterminio de la población.

La desigualdad que existe hoy en día en el mundo lleva la marca del brutal pasado colonial.

Todo ello ha dado lugar a un mundo profundamente desigual, desgarrado por una división basada en el racismo y el sexismo, que continúa extrayendo sistemáticamente la riqueza del sur global para beneficiar principalmente a las personas más ricas en el norte global.

Para contribuir a un cambio sistémico real, los gobiernos deben:

Reducir de manera drástica la desigualdad, estableciendo metas a nivel global y nacional.

Reparar los daños del colonialismo histórico comenzando por reconocer su legado de pobreza y desigualdad estructural a través de pedir una disculpa formal, acompañada de acciones concretas.

Acabar con los sistemas que conforman el colonialismo moderno, como la gobernanza de instituciones internacionales basada en la dominancia formal e informal del norte global.

Hacer que los más ricos paguen más impuestos para acabar con la riqueza extrema.

Promover la solidaridad y la cooperación sur-sur.

Acabar con todas las manifestaciones formales de colonialismo en la actualidad, como las jurisdicciones extraterritoriales.

Queda un largo camino por recorrer para lograr todo lo que soñamos, pero podemos encontrar esperanza, inspiración y motivación en los movimientos de personas que luchan contra la desigualdad y oponen resistencia al colonialismo.

Nos solidarizamos con todas las personas que luchan por un mundo más justo. Con quienes luchan cada día para construir economías basadas en los cuidados y el bienestar de todas las personas, en lugar de en la codicia de una minoría privilegiada”.

7. Y llegamos a España, aunque creo que no la hemos abandonado nunca en los informes y documentos anteriores, ya que nuestra realidad económica y social está cada vez más intereconectada con todo aquello que ocurre a escala mundial en general y de la Unión Europea en particular.

Los periódicos informes de Análisis y Perspectivas que elabora la Fundación FOESSA son de lectura obligada ya que nos recuerdan que, incluso con la importante mejora de la situación del empleo en España, sigue habiendo “zonas de no confort”, donde la precariedad y la exclusión de un número importante de personas sigue existiendo, e interpela a todas y todos los responsables políticos, y a toda la sociedad, a pensar qué medidas deben adoptarse para corregir tal situación.

En su introducción se pone de manifiesto que “Nuestra sociedad se encuentra inmersa en importantes debates que afectan nuestro entorno social y sus bases de funcionamiento. La desigualdad y la cohesión social, el declive demográfico y la integración de las personas migrantes, la dependencia en las múltiples etapas de la vida y el sistema de cuidados, la inclusión por el empleo y la inclusión por los derechos, la evolución de los ingresos familiares y el incremento del gasto en el capítulo de la vivienda, representan hechos y derechos que conmueven a los diferentes agentes sociales. Estos y otros muchos debates son importantes y necesarios para poder tomar mejores decisiones en la organización de nuestro “mundo”. Pero para que estos debates se den de la forma más enriquecedora y útil, precisan de diagnósticos fiables y útiles para dimensionar los retos y generar estrategias que permitan afrontarlos”.

Al igual que he efectuado en los informes y documentos anteriores, reproduzco a continuación los contenidos que considero más importantes desde la perspectiva del empleo, recogidos en especial en el apartado 1.2 del capítulo I, con el título “Un mercado de trabajo en recuperación con algunas sombras”.

“...  Desde la publicación del anterior informe de Análisis y Perspectivas de 2023..., España ya mostraba un crecimiento del PIB que continúa durante la segunda mitad de 2023 e inicios de 2024. En esta tendencia, la evolución del PIB supera las expectativas iniciales existentes debido al impulso tanto de la demanda interna, como de la externa, y parece que tal recuperación será mantenida en el tiempo. Es más, las perspectivas para la economía española son aún mejores para finales de este año debido a la mejora en las exportaciones de servicios, como el turismo, y a un consumo privado más robusto que en años anteriores. No obstante, a pesar de estos aspectos tan positivos, persisten desafíos que afectan de manera importante a los sectores poblacionales más vulnerables, como veremos más adelante.

... La evolución antes descrita de la economía se ha trasladado al ámbito del empleo de la manera esperada: se ha generado un volumen de empleo apreciable, con una reducción de la tasa de desempleo. Esta dinámica se ha dado, además, en un contexto de crecimiento de la población activa motivado, fundamentalmente, por personas trabajadoras migrantes...

A pesar de las típicas variaciones estacionales, durante el período analizado en este informe se ha observado un mercado de trabajo muy dinámico con significativos aumentos del número de ocupados. La mayor parte de estos nuevos empleos han sido ocupados por personas de origen extranjero. Este dato no debería ser significativo, pero preocupa, dado el tipo de empleos que se han generado, pues esta creación ha estado concentrada en el sector servicios, a menudo de baja remuneración y estabilidad. Es decir, un empleo con menor capacidad de integración social y económica, en el que se ocupan, precisamente, personas de un colectivo en especial vulnerabilidad...

... La gran paradoja del mercado de trabajo español reside en el hecho de que, aunque se crea un volumen tan espectacular de empleos, se observa un aumento muy significativo de puestos de trabajo vacantes en sectores que requieren cierta cualificación y/o especialización y que no logran ocuparse por falta de mano de obra suficientemente cualificada. El potencial de crecimiento y mejora de la economía española claramente se verá afectado si este desajuste entre oferta y demanda de empleo no se ataja. Cabe pensar que el proceso de adquisición de competencias por parte de los potenciales trabajadores reducirá esa distancia entre empleos y personas empleadas, a pesar de lo cual, dada la inversión temporal que supone esa cualificación, se esperará un retardo importante en el ajuste entre la oferta y la demanda de empleo...

... La tasa de contratos temporales va convergiendo tras la reforma laboral de 2021 con los países de nuestro entorno. Al mismo tiempo, el análisis de los flujos del mercado laboral muestra cierta estabilidad de las transiciones al no empleo, debido a un doble efecto: por una parte, aumenta el peso de los indefinidos no discontinuos, que compensan el aumento de las salidas al desempleo o la inactividad de los temporales y los fijos discontinuos; asimismo, crecen las transiciones al no empleo para quienes tienen menos de un año de antigüedad en la empresa, por lo que parece haberse sustituido la temporalidad por la inestabilidad...”

 EL documento de FOESSA dedica una atención especial a la población inmigrante en el apartado 2.2.4, para poner de manifiesto tanto la mejora, por una parte, como la insuficiencia, por otra, de su integración, destacando que “El contraste con la evolución de la población de nacionalidad española o de la UE15, nos muestra claramente cómo los efectos de las crisis se han focalizado en la población inmigrante y cómo ésta ha venido a funcionar a modo de “amortiguador” para la población autóctona”, y también que “Los efectos de esta última crisis parecen haberse superado ya, a la luz del cambio entre 2021 y 2024, claramente positivo. Sin embargo, estamos todavía muy lejos de los niveles de integración del año 2007 y, a la vez, de construir un modelo de integración que reduzca significativamente la distancia a la que se encuentra la población extranjera respecto de la de nacionalidad española: casi 4 veces más de exclusión severa y 3 veces más en el total de las situaciones de exclusión social todavía en 2024”. Ello no obsta para señalar que “... en todo caso, sigue siendo necesario recordar...  que 3 de cada cuatro personas en exclusión social son de nacionalidad española... Los procesos de exclusión social no son de naturaleza exógena, no los importamos, tienen su origen en nuestro propio modelo de sociedad”

En fin, en las conclusiones del Informe, y en el ámbito del empleo, se expone que

“... la realidad del empleo presenta los datos más positivos desde la medición de 2007, más allá de la mejoría general tras la COVID-19. Han aumentado el empleo, el número de personas ocupadas y la población activa, engrosada por las personas migrantes. El empleo creado ha sido dual: de un lado, se crea empleo formal, estable y con potencial integrador y, a la vez, se crean empleos en sectores con baja remuneración y estabilidad, en los que más fácilmente encuentran una oportunidad las personas migrantes.

Mientras que los empleos de mayor calidad pueden llegar a precisar un nivel de cualificación y especialización tal que dificulta su ocupación, los empleos más precarios son de más fácil ocupación, pero pueden dificultar el desarrollo de unas buenas condiciones de vida por su debilidad integradora.

A la vez, se reduce el desempleo. Esta buena noticia hay que complementarla con otra información, pues 1 de cada 3 personas desempleadas están en situación de exclusión social severa. Si, además, la persona que carece de empleo es la sustentadora principal del hogar, la exclusión social severa alcanza a la mitad de hogares. Lo que nos sitúa en la realidad de un desempleo insuficientemente protegido y compensado, que expulsa con gran fuerza a buena parte de quien no ha conseguido una estabilidad laboral.

Por último y en relación con el mercado laboral, no podemos olvidar el fenómeno de las personas trabajadoras que afrontan pobreza económica (12%) a pesar de sus rentas del trabajo. Así como las dificultades para la integración social, que sitúan a 1 de cada 10 trabajadores en exclusión social.

Otro efecto de las transformaciones del mercado laboral tiene que ver con la brecha generacional. Quienes están recibiendo una pensión tras haber trabajado durante toda su vida, han reducido a la mitad su exposición a la exclusión social desde 2007 (16,6%) a 2024 (8,2%). En este sentido, la exclusión social más severa ha seguido la misma tendencia y para los mayores de 65 años alcanza valores residuales en 2024 (2%). Mientras, la juventud y la infancia viven un periodo de empeoramiento que merma sus oportunidades, perspectivas y capacidades de generar proyectos vitales emancipatorios, perpetúa situaciones de pobreza y exclusión, y aumenta la desigualdad generacional. En concreto, es muy preocupante que la exclusión social severa en la infancia sea ahora (15,4%) más del doble que en 2007 (7,2%) y la evolución que ha tenido entre la juventud de 18 a 29 años, que ha pasado del 6,4% en 2007 al 11% en 2024”,

Y, por último, entre los “retos para mejorar nuestro modelo de desarrollo social”, destaco en especial el que se formula con carácter tanto preliminar como preferente: “... consideramos necesario avanzar en que el diseño de las políticas públicas se realice desde un enfoque basado en derechos. Esto implica un abordaje integral e interseccional y no la suma de medidas parciales y condicionadas por parte de las administraciones públicas. Esto pasa también por colocar los derechos como eje que atraviesa todos los ámbitos de la vida, haciendo que todas las partes involucradas sean agentes activos en su aseguramiento. Por último, la garantía y protección de los derechos sólo puede ser real si se dotan de recursos suficientes, instrumentos, medidas y cauces para que las personas puedan ejercitarlos y reclamarlos. En un plano general, esta perspectiva nos lleva a exigir que ningún derecho quede al albur del mercado, pues delegarlo en él solo generará nuevas brechas de desigualdad entre quien pueda pagarlo y quien no, privando así a los últimos del ejercicio real del derecho.”.

Buena lectura.   

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