1. Hace ya diez años (¡qué rápido nos parece que pasa el tiempo!) publiqué una entrada titulada “publiqué una entrada en el blog titulada “Empleo, crisis y pobreza. De los datos (necesarios para conocer el estado general de la cuestión) a las personas (que viven cada día el impacto de la crisis). De Ginebra y Bruselas a Cornellà del Llobregat”
Cuatro años más tarde, y en la misma línea que la anterior, publiqué la entrada “De Ginebra a Sevilla, pasando por Cornellà del Llobregat. El futuro del trabajo… sin olvidar el presente de las personas que trabajan, de las que buscan trabajo y de las tienen (o no tienen) protección social (a propósito del Informe OIT “Trabajar para un futuro más prometedor”)”
En la primera, examiné documentos
internacionales y españoles publicados dicho año, entre ellos el de la OIT “Perspectivas
laborales y sociales en el mundo. Tendencias en 2015”, que en años anteriores
se denominaba “Tendencias mundiales del empleo”. En la segunda, junto a otros
documentos y explicación de reuniones diversas celebradas sobre la realidad del
empleo, me detuve en especial en el Informe elaborado por la Comisión Mundial
sobre el futuro del trabajo, creada en 2017, que llevaba por título “Trabajar
para un futuro más prometedor”, punto de partida de los diversos textos que darían
lugar finalmente a la Declaración del Centenario de la OIT para el futuro deltrabajo , aprobada en la Conferencia anual de 2019.
Manifestaba entonces, y
la reflexión sigue siendo válida en gran medida en enero de 2025, que muchas de
las cuestiones que se debatieron en 2015 y en 2019, y las propuestas que se
formularon, “siguen teniendo plena vigencia, con la necesidad a escala
internacional, europea, estatal, autonómica y local de seguir buscando
respuestas y adoptando medidas, en el ámbito competencial respectivo, para
abordar tanto los cambios que se están operando en el mundo del trabajo, en
términos de cantidad y de calidad, como las necesidades cada vez mayores para
una parte nada menospreciable de la población que se encuentra fuera de aquel,
o incluso que dentro del mundo laboral no alcanza los ingresos necesarios para
una subsistencia digna (trabajadores pobres, “working poors)”.
Ciertamente, aún no se
había producido el impacto de la Inteligencia Artificial, si bien ya era un
lugar común debatir sobre como influía la tecnología en el mundo del trabajo, y
tampoco habían avanzado tanto los documentos y propuestas sobre el cambio
climático y la necesidad de tomarlo plenamente en consideración en el camino
hacia una transición justa..., aunque sobre esté último quizá podemos estar en
presencia de un claro retroceso si prestamos atención a los cambios políticos que
están acaeciendo a escala internacional y europea.
2. Pues bien, vuelvo
sobre las mismas temáticas abordadas en las dos entradas citadas, y bastantes más
publicadas en este blog desde su creación en 2007, para repasar diversos
documentos que se han publicado recientemente y que abordan, una vez más y
desde diferentes perspectivas, cuál es
la realidad del empleo, el futuro que se prevé, las desigualdades sociales y
cómo abordarlas. Siendo optimista, sabiendo las dificultades de la conclusión
que voy a exponer, me gustaría que una hipotética entrada publicada en 2029 (¿quién
sabe donde estaremos, y en qué condiciones, en dicha fecha?) se refiriera únicamente
a la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de la población, porque
ello significaría que la realidad mundial, europea y española habrían cambiado
sensiblemente y a mejor. Quede aquí mi deseo.
3. Los informes y
documentos a los que me dedico, con obligada brevedad y con remisión a todas
las personas interesadas a su lectura íntegra por el interés que poseen,
insisto, desde diversas perspectivas, son los siguientes:
A) En primer lugar, el
nuevo Informe anual de la OIT “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo.
Tendencias 2025”, publicado el 16 de enero (texto en inglés , resumen ejecutivo en español , nota de prensa )
.
B) Un útil complemento
del Informe de la OIT son los datos recientemente publicados, el mismo día 16,
por la OCDE sobre la situación del mercado de trabajo en los Estados miembros,
y más concretamente sobre como han evolucionado las tasa de empleo y de
actividad desde 2019 hasta el tercer trimestre de 2024 (texto en francés )
C) En segundo término, y cumpliendo
también con la periodicidad anual con el que se celebra desde hace ya muchos
años el llamado Foro de Davos , el Informe elaborado por el Foro
Económico mundial sobre “El futuro del empleo 2025” (texto en inglés , nota de prensa ), hecho público el 8 de enero.
D) Con planteamiento muy
distinto, y encarando la realidad política, que impacta claramente sobre la
realidad económica y social, OXFAM hizo publico el 20 de enero el informe que
realiza anualmente y que coincide con la cita de Davos, cuyo título es algo más
que meramente descriptivo de aquello que se expone en su interior: “El saqueo
continúa: Pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo” ( texto , resumen ejecutivo , nota de prensa )
E) Por fin, quedándonos en España, el pasado mes de diciembre se presentaba por la Fundación FOESSA su 12º informe sobre Análisis y Perspectivas, como adelanto del IX Informe sobe exclusión y desarrollo social en España, que será publicado a finales de 2025, siendo el título de aquel, y que marca claramente su contenido, “La sociedad del riesgo: hacia un modelo de integración precaria” (texto , artículo de Gerardo Borrego en la revista de Cáritas, “ La sociedad del riesgo. Casi el 40% de los hogares en España se mantienen en la “cuerda floja” económica”
4. La nota de prensa de
presentación del Informe de la OIT lleva por título “La recuperación del
mercado laboral pierde fuerza, según un nuevo informe de la OIT”, y se acompaña
del subtítulo “Las tensiones geopolíticas, el aumento de los costes del cambio
climático y los problemas de deuda sin resolver están poniendo bajo presión a
los mercados laborales, asegura la Organización Internacional del Trabajo”.
Reproduzco algunos
fragmentos de su contenido que creo especialmente relevantes:
“El empleo mundial en
2024 creció en paralelo a la población activa, lo que mantuvo la tasa de
desempleo mundial en el 5 por ciento, un nivel similar al de 2023. No obstante,
el ritmo de crecimiento del empleo fue todavía demasiado débil para lograr una
reducción sustancial de los déficits de trabajo decente que persisten en todo
el mundo. Los jóvenes, en particular, soportan tasas de desempleo mucho más
elevadas, cercanas al 12,6 por ciento, con pocos indicios de mejora. Tras el
restablecimiento de los niveles prepandémicos de informalidad y pobreza
laboral, la recuperación del empleo ha perdido impulso para generar nuevas mejoras
y acercarse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La resiliencia de
los mercados de trabajo se ve sometida a fuertes presiones en un contexto de
enorme incertidumbre económica y social, condicionado por fricciones
geopolíticas, crecientes costos del cambio climático y riesgos de deuda
soberana sin resolver. Los avances en la creación de trabajo decente han sido
más lentos en los países de ingreso bajo, lo que agrava su vulnerabilidad...
... El débil crecimiento
de los salarios reales se explica en parte por un cambio favorable a los empleadores
en las relaciones de poder del mercado laboral durante el último decenio. En los
países sobre los que se dispone de datos, la concentración del mercado de
trabajo se correlaciona con una pérdida de poder de los trabajadores en
beneficio de los empleadores, con efectos especialmente adversos para los
grupos vulnerables y los jóvenes. En concreto, la concentración del mercado
parece haber contribuido a acelerar la automatización sin que ello se haya
traducido en una mejora de la productividad laboral...
... Los países buscan
respuestas para hacer frente a la desaceleración. La pérdida de dinamismo está
en parte relacionada con una ralentización de la transformación estructural
hacia el sector manufacturero y los servicios de alta productividad. Además, el
crecimiento de la productividad intrasectorial también se ha debilitado,
especialmente en los servicios industriales y modernos, a pesar de las
cuantiosas inversiones en robotización realizadas durante el último decenio.
Las grandes potencias industriales tropiezan con graves escollos que les
impiden dinamizar el crecimiento industrial. Los elevados (y crecientes)
precios de la energía, exacerbados por los conflictos internacionales y la transición
energética, son parte del problema, pero la debilidad industrial ya existía
antes de las recientes dificultades. Al mismo tiempo, los servicios de alto
valor añadido no consiguen cubrir el hueco dejado por el sector industrial. En
mayor medida que la industria, los servicios (modernos) —como los servicios
empresariales y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)—
dependen de una fuerza de trabajo bien formada y de una infraestructura pública
en buen estado. A falta de trabajadores calificados y de infraestructuras óptimas,
surgen grandes desigualdades geográficas que impiden un crecimiento más
equitativo en todo el territorio de un país...
... El aumento de las
inversiones en energía y movilidad verdes destinadas a acelerar la transición
ecológica ha llevado a los responsables políticos a priorizar estos aspectos en
sus políticas industriales. Desde 2023, ha vuelto a crecer el número de puestos
de trabajo en energías renovables hasta alcanzar la cifra de 16,2 millones, que
representa más de la mitad del empleo en el sector de la energía y el
suministro de servicios básicos. Las subvenciones a gran escala y la expansión
de infraestructuras públicas, como estaciones de carga y la red eléctrica, han
fomentado la generación de energía solar e hidrógeno, impulsando una rápida
proliferación de vehículos eléctricos. Sin embargo, la creación de empleo en la
producción de energías renovables se distribuye de manera desigual en el mundo.
Casi la mitad de las nuevas oportunidades de empleo verde se han concentrado en
Asia Oriental; otras economías en desarrollo y emergentes han obtenido pocos beneficios
en términos de trabajo decente. Las regiones de América del Norte y Asia y el
Pacífico han atraído la mayor parte de la creación de nuevos puestos de trabajo
en el sector de las energías renovables; solo China representa el 46 por ciento
de todos los empleos en este sector...”
En fin, las recomendaciones
que se realizan en el Informe para “acelerar el progreso hacia la justicia
social y los ODS, son: “Aumentar la productividad: invertir en formación,
educación e infraestructuras para apoyar el crecimiento económico y la creación
de empleo. Ampliar la protección social: proporcionar un mejor acceso a la
seguridad social y a unas condiciones de trabajo seguras para reducir la
desigualdad. Utilizar eficazmente los fondos privados: los países de renta baja
pueden aprovechar las remesas y los fondos de la diáspora para apoyar el
desarrollo local”.
Junto con la lectura del
Informe, es de mucho interés la aportación que realiza el economista del
Departamento de Investigación de la OIT, y coautor del Informe, Miguel Sánchez
Martínez , en el podcast publicado el 20 de enero
“Perspectivas del mundo laboral. Tendencias globales del empleo: desafíos y
oportunidades para 2025” (puede escucharse, y leerse el texto de la conversación,
aquí )
Destaco de la
conversación que al valorar el impacto de la IA sobre el empleo se manifiesta
en estos términos:
“Tenemos toda una línea
de investigación sobre el impacto que puede tener la inteligencia artificial
sobre estos desequilibrios y claramente observamos tanta falta de mano de obra,
tanto cualificada en estos sectores por ejemplo de las tecnologías de la información,
los sectores más punteros, tecnológicamente más avanzados. También se observa
falta de mano de obra en sectores como el transporte, que son sectores
tradicionalmente considerados donde no se necesita un capital humano quizás tan
avanzado. Con lo cual es un fenómeno que efectivamente se está agravando con la
inteligencia artificial, con el advenimiento de la inteligencia artificial,
pero es un problema que se arrastra desde hace años en ciertos sectores, por lo
cual es importante en este sentido abrir las fronteras para que aquellos países
con exceso de mano de obra puedan suplir esta falta que hay en muchísimos
sectores en las economías avanzadas”.
Y el mensaje que lanza a
la reunión de Davos, en relación con el regreso al proteccionismo económico, es
el siguiente:
“... “el mensaje
principal sería el no dejar que se levanten más trabas al comercio, a la
inmigración, a los flujos de capital, a la difusión de la tecnología. Creemos
que es un instrumento clave, sobre todo para que los países del sur puedan
converger hacia los niveles de renta y riqueza de los países del norte. Sobre
todo, como he mencionado antes, la inmigración a día de hoy es un caso claro
donde se pueden resolver muchos problemas al mismo tiempo si se adopta un marco
legal y un marco de políticas donde los inmigrantes puedan integrarse al 100%
en los países de acogida, de tal manera que haya un beneficio mutuo para
todos”.
Vista la realidad política
actual, no creo precisamente que este mensaje sea muy bien acogido por buena
parte de las y los responsables políticos de muchos países de los llamados
desarrollados.
4. Como decía anteriormente,
un útil complemento del informe de la OIT son los datos recientemente publicados
por la OCDE sobre la situación del mercado de trabajo, resaltándose que las
tasas de empleo y de actividad de la zona “se mantienen a un nivel record en el
tercer trimestre de 2024
En la presentación de los
datos se expone que
“Las tasas de empleo y de
actividad en la zona de la OCDE se mantuvieron prácticamente estables en el
70,3% y el 74% en el tercer trimestre de 2024. Se trata de las tasas más
elevadas desde que se iniciaron las series respectivas en 2005 y 2008... Se registraron máximos históricos para ambos
indicadores en 13 de los 38 países de la OCDE...
La tasa de empleo se
situó por encima de la media de la OCDE (70,3%) en aproximadamente dos tercios
de los países de la OCDE en el tercer trimestre de 2024, con las notables
excepciones de Italia y Francia entre los países del G7... Se mantuvieron
estables respecto al trimestre anterior en 15 países de la OCDE. Bajaron en 12
países, ... y subieron en 11 países...
En el tercer trimestre de
2024, la tasa de participación de las personas de 15 a 64 años se situó por
encima de la media de la OCDE (74%) en casi tres cuartas partes de los países
de la OCDE... En comparación con el segundo trimestre de 2024, las tasas de
participación se mantuvieron sin cambios en 15 países de la OCDE, aumentaron en
12 y disminuyeron en 11. Las tasas de actividad de mujeres y hombres en el área
de la OCDE también se mantuvieron estables en niveles récord del 67,1% y el
81%, respectivamente. Las tasas de actividad de los hombres fueron superiores a
las de las mujeres en todos los países de la OCDE...
En noviembre de 2024, la
tasa de desempleo se mantenía prácticamente estable en el 4,9% en la zona de la
OCDE, permaneciendo en un nivel igual o inferior al 5,0% desde abril de 2022...
La tasa de desempleo se mantuvo en un
nivel históricamente bajo por cuarto mes consecutivo en la Unión Europea (5,9%)
y en la zona euro (6,3%). En comparación con octubre, las tasas de desempleo en
noviembre se mantuvieron sin cambios en 22 países de la OCDE, bajaron en 5 y
subieron en otros 5.... En noviembre de
2024, la tasa de desempleo en la zona de la OCDE se mantuvo sin cambios para
las mujeres y los hombres, así como para los trabajadores más jóvenes y los de
25 años o más... “.
Para España, debe
destacarse, siempre según los datos de la OCDE, que la tasa de empleo pasó del
63,4 % en el tercer trimestre de 2019 al 66,3 % en el mismo período de 2024, y
la tasa de actividad del 73,8 al 74,8 %. Si nos centramos en la tasa de
actividad de la edad laboral (15 a 64 años), pasó del 78,5 al 78,7 % con una
diferencia negativa de 7.9 puntos de las mujeres con respecto a los hombres.
5. El informe sobre el
futuro del empleo, del Foro Económico Mundial, aborda cuáles son a su
parecer aquellos factores que están impulsando la transformación del mercado
laboral, para pasar a continuación a examinar cuál es el impacto previsto de
las llamadas “macrotendencias” en la transformación empresarial y, por supuesto
en el empleo. Hay un bloque especifico dedicado a la evolución de las cualificaciones
profesionales, otro dedicado a las estrategias a seguir respecto a la mano de
obra y la necesidad de apostar por la mejora de la disponibilidad del talento,
para finalizar, antes de formular sus conclusiones, con el análisis de las
perspectivas regionales, económicas e industriales.
Tal como se explica en el
prólogo del estudio por su directora general Saadia Zahidi , “se centra en un conjunto de datos único derivado de una amplia encuesta a
empleadores de todo el mundo. La edición de este año recoge las perspectivas de
más de 1.000 empleadores, que representan a más de 14 millones de trabajadores
en 22 grupos industriales y 55 economías, y proporciona información
incomparable sobre el panorama laboral emergente para el período 2025-2030”.
Reproduzco a continuación,
y siempre desde mi mirada de los contenidos que considero más relevantes,
algunos fragmentos.
“El cambio tecnológico,
la fragmentación geoeconómica, la incertidumbre económica, los cambios
demográficos y la transición verde, tanto de forma individual como en conjunto,
se encuentran entre los principales impulsores que se espera que den forma y transformen
el mercado laboral mundial de aquí a 2030...
Se espera que la
ampliación del acceso digital sea la tendencia más transformadora, tanto en las
tendencias relacionadas con la tecnología como en general, y el 60 % de los
empleadores esperan que transforme sus negocios de aquí a 2030...
El aumento del coste de
vida se ubica como la segunda tendencia más transformadora en general, y la
principal tendencia relacionada con las condiciones económicas: la mitad de los
empleadores esperan que transforme sus negocios para 2030, a pesar de una reducción
anticipada en la inflación global...
La mitigación del cambio
climático es la tercera tendencia más transformadora en general (y la principal
tendencia relacionada con la transición verde), mientras que la adaptación al
cambio climático ocupa el sexto lugar, con un 47% y un 41% de los empleadores,
respectivamente, que esperan que estas tendencias transformen sus negocios en
los próximos cinco años...
Cada vez se observa más
que dos cambios demográficos están transformando las economías y los mercados
laborales mundiales: el envejecimiento y la disminución de las poblaciones en
edad laboral, predominantemente en las economías de ingresos más altos, y la
expansión de las poblaciones en edad laboral, predominantemente en las
economías de ingresos más bajos. Estas tendencias impulsan un aumento de la
demanda de habilidades en gestión de talentos, enseñanza y tutoría, y
motivación y autoconciencia. El envejecimiento de la población impulsa el
crecimiento de empleos en el sector de la salud, como los profesionales de
enfermería, mientras que el aumento de la población en edad laboral impulsa el
crecimiento de profesiones relacionadas con la educación, como los docentes de
educación superior.
Extrapolando a partir de
las predicciones compartidas por los encuestados de la Encuesta sobre el Futuro
de los Empleos, en las tendencias actuales durante el período 2025 a 2030, la
creación y destrucción de empleo debido a la transformación estructural del
mercado laboral ascenderá al 22% del total de empleos actuales. Se espera que
esto implique la creación de nuevos empleos equivalentes al 14% del empleo
total actual, lo que suma 170 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, se
espera que este crecimiento se vea compensado por el desplazamiento del
equivalente al 8% (o 92 millones) de los empleos actuales, lo que se traducirá
en un crecimiento neto del 7% del empleo total, o 78 millones de puestos de
trabajo.
En promedio, los
trabajadores pueden esperar que dos quintas partes (39%) de sus conjuntos de
habilidades existentes se transformen o queden obsoletas durante el período
2025-2030...
Si bien se prevé que el
número de puestos de trabajo a nivel mundial aumentará en 2030, las diferencias
existentes y emergentes en las competencias entre los puestos en crecimiento y
los que están en declive podrían exacerbar las brechas existentes en materia de
competencias. Se prevé que las competencias más destacadas que diferencian los
puestos en crecimiento de los que están en declive son la resiliencia, la
flexibilidad y la agilidad; la gestión y las operaciones de recursos; el
control de calidad; la programación y la alfabetización tecnológica...
Los encuestados de la
Encuesta sobre el Futuro de los Empleos consideran categóricamente que las
brechas de habilidades son la mayor barrera para la transformación empresarial,
y el 63% de los empleadores las identifican como una barrera importante durante
el período 2025-2030. En consecuencia, el 85% de los empleadores encuestados
planean priorizar la capacitación de su fuerza laboral, y el 70% de los
empleadores esperan contratar personal con nuevas habilidades, el 40% planea
reducir el personal a medida que sus habilidades se vuelvan menos relevantes y
el 50% planea hacer la transición del personal de roles en declive a roles en
crecimiento...
La encuesta sobre el
futuro de los empleos también revela que la adopción de iniciativas de
diversidad, equidad e inclusión sigue en aumento. El potencial de ampliar la
disponibilidad de talento aprovechando grupos de talentos diversos se destaca
por el hecho de que un número cuatro veces mayor de empleadores (47%) que hace
dos años (10%). Las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión se han
vuelto más frecuentes: el 83% de los empleadores informan que tienen una
iniciativa de este tipo en marcha, en comparación con el 67% en 2023. Estas
iniciativas son particularmente populares para las empresas con sede en América
del Norte, con una tasa de adopción del 96%, y para los empleadores con más de
50.000 empleados (95%) ...”
6. Cambio radical de
mirada hacia el futuro, indudablemente con un claro contenido político y que se
traslada sin duda alguna al ámbito económico, y este arrastra sus impactos
hacia el mundo del trabajo. Me refiero al informe de OXFAM “El saqueo continúa.
Pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo”.
La síntesis de informe, que reproduzco a continuación,
ya nos da una clara e indubitada muestra de su contenido:
“En 2024, la riqueza
conjunta de los milmillonarios creció tres veces más rápido que en 2023. Según
las previsiones actuales, dentro de una década habrá cinco billonarios.
Mientras tanto, el número de personas que viven en la pobreza apenas ha variado
desde 1990. La desigualdad está fuera de control.
Nuestro último informe
anual sobre desigualdad, “El saqueo continúa”, analiza por qué la mayor parte
de la riqueza de los milmillonarios no es fruto del esfuerzo, sino del saqueo:
el 60% es heredada, o bien está marcada por el clientelismo y corrupción, o
vinculada al poder de monopolio. Además,
vivimos en un mundo profundamente desigual donde el colonialismo continúa
estando presente de diversas maneras. Existe una larga historia de dominación
colonial que ha beneficiado, principalmente, a las personas más ricas. El
sistema actual sigue extrayendo la riqueza del sur global en beneficio del 1%
más rico de la población, que reside mayoritariamente en el norte global, a un
ritmo de 30 millones de dólares por hora. Debemos revertir urgentemente esta
situación.
Billones de dólares se
están transmitiendo a través de herencias, dando lugar a una nueva aristocracia
de superricos que ejerce un inmenso poder en nuestra vida política y nuestra
economía.
Las personas que viven en
la pobreza en todo el mundo siguen siendo quienes más sufren los efectos de las
múltiples crisis, desde las cicatrices de la pandemia hasta los conflictos y la
crisis climática. Es un círculo perverso que agrava aún más la pobreza, el
hambre y la desigualdad.
Según el Banco Mundial,
si la desigualdad sigue creciendo al ritmo actual, tardaríamos más de un siglo
en acabar con la pobreza, y tan solo el 8 % de la población mundial vive en
países con un nivel de desigualdad bajo.
El Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad (Índice CRI
2024) elaborado por Oxfam y Development Finance International revela que, desde
2022, la inmensa mayoría de países registran tendencias negativas en las
políticas de lucha contra la desigualdad.
La mayor parte de la
riqueza de los milmillonarios es fruto del saqueo, no del esfuerzo
Hay un falso mantra,
reforzado por los medios de comunicación y la cultura popular, de que la
riqueza extrema es la recompensa a un talento extraordinario. Nada más lejos de
la realidad.
El 60 % de la riqueza de
los milmillonarios es heredada, o bien está marcada por el clientelismo y
corrupción, o vinculada al poder de monopolio.
En 2023, por primera vez
en la historia, han surgido más milmillonarios por la riqueza heredada que por
el resultado de sus propios negocios o su puro emprendimiento.
Podría decirse que las
raíces de la extrema riqueza de los superricos no están en la meritocracia,
sino que son un legado del colonialismo y sus repercusiones. En la actualidad,
la mayoría de los milmillonarios todavía reside en países del norte global y,
sin embargo, estos países tan solo representan una quinta parte de la población
mundial.
El colonialismo, y las
ideas que lo sostuvieron, hicieron que la clase obrera, que era la mayor parte
de la población, acabase aún más explotada.
Las ideas racistas y de
supremacismo blanco otorgaron una justificación moral al sufrimiento,
brutalidad y explotación sistemática y sin precedentes de decenas de millones
de personas que, en ocasiones, incluso llevaron al exterminio de la población.
La desigualdad que existe
hoy en día en el mundo lleva la marca del brutal pasado colonial.
Todo ello ha dado lugar a
un mundo profundamente desigual, desgarrado por una división basada en el
racismo y el sexismo, que continúa extrayendo sistemáticamente la riqueza del
sur global para beneficiar principalmente a las personas más ricas en el norte
global.
Para contribuir a un
cambio sistémico real, los gobiernos deben:
Reducir de manera
drástica la desigualdad, estableciendo metas a nivel global y nacional.
Reparar los daños del
colonialismo histórico comenzando por reconocer su legado de pobreza y
desigualdad estructural a través de pedir una disculpa formal, acompañada de
acciones concretas.
Acabar con los sistemas
que conforman el colonialismo moderno, como la gobernanza de instituciones
internacionales basada en la dominancia formal e informal del norte global.
Hacer que los más ricos
paguen más impuestos para acabar con la riqueza extrema.
Promover la solidaridad y
la cooperación sur-sur.
Acabar con todas las
manifestaciones formales de colonialismo en la actualidad, como las
jurisdicciones extraterritoriales.
Queda un largo camino por
recorrer para lograr todo lo que soñamos, pero podemos encontrar esperanza,
inspiración y motivación en los movimientos de personas que luchan contra la
desigualdad y oponen resistencia al colonialismo.
Nos solidarizamos con
todas las personas que luchan por un mundo más justo. Con quienes luchan cada
día para construir economías basadas en los cuidados y el bienestar de todas
las personas, en lugar de en la codicia de una minoría privilegiada”.
7. Y llegamos a España,
aunque creo que no la hemos abandonado nunca en los informes y documentos
anteriores, ya que nuestra realidad económica y social está cada vez más intereconectada
con todo aquello que ocurre a escala mundial en general y de la Unión Europea
en particular.
Los periódicos informes
de Análisis y Perspectivas que elabora la Fundación FOESSA son de lectura
obligada ya que nos recuerdan que, incluso con la importante mejora de la
situación del empleo en España, sigue habiendo “zonas de no confort”, donde la
precariedad y la exclusión de un número importante de personas sigue existiendo,
e interpela a todas y todos los responsables políticos, y a toda la sociedad, a
pensar qué medidas deben adoptarse para corregir tal situación.
En su introducción se
pone de manifiesto que “Nuestra sociedad se encuentra inmersa en importantes
debates que afectan nuestro entorno social y sus bases de funcionamiento. La
desigualdad y la cohesión social, el declive demográfico y la integración de
las personas migrantes, la dependencia en las múltiples etapas de la vida y el
sistema de cuidados, la inclusión por el empleo y la inclusión por los
derechos, la evolución de los ingresos familiares y el incremento del gasto en
el capítulo de la vivienda, representan hechos y derechos que conmueven a los
diferentes agentes sociales. Estos y otros muchos debates son importantes y
necesarios para poder tomar mejores decisiones en la organización de nuestro
“mundo”. Pero para que estos debates se den de la forma más enriquecedora y
útil, precisan de diagnósticos fiables y útiles para dimensionar los retos y
generar estrategias que permitan afrontarlos”.
Al igual que he efectuado
en los informes y documentos anteriores, reproduzco a continuación los contenidos
que considero más importantes desde la perspectiva del empleo, recogidos en
especial en el apartado 1.2 del capítulo I, con el título “Un mercado de trabajo
en recuperación con algunas sombras”.
“... Desde la publicación del anterior informe de
Análisis y Perspectivas de 2023..., España ya mostraba un crecimiento del PIB
que continúa durante la segunda mitad de 2023 e inicios de 2024. En esta
tendencia, la evolución del PIB supera las expectativas iniciales existentes
debido al impulso tanto de la demanda interna, como de la externa, y parece que
tal recuperación será mantenida en el tiempo. Es más, las perspectivas para la
economía española son aún mejores para finales de este año debido a la mejora
en las exportaciones de servicios, como el turismo, y a un consumo privado más
robusto que en años anteriores. No obstante, a pesar de estos aspectos tan
positivos, persisten desafíos que afectan de manera importante a los sectores
poblacionales más vulnerables, como veremos más adelante.
... La evolución antes
descrita de la economía se ha trasladado al ámbito del empleo de la manera
esperada: se ha generado un volumen de empleo apreciable, con una reducción de
la tasa de desempleo. Esta dinámica se ha dado, además, en un contexto de
crecimiento de la población activa motivado, fundamentalmente, por personas
trabajadoras migrantes...
A pesar de las típicas
variaciones estacionales, durante el período analizado en este informe se ha
observado un mercado de trabajo muy dinámico con significativos aumentos del
número de ocupados. La mayor parte de estos nuevos empleos han sido ocupados
por personas de origen extranjero. Este dato no debería ser significativo, pero
preocupa, dado el tipo de empleos que se han generado, pues esta creación ha
estado concentrada en el sector servicios, a menudo de baja remuneración y
estabilidad. Es decir, un empleo con menor capacidad de integración social y
económica, en el que se ocupan, precisamente, personas de un colectivo en
especial vulnerabilidad...
... La gran paradoja del
mercado de trabajo español reside en el hecho de que, aunque se crea un volumen
tan espectacular de empleos, se observa un aumento muy significativo de puestos
de trabajo vacantes en sectores que requieren cierta cualificación y/o
especialización y que no logran ocuparse por falta de mano de obra
suficientemente cualificada. El potencial de crecimiento y mejora de la economía
española claramente se verá afectado si este desajuste entre oferta y demanda
de empleo no se ataja. Cabe pensar que el proceso de adquisición de
competencias por parte de los potenciales trabajadores reducirá esa distancia
entre empleos y personas empleadas, a pesar de lo cual, dada la inversión
temporal que supone esa cualificación, se esperará un retardo importante en el
ajuste entre la oferta y la demanda de empleo...
... La tasa de contratos
temporales va convergiendo tras la reforma laboral de 2021 con los países de
nuestro entorno. Al mismo tiempo, el análisis de los flujos del mercado laboral
muestra cierta estabilidad de las transiciones al no empleo, debido a un doble
efecto: por una parte, aumenta el peso de los indefinidos no discontinuos, que
compensan el aumento de las salidas al desempleo o la inactividad de los
temporales y los fijos discontinuos; asimismo, crecen las transiciones al no
empleo para quienes tienen menos de un año de antigüedad en la empresa, por lo
que parece haberse sustituido la temporalidad por la inestabilidad...”
EL documento de FOESSA dedica una atención
especial a la población inmigrante en el apartado 2.2.4, para poner de manifiesto
tanto la mejora, por una parte, como la insuficiencia, por otra, de su integración,
destacando que “El contraste con la evolución de la población de nacionalidad
española o de la UE15, nos muestra claramente cómo los efectos de las crisis se
han focalizado en la población inmigrante y cómo ésta ha venido a funcionar a
modo de “amortiguador” para la población autóctona”, y también que “Los efectos
de esta última crisis parecen haberse superado ya, a la luz del cambio entre
2021 y 2024, claramente positivo. Sin embargo, estamos todavía muy lejos de los
niveles de integración del año 2007 y, a la vez, de construir un modelo de
integración que reduzca significativamente la distancia a la que se encuentra
la población extranjera respecto de la de nacionalidad española: casi 4 veces
más de exclusión severa y 3 veces más en el total de las situaciones de
exclusión social todavía en 2024”. Ello no obsta para señalar que “... en todo
caso, sigue siendo necesario recordar... que 3 de cada cuatro personas en exclusión
social son de nacionalidad española... Los procesos de exclusión social no son de
naturaleza exógena, no los importamos, tienen su origen en nuestro propio
modelo de sociedad”
En fin, en las
conclusiones del Informe, y en el ámbito del empleo, se expone que
“... la realidad del
empleo presenta los datos más positivos desde la medición de 2007, más allá de
la mejoría general tras la COVID-19. Han aumentado el empleo, el número de
personas ocupadas y la población activa, engrosada por las personas migrantes.
El empleo creado ha sido dual: de un lado, se crea empleo formal, estable y con
potencial integrador y, a la vez, se crean empleos en sectores con baja
remuneración y estabilidad, en los que más fácilmente encuentran una
oportunidad las personas migrantes.
Mientras que los empleos
de mayor calidad pueden llegar a precisar un nivel de cualificación y
especialización tal que dificulta su ocupación, los empleos más precarios son
de más fácil ocupación, pero pueden dificultar el desarrollo de unas buenas
condiciones de vida por su debilidad integradora.
A la vez, se reduce el
desempleo. Esta buena noticia hay que complementarla con otra información, pues
1 de cada 3 personas desempleadas están en situación de exclusión social
severa. Si, además, la persona que carece de empleo es la sustentadora
principal del hogar, la exclusión social severa alcanza a la mitad de hogares.
Lo que nos sitúa en la realidad de un desempleo insuficientemente protegido y
compensado, que expulsa con gran fuerza a buena parte de quien no ha conseguido
una estabilidad laboral.
Por último y en relación
con el mercado laboral, no podemos olvidar el fenómeno de las personas trabajadoras
que afrontan pobreza económica (12%) a pesar de sus rentas del trabajo. Así
como las dificultades para la integración social, que sitúan a 1 de cada 10
trabajadores en exclusión social.
Otro efecto de las
transformaciones del mercado laboral tiene que ver con la brecha generacional. Quienes
están recibiendo una pensión tras haber trabajado durante toda su vida, han
reducido a la mitad su exposición a la exclusión social desde 2007 (16,6%) a
2024 (8,2%). En este sentido, la exclusión social más severa ha seguido la
misma tendencia y para los mayores de 65 años alcanza valores residuales en
2024 (2%). Mientras, la juventud y la infancia viven un periodo de
empeoramiento que merma sus oportunidades, perspectivas y capacidades de
generar proyectos vitales emancipatorios, perpetúa situaciones de pobreza y
exclusión, y aumenta la desigualdad generacional. En concreto, es muy
preocupante que la exclusión social severa en la infancia sea ahora (15,4%) más
del doble que en 2007 (7,2%) y la evolución que ha tenido entre la juventud de
18 a 29 años, que ha pasado del 6,4% en 2007 al 11% en 2024”,
Y, por último, entre los “retos
para mejorar nuestro modelo de desarrollo social”, destaco en especial el que
se formula con carácter tanto preliminar como preferente: “... consideramos
necesario avanzar en que el diseño de las políticas públicas se realice desde
un enfoque basado en derechos. Esto implica un abordaje integral e interseccional
y no la suma de medidas parciales y condicionadas por parte de las
administraciones públicas. Esto pasa también por colocar los derechos como eje
que atraviesa todos los ámbitos de la vida, haciendo que todas las partes
involucradas sean agentes activos en su aseguramiento. Por último, la garantía
y protección de los derechos sólo puede ser real si se dotan de recursos
suficientes, instrumentos, medidas y cauces para que las personas puedan
ejercitarlos y reclamarlos. En un plano general, esta perspectiva nos lleva a
exigir que ningún derecho quede al albur del mercado, pues delegarlo en él solo
generará nuevas brechas de desigualdad entre quien pueda pagarlo y quien no,
privando así a los últimos del ejercicio real del derecho.”.
Buena lectura.
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