miércoles, 13 de diciembre de 2023

Unión Europea. La puesta en marcha del semestre europeo 2024. Estudio prospectivo anual sobre el crecimiento sostenible. Propuesta de Recomendación sobre la política económica de la zona euro, Proyecto de informe conjunto sobre el empleo, e Informe sobre el mecanismo de alerta.

 

1. La Comisión Europea, presidida por Ursula der Leyen, hizo públicos el 21 de noviembre los documentos  con los que inicia el ciclo del semestre europeo 2024 de coordinación de las políticas económicas, presupuestarias y sociales, y que he tenido oportunidad de leer, teniendo como punto de referencia principal el Estudio prospectivo anual sobre el crecimiento sostenible 2024, en el que se afirma, según la notade prensa de presentación de todos los documentos  , que

“presenta un ambicioso programa para seguir reforzando una respuesta política coordinada de la UE a fin de mejorar la competitividad de la UE a través de la transición ecológica y digital, al tiempo que se garantizan la justicia social y la cohesión territorial. Con miras a estimular la sostenibilidad competitiva, las cuatro prioridades del Semestre Europeo consisten en el fomento de la sostenibilidad medioambiental, la productividad, la equidad y la estabilidad macroeconómica. Este planteamiento se ajusta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que forman parte integrante del Semestre Europeo. Hacer frente a los retos estructurales y emergentes, a fin de aprovechar plenamente el potencial de competitividad de cada Estado miembro, será uno de los elementos centrales del ciclo de este año. Esto abarca eliminar los obstáculos a la inversión pública y privada, apoyar un entorno empresarial propicio y garantizar el desarrollo de las capacidades necesarias para las transiciones ecológica y digital. A este respecto, el ciclo del Semestre Europeo de 2024 se centrará especialmente en las sinergias y complementariedades entre la ejecución de los planes de recuperación y resiliencia y los programas de la política de cohesión, y en la determinación de los ámbitos con nuevas necesidades de inversión y reforma a nivel nacional y regional. Además, en 2024 se desactivará la cláusula general de salvaguardia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La política fiscal debe apoyar la política monetaria a la hora de reducir la inflación y salvaguardar la sostenibilidad presupuestaria, sin dejar por ello de ofrecer suficiente margen para nuevas inversiones y sostener el crecimiento a largo plazo”

Tomando en consideración más general todos los documentos presentados, la Comisión explica que el paquete de otoño “se basa en las previsiones económicas de otoño de 2023, que indicaban que la economía de la UE seguía siendo resiliente frente a las múltiples perturbaciones sufridas en los últimos años, pero que había perdido impulso de crecimiento en 2023 en un contexto de elevada inflación y de condiciones de financiación más estrictas, con solo un moderado aumento del crecimiento previsto para 2024”, al mismo tiempo que enfatiza que “La UE se enfrenta a varios grandes retos estructurales, tales como el bajo aumento de la productividad, las transiciones ecológica y digital, el envejecimiento y la inclusión social, a que debe hacerse frente para poder mantenerse en la senda de la competitividad sostenible. Las perturbaciones de orden geopolítico también han demostrado la necesidad de que la UE siga siendo competitiva en el mercado mundial, al tiempo que se vela por que nadie se quede atrás”.

La CE ha presentado varios documentos. Además del ya mencionado dedicado a la estrategia sostenible, cabe señalar que se han publicado la propuesta de Recomendación del Consejo sobre la política económica de la zona euro, con el fin de integrar mejor las dimensiones nacionales y de la zona del euro de la gobernanza económica de la UE, el Informe sobre el mecanismo de alerta, y la Propuesta de informe conjunto sobre el empleo (PICE).   

Respecto al PICE, se presenta de acuerdo a lo dispuesto en el art. 148 del Tratado de funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), documento en el que se ofrece “una visión general anual de las evoluciones más importantes en materia social y de empleo en Europa y de las recientes medidas políticas de los Estados miembros, en consonancia con las Orientaciones generales para las políticas de empleo de los distintos Estados, así como también identifica áreas prioritarias clave para la acción política”. Recordemos que dichas Orientaciones son las siguientes: “impulsar la demanda de mano de obra (orientación n.º 5), mejorar la oferta de mano de obra, las capacidades y las competencias (orientación n.º 6), mejorar el funcionamiento de los mercados de trabajo (orientación n.º 7) y fomentar la inclusión social, combatir la pobreza y promover la igualdad de oportunidades (orientación n.º 8).

En la presentación de los documentos del semestre europeo, se manifestó lo siguiente por el Vicepresidente Valdis Dombrovskis, responsable de una economía al servicio de las personas: “La economía europea se enfrenta a múltiples retos. Si bien la inflación sigue bajando desde sus máximos históricos, ha repercutido en los hogares y las empresas de toda Europa, erosionando el poder adquisitivo y endureciendo las condiciones de financiación. El contexto actual de cambios geopolíticos y la urgencia de avanzar en las transiciones ecológica y digital hacen que la recuperación de la competitividad de Europa sea un elemento central del paquete del Semestre Europeo anunciado hoy. Para lograrlo, nos guiamos por la idea de centrarnos en las inversiones y reformas de alta calidad para aumentar la productividad, hacer que nuestra economía sea más inclusiva y mejorar las condiciones de nuestras empresas. También pedimos a los Estados miembros que apliquen políticas fiscales prudentes y que velen por la sostenibilidad de sus finanzas públicas. Nuestras orientaciones los ayudarán a conseguir crecimiento, productividad y resiliencia a largo plazo”.

Por su parte, el comisario de Economía, Paulo Gentiloni, subrayó que “Mediante este análisis exhaustivo y las orientaciones políticas, presentamos un rumbo para las economías de la UE y de sus Estados miembros entre las aguas aún turbulentas que se avecinan. Hemos evaluado los proyectos de planes presupuestarios para 2024 con respecto a las recomendaciones adoptadas en primavera, centrándonos en limitar el aumento del gasto, preservar la inversión pública y eliminar gradualmente las medidas de apoyo a la energía. Es el momento de unas políticas presupuestarias prudentes que complementen los esfuerzos del BCE por luchar contra la inflación y, por tanto, sostener el poder adquisitivo. Sin embargo, también es esencial que los gobiernos prosigan las reformas e inversiones necesarias para mejorar nuestra competitividad y alcanzar un crecimiento sostenido y sostenible. Desde este punto de vista, la ejecución con firmeza de los planes nacionales de recuperación y resiliencia sigue revistiendo una importancia fundamental”

Desde la perspectiva más estrictamente social, el comisario de empleo y derechos sociales, Nicolas Schmit, destacó lo siguiente: “Si bien la UE está bien encaminada hacia su objetivo de empleo del 78 % para 2030, la persistente escasez de mano de obra y de capacidades está obstaculizando el crecimiento económico. Además, queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los objetivos sociales de la UE en materia de formación y reducción de la pobreza. Gracias a medidas que abarcan los salarios mínimos, las capacidades, la pobreza infantil y la renta mínima, la UE ha avanzado mucho en el fortalecimiento del tejido social europeo en los últimos años. El nuevo planteamiento específico por países del Informe Conjunto sobre el Empleo, en consonancia con los principios de un marco de convergencia social, ayudará a los Estados miembros a determinar posibles dificultades a la hora de alcanzar sus objetivos nacionales y los riesgos para la convergencia social al alza, con vistas a superarlos”.

Reproduzco a continuación algunos de los contenidos más relevantes de los documentos citados en el título de esta entrada por lo que respecta a sus contenidos referidos a las políticas de empleo y protección social. Creo que es de especial interés el conocimiento de estos textos en un momento en que ya está en marcha el nuevo gobierno de coalición en España y hay importantes medidas normativas que deben dictarse próximamente, como son la reforma de las prestaciones asistenciales de desempleo, la fijación del salario mínimo para 2024, y el desarrollo de la Ley 3/2023 de 28 de febrero de empleo, sin olvidar otras medidas que puedan también contribuir a una mayor igualdad en el mercado de trabajo por vía indirecta, como por ejemplo el Proyecto de ley orgánica de representación paritaria ypresencia equilibrada de mujeres y hombres, aprobado por el Consejo de Ministros en su reunión de 5 de diciembre    y que iniciará próximamente su tramitación parlamentaria. Y además, teniendo presente que el acuerdo de gobierno PSOE-Sumar incluye importantes propuesta de cambios normativos, siendo el de reducción de la jornada de trabajo, el de un mayor desarrollo de las políticas de corresponsabilidad en los cuidados especial, y una mayor presencia de la representación del personal en los órganos de dirección de las empresas, especialmente importantes, especialmente importantes y para los que los documentos comunitarios, se esté o no de acuerdo, total o parcial, con sus contenidos, pueden ser de mucha utilidad en su preparación.  

Antes de ello, apunto que sobre el semestre europeo de 2023 remito al excelente artículo del profesor Daniel Pérez del Prado “Aspectos sociales del semestre europeo 2023”  , en cuyo resumen se expone que “El presente estudio realiza un repaso de las principales previsiones y medidas previstas en el Semestre Europeo para el presente año. En concreto, se revisa tanto la fase previa como su inicio, prestando atención al ámbito laboral y social y, en particular, a las concretas referencias hechas para España. El objetivo final es analizar las líneas maestras en materia de regulación del mercado de trabajo, políticas de empleo y protección social previstas a nivel de la Unión Europea y para nuestro país para el presente ejercicio”.

Por mi parte, he abordado el estudio del semestre europeo en varias entradas anteriores desde 2014. Baste ahora recordar que el de 2022 fue objeto de atención en esteartículo , el de 2020 en este  , y el de 2019 en este

2. El texto de referencia obligada es la citada Comunicación de la CE dedicada al Estudio prospectivo anual sobre el crecimiento sostenible para 2024.  

“ 2.4. Equidad

En general, el mercado laboral de la UE sigue mostrando un buen comportamiento, a pesar de la ralentización del crecimiento económico, la persistencia de disparidades regionales y el hecho de que algunos sectores de la población se benefician menos. La tasa de empleo alcanzó el nivel histórico del 75,4 % en el segundo trimestre de 2023, mientras que la tasa de desempleo cayó al 6,0 %, el nivel más bajo jamás registrado en la UE. Si bien que algunos Estados miembros han logrado progresos significativos, otros registraron tasas de desempleo todavía superiores al 11 % . Al mismo tiempo, las cifras relativas al mercado laboral muestran disparidades regionales notables dentro de los Estados miembros.

Los elevados niveles de escasez de mano de obra y de cualificaciones constituyen un importante obstáculo para el crecimiento sostenible, la innovación y la competitividad y requieren medidas específicas. En un mercado laboral bajo tensión, más de dos tercios de los empleadores no logran encontrar el talento que necesitan. La escasez es común en la asistencia sanitaria, los sectores de las CTIM (en particular las TIC), los empleos verdes y determinados empleos del sector de los servicios. Los talentos de las mujeres, los jóvenes y las personas mayores, las personas poco cualificadas, las personas con discapacidad y otros grupos desfavorecidos e infrarrepresentados son muy necesarios en el mercado laboral . Más del 20 % de la población en edad de trabajar está inactiva, entre ellos, 8 millones de jóvenes que no tienen empleo, educación ni formación. Debe garantizarse la igualdad de oportunidades para todos, especialmente mediante la aplicación de las estrategias de la Unión de la Igualdad.

Las medidas políticas en los niveles adecuados deben destinarse a incrementar la participación en el mercado laboral a fin de mejorar los resultados sociales y de empleo. Esto incluye el refuerzo de las políticas activas del mercado de trabajo, el acceso a una atención y educación de la primera infancia de calidad y asequibles y a sistemas de cuidados de larga duración, impuestos y prestaciones sociales que fomenten el trabajo (incluido el traslado de la fiscalidad del trabajo a objetivos medioambientales y climáticos), unas condiciones laborales adecuadas y posibilidades de migración legal gestionad , y que garanticen al mismo tiempo los derechos laborales y de protección social. El mayor uso de la gestión algorítmica y la IA en el lugar de trabajo puede ayudar a paliar la escasez, pero requiere vigilancia. El refuerzo de la educación y la formación inclusivas y de calidad sigue siendo una prioridad absoluta, al igual que el aumento de los esfuerzos de reciclaje y perfeccionamiento profesional para lograr la doble transición. La falta de competencias básicas y de competencias avanzadas en materia de CTIM, las lagunas de aprendizaje y la escasez de profesores plantean retos cada vez mayores para los sistemas de educación y formación, en particular para la incorporación de los jóvenes al mercado laboral. Debe mantenerse el impulso de las iniciativas puestas en marcha en el marco del Año Europeo de las Capacidades.

A pesar de los pronunciados aumentos salariales en la UE en 2022 y principios de 2023, estos se mantuvieron por debajo de las altas tasas de inflación y provocaron una reducción del poder adquisitivo, lo que afectó sobre todo a los ingresos más bajos. Los salarios reales en la UE disminuyeron un 3,7 % en 2022, lo que aumentó el riesgo de pobreza de los ocupados. En el futuro, la evolución salarial tendrá que encontrar un equilibrio entre recuperar el poder adquisitivo perdido de los trabajadores, mitigar los efectos secundarios sobre la inflación y garantizar la competitividad de la UE. Un diálogo social sólido y una negociación colectiva eficaz son más importantes que nunca para lograr resultados equilibrados en materia de fijación de salarios.

La necesidad de políticas adecuadas y sostenibles de protección e inclusión social sigue siendo elevada. A la luz de los cambios demográficos y de la rápida evolución de los mercados de trabajo, resulta fundamental contar con sistemas de protección social sostenibles y garantizar al mismo tiempo el acceso a la protección social y un apoyo a la renta adecuado. Esto también es necesario para mitigar el impacto de la elevada inflación y la disminución del poder adquisitivo y hacer frente a la pobreza energética. Estas medidas deben combinarse con un apoyo a la integración en el mercado laboral y el acceso a los servicios esenciales para las personas que carecen de recursos. Deben garantizarse transiciones justas para todos, por ejemplo para garantizar que las innovaciones ecológicas y digitales sean asequibles para las personas con ingresos más bajos y que ninguna región se quede atrás.

Los fondos de la política de cohesión, junto con los planes nacionales de recuperación y resiliencia, ayudan a los Estados miembros a avanzar hacia sus objetivos nacionales para 2030 en materia de empleo, capacidades y reducción de la pobreza. Dado que los Estados miembros incluyen en sus planes de recuperación y resiliencia importantes reformas e inversiones en el mercado laboral y las políticas sociales, se estima que 140 000 millones EUR (alrededor del 28 %) de los costes de dichos planes contribuyen a las políticas sociales, cerca de 73 000 millones EUR contribuyen a la educación y las capacidades y unos 43 000 millones EUR, a la asistencia sanitaria. En el marco de los fondos de la política de cohesión, en particular el Fondo Social Europeo Plus (FSE+) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), también se invierten 109 000 millones EUR en el ámbito de la política social. Las sinergias entre el MRR y los fondos de la política de cohesión son evidentes. Por ejemplo, varios Estados miembros han introducido reformas en sus planes de recuperación y resiliencia que generan derechos legales a la atención y educación de la primera infancia. Al mismo tiempo, los fondos de la política de cohesión (en especial el FSE+ y el FEDER), en algunos casos apoyados por las inversiones de los planes nacionales de recuperación y resiliencia, se utilizan, en particular, para desarrollar servicios de atención y educación de la primera infancia y construir centros de educación infantil en respuesta al aumento de la demanda. Los fondos de la política de cohesión a menudo se basan en las reformas iniciadas en el marco de los planes nacionales de recuperación y resiliencia y ya financian algunas de las necesidades. También pueden destinarse a satisfacer necesidades regionales particulares o de grupos de población específicos, como los romaníes (por ejemplo, invirtiendo a escala regional en educación inclusiva o financiando políticas activas del mercado de trabajo).

La aplicación continua del pilar europeo de derechos sociales sigue siendo una prioridad política para promover la convergencia social ascendente en la UE. A fin de proporcionar un análisis más sistemático de la evolución del empleo y la situación social en los Estados miembros, la propuesta de la Comisión de un informe conjunto sobre el empleo para 2024 incluye un enfoque más preciso por país mediante un análisis de la situación de cada uno de ellos, basado en los principios de un marco de convergencia social”.

3. Parecidas propuestas, como no podría ser de otra forma, se recogen en la propuesta deRecomendación del Consejo sobre la política económica de la zona euro 

“Los salarios nominales aumentaron en 2022 (+4,8 %) y durante los primeros meses de 2023, como consecuencia de la elevada inflación y las tensiones en los mercados de trabajo. Aunque esto ha mitigado parcialmente las pérdidas de poder adquisitivo, los salarios nominales no han crecido al mismo ritmo que la inflación (los salarios reales han disminuido un 3,7 % en 2022). Es probable que el crecimiento de los salarios nominales sea fuerte en 2023 y 2024, mientras que se prevé que los salarios reales aumenten moderadamente, reforzando la demanda interna. Al mismo tiempo, el crecimiento esperado de los salarios puede afectar a los precios que tengan un fuerte componente de factor trabajo interno, como los de los servicios, aunque los efectos sobre los precios podrían amortiguarse si se revirtieran los aumentos anteriores de los beneficios unitarios. El aumento de los salarios también podría afectar a la competitividad, y las divergencias duraderas en la zona del euro pueden, entre otros factores, generar desequilibrios macroeconómicos. Por lo tanto, los convenios salariales deberían reflejar adecuadamente la evolución de la zona del euro, además de la dinámica nacional.

RECOMIENDA que, durante el período 2024-2025, los Estados miembros de la zona del euro adopten medidas, a título individual, incluidas las de aplicación de sus planes de recuperación y resiliencia, y a título colectivo dentro del Eurogrupo, con el fin de:

... 3. De conformidad con las prácticas nacionales y respetando el papel de los interlocutores sociales, apoyar una evolución salarial que mitigue las pérdidas de poder adquisitivo, especialmente para aquellos con bajos ingresos, teniendo debidamente en cuenta la dinámica de la competitividad y evitando divergencias duraderas dentro de la zona del euro. Promover el perfeccionamiento y el reciclaje profesionales, así como políticas activas del mercado de trabajo para hacer frente a la escasez de mano de obra y de capacidades y aumentar la productividad. Adoptar medidas para facilitar la gestión de la migración legal de los trabajadores de terceros países en ocupaciones con escasez de mano de obra, en plena complementariedad con el aprovechamiento del talento de dentro de la UE. Salvaguardar y reforzar unos sistemas de protección e inclusión social adecuados y sostenibles. Garantizar la participación efectiva de los interlocutores sociales en la formulación de políticas y reforzar el diálogo social”.

4. Los documentos anteriores son acompañados anualmente por el Proyecto de Informe conjunto sobreel empleo presentado por la Comisión al Consejo (disponibles en inglés), que será definitivamente aprobado, como en años anteriores, en el Consejo Europeo de marzo de 2024, ya durante la presidencia belga (el informe de 2022 está disponible en castellano en este enlace )

Se trata de un extenso documento de 170 páginas, en el que el capítulo 1 presenta una visión general de las tendencias sociales y laborales clave y de los avances realizados en los objetivos principales y nacionales de la UE para 2030, así como conclusiones horizontales basadas en los principios del Marco de Convergencia Social. Por su parte, el capítulo 2 analiza los desafíos y las respuestas políticas en los Estados miembros para cada una de las cuatro directrices para el empleo, mientras que el capítulo 3 proporciona un análisis específico de cada Estado miembro.  Se destaca en la introducción del documento que “Por primera vez, esta edición informa sobre los avances hacia los objetivos nacionales para 2030 propuestos por los Estados miembros, tal como se presentaron y debatieron en el Consejo EPSCO de junio de 2022”.

Destaco aquellos “mensajes clave” que considero más relevantes, remitiendo a todas las personas interesadas a la lectura del texto íntegro.

“... Los objetivos de empleo, capacidades y reducción de la pobreza para 2030 están impulsando acciones políticas en todos los ámbitos políticos relevantes a nivel de la UE y en los Estados miembros. El sólido crecimiento del empleo, en promedio durante los últimos dos años, ha colocado a la UE en el buen camino hacia su objetivo principal de empleo para 2030 (desde el nivel de 2022 del 74,6%, la tasa de empleo debe aumentar otros 3,4 puntos porcentuales en la UE hasta 2030 para alcanzar el objetivo del 78%), aunque los datos trimestrales más recientes apuntan a un progreso más lento.

En el contexto de la recuperación posterior a la COVID y la buena evolución del mercado laboral, en 2022 todos los Estados miembros habían avanzado hacia sus objetivos de empleo. Para la gran mayoría de ellos, se necesitan mayores esfuerzos en términos de políticas de empleo y habilidades hasta 2030 para alcanzar sus objetivos. En un número significativo de Estados miembros, las tasas de empleo de las personas menos cualificadas albergan el mayor margen de mejora, seguidas por las tasas de empleo de las mujeres mayores (55-64) y los jóvenes (20-29) en un buen número de países.

Al mismo tiempo, se necesitan avances significativos para alcanzar el objetivo principal de la UE de que el 60% de los adultos estudien cada año en la UE para 2030, desde un bajo nivel del 37,4% en 2016, en línea con la ambición de que Europa permanezca a innovadora e inclusiva, también en el contexto de las transformaciones verde y digital.

Por último, en el difícil contexto socioeconómico de los últimos tres años, y gracias a las medidas políticas decisivas a nivel de la UE y de los Estados miembros, el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social se mantuvo prácticamente estable en la UE... Si bien la mayoría de los Estados miembros registraron algunos avances hacia sus objetivos nacionales de reducción de la pobreza desde 2019, varios otros experimentaron cambios en la dirección opuesta. Por lo tanto, serán necesarios esfuerzos adicionales significativos y un seguimiento continuo para garantizar que se cumplan las ambiciones nacionales establecidas con el fin de alcanzar el objetivo principal de la UE de al menos 15 millones menos de personas en riesgo de pobreza o exclusión social para 2030, en comparación con 2019.

 ... La considerable escasez de mano de obra y habilidades obstaculiza el crecimiento económico y puede ralentizar las transiciones verde y digital si no se aborda adecuadamente. La escasez de mano de obra está generalizada en todas las ocupaciones y niveles de habilidades. A pesar de cierta relajación en los últimos trimestres, la tasa de puestos vacantes se situó en el 2,7% en el segundo trimestre de 2023 en la UE, muy por encima del promedio del 1,7% para el período 2013-2019. En 2022 se informó de una escasez considerable en sectores como la atención sanitaria, STEM (en particular, las TIC), la construcción y determinadas ocupaciones de servicios. La escasez de mano de obra en sectores clave para la transición verde se ha duplicado desde 2015, mientras que la oferta de formación en estos sectores se mantiene por debajo del promedio. En 2021, más del 60% de las empresas de la UE que contrataron o intentaron contratar especialistas en TIC tuvieron dificultades para cubrir esas vacantes. La escasez generalizada de mano de obra se debe a una fuerte demanda laboral a pesar de la reciente desaceleración de la economía, pero los factores que limitan la oferta de mano de obra (como el envejecimiento de la población y una tendencia a la baja en las horas trabajadas por empleado) también pueden haber influido. Al mismo tiempo, la escasez de mano de obra también se genera de manera importante por los nuevos empleos creados por las transformaciones ecológica y digital y la falta de habilidades relevantes para el mercado laboral en la fuerza laboral. Un mapeo reciente de la sostenibilidad competitiva regional muestra cambios en el empleo hacia sectores más verdes y productivos durante 2008-2018 y diferencias marcadas entre las regiones (a las más desarrolladas les va mejor en la transición que a las menos desarrolladas o a las que están en transición). Por último, en determinados casos y sectores la escasez también se relaciona con malas condiciones laborales, especialmente en sectores como la atención sanitaria, la atención residencial y el transporte. Mejorar el acceso al mercado laboral, en particular fomentando la integración en el mercado laboral de grupos subrepresentados (mujeres, jóvenes, trabajadores de mayor edad, personas de origen migrante) podría ayudar a contrarrestar el impacto del cambio demográfico en la oferta laboral. Es esencial ofrecer una oferta adecuada de capacitación y reciclaje profesional, en consonancia con la Agenda Europea de Capacidades. Abordar las disparidades de género en la educación, en particular en el nivel de educación terciaria y en la elección de campos de estudio, podría ayudar a aumentar la oferta de mano de obra altamente calificada. Varios Estados miembros han comenzado a desarrollar sus estrategias nacionales de capacidades, incluso en el marco del Pacto por las Capacidades, y han definido prioridades y medidas nacionales para modernizar y preparar la educación y formación profesional (EFP) para el futuro. Fortalecer las condiciones laborales también ayudaría a atraer y retener trabajadores en ciertos sectores y ocupaciones con escasez. Además, promover la movilidad dentro de la UE, así como atraer trabajadores cualificados de terceros países, garantizando al mismo tiempo el respeto y el cumplimiento de los derechos laborales y de protección social, y canalizar la migración legal hacia ocupaciones que experimentan escasez con el apoyo de EU Talent Pool también puede contribuir a abordar escasez de mano de obra y capacidades, en plena complementariedad con el aprovechamiento de talentos dentro de la Unión.

... A pesar de los aumentos de los salarios nominales, los salarios reales cayeron en casi todos los Estados miembros en 2022, en diversos grados, lo que pone de relieve la importancia de unos mecanismos de fijación de salarios bien equilibrados. Las estrictas condiciones del mercado laboral y la alta inflación han ejercido presión al alza sobre los salarios nominales. Sin embargo, el crecimiento de los salarios nominales, que fue del 4,8% en 2022 en la UE, se mantuvo por debajo de la inflación, lo que provocó que los salarios reales cayeran en casi todos los Estados miembros y un 3,7% en promedio en la UE. Sin embargo, debido a un mayor crecimiento salarial y a la moderación de la inflación, la caída de los salarios reales se desaceleró en el primer semestre de 2023. Recuperar gradualmente el poder adquisitivo y mitigar nuevas pérdidas es esencial para contener los efectos sociales de los altos costos de vida, especialmente en los países de bajos ingresos. asalariados. La evolución de los márgenes de beneficio sugiere que hay margen potencial para nuevos aumentos de los salarios en algunos sectores, al tiempo que se permanece alerta ante los efectos de segunda ronda sobre la inflación. En este contexto, un diálogo social sólido y una negociación colectiva eficaz, de conformidad con las prácticas nacionales, son cruciales para lograr un crecimiento salarial general que apoye el poder adquisitivo, en particular de los trabajadores con salarios bajos y medios, al tiempo que apoya la creación de empleo y salvaguarda la competitividad.

Unos salarios mínimos adecuados pueden ayudar a proteger el poder adquisitivo de los trabajadores con salarios bajos y reducir la pobreza de los ocupados, al tiempo que fortalecen los incentivos para trabajar. Desde enero de 2022 hasta julio de 2023, los salarios mínimos legales aumentaron significativamente en términos nominales en todos los Estados miembros donde están vigentes, compensando el impacto de la alta inflación en el poder adquisitivo de los trabajadores que perciben el salario mínimo en la mitad de esos Estados miembros. Estos aumentos reflejaron ajustes automáticos de indexación cuando dichos mecanismos existen y actualizaciones discrecionales. Además, en los Estados miembros sin salario mínimo legal, los salarios acordados colectivamente para las ocupaciones peor remuneradas registraron un crecimiento moderado, lo que provocó pérdidas sustanciales en términos reales. Mitigar los efectos de la alta inflación es particularmente importante en el caso de los trabajadores con salarios bajos, que se ven afectados desproporcionadamente por los precios aún elevados de la energía y los alimentos. La transposición de la Directiva sobre salarios mínimos adecuados será crucial para ayudar a proteger el poder adquisitivo de los trabajadores con salarios bajos y prevenir el aumento de la pobreza de los ocupados, fortaleciendo al mismo tiempo los incentivos para trabajar, y los interlocutores sociales desempeñarán un papel clave en su implementación. La Directiva también contiene disposiciones para promover la negociación colectiva y mejorar los mecanismos de aplicación y seguimiento en todos los Estados miembros.

... Si bien los diferentes acuerdos contractuales también atienden a distintas preferencias y necesidades individuales, ofreciendo una mayor flexibilidad tanto para los trabajadores como para las empresas, la segmentación del mercado laboral sigue siendo uno de los múltiples factores que impulsan la desigualdad. Éste es el caso, en particular, cuando los contratos temporales no actúan como trampolín hacia empleos permanentes. Estos contratos (y especialmente los de muy corta duración) suelen estar asociados con condiciones de trabajo menos favorables, menos incentivos para acceder o invertir en educación continua y capacitación laboral, y brechas en la protección social en comparación con el empleo permanente. En 2022, la proporción de personas empleadas con contratos temporales entre todos los empleados se mantuvo prácticamente estable en la UE (en un 12,9%, y más de la mitad tenían contratos de este tipo de forma involuntaria), pero la variación entre los Estados miembros fue sustancial. La proporción fue significativamente mayor entre los jóvenes y los inmigrantes, mientras que las mujeres también tenían empleos temporales con relativa mayor frecuencia que los hombres. Los trabajadores autónomos sin empleados generalmente también están sujetos a mayores riesgos de precariedad. En ciertos casos, el trabajo por cuenta propia puede ocultar relaciones laborales de dependencia (“falso” trabajo por cuenta propia), además de estar vinculado a brechas persistentes en la cobertura de la protección social. En términos más generales, el uso generalizado de formas atípicas de empleo también puede hacer que sectores y ocupaciones sean menos atractivos para los trabajadores y, por tanto, contribuir a impulsar la escasez de mano de obra. Una amplia variedad de acuerdos contractuales debe ir acompañada de un acceso adecuado a la protección social y a oportunidades de aprendizaje y desarrollo, a fin de preparar también a los trabajadores para las transformaciones futuras.

... A pesar de las mejoras, los jóvenes siguen enfrentándose a desafíos para integrarse en los mercados laborales en muchos Estados miembros, lo que justifica una atención especial y medidas políticas adaptadas. El desempleo juvenil ha disminuido 3,1 puntos porcentuales desde 2020, pero, situándose en el 14,5% en 2022, sigue siendo casi tres veces superior al de la población general en edad de trabajar de la UE. Las diferencias regionales persisten, con niveles elevados registrados, por ejemplo, en las regiones ultraperiféricas de la UE. De manera similar, la proporción de jóvenes que ni trabajan ni estudian ni reciben formación (ninis) ha disminuido significativamente hasta alcanzar los niveles anteriores a la pandemia, pero se mantiene en el 11,1 % en el segundo trimestre de 2023 en la UE y es particularmente alta en algunos Estados miembros, con diferencias también significativas. dentro de los países. Las mujeres y los jóvenes nacidos fuera de la UE ocupan un lugar más destacado entre los ninis. La integración adecuada y oportuna de los jóvenes en el mercado laboral, o en los sistemas de educación y formación, es clave para el éxito profesional futuro. Los períodos de desempleo temprano en la vida laboral pueden perjudicar las perspectivas profesionales futuras y la capacidad de generar ingresos a través de “efectos de cicatrización”, con riesgos potencialmente mayores de pobreza y exclusión social, o de problemas de salud física y mental en casos más extremos. Las grandes transformaciones futuras relacionadas con la ecologización y la digitalización de nuestras economías aumentan la necesidad de garantizar que las generaciones jóvenes estén bien integradas en el mercado laboral y en la sociedad y sean capaces de aceptar el cambio y dirigir las transformaciones futuras. En este contexto, se necesitan esfuerzos sostenidos para superar los desafíos estructurales que frenan a los jóvenes en el mercado laboral, particularmente en el contexto de una escasez generalizada de mano de obra y habilidades. La Garantía Juvenil reforzada puede ayudar a centrarse en los ninis, ofreciéndoles empleo de calidad, educación superior, aprendizaje o prácticas en un plazo de cuatro meses tras quedar desempleados o abandonar la educación formal. Para complementar esto, la iniciativa Aim, Learn, Master, Achieve (ALMA) ayuda a los ninis desfavorecidos a adquirir experiencia profesional en el extranjero.

Los trabajadores de mayor edad son más activos que nunca en el mercado laboral, pero todavía hay margen de mejora, especialmente para las mujeres. La población de la UE está envejeciendo rápidamente y se espera que la edad media aumente en más de 4 años desde 44,4 años en 2022 hasta finales de siglo, mientras que la población en edad de trabajar se reducirá considerablemente. Algunos Estados miembros y regiones se ven más afectados por los desafíos demográficos que otros, con el riesgo de ampliar las disparidades existentes en toda la UE. La tasa de empleo de los trabajadores de mayor edad (55-64) aumentó notablemente en la UE del 44,7% en 2010 al 62,3% en 2022, gracias a un aumento en su tasa de participación. La brecha de género en el empleo para este grupo de edad, de 12,5 puntos porcentuales, era, no obstante, mayor que para la fuerza laboral total, aunque se había reducido desde 2010. Se espera que el envejecimiento de la población tenga un impacto en la oferta de mano de obra, reduciendo la fuerza laboral, al tiempo que exacerba potencialmente las habilidades y escasez de mano de obra en la Unión. En este contexto, una vida laboral más larga desempeña un papel importante para apoyar la oferta de mano de obra y garantizar la sostenibilidad fiscal de los sistemas de protección social, garantizando al mismo tiempo la cohesión social, la solidaridad y la transferencia de conocimientos entre generaciones. La caja de herramientas demográfica, presentada recientemente por la Comisión, establece un enfoque integral del cambio demográfico. Se pide a los Estados miembros que apoyen un envejecimiento saludable y activo, que permita a las personas mantener el control de sus vidas y seguir contribuyendo a la economía y la sociedad.

Las desigualdades de género en el mercado laboral siguen siendo generalizadas y se reflejan tanto en el empleo como en las brechas salariales. Aunque disminuyó ligeramente en comparación con 2021, la brecha de género en el empleo siguió siendo amplia, de 10,7 puntos porcentuales en 2022 en la UE, con grandes diferencias entre los Estados miembros y las regiones. Además, la brecha fue significativamente mayor si se tiene en cuenta la mayor proporción de trabajo a tiempo parcial entre las mujeres (aumentando a 16 puntos porcentuales en 2022, “en equivalente a tiempo completo”). Además, la brecha de género en el empleo era mucho mayor para las personas con hijos que para las que no los tenían. Las brechas salariales de género también fueron amplias en la mayoría de los países (12,7% en 2021 en la UE), a pesar de los avances de la última década. Esto último puede estar relacionado en parte con i) la sobrerrepresentación de las mujeres en empleos relativamente mal remunerados y en trabajos a tiempo parcial; ii) la subrepresentación de las mujeres en puestos de trabajo más altos; y iii) mayores dificultades de las mujeres para conciliar el trabajo con las responsabilidades de cuidados. Sin embargo, la mayor parte de la brecha salarial de género en la UE no está vinculada a características objetivas y mensurables de las personas, lo que sugiere que es probable que otros factores, como la discriminación y las estructuras salariales no transparentes, contribuyan significativamente a ella. Estas brechas salariales obstaculizan la independencia económica de las mujeres durante la vida laboral, afectan negativamente su participación en el mercado laboral y también contribuyen a las brechas de género en las pensiones (26% en la UE en 2022), con mayores riesgos de pobreza para las mujeres en la vejez. Abordar la discriminación y las desigualdades salariales basadas en el género y mejorar el funcionamiento de los sistemas tributarios puede proporcionar mayores incentivos para que más mujeres se vuelvan económicamente activas, lo cual también es importante a la luz de la considerable escasez de mano de obra y habilidades. Mejorar la disponibilidad de servicios de educación y cuidados de la primera infancia y de cuidados de larga duración, de calidad y asequibles, es clave para aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral, en consonancia con la Garantía Infantil Europea, los nuevos objetivos de Barcelona, la Estrategia de Igualdad de Género de la UE 2020-25 y la Recomendaciones del Consejo sobre educación y cuidados de la primera infancia y sobre el acceso a cuidados de larga duración asequibles y de alta calidad. Por último, las medidas de transparencia salarial, en consonancia con la Directiva sobre Transparencia Salarial, son esenciales para revelar los prejuicios de género en las estructuras y entornos salariales y permitir a los trabajadores hacer valer efectivamente su derecho a igual remuneración por trabajos de igual valor.

A pesar de las recientes mejoras, las personas con discapacidad todavía enfrentan barreras importantes en el mercado laboral. En 2022, la brecha de empleo para personas con discapacidad entre personas con y sin discapacidad se situó en 21,4 puntos porcentuales en la UE. Además, en 2020 la tasa de desempleo de las personas con discapacidad fue casi el doble que la de las que no la tenían. Además, muchas personas con discapacidad no participan en el mercado laboral, como se refleja en una tasa de actividad del 60,7% (frente al 83,4% de quienes no la tienen). De conformidad con la Estrategia 2021-2030 para los derechos de las personas con discapacidad, se necesitan mayores esfuerzos políticos y medidas específicas, como se describe en el Paquete de Empleo para Personas con Discapacidad, para mejorar la situación del mercado laboral de las personas con discapacidad. Por ello, es clave reforzar las capacidades de los servicios de empleo e integración, promover la contratación y combatir los estereotipos, garantizando al mismo tiempo ajustes razonables en el trabajo, en función de sus necesidades.

... Dado que la mayoría de los trabajadores de la UE ya utilizan herramientas digitales en el trabajo, se necesitan esfuerzos adicionales significativos para mejorar las habilidades digitales de la población, en particular de las personas poco cualificadas, las personas mayores y los nacionales de terceros países. En 2021, entre el 60 y el 70 % de los trabajadores de la UE utilizaron herramientas digitales en el trabajo que requerían niveles básicos o moderados de habilidades digitales. Sin embargo, sólo el 53,9% de los adultos tenía al menos habilidades digitales básicas en la UE. El nivel de capacidades digitales varía considerablemente entre los Estados miembros, pero también entre los grupos de población. En 2021, los jóvenes (de 16 a 29 años) tenían más del doble de probabilidades que las personas mayores (de 55 a 74 años) de tener al menos habilidades digitales básicas; las tasas eran particularmente bajas entre los poco calificados, los desempleados y los inactivos. Además, una proporción significativamente menor de nacionales de fuera de la UE tenía al menos habilidades digitales básicas en comparación con los nacionales de la UE. Una encuesta de 2023 realizada en el marco del Año Europeo de las Capacidades mostró que para casi la mitad de todas las pymes que informaron que la escasez de capacidades limitaba sus actividades comerciales generales, el desafío se refería en particular al uso de tecnologías digitales. Los bajos niveles de habilidades digitales en amplios segmentos de la población y las marcadas diferencias en las oportunidades para desarrollar dichas habilidades conllevan el riesgo de producir brechas importantes en el contexto de economías y sociedades cada vez más digitalizadas (incluso en relación con el acceso a la educación y la formación, los servicios públicos servicios de empleo y servicios digitales en general). Para cerrar la brecha digital, se necesitan programas de habilidades digitales para la población en general, complementados con capacitación específica, adaptada a los perfiles de habilidades y situaciones del mercado laboral de grupos específicos, y en las que las empresas también desempeñen un papel en la provisión de capacitación. En el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales y en la Brújula Digital para la Década Digital se fijó el objetivo de que al menos el 80% de la población de la UE tenga al menos habilidades digitales básicas para 2030. El objetivo también es aumentar el número de especialistas en TIC hasta 20 millones de aquí a 2030, promoviendo al mismo tiempo el acceso de las mujeres a este campo (18,9% de los especialistas en 2022) y aumentando el número de graduados en TIC, que es crucial para mantener la competitividad de Europa.

Es necesaria una acción sostenida para seguir desarrollando las capacidades de la fuerza laboral, con el fin de apoyar la competitividad, promover el empleo de calidad y preservar el modelo social de la UE, también con vistas a las transiciones verde y digital. En este contexto, y a la luz de la escasez generalizada de mano de obra y capacidades, unos sistemas de educación y formación eficaces y que funcionen bien son fundamentales para proporcionar a los jóvenes capacidades pertinentes para el mercado laboral, mientras que una alta participación en el aprendizaje de adultos es fundamental para garantizar sus capacidades. La fuerza laboral se actualiza constantemente. El objetivo principal sobre el aprendizaje de adultos requiere que al menos el 60 % de los adultos participen en el aprendizaje cada año en la UE de aquí a 2030 (frente a los últimos datos disponibles para 2016 que apuntan a una tasa media de participación mucho más baja, del 37,4 %). Como en todos los Estados miembros, los adultos poco cualificados tienden a participar en formación significativamente menos que los de cualificación media y alta, y es necesario prestar especial atención política a aumentar sus tasas de participación, en consonancia con la Evaluación de las Vías de Mejora de las Cualificaciones. La participación de los adultos en el aprendizaje también es más frecuente en las zonas urbanas que en las rurales. En este contexto, la Recomendación del Consejo sobre las cuentas individuales de aprendizaje describe cómo los Estados miembros pueden combinar el apoyo financiero (incluida la financiación del FSE+) y no financiero de manera eficaz para capacitar a todos los adultos para que desarrollen sus capacidades a lo largo de su vida laboral. Además, las microcredenciales tienen un gran potencial para ofrecer capacitación y reciclaje rápido y específico para trabajadores y solicitantes de empleo, sobre la base de la Recomendación del Consejo correspondiente. Por último, el Año Europeo de las Capacidades, que se basa en la Agenda Europea de Capacidades 2020, tiene como objetivo promover un cambio de mentalidad hacia la mejora y la recualificación a lo largo de la vida, ayudando a las personas a obtener las capacidades adecuadas para empleos de calidad y aprovechar las numerosas oportunidades que ofrecen las transformaciones verdes y digitales

... Los sistemas de protección social desempeñan un papel clave en los Estados miembros a la hora de garantizar la cohesión social y la seguridad de los ingresos frente a los riesgos y la estabilización macroeconómica y, como tales, deben adaptarse a los desafíos del futuro. En general, los sistemas de protección social han demostrado su eficacia para apoyar la resiliencia socioeconómica durante la pandemia de COVID y la crisis energética más reciente. Sin embargo, la capacidad de los sistemas de protección social para seguir siendo adecuados y fiscalmente sostenibles está bajo una presión cada vez mayor debido al envejecimiento de la población, el cambiante mundo del trabajo y las transiciones verde y digital. Estos avances tendrán implicaciones para el diseño y el alcance de los sistemas de protección social y su financiación. En términos prácticos, esto implica la necesidad de mayores tasas de participación en empleos de calidad en todos los grupos de población, vidas laborales más largas, respuestas adecuadas a la pobreza de los ocupados, cobertura de protección social para las formas atípicas de empleo, servicios de protección social mejor organizados, disponibles y eficientes, incluidos los cuidados, y adaptar los sistemas de protección social a las nuevas realidades que trae la adaptación al cambio climático y las tecnologías verdes y digitales. Para que los sistemas de protección social estén preparados para el futuro, es particularmente importante abordar las políticas de bienestar desde una perspectiva del ciclo de vida. Las políticas sociales bien diseñadas en diferentes etapas del ciclo de vida de una persona pueden generar “dobles dividendos”, reduciendo el gasto público futuro en reemplazo de ingresos gracias a los avances en materia de empleo, bienestar y salud, y apoyando el crecimiento económico inclusivo al tiempo que se amplía la base impositiva. Las reformas e inversiones de los Estados miembros en estos ámbitos están respaldadas por varias iniciativas de la UE destinadas a hacer que la protección social esté preparada para el futuro, como las Recomendaciones del Consejo sobre el acceso a la protección social de los trabajadores y autónomos, sobre los cuidados de larga duración, sobre una transición justa hacia la neutralidad climática y sobre una renta mínima adecuada para la inclusión activa, así como la Directiva sobre salarios mínimos adecuados.

... Los interlocutores sociales tienen un papel clave que desempeñar en el diseño y la implementación de reformas y políticas a nivel nacional que apoyen el empleo, la calidad del empleo, el desarrollo de habilidades y la protección social. El diálogo social eficaz contribuye decisivamente al buen funcionamiento de la economía social de mercado europea, garantizando resultados políticos mejores y más sostenibles y apoyando también transiciones verdes y digitales justas. En general, en los Estados miembros con tradiciones de diálogo social bien establecidas, la calidad y la intensidad de la participación de los interlocutores sociales en la formulación de políticas pertinentes obtuvieron mejores calificaciones, incluso en relación con las consultas en el contexto del Semestre Europeo. Las conclusiones de la supervisión multilateral del Comité de Empleo pusieron de relieve que sigue siendo de suma importancia evitar una mera participación formalista y garantizar una consulta oportuna y significativa de los interlocutores sociales a lo largo de todo el proceso de formulación de políticas en todos los Estados miembros. Más de dos años después de la adopción del MRR, los procesos de diálogo social en torno a la implementación de los PRR están avanzando en la mayoría de los Estados miembros. Según la Recomendación del Consejo sobre el fortalecimiento del diálogo social, los Estados miembros están llamados a garantizar un entorno propicio para el diálogo social bipartito y tripartito, incluida la negociación colectiva, en los sectores público y privado, en todos los niveles. Aprovechando las prácticas y tradiciones nacionales existentes, los esfuerzos para fortalecer la participación de las organizaciones de la sociedad civil en la formulación de políticas pertinentes son clave para proporcionar información valiosa sobre los desafíos existentes y emergentes, así como sobre la eficacia de las intervenciones políticas sobre el terreno”.

En fin, la síntesis de todo el Proyecto de Informe se encuentra a mi parecer en las propuestas que formula la CE a los Estados miembros y que son las siguientes:

“Los Estados miembros deberían tomar medidas para abordar los desafíos en materia de empleo, capacidades y política social identificados en este Informe conjunto sobre el empleo. El análisis presentado en el informe destaca una serie de áreas prioritarias para acciones políticas. De conformidad con las Directrices para el empleo, se invita a los Estados miembros a:

• Mejorar la mejora y la recapacitación de los adultos para abordar la escasez de mano de obra y habilidades, adaptarse a la situación y perspectivas cambiantes del mercado laboral y fomentar las transiciones ecológica y digital, incluso mediante la integración del uso de herramientas de inteligencia de habilidades; reforzar la oferta de derechos de formación individuales, como cuentas de aprendizaje individuales; y fomentar el desarrollo, la implementación y el reconocimiento de microcredenciales, en consonancia con las recomendaciones del Consejo sobre cuentas de aprendizaje individuales y sobre un enfoque europeo de las microcredenciales.

• Fortalecer las políticas activas del mercado laboral y la capacidad y eficacia de los servicios públicos de empleo –invirtiendo en infraestructura digital, servicios digitales, mejor orientación profesional, servicios de asesoramiento, inteligencia de habilidades y capacitación del personal– con miras a apoyar la creación de empleos de calidad y las transiciones.

• Monitorear y mitigar el impacto negativo de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares vulnerables a través de medidas de apoyo específicas, manteniendo al mismo tiempo incentivos para reducir el consumo de energía, cuando sea relevante, y mejorar la eficiencia energética.

• En consonancia con las prácticas nacionales y respetando plenamente el papel de los interlocutores sociales, promover una evolución salarial que mitigue la pérdida de poder adquisitivo, en particular para los trabajadores con salarios bajos, promoviendo al mismo tiempo una convergencia social ascendente, que refleje la evolución de la productividad y preserve el empleo. salvaguardar la competitividad y permanecer atentos a los efectos de segunda ronda sobre la inflación.

• Garantizar la disponibilidad de planes de apoyo diseñados de manera que preserven y desarrollen aún más el capital humano a través de la mejora y la recualificación asociados, con el fin de apoyar procesos de reestructuración justos cuando sea necesario, facilitar las transiciones laborales y ayudar a la modernización de la economía.

• Proporcionar apoyo a los trabajadores y hogares más afectados por los impactos económicos y sociales de la adaptación al cambio climático y las nuevas tecnologías verdes y digitales, en particular a los trabajadores y hogares vulnerables, incluso a través de servicios de empleo y medidas de formación eficaces; programas de empleo, incentivos a la contratación y a la transición bien diseñados, específicos y con plazos determinados; una seguridad de ingresos adecuada con un enfoque de inclusión activa; y la promoción del espíritu empresarial, en consonancia con la Recomendación del Consejo sobre garantizar una transición justa hacia la neutralidad climática.

• Promover la movilidad dentro de la UE y atraer trabajadores cualificados de terceros países, garantizando al mismo tiempo el respeto y el cumplimiento de los derechos laborales y sociales y canalizando la migración legal hacia ocupaciones que experimentan escasez, en plena complementariedad con el aprovechamiento de talentos dentro de la Unión.

• - Adaptar la normativa del mercado laboral y los regímenes fiscales y de prestaciones sociales para reducir la segmentación del mercado laboral y fomentar la creación de empleo de calidad, incluida una posible reducción de la cuña fiscal, especialmente para los trabajadores con salarios bajos, sin obstaculizar la transición hacia empleos mejor remunerados, y un desplazamiento de la fiscalidad del trabajo hacia los impuestos medioambientales.

• Garantizar entornos de trabajo saludables, seguros y bien adaptados.

• Promover la negociación colectiva y el diálogo social, junto con una participación oportuna y significativa de los interlocutores sociales en la formulación de políticas pertinentes a nivel nacional, incluso en relación con la implementación de los planes de recuperación y resiliencia de los Estados miembros y en el contexto del Semestre Europeo.

• Mejorar las perspectivas de los jóvenes en el mercado laboral, incluso a través de una educación y formación profesional inclusivas y de calidad y de la educación terciaria; apoyo a servicios de empleo específicos (que incluyen tutoría, orientación y asesoramiento); y formación de aprendices y prácticas de calidad, en consonancia con la Garantía Juvenil reforzada.

• Garantizar la no discriminación, promover la igualdad de género, mejorar la incorporación de la perspectiva de género y fortalecer la participación en el mercado laboral de las mujeres y los grupos desfavorecidos, fomentando la igualdad de oportunidades y la progresión profesional, garantizando la transparencia en las estructuras salariales y promoviendo la conciliación de la vida laboral, familiar y privada. – incluso mediante el acceso a una atención asequible y de calidad (educación y cuidados de la primera infancia y cuidados a largo plazo), y permisos relacionados con la familia y modalidades de trabajo flexibles para los padres y otros cuidadores informales, en consonancia con la Estrategia Europea de Atención.

• Fomentar la igualdad de oportunidades para que los niños hagan frente a los altos niveles de pobreza infantil y hagan el mejor uso de los recursos nacionales y de la UE. Acelerar la implementación de la Garantía Infantil Europea, entre otras cosas proporcionando educación y cuidados de la primera infancia asequibles y de buena calidad y mejorando los resultados del aprendizaje abordando el abandono escolar prematuro y la escasez de docentes. Apoyar el acceso a la educación de niños de grupos desfavorecidos y zonas remotas y promover la formación en todos los niveles de cualificación.

• Impulsar las competencias digitales de alumnos y adultos de todas las edades y aumentar la reserva de talento digital en el mercado laboral mediante el desarrollo de ecosistemas de educación y formación digitales respaldados por facilitadores clave, como la conectividad de alta velocidad para las escuelas, los equipos y la formación de docentes; y apoyar a las instituciones con conocimiento en digitalización con especial enfoque en la inclusión y la reducción de la brecha digital.

• Garantizar una protección social adecuada y sostenible para todos, en consonancia con la Recomendación del Consejo sobre el acceso a la protección social; mejorar la protección de quienes no están suficientemente cubiertos, como los trabajadores en situaciones laborales atípicas y en plataformas, y los autónomos; mejorar la adecuación de las prestaciones, la transferibilidad de los derechos y el acceso a servicios de calidad, salvaguardando al mismo tiempo la sostenibilidad de las finanzas públicas; y apoyar eficazmente la integración en el mercado laboral de quienes pueden trabajar.

• Desarrollar y reforzar sistemas de renta mínima que proporcionen un apoyo adecuado y sigan un enfoque de inclusión activa, en consonancia con la Recomendación del Consejo sobre una renta mínima adecuada que garantice la inclusión activa; y fomentar el acceso a servicios esenciales, incluida la energía, especialmente para los hogares vulnerables y de bajos ingresos.

• Evaluar los impactos distributivos de las reformas y las inversiones en la renta de diversos grupos de la población, en consonancia con la Comunicación sobre una mejor evaluación del impacto distributivo de las políticas de los Estados miembros.

• Proporcionar a todos los niños en riesgo de pobreza o exclusión social acceso gratuito y efectivo a la atención sanitaria, la educación y los cuidados de la primera infancia, así como a la educación y las actividades escolares; así como el acceso efectivo a una nutrición saludable y a una vivienda adecuada; en consonancia con la Garantía Infantil Europea y los planes de acción nacionales relacionados.

• Abordar la falta de vivienda como la forma más extrema de pobreza; promover la renovación de viviendas residenciales y sociales y servicios sociales integrados; apoyar el acceso a viviendas asequibles y de calidad, a viviendas sociales o a ayudas para la vivienda, cuando proceda.

• Invertir en la capacidad del sistema sanitario, incluidos los servicios de prevención y atención primaria, así como en la capacidad de salud pública, la coordinación de la atención, el personal sanitario y la eSalud; reducir los pagos directos cuando sea pertinente; mejorar la cobertura sanitaria; y promover la mejora y la reconversión de los trabajadores de la salud.

• Reforzar la prestación de servicios de cuidados de larga duración de calidad, asequibles y sostenibles, en consonancia con la Estrategia Europea de Cuidados.

• Garantizar sistemas de pensiones inclusivos y sostenibles que permitan ingresos adecuados en la vejez y equidad intergeneracional”.

Como he indicado con anterioridad, el capítulo 3 está dedicado a examinar el mercado de trabajo de cada Estado miembro. Respecto a España destaco los siguientes aspectos del Proyecto de Informe.

“El mercado laboral español se enfrenta a importantes retos, a pesar de su sólida recuperación. La tasa de empleo aumentó hasta el 69,5% en 2022, superando el nivel anterior a la crisis (2019) del 68%. Sin embargo, sigue estando muy por debajo de la media de la UE del 74,6%, lo que constituye una "situación crítica".  Como resultado de su tendencia a la baja, la tasa de desempleo y su componente de larga duración han pasado de una "situación crítica" a "débil, pero en mejora" en 2022, aunque siguen estando significativamente por encima de la media de la UE (12,9 % frente a 6,2 % y 5 % frente a 2,4 %, respectivamente). La proporción de jóvenes que ni trabajan ni estudian ni siguen una formación (NEET) ha mejorado hasta el 12,7 % en 2022, pero sigue siendo "a vigilar". El desempleo juvenil sigue siendo elevado, alcanzando el 52,4 % en Melilla, el 44,4 % en Ceuta y el 43,9 % en la región ultraperiférica de las Islas Canarias. En un tono más positivo, la brecha de empleo entre hombres y mujeres está "en la media" y la brecha de empleo por discapacidad sitúa a España entre los países con "mejores resultados". Al mismo tiempo, el crecimiento de la renta familiar bruta disponible per cápita sigue siendo "crítico" y se mantiene por debajo del nivel de referencia de 2008.

España se enfrenta a retos en relación con el abandono temprano de la educación y la formación, mientras que obtiene resultados relativamente buenos en competencias digitales. El porcentaje de abandono temprano de la educación y la formación aumentó ligeramente en 2022, hasta el 13,9 % (frente al 9,6 % en la UE), empeorando de una situación "débil, pero en mejora" a una "situación crítica". Persisten las disparidades regionales, con niveles especialmente elevados en el este y el sur y un empeoramiento de los resultados en las regiones del este y el noroeste. Por otro lado, España obtiene resultados "mejores que la media" en competencias digitales, con un 64,2 % de la población adulta con al menos competencias digitales básicas en 2021 (frente al 53,9 % en la UE), lo que favorece las transiciones ecológica y digital junto con una mejora y una reconversión más generales de la mano de obra.

España se enfrenta a retos relacionados con la protección y la inclusión social. Tanto la tasa global de riesgo de pobreza o exclusión social como la ratio de quintiles de renta son "débiles, pero mejoran", aunque los niveles siguen siendo relativamente altos, del 26 % y del 5,6 % en 2022, respectivamente. Además, la proporción de niños en riesgo de pobreza o exclusión social se situó en el 32,2% en 2022 (7,5 puntos porcentuales por encima de la media de la UE en 2022) y se ha mantenido en una "situación crítica" durante los últimos tres años. En este contexto, el impacto de las transferencias sociales en la reducción de la pobreza (27,4% frente al 35,3% de la UE en 2022) es relativamente bajo y "a tener en cuenta".

En el lado positivo, España sigue obteniendo unos resultados "mejores que la media" en cuanto a las necesidades no satisfechas de atención médica. La proporción de niños menores de tres años en guarderías formales es "buena, pero hay que vigilarla" debido a un descenso significativo en 2022 (del 55,3 % al 48,6 %), en parte relacionado con los actuales problemas de asequibilidad.

5. En el estudio de las políticas de empleo, y aunque no forme parte propiamente de los documentos del semestre europeo, es conveniente a mi parecer referirse también al informe 2023 de la Comisión Europea  sobre mercado laboral y evolución salarial en Europa (disponible en inglés), del que destaco ahora algunas de sus conclusiones.

“El crecimiento del empleo se ha visto respaldado por una tasa de participación cada vez mayor.

La tendencia a largo plazo de aumento de la participación en el mercado laboral de las mujeres y los trabajadores de más edad y una mayor estabilidad de las relaciones laborales (facilitada por el uso de planes de mantenimiento del empleo durante la pandemia, que preservaron el apego al mercado laboral) contribuyeron a un aumento de la tasa de participación global. Entre el primer trimestre de 2020 y el cuarto trimestre de 2022, la tasa de actividad de hombres y mujeres aumentó, respectivamente, en 0,87 y 1,74 puntos porcentuales. Aunque las tasas de actividad aumentaron en todos los grupos de edad, la mayor parte del incremento en el caso de los hombres correspondió a los trabajadores de entre 60 y 64 años (0,40 puntos porcentuales); en el caso de las mujeres, los aumentos de la participación fueron significativos en todos los grupos de edad. Se considera que las políticas encaminadas a mejorar el equilibrio entre la vida laboral y familiar, reducir las diferencias salariales entre hombres y mujeres y aumentar la edad efectiva de jubilación han contribuido positivamente a esta evolución. Durante este período, el aumento de la tasa global de participación contribuyó en un 2 % al crecimiento total del empleo, es decir, casi 4 millones de puestos de trabajo. También contribuyó positivamente el aumento de la participación en el mercado laboral de los ciudadanos de la UE que se desplazan y de los nacionales de terceros países.

... Diversas políticas pueden contribuir a fomentar aumentos salariales sostenibles.

Las políticas de salario mínimo legal han desempeñado y seguirán desempeñando un papel importante en la protección de los ingresos de los trabajadores más vulnerables. El refuerzo de la negociación colectiva también es fundamental, y el fomento de la negociación colectiva sectorial e intersectorial, en particular, puede contribuir a tener en cuenta en las negociaciones salariales la evolución macroeconómica pertinente, como la evolución de la productividad o los riesgos de presiones inflacionistas. A este respecto, la transposición en curso de la Directiva de la UE sobre salarios mínimos adecuados puede ayudar a promover procedimientos de gobernanza sólidos para fijar y actualizar los salarios mínimos legales y reforzar la negociación colectiva. Además, las políticas que promueven la mejora y el reciclaje de las cualificaciones pueden mejorar las perspectivas de empleo y salariales de los trabajadores, especialmente de los poco cualificados. Por otra parte, la mejora de la productividad de las empresas es clave para apoyar la evolución salarial en el contexto actual de bajo crecimiento de la productividad, incertidumbre general y elevada inflación. En este sentido, la puesta en marcha con éxito de las transiciones gemelas y garantizar su equidad siguen siendo prioridades políticas. Por último, abordar el origen del elevado coste de la vida también puede contribuir a mejorar los salarios reales, especialmente garantizando una competencia suficiente, sobre todo en los servicios, y diversificando las cadenas de suministro.

... El tiempo de trabajo en los Estados miembros de la UE ha ido disminuyendo gradualmente a lo largo del tiempo, impulsado por factores sociales y económicos, así como por factores institucionales y políticas del mercado laboral.

El principal factor económico que ha impulsado el descenso a largo plazo de las horas trabajadas ha sido el progreso tecnológico. En la segunda mitad del siglo XX, las políticas fiscales y el poder de negociación de los trabajadores también desempeñaron un papel importante en el descenso de la jornada laboral. Desde 1995, la evolución del tiempo de trabajo se ha visto impulsada sobre todo por el aumento de la participación de las mujeres en la población activa y el consiguiente incremento del trabajo a tiempo parcial. Las políticas del mercado laboral también han favorecido ajustes en las horas trabajadas para hacer frente a choques a corto plazo, como los experimentados durante la crisis de COVID-19. La reciente aceleración de la digitalización, el auge de la inteligencia artificial, la generalización del teletrabajo y un cambio en las preferencias de los trabajadores son factores que podrían conducir a nuevas reducciones del tiempo de trabajo en un futuro próximo. Entre 2008 y 2022, la media de horas semanales trabajadas disminuyó en la UE un 2 %, mientras que la media de horas anuales se redujo un 5 % en el mismo periodo. En la UE, este descenso se ha visto impulsado principalmente por la reducción de las horas semanales trabajadas por los asalariados a tiempo completo y los trabajadores autónomos; no obstante, sus determinantes difieren entre los Estados miembros.

En casi todos los Estados miembros, las horas semanales obligatorias están limitadas a 48 horas (según establece la Directiva sobre el tiempo de trabajo) o a 40 horas. Sólo en Bélgica y Francia el límite es inferior. El número de horas trabajadas normalmente a lo largo del año difiere significativamente entre los Estados miembros debido, entre otras cosas, a las diferencias en la provisión de tiempo de vacaciones y el nivel de desarrollo económico; de hecho, se ha descubierto que este último está correlacionado negativamente con el número medio de horas semanales trabajadas.

Según datos del pasado, las reducciones legislativas obligatorias de la jornada laboral pueden no mejorar el bienestar de grupos de trabajadores con preferencias diferentes. En el contexto actual de gran escasez de mano de obra, las opciones que amplían la elección de horas semanales podrían abordar mejor la presencia simultánea de subempleo y sobreempleo en el mercado laboral. Una de estas opciones puede ser la reducción de las horas semanales para grupos específicos de trabajadores, ya sea a través de convenios colectivos o de la reorganización voluntaria de los modelos de trabajo en las empresas”.

6. Por último, cabe hacer una breve referencia al Informe presentado por la Comisión sobre el mecanismo de alerta 2024 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX%3A52023DC0902&qid=1702443098009   

“... El aumento de los costes laborales unitarios repuntó notablemente en general y divergió considerablemente entre los países en 2022 y 2023, incluso dentro de la zona del euro, en la que la divergencia comporta mayores riesgos para la competitividad. Un crecimiento muy fuerte en algunos Estados miembros supone una marcada aceleración con respecto a años recientes. Los aumentos salariales fueron sustanciales en la mayoría de los países, pero aún se sitúan por debajo del aumento del coste de la vida. Esto generó presión sobre el presupuesto de los hogares, especialmente para las personas con bajos ingresos. En 2023, los salarios han experimentado una aceleración. En consecuencia, se prevé que los costes laborales unitarios aumenten aún más rápido en 2023 que en 2022 en la mayoría de los países, e incluso en caso de que se moderen, se sigue previendo que crezcan a un ritmo fuerte. En términos acumulados, se prevé que los salarios disminuyan en términos reales durante 2022 y 2023. Para 2024, se prevé una ralentización significativa de las tasas de crecimiento de los costes laborales unitarios, pero el nivel de incertidumbre sigue siendo alto, ya que los salarios dependen de unas negociaciones que aún no han tenido lugar en muchos países. El fuerte crecimiento previsto de los costes laborales unitarios en algunos países acreedores netos debería promover un mayor reequilibrio simétrico de las posiciones exteriores dentro de la zona del euro en 2023 y 2024.

En 2024, se elaborarán exámenes exhaustivos para los once Estados miembros que fueron identificados como países con desequilibrios o desequilibrios excesivos en 2023 3 . El Informe sobre el Mecanismo de Alerta presenta un panorama general de la evolución de los datos clave que subyacen a estos desequilibrios. En los exámenes exhaustivos realizados en 2024 y que se publicarán durante el primer semestre de ese año se llevará a cabo una evaluación económica de si estos desequilibrios se están agravando, corrigiendo o ya se han corregido, con el fin de actualizar las evaluaciones existentes y las posibles necesidades políticas pendientes. Este será el caso de Alemania, Chipre, España, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Países Bajos, Portugal, Rumanía, y Suecia” 

Buena lectura.

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