viernes, 25 de abril de 2025

Trabajo decente: El necesario tránsito de la informalidad a la formalidad. A propósito del Informe presentado a la próxima Conferencia Internacional del Trabajo.

 

1. La 113ª reunión de laConferencia Internacional del Trabajo   tendrá lugar en Ginebra del 2 al 13 de junio.

En esta ocasión, hay varios temas de especial interés: además de la presentación del Estudio General sobre la protección en caso de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, y de una Discusión general sobre enfoques innovadores para combatir la informalidad y promover transiciones hacia la formalidad a fin de fomentar el trabajo decente, se podría aprobar un nuevo Convenio y una nueva Recomendación sobre la protección frente a los peligros biológicos en el entorno de trabajo, y se llevará a cabo la primera discusión sobre el trabajo decente en la economía de plataformas, con el objetivo de poder avanzar, de cara a la próxima CIT, en la elaboración de un Convenio y de una Recomendación sobre esta cada vez más importante temática de las relaciones de trabajo.

Toda la documentación disponible sobre el orden del día y los documentos presentados se encuentra disponible en este enlace  

En esta entrada me refiero al documento en el que se aborda como facilitar el tránsito de la economía informal, y por consiguiente de la informalidad en las relaciones de trabajo, a la economía formal, o dicho de otra forma, a cómo avanzar en el logro de uno de los ejes centrales de la política de la Organización Internacional del Trabajo, cuál es el trabajo decente, al que se apliquen sin ningún tipo de duda las normas laborales, algo que es mucho más difícil de lograr, en las pocas ocasiones que ello pueda ocurrir, en las actividades laborales informales.

La lectura del Informe,  , publicado el 14 de abril, es de especial interés para conocer la realidad mundial del trabajo y los déficits de cumplimiento de la normativa laboral, empezando lógicamente por los Convenios aprobados y muy específicamente aquellos que tienen la consideración de fundamentales  

2. No es, desde luego, ni mucho menos, la primera vez que la OIT se acerca al estudio de la informalidad laboras desde que en el año 2015 se aprobara la importante Recomendación núm. 204 sobre sobre la transición de la economía informal a la economía formal. Un estudio detallado de esta norma fue realizado en este blog en la entrada aquí disponible , de la que reproduzco un breve fragmento:

“... El sábado 13 de junio finalizó la 104ª Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra, con la aprobación de aquella que ha sido calificada en una nota informativa de la OIT como “una histórica norma del trabajo para hacer frente a la economía informal   que servirá para apoyar los esfuerzos por ayudar a cientos de millones de trabajadores y unidades económicas a pasar de la informalidad a la economía formal...”

....  ¿Qué es, a los efectos de la OIT, la economía informal? La respuesta la tenemos en el apartado 2 del bloque I (Objetivos y ámbito de aplicación), en los siguientes términos:

“… Todas las actividades económicas desarrolladas por los trabajadores y las unidades económicas que — en la legislación o en la práctica — están insuficientemente cubiertas por sistemas formales o no lo están en absoluto, y

… no abarca las actividades ilícitas, en particular la prestación de servicios y la producción, venta, posesión o consumo de bienes prohibidos por la legislación, incluyendo la producción y el tráfico ilícitos de estupefacientes, la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, la trata de personas y el blanqueo de dinero, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes”.

Como pueden comprobar, no se trata, ni mucho menos, de una norma que afecte sólo a países en desarrollo, y estoy seguro de que todavía queda mucho por hacer en los llamados países desarrollados, entre ellos España. A buen seguro que quienes tienen entre sus funciones las de velar por el cumplimiento de la normativa laboral podrían poner numerosos ejemplos del “no cumplimiento” y de la “informalización” no deseada de sus relaciones de trabajo para una parte de la población, entre las que se encuentra en muchos países la población migrante, y es por ello por lo que la Recomendación pide la adopción, en el marco global de la política de empleo, de “políticas de migración laboral que tengan en cuenta las necesidades del mercado de trabajo y que promuevan el trabajo decente y los derechos de los trabajadores migrantes”.

Por su parte, la Resolución aprobada en la 21ª Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (2023) sobre las estadísticas de economía informal    diferencia también entre trabajadores del sector formal y del sector informal, en estos términos:

“Las personas que realizan trabajo en el sector formal incluyen personas ocupadas en el sector formal, aprendices no remunerados y voluntarios que realizan trabajo para una unidad económica formal... e incluyen trabajadores independientes que poseen y operan una empresa formal; contratistas dependientes que poseen y operan una empresa formal o están registrados a efectos fiscales; y empleados y trabajadores familiares auxiliares con puestos de trabajo informales o formales que realizan trabajos para una unidad económica formal”. “Las personas que realizan trabajos en el sector informal incluyen personas ocupadas en el sector informal, aprendices no remunerados y voluntarios que realizan tareas para una empresa de mercado informal no constituidas en sociedad perteneciente al hogar... e incluyen trabajadores independientes que poseen y operan una empresa de mercado informal no constituida en sociedad; contratistas dependientes que no poseen ni operan una unidad económica formal y no están registrados a efectos fiscales; y empleados y trabajadores familiares auxiliares que están ocupados en empresas de mercado informales no constituidas en sociedad”.

Entre otras entradas en las que he dedicado atención a la economía informal, cabe reseñar dos de ellas.

Entrada “Sigamos hablando de las desigualdades (aunque sea reiterar e incluso reforzar lo expuesto en años anteriores) y de propuestas para su corrección (solo por algunos). Fórum Económico Mundial, Oxfam, OIT, FMI”   , publicada el 16 de enero de 2024, en el que me referí al el Informe elaborado por la OCDE “Breaking the Vicious Circles of Informal Employment and Low-Paying Work” (“ Romper los círculos viciosos del empleo informal y el trabajo mal pagado”)  hecho público el 16 de enero, sintetizado en este resumen:

“Los trabajadores informales representan casi el 60% de la mano de obra mundial, y el 90% en los países de renta baja. Nuevos datos procedentes de los Indicadores Clave de la Informalidad basados en los Individuos y sus Hogares (KIIbIH) muestran que, a pesar de la heterogeneidad generalizada, la informalidad muestra a menudo una estructura de dos niveles. El nivel inferior comprende a los trabajadores con ingresos inferiores al 50% de los ingresos medios de su país: son la mayoría de la mano de obra informal mundial, con un 54% de media, y hasta un 80% en algunos países. Un número relativamente pequeño de trabajadores del nivel superior disfrutan de ingresos relativamente más elevados; también están más cualificados y son más productivos. En comparación tanto con los trabajadores formales como con los trabajadores informales del nivel superior, los del nivel inferior, así como los miembros de sus hogares, tienen más probabilidades de caer en la pobreza y se enfrentan a mayores dificultades relacionadas con la salud y la vejez”. El resumen de su contenido se expone así: “Este informe añade dos perspectivas sobre la informalidad. En primer lugar, desmonta la mecánica de los vínculos perniciosos entre empleo informal, trabajo mal pagado y baja cualificación. Muestra que el empleo informal es muy persistente, y que la vulnerabilidad de los trabajadores informales se transmite a sus hijos en ausencia de una política adecuada de educación, cualificación y protección social. En segundo lugar, el informe subraya la doble carga de la informalidad y el trabajo mal pagado que soporta una gran parte de los trabajadores de las economías en desarrollo y emergentes, y como tal reclama soluciones políticas que vayan más allá de la agenda de la formalización y abracen el objetivo de la justicia social”.

Entrada “Consejo de Administración de la OIT. Propuestas para un nuevo contrato social, y para avanzar en los objetivos de la Coalición Mundial para la justicia social”, , publicada el 4 de octubre de 2024, en la que me referí al Informe del Grupode trabajo sobre el nuevo contrato social para Nuestra Agenda Común  , que será presentado a la 113ª reunión de la CIT para su aprobación, en el que el Consejo de Administración recomienda, a los efectos de erradicación de la pobreza, que se adopten, entre otras, medidas de apoyo a la transición de la economía informal a la economía formal, en estos términos:

“Tomando nota de que la economía informal representa cerca del 60 por ciento del empleo a nivel mundial y se concentra esencialmente en la economía rural, y que más del 90 por ciento de las microempresas y las pequeñas empresas de todo el mundo realizan sus actividades en el sector informal, el Consejo de Administración invita a la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social a que las economías informal y rural figuren entre sus principales prioridades. Reconociendo que la formalización y la prevención de a informalización de los puestos de trabajo y de las unidades económicas exigen una combinación integral de medidas coherentes y coordinadas, que abarquen políticas económicas, regulatorias, fiscales, de empleo y sociales, el Consejo de Administración recomienda la adopción de medidas para apoyar la sostenibilidad de las empresas, en  articular las microempresas y las pequeñas empresas, mediante la promoción de un entorno empresarial propicio, incluido un marco normativo e institucional sólido, la mejora del acceso al crédito y medidas para aumentar la productividad. También recomienda adoptar medidas para ampliar el acceso a la protección social, incrementar los salarios y los ingresos y proteger los derechos laborales, entre otras cosas mediante la inspección del trabajo, como elementos esenciales de la transición a la formalidad. Por otro lado, el Consejo de Administración reconoce el papel fundamental que pueden desempeñar las nuevas tecnologías para afrontar los retos de la transición, al aumentar la productividad laboral, ampliar las oportunidades de empleo y generación de ingresos y facilitar el acceso a una protección laboral y social adecuada”.

3. Justamente sobre la “informalidad”, que en muchas ocasiones es el incumplimiento de la normativa laboral aplicable, aquella a la que se refiere el Informe cuando incluye a las personas “que pueden realizar actividades que son en parte informales, aunque tengan un empleo formal, como beneficios no declarados u horas no declaradas”, hubo un muy interesante debate en la Jornada organizada por la UGT de Cataluña   el 24 de abril sobre los efectos de la reforma laboral de 2021 y el Acuerdo para el empleo de calidad en Barcelona2021-2030 (ABOC)  , en el que tuve la oportunidad de participar , y se lo agradezco a la UGT, en relación con los citados efectos, los puntos fuertes de la reforma y las cuestiones pendientes. El vídeo de la jornada, con todas las intervenciones,está disponible aquí 

Y digo que el debate fue de mucho interés porque las aportaciones de representantes sindicales de los sectores de limpieza, comercio, y hostelería y turismo, sobre las “buenas y malas praxis en el empleo en la ciudad de Barcelona”, pusieron claramente de manifiesto que queda mucho por hacer para que se haga realidad el logro del decálogo de empleo de calidad que se recoge en el ABOC. A buen seguro que si en la sesión hubieran estado presentes Inspectores e Inspectoras de Trabajo y Seguridad Social no les hubiera resultado nada extraño escuchar los incumplimientos de la normativa laboral que cada día, en su actividad profesional, tienen oportunidad de constatar.

4. El Informe de la OIT consta de una introducción y de tres capítulos. Tras los antecedentes y la presentación, el capítulo I aborda qué es la informalidad, qué factores la impulsan, y qué se está haciendo al respecto. Por su parte, el capítulo 2 está dedicado, tal como reza el título, a los enfoques innovadores y buenas prácticas para avanzar en el transito a la economía formal y el trabajo decente. Por fin, el capítulo 3 efectúa las conclusiones de todo lo anteriormente expuesto, y, siendo especialmente importante a mi parecer, cuáles han de ser las líneas de acción para el futuro.

Tal como se explica en la presentación, en el Informe

“... se brinda una base de cara a la discusión de la Conferencia Internacional del Trabajo sobre enfoques innovadores y buenas prácticas para abordar la informalidad, a fin de determinar nuevas medidas y prioridades en los ámbitos mundial, regional y nacional y posibilitar que la OIT y sus mandantes presten un mejor apoyo a las medidas exitosas para promover la transición hacia la formalidad, entre otras cosas mediante la prevención de la informalización”, así como igualmente que “el informe también es de ayuda para sacar partido de la base empírica de distintos enfoques innovadores y buenas prácticas en pos de la transición hacia la formalidad. Complementa un ejercicio de inventario en todas las regiones de la OIT para determinar y analizar qué propuestas funcionan y en qué condiciones... En conjunto, esta labor brinda una gran cantidad de información de interés para respaldar el diseño y la aplicación de vías eficaces que conduzcan a la formalidad”.

En el recuadro que se adjunta a continuación, publicado en la página 10 del Informe, se sintetiza qué es la economía informal, siempre partiendo de la Recomendación 204.

 

El Informe, también resalta en su parte introductoria la importancia de la formalización   económica y laboral “para una transición justa y la protección de las comunidades vulnerables contra los efectos negativos del cambio climático y medioambiental en sus medios de vida, de conformidad con los principios rectores de una transición justa para todos”, Cambio climático, transición justa, protección de las personas trabajadoras, empresa socialmente sostenibles, son cuestiones que abordaremos en el ya cercano XXXV Congreso Nacional de la Asociación Española de Derecho del Trabajoy de la Seguridad Social, a celebrar en Valencia los días 29 y 30 de mayo, con el título de “Tiempo de trabajo y cambio climático”  (remito a la entrada “Duración del tiempo de trabajo y cambio climático. Notas previas para un primer debate. A propósito del XXV Congreso de la Asociación Española de Derecho del Trabajo y Seguridad Social”   ).

Una temática, la del cambio climático y su impacto sobre las relaciones laborales, que ha merecido especial atención en el último número de la Revista Internacional del Trabajo (1/2025)   , que dedica una sección monográfica dedicada a “Hacia un trabajo sostenible: requisitos de un enfoquesocial-ecológico del trabajo” con muy interesantes artículos, y en especial uno, a mi parecer, que puede provocar un amplio debate, y críticas, en el mundo sindical: “Los trabajadores frente al cambio climático. Repolitización de la acción climática sindical” https://es.ilr-rit.org/article/pubid/18838/ , del que son autores Ben Cradwford y David Whyte.

4. ¿Tiene importancia la informalidad económica y laboral? Ya he dado la respuesta, muy afirmativa, con anterioridad, a partir de los datos disponibles, que ahora se concretan con mayo detalle en el Informe, y que quedan muy bien reflejados en el dos recuadros que adjunto, publicados en la página 14 de este, el primero del porcentaje del empleo informal con respecto al empleo total, 2004-2024, y el segundo del porcentaje del empleo informal con respecto al empleo total por sexo, 2004-2024

Cerca de 6 de cada 10 trabajadores y 8 de cada 10 empresas en el mundo se encuentran en la economía informal. Según la región, la economía informal aporta entre el 15 y el 35 por ciento del producto interno bruto total. Además, la informalidad está muy extendida y es persistente (gráficos 1 y 2). En todo el mundo, la informalidad ha disminuido gradualmente en los dos últimos decenios, pero los avances siguen siendo lentos. En 2024, el empleo informal representaba poco menos del 58 por ciento del empleo total, en contraste con el 62 por ciento registrado en 2004. Dado el ritmo de crecimiento de la población y el empleo, el número de trabajadores en la informalidad sigue aumentando y llegará a más de 2 000 millones en 2024” (la negrita es mía).

5. En el informe se destacan las disparidades dentro de las regiones y los países y entre ellos, previa manifestación de que la economía informal, “si bien es prevalente en los países de ingresos bajos y de ingresos medianos, existe en todas partes del mundo, incluso en los países en ingresos altos”.

En apretada síntesis, el Informe menciona cuatro grandes grupos: en el primero, “hay un empleo informal generalizado, principalmente en la agricultura, que depende fundamentalmente de trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares auxiliares. Alrededor del 70 por ciento de los países de este grupo se encuentran en África Subsahariana, a la que siguen Asia Meridional y Asia Sudoriental”. El segundo, “está formado principalmente por países de ingresos medianos de casi todas las regiones, pero con una sobrerrepresentación de Asia y el Pacífico. El empleo informal representa entre el 40 y el 80 por ciento del empleo total”. En cuanto al tercero, “incluye una proporción igual de países de ingresos medianos altos y de ingresos altos, 1 de cada 4 trabajadores tiene un empleo informal. Los países de América Latina y el Caribe, los Estados Árabes y, en cierta medida, Asia y el Pacífico están sobrerrepresentados”. Por fin, el cuarto grupo “incluye países de ingresos altos y algunos países de ingresos medianos altos. Hasta el 90 por ciento de los países se encuentran en Europa y Asia Central. La tasa de empleo informal es de poco más de 1 de cada 10 trabajadores”.

No menos importantes son las diferencias en el seno de la propia población trabajadora, tanto entre nacionales y extranjeros como entre quienes están en la economía formal y aquellos que se encuentran en la economía informal. En los países en los que se dispone de información, subraya el Informe, “la incidencia media del empleo informal es 3 puntos porcentuales mayor para la población nacida en el extranjero que para la población nativa (es 7 puntos porcentuales mayor para los no ciudadanos que para los trabajadores que son ciudadanos del país en el que viven)”. Por otra parte, “En el ámbito mundial, los trabajadores asalariados informales ganan en promedio un 56 por ciento de los salarios de los trabajadores formales. Los hombres en trabajos informales ganan el 58 por ciento del salario de los hombres en trabajos formales, mientras que las mujeres ganan solo el 52 por ciento en comparación con sus homólogas en la economía formal”, concluyéndose que “considerando todas las situaciones laborales y fuentes de ingresos de los hogares, los trabajadores informales tienen el doble de probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales” (la negrita es mía).

Entre los principales factores de la informalidad, el Informe se refiere, entre otros, a los altos niveles de pobreza y desigualdad, la incapacidad de la economía para generar suficientes puestos de trabajo formales y oportunidades empresariales formales, que una elevada prevalencia de sectores y formas de empleo más expuestos a la informalidad “suele determinar que el nivel de informalidad de un país sea alto”, unas instituciones públicas débiles y unos marcos normativos inadecuados, la falta de transparencia y de rendición de cuentas de las instituciones públicas, la falta de coordinación institucional de las políticas intersectoriales en los diferentes niveles de gobierno, la existencia de un bajo nivel de productividad que “limita la capacidad de las unidades económicas informales para ser económicamente viables, soportar los costos de la formalización, competir en los mercados formales y crear empleo formal y productivo”, la discriminación y la desigualdad de género, La falta de representación y de acceso al diálogo social de los trabajadores y unidades económicas de la economía informal”, y un bajo nivel de educación y competencias que, cuando se da, “restringe la movilidad ascendente y dificulta la capacidad de los trabajadores informales para acceder a oportunidades de empleo formal” . Sin olvidar, por supuesto, el impacto de las crisis ambientales, y las afectaciones en las relaciones de trabajo por las innovaciones tecnológicas, los cambios demográficos, el cambio medioambiental y climático y la globalización.

6. Por último, me refiero, igualmente de forma esquemática a las propuestas de prioridades y principios que deberían guiar la puesta en práctica de la Recomendación 204 para seguir avanzando en el camino de la reducción de la informalidad y el avance hacia una mayor formalidad, económica y laboral, a escala mundial y siempre teniendo en cuentas las distintas realidades nacionales:

a) Intensificar los esfuerzos para mejorar la gobernanza y adoptar enfoques completos, coordinados e integrados

b) Asegurar que los trabajadores y las unidades económicas de la economía informal estén organizados y efectivamente representados en el diálogo social sobre las políticas de apoyo a la transición hacia la formalidad.

c) Avanzar hacia la formalización reduciendo los déficits de trabajo decente en la economía informal.

d) Acelerar la aplicación de las normas internacionales del trabajo, incluidos los convenios fundamentales.

Destaco de esta propuesta la tesis, que considero acertada, de que “la aplicación de estas normas sienta las bases para crear condiciones en las que todos los trabajadores, incluidos los de la economía informal, puedan desempeñar un trabajo más seguro, justo y digno. Se debería prestar una atención especial a la necesidad de actuar de inmediato para corregir las condiciones de trabajo inseguras e insalubres que a menudo caracterizan el trabajo en la economía informal” (la negrita es mía) .

e) Crear un entorno propicio para las empresas sostenibles, mejorar la productividad y asegurar una distribución equitativa de sus beneficios.

f) Prestar especial atención a las personas que están expuestas a los déficits más graves de trabajo decente en la economía informal.

g) Aprovechar las nuevas tecnologías y reducir la brecha digital.

h) Aplicar enfoques sectoriales y otros enfoques selectivos a la formalización. 

i) Generar un doble dividendo de la transición a la formalidad y una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles.

j) Fortalecer la base empírica para fundamentar y medir el impacto de las políticas e intervenciones.

k) Establecer alianzas estratégicas en el marco del sistema multilateral y con las instituciones financieras internacionales.

l) Fortalecer las capacidades de los mandantes mediante el apoyo al intercambio de conocimientos y el fomento de la cooperación horizontal”.

Buena lectura.

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