lunes, 18 de septiembre de 2023

Objetivos de Desarrollo Sostenible de las NU, con especial atención al núm. 8 (trabajo decente y crecimiento económico). El muy lento avance en su aplicación y desarrollo. A propósito de la Semana de Alto Nivel en la Asamblea General de la ONU (18 a 24 de septiembre): Notas, apuntes y documentos de trabajo.

 

1. El texto que sigue a continuación incluye diversos documentos de las Naciones Unidas, de la Organización Internacional del Trabajo y Eurofound. Igualmente, se incluyen algunas aportaciones personales sobre el citado ODS núm.8. Concluye con la traducción (no oficial) del documento más reciente de la OIT sobre el citado ODS, presentado en la reunión sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se celebra los días 18 y 19 de septiembre durante la Asamblea General anual de la Organización de las Naciones Unidas.

Recordemos primeramente que la Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible tiene como objetivo 8 el de promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, con mención expresa a “8.3 Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de empleo decente, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y alentar la oficialización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, entre otras cosas mediante el acceso a servicios financieros 8.5 Para 2030, lograr el empleo pleno y productivo y garantizar un trabajo decente para todos los hombres y mujeres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor 8.8 Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y protegido para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios”.

Un excelente análisis de la relación entre la Agenda 2030 y el mundo del trabajo fue realizado por la profesora Gema Quintero, con ocasión de  cumplirse el 25 de septiembre de 2021 de la aprobación por la Asamblea General de Naciones Unidas, por unanimidad, de la Resolución 70/1 “Transformar Nuestro Mundo: La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, en su artículo “La Agenda2030 y un nuevo Derecho Social” , en el que sostiene que “Los 17 ODS, engarzados como plan de acción poliédrico, junto con sus ecosistemas de mensurabilidad, monitorización y temporización, permiten a las empresas un diseño coherente de estrategias de acción real y efectiva. Y lo hace incluso, con independencia del tamaño de la empresa. Sin necesidad de grandes inversiones, sin necesidad de departamentos específicos de sostenibilidad, en efecto, cada empresa podría localizar en su entorno productivos aquellas metas y objetivos en los que tiene una incidencia directa. Y en esa labor, el Derecho Social actúa como fuente y espejo”, para concluir que  “el Trabajo, como núcleo de un sistema social más complejo, no deja de ser una realidad humana, y por lo tanto afecta de todas las vicisitudes y mutabilidades intrínsecamente ligadas a la Humanidad. De esta suerte, los retos del futuro del trabajo están íntimamente ligados a los retos tecnológicos, a los retos demográficos, a los retos medioambientales y a los retos derivados del cuestionamiento de la globalización del neocapitalismo en tiempos postpandémicos. Y la Agenda 2030 puede ser el faro que evite perder el rumbo, al mismo tiempo que la antorcha que ilumine los procesos, o el fuego que temple la inacción y caliente las actitudes transformadoras colectivas e individuales”.

2. Es decir, estamos ante el debate recurrente sobre como lograr el objetivo del empleo decente o digno a escala mundial, tan reclamado en los informes, documentos de trabajo y resoluciones adoptadas por la Organización Internacional del Trabajo y a los que he dedicado especial atención en entradas anteriores del blog.

Al respecto, conviene recordar una informe conjunto elaborado en 2019 por la OIT y Eurofound, “Condicionesde trabajo desde una perspectiva mundial y que sigue teniendo a mi parecer pleno valor, en el que se proporciona “un análisis comparativo de la calidad del trabajo que incluye aproximadamente a 1 200 millones de trabajadores de todo el mundo: EU-28, China, República de Corea, Turquía, Estados Unidos (EE.UU.), países hispanoparlantes de América Central (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá), Argentina, Chile y Uruguay”, y que analiza siete dimensiones de la calidad del trabajo: “el entorno físico, la intensidad del trabajo, la calidad del tiempo de trabajo, el entorno social, las competencias y la evolución, las perspectivas y los ingresos”, concluyendo que “si bien existen diferencias importantes entre países respecto a estas dimensiones de la calidad del trabajo, también se observan similitudes importantes”. Conclusiones relevantes a mi parecer eran, entre otras, que “Las diferencias de género resultan fundamentales para entender las tendencias de las condiciones de trabajo en todo el mundo”, y que “La calidad del trabajo puede mejorarse reduciendo las excesivas exigencias a los trabajadores y limitando su exposición a los riesgos, así como aumentando su acceso a los recursos en el trabajo que ayudan a alcanzar los objetivos profesionales o a mitigar las consecuencias de estas exigencias. Cada dimensión de la calidad del trabajo también puede mejorarse a través de políticas y prácticas en el lugar de trabajo”.

Más recientemente, y a escala europea, es importante referirse a la Encuesta Telefónica Europea sobre las Condiciones de Trabajo (EWCTS), realizada por Eurofound en 2021, y cuya síntesis ha sido realizada muy recientemente por Barbara Gerstenberger, jefa de la unidad de vida laboral de dicha organización, en un artículo publicado en Social Europe el 14 de septiembre y titulado “Job quality: a sine qua non, notjust nice to have” , en el que sostiene que “Aumentar la calidad del empleo, mejorando los recursos de los trabajadores, es fundamental para afrontar los retos laborales y sociales actuales”, concluyendo, a partir de los resultados de la Encuesta, que “La buena salud, el alto grado de compromiso, la sostenibilidad financiera, el equilibrio entre la vida laboral y personal y un clima social favorable ayudan a las personas a participar y permanecer en el trabajo a lo largo de una vida laboral productiva y prolongada. Se trata de una condición sine qua non ante el envejecimiento demográfico y la escasez de mano de obra en muchos sectores y profesiones críticos, como la sanidad y la asistencia. La misma combinación de ingredientes positivos cruciales ayudará a la mano de obra a afrontar los retos de la doble transición hacia una economía y una sociedad digitales y descarbonizadas”. Para mejorar la calidad del empleo constata que existen muchas vías, de tal manera que “Se puede hacer hincapié en la reducción de las demandas laborales, haciendo que los puestos de trabajo sean menos agotadores física y psicológicamente y más seguros, al tiempo que se mantiene controlada la intensidad del trabajo. Pero también existe la opción de aumentar los recursos del empleo incrementando la autonomía de los trabajadores, dándoles voz en la toma de decisiones de la organización y garantizando que los trabajadores obtengan el reconocimiento que merecen”.  

Desde una perspectiva semejante, y más pegada al terreno por ser la autora del artículo, María Isabel Garrido, Técnica de Prevención de Riesgos Laborales, se afirma que “No somos conscientes del nexo entre la calidad de la vida laboral y la productividad. A menudo te encuentras que las empresas se preguntan cómo se puede mejorar la productividad de los empleados, motivarlos, para que su producción sea mayor o simplemente, más eficiente y comprometidos con la Compañía y ellos mismos tienen en sus manos las soluciones, pero ni si quiera se las plantean o piensan que necesitan muchos recursos económicos o humanos para su implantación, cuando realmente, y en la mayoría de los casos, se traduce en una escucha activa de sus empleados y, llevar a cabo pequeñas acciones, que aunque puedan suponer un “gasto” con el que no contabas, reportan más beneficios de los que se pueden imaginar” (“Mejora de la calidad de vida y dela productividad”, publicado en el blog de la Plataforma Laboral Life   el 27 de agosto)

3. También en documentos europeos se encuentran, y desde luego muy acertadamente a mi parecer, referencias a los ODS. En la “Propuesta de Decisión del Consejo relativaa las orientaciones para las políticas de empleo de los Estados miembros”, presentada por la Comisión Europea el 24 de mayo de 2023   , y que ha sido aprobada sin modificaciones por el Parlamento Europeo el 13 deseptiembre , por lo que solo queda el trámite de su aprobación definitiva por el Consejo y la posterior publicación en el Diario Oficial de la UE, puede leerse, en la explicación efectuada en su introducción del contexto de la Propuesta, que “Si bien las orientaciones generales de las políticas económicas siguen siendo válidas en el tiempo, las orientaciones para el empleo deben formularse cada año. Las orientaciones se adoptaron juntas por primera vez en 2010 («paquete integrado») a fin de apoyar la estrategia Europa 2020. Dichas orientaciones integradas permanecieron estables hasta 2014. En 2015 se adoptaron unas orientaciones integradas revisadas. En 2018, las orientaciones para el empleo se alinearon con los principios del pilar europeo de derechos sociales proclamado en noviembre de 2017 por el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión con vistas a impulsar reformas a nivel nacional y para que sirviera de brújula que indicara la ruta hacia un proceso renovado de convergencia al alza en toda Europa para conseguir mejores condiciones de vida y de trabajo; en 2019, no se modificaron. En 2020, se adaptaron para integrar elementos relacionados con las consecuencias de la crisis de la COVID-19, las transiciones ecológica y digital y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas...”.  (la negrita es mía).

Igualmente, una mención a los ODS se encuentre en la citada introducción al referirse al contenido del Semestre Europeo, que reúne “los diferentes instrumentos en un marco global para una supervisión y coordinación multilaterales integradas de las políticas económicas y de empleo en la Unión. Al tiempo que persigue la sostenibilidad medioambiental, la productividad, la equidad y la estabilidad macroeconómica, el Semestre Europeo integra los principios del pilar europeo de derechos sociales y de su herramienta de supervisión, el cuadro de indicadores sociales, y contempla un fuerte compromiso con los interlocutores sociales, la sociedad civil y otras partes interesadas. El Semestre Europeo apoya la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible...” (la negrita es mía).

Recordemos que las cuatro orientaciones generales para las políticas de empleo de los Estados miembros son las siguientes: Impulsar la demanda de mano de obra. Aumentar la oferta de trabajo y mejorar el acceso al empleo, la adquisición de capacidades a lo largo de la vida y las competencias. Mejorar el buen funcionamiento de los mercados laborales y la eficacia del diálogo social. Promover la igualdad de oportunidades para todos, fomentar la integración social y combatir la pobreza”.

4. En el ámbito universitario, y a escala internacional, también encontramos referencias a los ODS. Sirva como ejemplo significativo, y muy reciente, las conclusiones  aprobadas en el 4º Congreso Cielo, celebrado en Chile los días 20 y 21 de julio, que estuvo dedicado a “La protección del trabajo frente a la crisis económica, demográfica y climática”. Han sido publicadas por el profesorRodrigo Palomo en el boletín de Noticias Cielo núm. 7/2023 

En las citadas conclusiones se recoge que “La identificación de los actuales desafíos que plantea la protección del trabajo y la comprensión de su alcance y las formas de enfrentarlos exceden a la pura perspectiva jurídica. Por tanto, más que nunca resulta imperioso trabajar en respuestas interdisciplinarias nutriendo nuestros enfoques con los aportes de las diversas ciencias sociales. En la perspectiva jurídica, es claro que las respuestas clásicas del Derecho del Trabajo y la Seguridad Social no son suficientes para enfrentar los actuales desafíos de la protección del trabajo.

- Se constata que muchos de los actuales problemas que afectan al mundo de trabajo están fuertemente interrelacionados. Si bien su delimitación favorece análisis más detenidos, es importante reconocer y ponderar las distintas variables y conexiones, para propuestas y respuestas debidamente contextualizadas y realistas...

... Los compromisos globales, y las directrices y normas internacionales, otorgan un marco relevante de actuación frente a las crisis económica, demográfica y climática. Es pertinente y útil revisitar el desarrollo de la noción de trabajo decente, de la OIT, y los compromisos de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. En definitivas cuentas, se trata de intensificar los esfuerzos por garantizar el trabajo digno (la negrita es mía)

5. Durante la Asamblea General de la ONU se celebra la “Semana de Alto Nivel 2023   , en la que se producirá la reunión de los líderes mundiales para participar en el Debate General anual de alto nivel bajo el lema "Reconstruir la confianza y reactivar la solidaridad mundial": Acelerar las acciones dentro de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia la consecución de la paz, la prosperidad, el progreso y la sostenibilidad para todos”

Calificada como “pieza esencial” de la Semana de Alto Nivel, los días 18 y 19 de septiembre tiene lugar la cumbre sobre los ODS. En la página web de la ONU en la que se da debida cuenta de este importante evento se explica que la Cumbre “será la plataforma central para que los jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo asuman el liderazgo político en la implementación de la Agenda 2030”, y que pretende “marcar el inicio de una nueva era de avance de los Objetivos, la cual se ha ralentizado, y culminar con la adopción de una declaración política con una visión hacia el futuro”.

¿Cuáles son los objetivos y resultados que se esperan que salgan de esta importante reunión mundial? Para quienes la han organizado, “A través de la Cumbre, los países, tanto individual como colectivamente, tienen la oportunidad de situar al mundo en la senda del desarrollo sostenible. La comunidad internacional puede aprovechar esta para lograr transformaciones significativas en la aplicación integrada de los ODS y en la forma en que las sociedades producen, consumen y comparten beneficios y riesgos, sin dejar a nadie al margen. las sociedades producen, consumen y comparten beneficios y riesgos, sin dejar a nadie atrás. Se prevé que la Cumbre tenga visión de futuro y esté orientada a la acción, con el objetivo de acelerar la acción internacional para mejorar la vida de las personas y revitalizar el sentimiento de esperanza, optimismo y entusiasmo que caracterizó la adopción de los ODS. entusiasmo que caracterizaron la adopción de los ODS y la Agenda 2030. Se espera que adopte una declaración política concisa y orientada a la acción como documento final”.  

¿Cuáles son las peticiones que el Secretario General de la ONU António Guterres  ha realizado a los dirigentes mundiales para lograr resultados positivos de la Cumbre? Pues bien, su petición es de la presentación de “un Plan de Rescate para las Personas y el Planeta en la Cumbre de los ODS a través de resultados en tres áreas. En primer lugar, ha pedido a los países que cumplan sus compromisos globales con los ODS, entre otras cosas mediante un estímulo de los ODS que aumente masivamente la financiación y otras medidas, como el alivio de la deuda. En segundo lugar, instó a los líderes mundiales a transmitir un Compromiso Nacional para la Transformación de los ODS. Esto podría incluir puntos de referencia claros para reducir los niveles nacionales de pobreza y desigualdad para 2027 y 2030, junto con contribuciones climáticas determinadas a nivel nacional. Y en tercer lugar, se insta a todos los países a implicar plenamente a sus electores nacionales, en particular la sociedad civil y el sector privado, en la preparación de la Cumbre”.

Durante los días 18 y 19 de septiembre tendrá lugar aquello que ha sido calificado de “diálogo de líderes”, en concreto seis debates, cuyo título y síntesis se relaciona a continuación.

“Diálogo de Líderes 1: "Ampliar las acciones en transiciones clave para acelerar el progreso de los ODS"

Alcanzar los ODS en 2030 requiere transiciones clave perseguidas a través de decisiones audaces, un aumento de la inversión y enfoques holísticos a largo plazo. Este Diálogo de Líderes se centrará en acciones políticas y vías de inversión para impulsar estas transiciones que actuarán como multiplicadores para avanzar en el progreso de los ODS, incluyendo áreas como la energía, la digitalización, la educación, la protección social, la triple crisis planetaria y la seguridad alimentaria.

Diálogo de dirigentes 2: "Fomentar la resiliencia y no dejar a nadie atrás"

En este Diálogo se examinarán los perfiles de resiliencia que demuestran la capacidad de la humanidad para superar la adversidad. El mundo debe actuar para hacer frente a los motores de las desigualdades socioeconómicas dentro de los países y entre ellos, y mejorar el bienestar de las personas más rezagadas, especialmente los grupos marginados y vulnerables, y contribuir así a la inclusión y la resiliencia a escala mundial. En el debate pueden introducirse enfoques locales e indígenas para fomentar la resiliencia y el bienestar. El diálogo también abordará la reducción del riesgo de desastres y la resiliencia ante los desastres, así como el avance de los ODS en situaciones de crisis y humanitarias.

Diálogo de dirigentes 3: "Cambiadores de juego: Aplicar la ciencia, la tecnología, la innovación y los datos a la acción transformadora"

El mundo está dotado de unos niveles de conocimientos, tecnologías y recursos sin precedentes en la historia. Sin embargo, el potencial de la ciencia, la tecnología, la innovación y los datos para ser aplicados a los ODS está muy infrautilizado. También es necesario identificar y eliminar las barreras sistémicas y contextuales que impiden su utilización eficaz y equitativa, incluso con respecto a la participación de las mujeres, las niñas y los grupos minoritarios en la CTI. El Diálogo facilitará un debate sobre los puntos de entrada más eficaces para utilizar los conocimientos científicos, las tecnologías y los datos para acelerar la aplicación de los ODS.

Diálogo de Líderes 4: "Fortalecer las políticas integradas y las instituciones públicas para alcanzar los ODS"

Este Diálogo servirá para avanzar en la formulación de políticas que tengan en cuenta las interrelaciones entre los ODS y los efectos indirectos, y para fortalecer las instituciones públicas con este fin. Un principio central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un enfoque holístico de la implementación de los ODS. Esto incluye el aprovechamiento de sinergias en las que la acción en un área también puede generar impactos positivos en otra, al tiempo que se abordan las compensaciones.

Diálogo de dirigentes 5: "Unidad y solidaridad: Fortalecimiento del sistema multilateral para mejorar el apoyo, la cooperación y el seguimiento y examen de los ODS"

La comunidad internacional debe cumplir la promesa pendiente de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Sin embargo, las recientes crisis mundiales han puesto de manifiesto las debilidades y desigualdades del actual sistema multilateral. Este Diálogo contribuirá a reforzar la unidad y el multilateralismo, en particular mediante la cooperación internacional y el fomento de la confianza, incluso en lo que respecta al seguimiento del informe del Secretario General sobre Nuestra Agenda Común. Se estudiarán vías y oportunidades para aumentar el seguimiento y la revisión del progreso de los ODS. Los Estados miembros también pueden ofrecer orientación para facilitar el fortalecimiento continuo del Sistema de las Naciones Unidas para el Desarrollo con el fin de apoyar los cambios transformadores previstos en la Agenda 2030.

Diálogo de Líderes 6: "Movilizar la financiación y las inversiones y los medios de implementación para el logro de los ODS"

Este Diálogo abordará la financiación, las inversiones y los medios de implementación para el logro de los ODS. Es necesario hacer coincidir la abundancia y la responsabilidad con los compromisos mundiales, nacionales y locales para cumplir con la financiación, impulsar el liderazgo y restablecer la confianza que pondrá al mundo en el camino hacia el logro de los ODS para 2030. El Secretario General ha animado a los Estados miembros a poner en marcha un estímulo para los ODS, a fin de garantizar que los países en desarrollo puedan cumplir los ODS y avanzar en reformas profundas de la arquitectura financiera internacional. Este Diálogo también está concebido para conectar la Cumbre sobre los ODS con el Diálogo de Alto Nivel sobre la Financiación para el Desarrollo que se convocará durante la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General en septiembre de 2023”

6. Unos debates, los relativos a la aplicación y desarrollo de los ODS en general, y del núm. 8 en particular, que irán estrechamente unidos al celebrado los días 16 y 17 sobre el documento presentado por el Secretario General en septiembre de 2021 y con el que se pretende sentar las bases para un muy importante crecimiento del empleo digno a escala mundial.

Se trata del “Aceleradorglobal sobre empleos y protección social para las transiciones justas mediante el que se indica “la respuesta colectiva del sistema de las Naciones Unidas para afrontar los múltiples retos que amenazan con destruir los avances en materia de desarrollo. El objetivo es orientar las inversiones para ayudar a crear al menos 400 millones de empleos decentes, fundamentalmente en las economías verde, digital y del cuidado, y extender la cobertura de protección social a los más de 4 000 millones de personas que están excluidas en la actualidad...,  juega un papel vital en impulsar el progreso transformador hacia los ODS..., y “significa el compromiso de la comunidad internacional de crear empleos decentes, aumentar la cobertura de protección social y garantizar solo transiciones para todos   .

En este documento, objeto de presentación y debate en la citada reunión, se presenta, tal como puede leerse en su introducción “la estrategia de aplicación del Acelerador Mundial, elaborada por un Equipo de Trabajo Interinstitucional (ETI) de las Naciones Unidas creado a tal efecto, con el apoyo de coordinación de la OIT. La estrategia propuesta se basa en las prioridades establecidas en el informe del Secretario General de las Naciones Unidas "Nuestro Programa Común" y en las hojas de ruta conexas sobre protección social, economía asistencial y trabajadores de la salud, informalidad, empleo y transiciones justas (incluidas las transiciones ecológica y digital), juventud y financiación. Plantea cuestiones clave en relación con el problema general que se aborda (sección 1), las posibles soluciones identificadas (sección 2), las metodologías para lograr los cambios deseados (sección 3) y el modo en que las propuestas genéricas podrían adaptarse y aplicarse de forma práctica y supervisarse a nivel nacional (sección 4). A continuación, la nota esboza la estructura de gobernanza propuesta para el funcionamiento eficaz del Acelerador Mundial (sección 5), el modo de garantizar su alineación (sección 6) y las distintas vías de financiación implicadas (sección 7). Termina con algunas reflexiones sobre los esfuerzos previstos en materia de comunicación y visibilidad (sección 8)”.

7. No es una temática, el estudio de los ODS, y en particular el del núm. 8, vinculado al objetivo irrenunciable del trabajo decente, ajena a mis análisis anteriores de documentos internacionales y de mis reflexiones y propuestas.

Un buen ejemplo de ello lo constituyó la participación el 19 de noviembre de 2019 en una jornada de estudio organizada por la Universidad Carlos III de Madrid dedicada justamente a “Trabajo decente y Objetivos de desarrollo sostenible en el Centenario de la OIT”. De mi exposición en esa jornada, ampliada en el artículo publicado en el blog  , recupero ahora algunos fragmentos que guardan relación directa con la temática de la Semana de Alto Nivel de la ONU en septiembre de este año 2023.

Justamente, el Informe de las Naciones Unidas de 2019 sobre el grado de cumplimiento de losODS  pone claramente el acento en la problemática de la desigualdad, desde una perspectiva global y no únicamente de índole laboral, haciéndolo con datos muy significativos a la par que preocupantes: “Otra gran problemática de nuestro tiempo es el aumento de la desigualdad entre y dentro de los países. La pobreza, el hambre y las enfermedades siguen concentrándose en los grupos de personas y países más pobres y vulnerables. Más del 90% de las muertes maternas ocurren en países de ingresos bajos y medios. Tres cuartas partes de todos los niños con retraso de crecimiento viven en Asia meridional y África subsahariana. Las personas que viven en estados vulnerables tienen un riesgo dos veces mayor de carecer de saneamiento básico y aproximadamente cuatro veces mayor de carecer de servicios básicos de agua potable que las personas en situaciones no vulnerables. Los jóvenes tienen un riesgo tres veces mayor de estar desempleados que los adultos. Las mujeres y las niñas realizan una parte desproporcionada del trabajo doméstico no remunerado y no cuentan con autonomía en la toma de decisiones”. 

... La organización del evento ha tenido la amabilidad, que le agradezco, de invitarme a participar para hablar sobre aquello que es el título de la presente entrada, es decir la Declaración del Centenario de la OIT y los ODS.

 Dicha invitación me parece una excelente oportunidad para analizar, obviamente de forma más detallada que en mi intervención oral, las relaciones entre dicha declaración y los ODS, en el bien entendido que el punto de referencia central sobre el que debe girar la exposición es el del trabajo decente, recuperando cuando lo he considerado necesario algunas tesis e ideas expuestas en anteriores aportaciones propias, y destacando los contenidos más relevantes, a efectos de relacionarlas, de la Declaración y de los ODS, en especial obviamente aquellos que guardan relación, de manera más o menos directa, con el mundo del trabajo.  

Por ello, el primer bloque de mi exposición se centra sobre el trabajo decente, al que la propia Oficina de la OIT en España dedicó especial atención en una notaexplicativa sobre el mismo con ocasión de la celebración el pasado 7 de octubre del día del trabajo decente, poniendo de manifiesto que forma parte de los compromisos adoptados por toda la comunidad internacional en el marco de los ODS, y que es necesario seguir insistiendo en la importancia de adoptar las medidas adecuadas para su aplicación y desarrollo, ya que “todavía hoy, en 2019, hay que superar enormes desafíos para alcanzar el trabajo decente para todas las personas del mundo del trabajo, que constituye el Objetivo nº 8 de los mencionados ODS”, y subrayando que los objetivos marcados en la Declaración del Centenario, y que deben ser compartidas con las demás instituciones multilaterales, “están incluidas en los ODS de la Agenda 2030 de la ONU, en particular en el Objetivo nº 8…”.

Y que en efecto, queda mucho por hacer se constata en un muy reciente informe publicado por la OIT, el 31 de octubre, que lleva por título “Time to act for  SGD 8. Integrating decent work, sustainedgrowth and environmental integrity”.   El informe fue presentado previamente ante el Foro político de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible, celebrado en Nueva York del 8 al 19 de julio, y en el documento se recoge, según se explica en la nota oficial de presentación, que “la mayoría de los países todavía tienen un largo camino que recorrer para lograr un trabajo decente e inclusivo para todos”.

Según el informe, en muchos lugares del mundo, el avance hacia la consecución del ODS 8 está ralentizándose, por lo que “Es imperativo acelerar los esfuerzos, a fin de lograr cambios transformadores que respalden las tres dimensiones del ODS 8 relativas al crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible”.  Queda ciertamente mucho por hacer ya que la evidencia empírica pone de manifiesto, por citar dos datos significativos, que el desempleo es muy elevado en muchos países, y que siguen existiendo diferencias importantes en materia de igualdad salarial entre hombres y mujeres., alertando el documento de la necesidad de poner en marcha medidas estructurales de  transformación, diversificación e innovación en los ámbitos productivos de lograr a largo plazo un crecimiento de la productividad, mejorar los niveles de renta y las oportunidades para alcanzar un trabajo decente, teniendo bien presente la importancia del cambio tecnológico y el impacto del cambio climático.  

En el informe se destaca que “Los objetivos del ODS núm. 8 están estrechamente entrelazados con los objetivos de la OIT. Así, la referencia al "empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos" toma prestada la terminología del Programa de Trabajo decente de la OIT (1999), mientras que la Declaración del Centenario de la OIT toma prestado la frase de ODS 8 de "promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible" en su estrategia para un enfoque centrado en las personas sobre el futuro del trabajo. Haciendo hincapié en las necesidades de la sociedad y del medio ambiente, esta estrategia abre una vía de transformación. hacia el crecimiento económico y el desarrollo".

La conclusión del Informe es la siguiente: “es esencial acelerar el avance hacia el ODS 8. Para ello, se necesita una agenda política amplia e integrada que tenga en cuenta las interrelaciones dinámicas entre el ODS 8 y otros objetivos. El programa de trabajo decente de la OIT y su enfoque integrado de las políticas de empleo, las normas, las instituciones laborales y el diálogo social son puntos de referencia clave. La comunidad internacional debe avanzar por un camino de transformación y equilibrio hacia el trabajo decente, el crecimiento sostenible y la integridad del medio ambiente. El fortalecimiento del compromiso con el sistema multilateral es de la mayor urgencia si la visión de un "crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible" debe hacerse realidad. Deberían redoblarse los esfuerzos nacionales e internacionales para diseñar y financiar y aplicar políticas innovadoras que apoyen el progreso hacia el ODS 8.

8. En la misma línea que los documentos analizados con anterioridad, la OIT publicó en 2020 el Informe “Hora de actuar para conseguir el ODS 8.  Integrar el trabajo decente, el crecimiento sostenido y la integridad ambiental” , en el que reiteraba que “Las metas del ODS 8 están estrechamente relacionadas con los objetivos de la  Organización Internacional del Trabajo (OIT). Así, la referencia que se hace en el ODS 8 al «empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos» retoma la terminología del Programa de Trabajo Decente de la OIT (1999), mientras que la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo (adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2019) retoma a su vez la frase del ODS 8 que hace referencia a «promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible» en su estrategia para su enfoque del futuro del trabajo centrado en las personas. La estrategia hace hincapié en las necesidades de la sociedad y el medio ambiente y, de esa manera, abre un camino transformador hacia el crecimiento económico y el desarrollo”, así como también que “La dimensión social del ODS 8 viene dada por el crecimiento inclusivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres. En esa dimensión, el progreso se mide en términos de igualdad, equidad y justicia en las sociedades. Los datos sugieren que la mayoría de los países todavía tienen un largo camino por recorrer. La tasa de desempleo es demasiado elevada en muchos países, y en todo el mundo persisten la brecha salarial de género y los déficits de trabajo decente. Además de las mujeres, los jóvenes y las personas con discapacidad también están en gran desventaja. Incluso en los países donde el riesgo de desempleo es reducido, estos grupos de población tienen graves problemas a la hora de encontrar empleo y de disfrutar de un acceso equitativo a un trabajo decente y a igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor  (la negrita es mía).

9. Y llegamos a septiembre de 2023, a la Semana de Alto Nivel y más concretamente al documento elaborado por la Oficina Internacional del Trabajo para la reunión de los días 18 y 19 de septiembre, que lleva por título “Transformative change and SDG 8. The critical role of collective capabilities” 

En la nota de prensade presentación del Informe  se expone que “El mundo está muy lejos de alcanzar el ODS 8”, que “el progreso en las dimensiones medioambiental y social del ODS 8 está por detrás del progreso en la dimensión económica”, y que el Informe recomienda acciones para mejorar “las posibilidades de cumplimiento de las 12 metas”, entre las que se incluyen las siguientes:

“Implementar políticas que apoyan una transición justa hacia economías y sociedades ecológicamente sostenibles para todos.

Aumentar la acción multilateral y nacional, mediante políticas integradas y enfoques que abarquen a todo el gobierno y a toda la sociedad.

Proporcionar apoyo multilateral adicional para el trabajo decente, la protección social universal y la justicia social en los países de renta baja y media-baja.

Abordar las cargas insostenibles de la deuda y aumentar el espacio fiscal para los países en desarrollo, a fin de permitirles invertir en las políticas, los sistemas y las instituciones que sustentan el progreso de los ODS, incluso en relación con la protección social y laboral, el empleo y la informalidad, el empleo juvenil y la igualdad de género.

Integrar las respuestas políticas para el ODS 8, trabajo decente y justicia social, incluso a través de la Coalición Mundial para la Justicia Social, que presenta una importante oportunidad para integrar el tripartismo y el diálogo social para crear mejores y más sostenibles resultados de desarrollo, incluyendo la protección social universal.

Apoyar el Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para Transiciones Justas , una iniciativa de la ONU liderada por la OIT que pretende ayudar a los países a crear 400 millones de empleos decentes y ampliar la protección social a otros 4.000 millones de personas”.

Para completar esta breve reseña informativa del Informe, me ha parecido conveniente realizar la traducción de su resumen ejecutivo, en el que se recoge con mucha mayor amplitud las preocupaciones por el muy lento avance en la aplicación y desarrollo del ODS, al mismo tiempo que se formulan varias detalladas propuestas para avanzar en ese tan deseado objetivo del trabajo decente o digno. Con ello, finalizo la presente entrada, a la espera del posible análisis, en otras posteriores, de los resultados de la reunión.

“El ODS 8 integra las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible. Para lograr un crecimiento económico inclusivo y sostenible para el pleno empleo y el trabajo decente,

Se necesita un proceso integrado para impulsar un progreso equilibrado en estas tres dimensiones. En su informe de 2019 Es hora de actuar para el ODS 8: Integrar el trabajo decente, el crecimiento sostenido y la integridad ambiental, la OIT describió un enfoque político amplio para este desafío que alentó a los países a buscar estrategias interrelacionadas que alimenten un proceso dinámico acumulativo: un ODS 8 positivo.

Este informe se basa en ese trabajo anterior analizando en el Capítulo 1 las perspectivas de que los países logren los aspectos económicos, sociales y ambientales del ODS 8 para 2030 en función de su desempeño entre 2010 y 2022. El informe rastrea el estado decepcionante de las perspectivas globales para lograrlo. ODS 8 e identifica ciertos patrones y desequilibrios en estas perspectivas entre los países y las tres dimensiones. Luego, en el Capítulo 2, el informe profundiza en el marco de políticas presentado en 2019, tratando de explicar más completamente la dinámica del cambio transformador previsto por el ODS 8, en particular explorando el papel subestimado de las “capacidades colectivas” de las sociedades para permitir y dar forma. tal cambio. Finalmente, el capítulo 3 resume una serie de principios y recomendaciones de políticas para estrategias integradas de aprendizaje y transformación (un enfoque epistémico) para movilizar la inversión, el cambio tecnológico y la innovación y la transformación estructural de la economía.

El progreso hacia el ODS 8 se ha retrasado, a pesar de los esfuerzos de décadas para impulsar la transformación productiva de las economías sobre una base socialmente inclusiva y ambientalmente sostenible, incluso mediante la promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI).1 Las acciones para alcanzar los ODS aún no avanzan a la velocidad o escala requerida y, al igual que con otros ODS, el progreso hacia el ODS 8 ha sido débil en la mayoría de sus dimensiones e indicadores y en gran parte del mundo.

Es más, las perspectivas de progreso futuro no son alentadoras, dadas las múltiples crisis que afectan al mundo. El crecimiento económico está lejos de los niveles previstos en las metas de los ODS, y las tasas de desempleo, la informalidad y los déficits de trabajo decente siguen siendo elevados en muchas partes del mundo. Al aplicar el instrumento de medición integrada para el ODS 8 desarrollado por la OIT a grupos de países con desempeño similar y diferentes niveles de PIB per cápita, este análisis proporciona una imagen más clara de la naturaleza de los desafíos que enfrenta la humanidad para lograr un progreso equilibrado en todos los sectores económico, dimensiones sociales y ambientales del desarrollo sostenible.

Se encuentra que existen diferencias importantes entre y dentro de estos grupos de países con respecto tanto al nivel como al patrón de perspectivas, identificando once patrones o tipos distintos de equilibrios y desequilibrios. Estos patrones de desequilibrios revelan que el desempeño pasado en los indicadores económicos es una condición necesaria pero no suficiente para mejorar las perspectivas de inclusión social y trabajo decente, y que las perspectivas promedio en la dimensión ambiental parecen no tener ninguna relación con las perspectivas en los ámbitos de las dimensiones económico y social. Sobre la base de este hallazgo, este informe concluye que es necesario tener en cuenta las sociedades, las instituciones, los sistemas de valores y las opciones políticas para explicar estos diferentes niveles y patrones de equilibrios y desequilibrios. También concluye que, aunque la pandemia de COVID-19 causó importantes perturbaciones en el mercado laboral, la pandemia no es la razón principal de las malas perspectivas de alcanzar las metas del ODS 8.

La incapacidad de tantos países para lograr avances adecuados en el camino hacia el ODS 8 sugiere que es necesario examinar más de cerca los desafíos que enfrentan en la implementación del Objetivo. El lento progreso de los países para crear procesos transformadores dinámicos y aprovechar la CTI para el ODS 8 puede atribuirse en parte a la falta de asistencia internacional coordinada que se había previsto cuando se adoptaron los ODS. Sin embargo, también sugiere una debilidad fundamental en los modelos predominantes de crecimiento económico y desarrollo que limita su poder para aplicar políticas que mejoren la dinámica de procesos de transformación complejos.

Basándose en conocimientos y evidencia de todas las ciencias sociales, este informe presenta un marco para comprender la importancia de las capacidades colectivas de las sociedades a la hora de explicar los procesos de implementación efectiva del ODS 8. Las sociedades son agentes del cambio transformador, y la forma en que cultivan diferentes capacidades colectivas moldea las opciones disponibles para la inversión, el cambio tecnológico, la innovación y la transformación estructural en el mundo. economía. Las capacidades también permiten a las sociedades dar forma a la dinámica de los procesos de cambio y establecer un consenso sobre el propósito común de los cambios transformadores.

Es fundamental señalar que las capacidades colectivas, que residen en el nivel de las sociedades, son fundamentalmente diferentes de las habilidades de los individuos. Las capacidades colectivas existen en equipos, grupos sociales y comunidades, y residen en diferentes formas, como relaciones, redes, estructuras, instituciones, rutinas o cultura.

Para explicar cómo evolucionan las capacidades colectivas, este informe adopta un enfoque epistémico, argumentando que las capacidades colectivas se crean en un proceso de aprendizaje social. El aprendizaje a nivel colectivo se entiende como un proceso de transformación de cuerpos de conocimientos y creencias socialmente compartidos, lo que implica mejorar la base de conocimientos tecnológicos de la sociedad, cambiar las reglas de las instituciones y adaptar los conocimientos culturales y los sistemas de valores.

Recomendaciones de políticas para impulsar las capacidades colectivas

Un desafío importante para los formuladores de políticas es desarrollar estrategias de transformación productiva que reconozcan el importante papel de las capacidades colectivas para permitir y dar forma al cambio transformador. Esto implica aplicar políticas en tres niveles distintos. En primer lugar, a nivel de la economía, los formuladores de políticas deben formular políticas industriales, comerciales, de inversión, tecnológicas e innovadoras para aprovechar la CTI y dar forma a un cambio transformador para el ODS 8, al tiempo que comprenden las capacidades colectivas existentes en la sociedad, que definen las opciones factibles para cambio transformador. Esto requiere una estrategia integral para perseguir múltiples objetivos de desarrollo, coordinar y alinear las múltiples dimensiones del cambio transformador y abrazar a las sociedades locales, nacionales e internacionales para garantizar que nadie se quede atrás. Las asociaciones y el diálogo social representan capacidades colectivas importantes para implementar tales estrategias.

En segundo lugar, los responsables de la formulación de políticas deben promover de manera proactiva las capacidades colectivas transformando y mejorando los cuerpos de conocimientos y creencias socialmente compartidos. Esto requiere que los formuladores de políticas desarrollen estrategias integrales de aprendizaje para 1) cultivar procesos endógenos de creación de nuevos conocimientos y tecnologías útiles; 2) promover el aprendizaje que facilite la transición de las comunidades locales a la economía formal (aprender a formalizarse); 3) desarrollar capacidades para ponerse al día con el desarrollo industrial y las tecnologías avanzadas; 4) apoyar el aprendizaje para una transformación justa hacia economías ambientalmente sostenibles; y 5) construir agencia colectiva y creatividad para acelerar los procesos de innovación. Reconocer el valor de la diversidad epistémica y aplicar el principio de justicia epistémica son fundamentales para el éxito de tales estrategias de aprendizaje. Las estrategias de aprendizaje eficaces deben integrar políticas tecnológicas y comerciales, políticas industriales y sectoriales, así como políticas de educación y formación, mientras que las políticas para integrar a los trabajadores migrantes y aprovechar la red de la comunidad de la diáspora complementan el proceso de aprendizaje.

Finalmente, la cooperación internacional y el sistema multilateral en particular podrían hacer mucho más para movilizar la solidaridad internacional en apoyo del progreso a nivel nacional en el ODS 8. La Conferencia Internacional del Trabajo (OIT 2023f) reconoció la importancia de la justicia social y la necesidad de una distribución justa de las cargas y beneficios que surgen del cambio transformador para ser compartida por todos, siendo necesarios cambios en los sistemas de valores, normas, instituciones, tecnologías, estructuras de producción y comportamiento de consumo de las sociedades. De hecho, la CIT concluyó en su Discusión General sobre una Transición Justa que: “La transición justa refleja un propósito global común que implica responsabilidades para todos, incluidos los gobiernos, los empleadores y los trabajadores”.

La justicia social también requiere que las sociedades asuman la responsabilidad del bienestar de las generaciones futuras. La justicia social entre generaciones es intrínseca a la sostenibilidad, que se define como “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (Naciones Unidas 1987). Garantizar la justicia social entre las generaciones actuales y futuras implica proteger la esencia tanto de la humanidad como de la naturaleza, y esto requiere que todas las comunidades (la comunidad investigadora, los responsables políticos, los directivos, los empresarios, las organizaciones de empleadores, los sindicatos y los trabajadores) actúen responsablemente para el bien común de las generaciones futuras”. 

Buena lectura. 

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