domingo, 15 de mayo de 2022

La realidad del mundo del trabajo explicada con dureza y claridad, sin medidas tintas. A propósito de la película “Un nuevo mundo” (y algunas reflexiones añadidas).


1. Viernes 13 de mayo. Estreno en tres cines de Barcelona (no es una película para “pasar el rato”) de “Un nuevo mundo”, el último film del director Stéfane Brizé, que cierra la trilogía sobre el mundo del trabajo que inició con “La Ley del mercado”, y continuó con “En guerra”.

Unas 14 o 15 personas en una pequeña sala del Cine Renoir Floridablanca, la película en versión oficial y con subtítulos. Público senior, con alguna incrustación de mediana edad, que sin duda sabía (sabíamos) que iba (íbamos) a ver una película dura, ya que su presentación, con anterioridad, en el Festival de Venecia de2021   , había dejado claro que su director volvía sobre la dura realidad de la vida laboral, ahora desde la perspectiva de un ejecutivo que tiene que aplicar, en los centros de trabajo franceses que dirige, los criterios de “rentabilidad y competitividad” fijados por la dirección norteamericana, a la par que comprueba como su vida familiar se desmorona como consecuencia de la tensión laboral cotidiana y que le hace olvidar todo aquello que no sean las cifras y los resultados.

Nadie aplaudió cuando acabó la película. Un lógico silencio se mantuvo en la sala mientras conocíamos todos los actores y actrices, y todo el personal, que habían participado en el film, además del ya suficientemente conocido protagonista de las tres cintas cinematográficas, Vincent Lindon, y de su, triste y atormentada, esposa Sandrine Kimberlain. Si, además obviamente de su protagonista principal, tuviera que resaltar la importancia de alguna o algún otro, lo haría con la directora en Francia del grupo empresarial, papel que asume perfectamente Marie Drucker   y que refleja con nitidez  qué es aquello que debe perseguirse, en el sistema económico capitalista “duro”, por una empresa o grupo empresarial, con un lenguaje en donde no hay lugar alguno para palabras “con sensibilidad”, ya que todas son para los “resultados”, la “competitividad”, la “maximización de los beneficios”.., aunque todo ello se logre a través de la mayor explotación del personal trabajador... que quede tras las reducciones de plantilla, el “plan social” en terminología francesa y que en España es lisa y llanamente “despido colectivo” (aunque, eso sí, acompañado de un “plan social” o de “recolocación, obligatoriamente en empresas de más de 50 personas trabajadoras).

2. Pensé, poco después de ver la película, redactar una breve entrada con mi comentario, ya que el acercamiento del cine al mundo del trabajo ya había merecido mi atención en este blog, muy en especial en la titulada “Cine y mundo del trabajo. Unlibro que hay que leer (y muchísimas películas que hay que ver). “La fábrica yla oficina: una representación del trabajo en el cine”, del (maestro) jurista ycinéfilo Juan López Gandía, (y recopilación de comentarios propios)”  , publicada el 27 de diciembre de 2020 y actualizada poco después tras haberme dado cuenta de algunos olvidos de otras importantes aportaciones por parte del mundo jurídico laboralista.

No hay que olvidar tampoco, desde luego, sino todo lo contrario, una obra de obligada referencia, tanto por la calidad de sus autores y autoras, como por la cantidad y calidad de las películas seleccionadas para su crítica: “El Derecho del Trabajo en elcine” (Ed, Laborum 2015), coordinada por los profesores José Lujan y Ángel Arias, con prologo del profesor Alfredo Montoya, con repaso de cerca de cuarenta películas de indudable interés laboral y que pueden y debe ser objeto de atención en cualquier actividad docente de relaciones laborales. 

Ahora bien, me imaginaba, y era fácil de acertar, que el maestro cinéfilo, y por supuesto laboralista, Juan López Gandía   , iba a ver la película tan pronto pudiera y a realizar su síntesis y comentario en su cuenta de la red social Facebook, de la que podía “aprovecharme”, por lo que decidí esperar a que ello ocurriera, ya que “donde hay patrón no manda marinero”, o dicho de otra forma, el que sabe menos tiene que esperar a conocer lo que dice quien sabe más.

En efecto, acerté. Ya tenemos su comentario, en el que, tras manifestar, y no le falta razón en absoluto, que el título “no dice ni sugiere nada”, salvo, me permito añadir por mi parte, si sabes quién es el director y su obra, nos explica (reproduzco un fragmento de dicho comentario) que la película “Sigue la línea de sus otros dos films de temática laboral, del mundo de las empresas y de sus procesos de ajuste de personal, en  la era de la globalización y la deslocalización como “La ley del mercado” y “En lucha” y con una puesta en escena similar, deteniéndose siempre fundamentalmente en el personaje principal, mostrando los más mínimos detalles en su rostro en su actuación. Solo que aquí el protagonista es un directivo, un director de una fábrica francesa de una multinacional americana, Elson, con fábricas en todo el mundo. La problemática agobiante que vive el protagonista, un excelente Vincent Lindon como siempre, le lleva a intentar abordarla desde criterios más humanos. A la vez se sitúa en un contexto también personal y familiar: el divorcio de su mujer y el cuidado y atención a un hijo problemático. Una situación estresante y agobiante....”.

También era conveniente y necesario conocer el parecer del propio director sobre aquello que deseaba transmitir en la película. Lo encontramos en la entrevista publicada el mismo día 13 en el diario Público por su redactora Begoña Piña, que elige como titular una de las frases de aquel: “Pensemos ahora en los derechos civiles y en la resistencia civil, es el momento"

De esta amplia entrevista me permito extraer tres preguntas y tres contundentes respuestas:

La manera en que el trabajo afecta a nuestra vida y nuestras relaciones es una de las grandes trampas del capitalismo, ¿cree que este tiempo de pandemia nos hará cambiar?

Ojalá se diera el caso de que la humanidad se embarque en un camino diferente. Y sí creo en la virtud de disfunciones tan masivas cuando ocurren, ya sea en el ámbito familiar o a escala global, como es el caso ahora mismo de la pandemia. La virtud de tales eventos masivos es que nos hacen cuestionarnos la forma en que vivimos, nuestra relación con el mundo, la responsabilidad hacia los demás, hacia el mundo, hacia el medio ambiente. Sin embargo, también podemos ver, como ha sido el caso en Francia, que la pandemia solo ha llevado a una tensión creciente y a la radicalización. La oposición, creciente, y los políticos están haciendo todo lo posible para volver a las viejas costumbres porque piensan que la manera en que iban antes las cosas estaba bien. Yo no lo creo, pero parece que ellos están luchando por volver a la vieja normalidad. Así que me temo que podríamos perder esta oportunidad de cuestionar la forma en que interactuamos, la forma en que trabajamos y la forma en que vivimos.

En el mercado y el universo empresarial y laboral, ¿cuál es el mayor problema al que nos enfrentamos?

Todas y cada una de las películas que estoy haciendo me remiten a la necesidad de que la política y la ley nos protejan del mercado. Pero ¿qué hemos visto? Año tras año, inexorablemente, hemos visto la trágica desaparición de la política ensombrecida por las grandes corporaciones. Eso ha sucedido de forma lenta pero segura, con el tiempo. Y ese, creo, es el aspecto más trágico del mundo tal como lo conocemos hoy.

En la película usted trata, en cierto modo, de humanizar al jefe. ¿Ha investigado para hacer este retrato?

Para cada una de estas películas sobre el mundo corporativo, comienzo con una intuición sobre el lugar en el mundo que quiero mirar y mostrar. Empiezo reuniéndome con ejecutivos, trabajadores, políticos… muchas reuniones, muchos encuentros durante decenas y decenas de horas, como lo haría un periodista investigando su propio tema para preparar sus artículos. Eso me da mucho material, que es lo que uso como base, porque después de todo, ese no es un mundo que conozca directamente”.

3. ¿Qué ha dicho la crítica del film? Pues, como siempre, cada analista pone el acento en el punto o puntos que le han parecido más relevantes, desde la dureza con que el autor sigue diseccionando el mundo del trabajo, ahora desde la mirada de un ejecutivo al que solo le piden resultados y que se olvide del trato cordial con los “recursos humanos” de los centros de trabajo cuya dirección asume (antes, recuerdo, se llamaban trabajadores y trabajadoras) ya que en cualquier momento es, será, necesario, incrementar la producción, ante el riesgo de deslocalización, con menor número de personas trabajadoras, o dicho de otra forma, deberá proceder a efectuar un despido colectivo para “ser más competitivos”, siendo realmente impresionante una breve parte de la película en donde se decide qué trabajador o trabajadora es el o la “más prescindible” y por tanto ser carne de cañón del despido; no es menos impactante, y totalmente ajustada a mi parecer a la vida real, la reunión de varios directores en la que, ante una propuesta del protagonista de reducir los bonos y primas de las y los altos cargos para resolver el problema de la necesaria reducción  de costes, recibe las respuestas (menos una) de que ninguno está dispuesto a sacrificar en beneficio de la empresa ( o más exactamente de su dirección y accionistas) todo el esfuerzo realizado durante muchos años, y más cuando ya están cerca de la jubilación.

Aquí tienen algunos de tales comentarios, para que cada lector y lectora pueda formarse un parecer de la película

Fotogramas.

“Después de retratar el drama del desempleo en 'La ley del mercado' (2015) y la lucha sindical en 'En guerra' (2018), Stéphane Briz concluye su trilogía del trabajo con 'Un nuevo mundo', en la que un empresario honesto (Vincent Lindon) debe enfrentarse a una jungla corporativa global, a un matrimonio en crisis y al trastorno psicológico de su hijo. Un aciago entramado narrativo que el cineasta francés convierte en una fábula moral sobre el combate de una familia contra la fuerza deshumanizante del capitalismo”.

El Correo   “'Un nuevo mundo': el trabajo que acaba con tu vida. Un sobresaliente Vincent Lindon es un ejecutivo que ve cómo sus principios y su familia se desmoronan en una durísima cinta de Stéphane Brizé, cierre de su trilogía sobre la inhumanidad de las relaciones laborales”

La Razón     “... Lindon interpreta al director de una fábrica que suda tinta para evitar una nueva regulación de empleo. El error de Brizé reside en canonizarlo: es otro mártir de los mercados que acabará comportándose como un héroe -mucho más que los subordinados que lo presionan- cuando desafía al sistema comportándose como un santo proletario. ¿Lo es teniendo un patrimonio que excede el millón de euros? Aquí se nota el reduccionismo de la visión de Brizé, más facilonamente utópica que realista”.

El Periódico   “'Un nuevo mundo': cuando todo se desmorona. Vincent Lindon y su exesposa Sandrine Kiberlain protagonizan un sólido y tenso drama sobre la ruptura de un matrimonio”

Valencia Plaza  “... la figura de Lindon se convierte en eje estructural de toda una película en la que vemos no sólo cómo su mundo se va desmoronando, sino también de qué forma empieza a tomar conciencia de que, de alguna forma, hay que plantarle cara al sistema. Brizé sigue con su cámara a ese personaje que va pasando por todo un proceso de asfixias (su divorcio, la enfermedad mental de su hijo, las presiones de las personas a su cargo, así como de las altas instancias) hasta que llega a la determinación de que la solución no es seguir tragando todas las órdenes y ejecutarlas sin rechistar, porque en algún lugar dentro de ese mundo hostil y despiadado, debería quedar la dignidad”.

El Mundo “Un nuevo mundo: el 'empresariado' también llora”  

Entrefocos.  “Un nuevo mundo: una dura (y merecida critica) al mundo laboral”. “Un film que no se queda corto en su crítica al sistema laboral, unas absurdas decisiones que nos quitan la vida y que vuelve a este mundo mucho más frio. Necesitamos más películas como esta para no perder nuestra esencia y recordar para que estamos aquí. Desde luego no es para dar nuestra vida a una sucia empresa capitalista”.

4. Las causalidades de la vida, o más bien la planificación de las explicaciones del programa de las asignaturas del curso académico, llevan a que la próxima semana sea objeto de explicación el despido colectivo, es decir la regulación contenida en el art. 51 de la Ley del Estatuto de los trabajadores y el Real Decreto 1483/2012, de 29 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos de despido colectivo y de suspensión de contratos y reducción de jornada.

Sin duda, si dispusiéramos de tiempo suficiente para dicha explicación, algo que no sobra precisamente en los apretados programas, seria conveniente detenerse en el debate de algunos de los contenidos de la película, ya que, aun cuando se refiere a la realidad francesa, son perfectamente extrapolables a la española.

Por poner ejemplos claros y directos: cuáles son las causas que pueden justificar un despido colectivo; cómo se planifica la reducción de personal por la dirección de la empresa; cómo se oculta a la representación del personal hasta que se comunica oficialmente; qué criterios son tomados en consideración para seleccionar al personal  que va a “desactivarse” (= despedir); de qué forma se plantea por la dirección la negociación con los sindicatos y se valora ( o menosprecia) el papel de sus dirigentes...; en fin, muchas cuestiones que aparecen reflejadas en la película y que quienes negocian, tanto desde la parte empresarial como de la sindical, conocen perfectamente que ocurren en la realidad.

Solo hay un “pequeño problema”, ya apuntado antes, el tiempo disponible para la explicación, pero no hay duda, así lo creo, de que habrá que introducir en esta algunas reflexiones adicionales a las estrictamente jurídicas, y mucho más cuando tienes delante un alumnado que en muchos casos tiene un muy buen conocimiento tanto del mundo jurídico como económico.

5. También, ironías de la vida, al día siguiente de ver la película, leía los fragmentos del informe final elaborado en el marco de la Conferencia sobre el futuro deEuropa   , presentado el 9 de mayo con 49 propuestas, y me alegraba, al menos, conocer las propuestas de avanzar hacia un mundo económico y laboral mucho más humanos y en donde las personas no sean simples herramientas de producción. Lean con detenimientos las propuestas 11 a 14 y así lo comprobarán. Me permito reproducir (traducción no oficial) la presentación- síntesis de tales propuestas.  

“Una economía más fuerte, justicia social y empleo"

Vivimos tiempos extraordinarios y la UE será juzgada por sus esfuerzos para salir de las crisis actuales más fuerte, con un modelo de crecimiento más sostenible, inclusivo, competitivo y resistente. La invasión de Ucrania por parte de Rusia y la pandemia de COVID-19 han cambiado la cara de la UE. La Conferencia también tendrá que abordar las consecuencias sociales y económicas de esta guerra en un contexto post-pandémico ya muy exigente. Al mismo tiempo, el cambio climático sigue representando una amenaza continua para la humanidad y tendrá un impacto dramático en la economía y en nuestras sociedades. De las recomendaciones recibidas se desprende que los ciudadanos reclaman una mayor acción de la UE. Los retos transnacionales pendientes, como las desigualdades, la competitividad, la salud, el cambio climático, la migración, la digitalización o la fiscalidad justa, exigen soluciones europeas adecuadas. De las recomendaciones y los debates también se desprende la necesidad de una estrategia global que garantice un mayor bienestar a los ciudadanos europeos en los distintos aspectos de su vida. Algunos elementos de esta estrategia pueden encontrarse en políticas ya existentes y pueden lograrse aprovechando plenamente el marco institucional existente a nivel europeo y nacional; otros requerirán nuevas políticas y, en algunos casos, cambios en los tratados. Sin embargo, las nuevas políticas y los cambios en los tratados deben considerarse como medios para lograr un mayor bienestar y no como fines en sí mismos. Es posible y necesario remodelar la UE de forma que se garantice su autonomía estratégica, el crecimiento sostenible, la mejora de las condiciones de vida y de trabajo y el progreso humano, sin agotar ni destruir nuestro planeta en el marco de un Contrato Social renovado. Estas recomendaciones pretenden alcanzar estos objetivos. Las propuestas que figuran a continuación deben leerse teniendo en cuenta que los ciudadanos de toda Europa han formulado una diversidad de opiniones y recomendaciones. Esta diversidad de puntos de vista es una de las fortalezas únicas de Europa”. 

6. Y una sombra de dudas razonables sobre tales propuestas se cernían otra vez sobre mis pensamientos al volver a la realidad laboral española y descubrir, a través de la información publicada en el diario Cinco Días el 10 de mayo en un artículo de su redactora Patricia Esteban titulado “Condenan a una empresa por cancelarel pago del ADSL a una liberada sindical”  la sentenciadictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid el23 de febrero , de la que fue ponente el magistrado Fernando Muñoz.

La empresa, nada menos que la muy importante Campsa Estaciones de Servicio SA, decidió, por medios de su director de recursos humanos (hecho probado sexto de la sentencia de instancia) “eliminar el pago de ADSL a partir del 1 de enero de 2020” a tres liberados sindicales, entre los que se encontraba la trabajadora demandante, que prestaba su actividad en régimen de teletrabajo durante dos días a la semana.

No es esta entrada el lugar para un análisis detallado de la sentencia, que desde luego lo merecería para poner claramente de manifiesto la vulneración del derecho constitucional de libertad sindical, sino que solo deseo destacar aquello que me parece que guarda más relación con la película que ha dado pie a esta comentario, cual es la concepción de la actividad laboral como separada de la sindical. Hay un párrafo en el que se explica muy bien cuál es la cuestión debatida: “.. queda limitada por tanto a determinar si la supresión del abono de los gastos por la conexión a internet en el sistema de teletrabajo deriva de la condición de representante sindical de la trabajadora o si por el contrario, conforme sostiene la mercantil, su supresión responde a la inexistencia de un gasto que no ha de compensar por cuanto la actora no usa dicha conexión en el desempeño de sus tareas al servicio de la empresa, al ser liberada sindical al 100%”.

Quizá se olvida la parte empresarial de que una persona trabajadora integrante del comité de empresa, que está dedicada en exclusiva a tareas de representación del personal, es sigue siendo plenamente, un trabajador o trabajadora, y por ello su actividad, ahora sindical mientras dure esa liberación, sigue siendo necesaria para el correcto desempeño de sus tareas representativas, sin que puede tratársela de peor condición que aquellas personas que prestan regularmente su servicio laboral. Bueno, al menos eso es lo que ha mantenido repetidamente el Tribunal Constitucional.

7. En fin, que aquí les dejo estas notas, para que quien se anime a “pasar un rato” no excesivamente agradable, vaya a ver la película, y que más adelante puede ser objeto de debate en cinefórums de centros educativos. Saldría ganando, para el alumnado, el conocimiento de la vida laboral que aparece en las normas y la vida laboral real que se da en los centros de trabajo.

Buena lectura.

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