domingo, 2 de agosto de 2020

Conversación con una amiga sobre el (in)cumplimiento de las normas laborales.

El pasado viernes, 31 de julio, publiqué en el blog de Cristianisme i Justícia el artículo que ahora pongo a disposición de todos los lectores  y lectoras de este blog. 


Lo que sigue es una conversación mantenida hace pocos días, por supuesto por vía telemática, con una buena amiga, no jurista, interesada desde hace muchos años por los temas sociales, y más ahora durante esta grave situación de crisis sanitaria y las devastadoras consecuencias económicas y sociales que está teniendo.

Mi amiga, manifestaba su preocupación por diversos casos de personas a las que conoce y que le han explicado que están trabajando aunque su empresa está acogida a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (las cuatro letras ERTE que se han convertido en trending topic en las redes sociales desde el inicio de la crisis), y me pedía, como quien no quiere la cosa, que le diera respuesta a todas las dudas jurídicas que tenía al respecto.

Pues bien, aquí está, con su permiso, sin citar su nombre (of course) y con el mismo, o al menos lo he intentado, tono coloquial, el texto de dicha conversación.

Amiga.   Hola Eduardo, estoy muy cansada de las pantallas pero como soy cumplidora de las normas y el Govern nos ha recomendado que quienes vivimos en Barcelona no salgamos de casa salvo para aquello que sea indispensable (no sé si la gente le hace mucho caso, pero eso nos daría para otra conversación), se me ha ocurrido aprovechar esta vía telemática para hacerte algunas preguntas jurídicas que seguro que sabrás responderme.

Eduardo Buenos días. Me alegro de hablar contigo y verte, aunque sea en la pantalla. También hago caso al govern, pero coincido contigo en que se le está haciendo muy poco caso y ojalá esto no suponga un endurecimiento de las medidas de contención de la crisis.

Pero en fin, me decías que querías hacerme algunas preguntas jurídicas. Intentaré responderte, y desde luego como somos buenos amigos añadiré todo aquello que me parezca importante de contenido social, ya que ¿sabes? quienes formamos parte del mundo jurídico no vivimos, ni desde luego queremos la gran mayoría, en una “urna de cristal” o en una “torre de marfil” aislados de la realidad.

Amiga.   Eduardo, no te enrolles, que siempre te he dicho que los juristas sois muy pesados y no sabéis resumir en pocas palabras vuestras respuestas, y hazme el favor de ser directo, ¿vale?

Bueno, a lo que vamos: tengo varios amigos y amigas, que a su vez también tienen a otros y otras, y no sigo la cadena porque se ampliaría considerablemente, que me dicen que su empresa presentó hace tiempo, poco después de la declaración del estado de alarma, eso que llaman expediente de crisis, pero que desde hace ya bastantes días están trabajando y siguen cobrando de ese expediente. ¿Eso es legal? ¿O es que la empresa actúa de forma ilegal? ¿Se puede sancionar a quien incumple las normas? ¿Y si a mis amigos y amigas no les queda otro remedio que trabajar en la oscuridad porque les dicen que esa es la única manera de salvar sus puestos de trabajo?

Oye, y puestos ya a preguntar ya que siempre dicen en nuestro entorno que eres una persona accesible, que no te creas que todos los juristas lo son, ¿crees que las normas son útiles para dar respuesta a los problemas laborales de tantas y tantas personas que están con contratos suspendidos, o han perdido sus empleos, o no pueden seguir trabajando por cuenta propia por el deterioro de la situación económica? Porque, si es verdad lo que mis amigos y amigas me cuentan, entonces esos expedientes de crisis sirven para potenciar el fraude, ¿no es así?

Eduardo. Vale, ¡y eras tú la que decías que yo me enrollaba! Pero en fin, como eres una buena amiga no voy a minutar el tiempo dedicado a responderte, que de hacerlo reduciría tu ya seguro que menguada cuenta corriente, y paso a dar respuesta, que te guste o no cada una de ellas ya no depende de mí, a tus preguntas, y cuando quieras, si tienes dudas o más preguntas, me interrumpes y las planteas, para que compruebes que es verdad eso que dicen de que soy accesible, y como vess “no tengo abuela”.

No, no es legal que una persona trabajadora que la empresa ha incorporado a eso que has llamado expediente de crisis, y que es, jurídicamente hablando, un expediente de regulación temporal de empleo, trabaje mientras cobra el paro, es decir, otra vez me pongo en plan jurídico, las prestaciones por desempleo.  Justamente aquello que pretende la normativa es que mientras dure la situación de crisis, con muchos matices jurídicos que te voy a ahorrar ahora, la empresa no abone salarios, y puede dejar de pagar su cotización a la Seguridad Social, y las personas trabajadoras perciban una prestación económica (inferior ciertamente a su salario) durante el periodo de tiempo que marca la normativa aplicable.

Amiga. Disculpa Eduardo, que salte de la primera a la última pregunta. ¿Me estás diciendo entonces que la culpa del fraude no es de la norma?

Eduardo.  ¡Bingo para la señora! Sí, la norma es buena, y te aseguro que de no haberla tenido, y aplicado, durante esta crisis, la situación hubiera sido mucho peor para gran parte de trabajadores y trabajadoras. Además, medidas semejantes se han aplicado en muchos otros países, y no solo europeos, ya que el objetivo debe ser, nos lo dice la Organización Internacional del Trabajo, proteger a las personas y sus empleos, a la par que tomar medidas para avanzar en la recuperación económica y apoyar para ello a las empresas. 

Amiga. Pero vamos a ver, si la norma es buena, o eso es lo que tú dices, y la empresa se beneficia de la misma, y las y los trabajadores también, ¿por qué se incumple? ¿No es esos ilegal como ya te he preguntado antes y ahora te lo repito?

Eduardo. ¡Vaya, ahora me pides que te responde no solo con apoyo jurídico, sino también que te haga una valoración social! Es decir, dos respuestas por el precio de una.

Pero como eres una buena amiga te respondo ambas y empiezo por la segunda: sí es ilegal, y hay una norma que quienes nos dedicamos al mundo jurídico laboralista conocemos muy bien, en especial la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que es la Ley sobre infracciones y sanciones en el Orden Social, la llamamos siempre LISOS por sus siglas, que regula las faltas, leves, graves y muy graves, de conductas contrarias a derecho, ¡ojo tanto de los empleadores como de los trabajadores!, y que prevé la imposición de sanciones que en el caso de las muy graves no son desde luego “moco de pavo”.

Y mi valoración social es que en el mundo del trabajo, como en botica, hay de todo, desde personas plenamente cumplidoras de las normas y otras que intentan evadirlas o eludirlas y beneficiarse de ellas aunque suponga un perjuicio para el resto de la ciudadanía. Porque a buen seguro que esta pregunta que me has hecho se puede trasladar al ámbito de la evasión o incumplimiento fiscal ¿no te parece? y para ello están las normas sancionadoras, y que consigan o no su objetivo eso ciertamente no depende solo de ellas sino de la voluntad de quienes deben aplicarlas y de la fuerza que tengan para conseguirlo, aunque yo creo que puede hacer mucho más la conciencia cívica que una norma perfecta, y fíjate que quien hace esta afirmación es un jurista.

Amiga. Ya, todo lo que me explicas es muy bonito, y como eres, o eso dices, una persona sería, me lo voy a creer. Pero, qué les digo a mis amigos y amigas que hagan ante las situaciones en que se encuentran? Si dejan de trabajar al margen de la ley (no voy a decirte que trabajan “en negro” para no reproducir los tics inconscientemente racistas que tenemos incorporados en nuestro lenguaje habitual) ¿les van a despedir? ¿se quedarán en la calle sin trabajo y sin sueldo? ¿Tienen alguna vía, y no sólo jurídica, para defender sus derechos?

Eduardo Veo que estás hoy muy preguntona, y no te falta nada de razón en tus últimas dudas más que preguntas. Te voy a insistir en algo que ya te he dicho, pero que por una vez me perdonarás que lo haga ya que es importante: las normas ayudan, pero casi nunca resuelven los problemas si detrás no hay una clara conciencia, tanto entre todos los poderes públicos como entre toda la ciudadanía, de la importancia de su cumplimiento, y mucho más cuando su coste económico es muy elevado para las arcas públicas.

¿Y qué les puedes responder a tus amigos y amigas? Pues primero explicarles que aquellos que están haciendo, supongo por lo que me cuentas de manera totalmente involuntaria (si no fuera así no echemos las culpa entonces solo a su empleador) es ilegal y que la citada LISOS impone sanciones económicas importantes, además de poder llegar, en el caso de los trabajadoras, a la extinción, como sanción, de la prestación por desempleo.

Segundo, que la respuesta individual a una situación como la que viven es ciertamente arriesgada, aunque siempre útil en el terreno la justicia social, y que debería ser tomada de forma colectiva si ello es posible.

No, no les deberían despedir (que lo hagan, pues sí puede ocurrir ciertamente) por ejercer sus derechos pidiendo que se respete la legalidad, y de acudir entonces a los juzgados a denunciarlo, y probarlo, debería declararse el despido nulo y ordenarse su readmisión, aunque la justicia laboral actualmente no es precisamente rápida, dada la carga de trabajo acumulada, durante la crisis, ya buen seguro que aún será mucho mayor en los meses venideros.  

Amiga. Bueno Eduardo, hoy no te voy a dar más la lata. Me has animado algo, no mucho, con tu explicación, ya que sabes que quienes no sabemos de leyes siempre nos acercamos con temor a las mismas, y ojalá que su cumplimiento fuera sencillo y eficaz, pero parece por lo que me has contado que no siempre es así.

Eduardo. En efecto, no siempre es así, pero ningún avance social se ha logrado sin mucho esfuerzo, y los libros de historia, y alguna historia más reciente que hemos conocido en vivo y en directo los que ya somos personas de edad avanzada (me encanta esta terminología que utiliza la OIT), así no los demuestran.

¡Ah! Y en la próxima ocasión que nos veamos, que mucho me temo que va a seguir siendo por pantalla, seré yo quien te interrogue sobre todas las dudas que tengo, que son muchas, sobre aquello que es tu especialidad ¿de acuerdo?

Amiga. Pues sí, de acuerdo, pero quiero verte presencialmente, o sea que pon todo lo que puedas de tu parte (y ojalá que también lo hagan todas las personas que aún no son conscientes de la gravedad del problema sanitario que tenemos encima de nuestras cabezas) para que eso sea posible. Un fuerte abrazo y un beso, todo virtual, y hasta pronto. 


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