jueves, 21 de mayo de 2020

Antes, durante y después de la crisis del Covid-19. Sigue el debate sobre la importancia de la tecnología (con especial atención a la inteligencia artificial y la robótica) en la sociedad en general y en el trabajo en particular. Lecturas recomendadas.


1. Hace pocos días tuve oportunidad de leer la última monografía de la profesora Mari Luz Rodríguez Fernández, que lleva por título “Humanos y robots: empleo ycondiciones de trabajo en la era tecnológica”,   resultado, como la autora informa en la presentación, de la investigación realizada en el marco del Proyecto de Investigación “Digitalización y trabajo: el impacto de la economía 4.0 sobre el empleo, las relaciones laborales y la protección social”.


Buena y experta conocedora de la temática abordada, la profesora Rodríguez disecciona con rigurosidad, en diversos capítulos, las cuestiones más polémicas a la par que más relevantes sobre el futuro del trabajo, en el bien entendido, añado por mi parte, que la crisis provocada por la pandemia del Covid19 ha supuesto una suspensión temporal de ese debate pero en modo alguno lo ha extinguido, y mucho más cuando la crisis ha permitido redescubrir el valor del trabajo y de personas trabajadoras que hasta hace muy poco tiempo parecían manifiestamente prescindibles como he tratado de explicar en una entrada anterior

La lectura de la monografía me animó a redactar una entrada sobre el futuro del trabajo tal como lo debatíamos hace muy poco tiempo, y como lo estamos viendo durante la situación económica y social actual, y también como lo veremos en el próximo futuro, cuando pasemos de forma gradual a ese periodo histórico que todos los documentos oficiales se empeñan en denominar de nueva normalidad y que por mi parte sigo defendiendo que debería referirse a una normalidad mejor (que la anterior).  

Ahora bien, la vorágine legislativa en la que el mundo laboralista en particular está inmerso (corrijo, está y seguirá estando) desde la declaración del estado de alarma no me ha permitido sentarme con tranquilidad delante del ordenador para su redacción hasta ahora, en uno de esas raras fechas en las que el BOE nos ha dejado, permítanme la expresión, “respirar”.

Y con toda sinceridad no hay nada mal ese “retraso” en la redacción de esta entrada, aunque ya reconvertida en buena medida al convertirla en un repaso de documentos y artículos de muy recomendable lectura que expondré más adelante, que me han permitido “descubrir” que mis conocimientos sobre la materia son ciertamente muy limitados y que el proceso de aprendizaje cada vez es más necesario y permanente.  

2. Antes de proceder a mencionar esas lecturas recomendadas no quiero dejar de efectuar algunas reflexiones sobre el libro de la profesora Rodríguez. No conviene olvidar de entrada que estamos en presencia de una persona cuyos conocimiento no son sólo teóricos, sino que aporta un amplio bagaje político práctico y así lo acreditan su currículum, habiendo sido Consejera de Trabajo y Empleo de Castilla-La Mancha,    Secretaria de Estado de Empleo, Secretaria de Empleo del PSOE y Diputada por la provincia de Guadalajara.  Además es conferenciante habitual en foros empresariales, económicos y sociales, habiendo realizado diversos estudios en los que también ha participado otro reconocido miembro de la comunidad jurídica laboralista, el profesor Daniel Pérez del Prado.

A mi parecer el estudio tiene cuatro bloques diferenciados y en los que se abordan diversas temáticas, si bien todas ellas indisolublemente unidas por el vínculo de la existencia (o pérdida) de una relación jurídica de trabajo o empleo y de sus consecuencias prácticas.

La autora aborda ampliamente el debate sobre el futuro del trabajo y procede a repasar los diversos estudios sobre la creación y destrucción de empleos a medio plazo, prestando especial atención, ya que es el eje centre del libro, al impacto que va  a tener la tecnología sobre esos procesos creativos/destructivos.

Dedica especial atención a la formación, centrándose en las necesidades empresariales y de la población trabajadora, y de la acuciante necesidad de adoptar medidas, necesarias ya antes de la crisis y mucho más ahora, para abordar el futuro digital que tenemos ya encima.

No pierde la oportunidad para reflexionar sobre una temática a la que ha dedicado especial atención en diversos artículos anteriores y que ciertamente generan controversia intelectual, cuál es la de ampliación de la protección “clásica” que contiene el contrato de trabajo a las prestaciones desarrolladas al amparo de otro ropaje jurídico, es decir no vinculado a una relación de dependencia y ajenidad.

En fin, la tecnología y (la prevención de) los riesgos laborales son también ámbitos de conexión, y mucho más cuando la robótica adquiere cada vez más importancia en procesos industriales, sin olvidar, y el creciente aumento del teletrabajo o trabajo a distancia así lo requiere, que no conviene dejar de lado el derecho a la desconexión digital.

En suma, un libro de indudable frescura intelectual y que plantea muchos interrogantes sobre el futuro del trabajo y las condiciones en que se desarrollará el mismo, y cuáles serán los sectores “vencedores” y qué impacto tendrá todo ello sobre las personas trabajadoras. Para animar a su lectura a todas las personas interesadas a su lectura, reproduzco a continuación el sumario: “Capítulo 1. Una primera premisa: no al determinismo tecnológico Capítulo 2. ¿Cuántos y qué empleos van a ser reemplazados por la tecnología? Capítulo 3. Nivel de estudios de la población trabajadora y la propensión a la pérdida de empleo: la mejora de la educación como una medida básica de política de empleo Capítulo 4. ¿Cuántos y qué empleados van a crearse por la tecnología? Capítulo 5. Las competencias o habilidades que van a requerir los empleos de la era digital: algunas contradicciones en el caso de España Capítulo 6. Centralidad de la educación y la formación en competencias digitales 1. Características de la enseñanza en competencias digitales: falta de vocaciones STEM y escasa oferta formativa vinculada a la tecnología. 2. Brecha de género en la educación y formación digitales: las mujeres apenas se inclinan por estudios STEM Capítulo 7. El rol esencial de la formación para el empleo en la preparación de la población trabajadora para los requerimientos de la economía digital Capítulo 8. Recomendaciones en materia de formación de las personas trabajadoras para afrontar con acierto los desafíos de la revolución tecnológica Capítulo 9. Debate sobre la educación de las instituciones laborales vigentes a los desafíos del trabajo en la era digital: contrato de trabajo y sindicato como piezas clave del contrato social Capítulo 10. Tiempo y salud en el trabajo en una sociedad hiperconectada 1. El derecho a la desconexión y la propensión al teletrabajo como medios para cohonestar la soberanía y los límites del tiempo de trabajo 2. La salud en el trabajo: riesgos decrecientes y robots como compañeros de trabajo”.

3. Me refiero en primer lugar al muy interesante Proyecto de Informe de la Comisión de AsuntosJurídicos del Parlamento Europeo, de 20 de abril, aún en fase de presentación de enmiendas y debate antes de poder pasar en su caso al Pleno para su aprobación.  con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre un marco de los aspectos éticos de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas. Incluye la propuesta de resolución del PE y añade nada más ni nada menos que una propuesta de Reglamento “. sobre los principios éticos para el desarrollo, la implementación y el uso de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas”. Para quienes han elaborado la propuesta de Reglamento, su deseada aprobación, y posterior desarrollo por los organismos europeos y nacionales competentes “debe ser un ejemplo para el resto del mundo y una primera piedra para asegurar una adecuada gobernanza de este fenómeno a escala mundial”.

Reproduzco a continuación algunos de los fragmentos que creo que pueden tener más interés desde la perspectiva laboral.

“.. Considerando que un marco común para el desarrollo, la implementación y el uso de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas en la Unión debe proteger a los ciudadanos de los posibles riesgos inherentes y promover la fiabilidad de estas tecnologías en el mundo;

…Considerando que un enfoque armonizado de los principios éticos relacionados con la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas requiere una interpretación común en la Unión de esos conceptos, así como de conceptos como algoritmos, programas informáticos, datos o reconocimiento biométrico;

… Considerando que los principios éticos comunes solo son eficaces cuando se establece quiénes son los responsables de garantizar, evaluar y supervisar el cumplimiento;

Declara que el desarrollo, la implementación y el uso de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas, en particular —pero no solo— por parte de los seres humanos, deben respetar siempre la intervención y la supervisión humanas y prever la recuperación del control humano en todo momento;


Recuerda que el desarrollo, la implementación y el uso de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas, incluidos los programas informáticos, los algoritmos y los datos utilizados o producidos por dichas tecnologías, deben respetar la dignidad humana y garantizar la igualdad de trato para todos;


Afirma que la posibilidad de sesgo y discriminación de los programas informáticos, los algoritmos y los datos debe abordarse estableciendo normas para los procesos de diseño y uso, ya que este enfoque podría convertir los programas, los algoritmos y los datos en un contrapeso considerable al sesgo y la discriminación, así como en una fuerza positiva para el cambio social;


Hace hincapié en que la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas deben ser socialmente responsables y deben salvaguardar y promover los valores fundamentales de nuestra sociedad, como la democracia, la pluralidad e independencia de los medios de comunicación y una información objetiva y de libre acceso, la salud y la prosperidad económica, la igualdad de oportunidades, los derechos sociales y laborales, una educación de calidad, la diversidad cultural y lingüística, la paridad de género, la alfabetización digital, la innovación y la creatividad;


Observa que la producción y el uso de datos, incluidos los datos personales, como los datos biométricos resultantes del desarrollo, la implementación y el uso de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas, están aumentando con rapidez, lo que pone de relieve la necesidad de respetar el derecho de los ciudadanos a la intimidad y a la protección de los datos personales, de conformidad con el Derecho de la Unión;


Concluye, tras las mencionadas reflexiones sobre los aspectos relacionados con la dimensión ética de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas, que la dimensión ética debe configurarse como una serie de principios que se traduzcan en un marco jurídico a escala de la Unión supervisado por las autoridades nacionales competentes, coordinado y reforzado por una Agencia Europea de Inteligencia Artificial y debidamente respetado y certificado en el mercado interior…. “

De la propuesta de Reglamento me parecen de especial interés algunas de sus definiciones:  

“A efectos del presente Reglamento, se entenderá por:

a) «inteligencia artificial»: los sistemas informáticos que, entre otros aspectos, recopilan, tratan e interpretan datos estructurados o no estructurados, identifican patrones y establecen modelos con objeto de extraer conclusiones o tomar medidas en la dimensión física o virtual sobre la base de dichas conclusiones;

b) «robótica»: las tecnologías que permiten que las máquinas efectúen tareas tradicionalmente realizadas por los seres humanos, en particular mediante la inteligencia artificial o tecnologías conexas;

c) «tecnologías conexas»: las tecnologías que permiten que los programas informáticos controlen, con un grado de autonomía parcial o total, un proceso físico o virtual; tecnologías capaces de detectar la identidad de personas, o características específicas de personas, mediante sus datos biométricos; y tecnologías que copian o utilizan de otra manera características humanas;

e) «algoritmo»: el modelo de cálculo u otras operaciones de resolución de problemas llevadas a cabo por programas informáticos al ejecutar una tarea;

h) «desarrollador»: toda persona física o jurídica que toma decisiones que determinan y controlan el curso o la forma del desarrollo de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas;

j) «implementador»: toda persona física o jurídica que participa en la implementación de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas y que tiene una función operativa o de gestión;

o)  «lesión o daño»: toda lesión física, emocional o mental, sesgo, discriminación o estigmatización, sufrimiento causado por la falta de inclusividad y diversidad, pérdida financiera o económica, pérdida de empleo o de oportunidad educativa, restricción indebida de la libertad de elección, condena injusta, daño medioambiental y toda infracción del Derecho de la Unión que sea perjudicial para una persona…”

4. La búsqueda de documentación sobre la tecnología en general y la IA en especial lleva al obligado reconocimiento de que la necesidad de disponer de instrumentos normativos que abordan la regulación de esta desde la perspectiva de la ética no son en absoluto nada recientes. Sirva como ejemplo significativo que se dispone de un estudio preliminar “sobre un posible instrumento normativo relativo a laética de la inteligencia artificial” presentado en la Conferencia general de 2019 de la UNESCO celebrada a finales de julio.  Hay algunos fragmentos que merecen mi atención, en esa mirada dirigida al mundo laboral y las necesidades formativas”, y que reproduzco a continuación.

“.. La inteligencia artificial pone en cuestión el papel de la educación en las sociedades en muchos aspectos. En primer lugar, la IA exige un replanteamiento del papel social de la educación. El desplazamiento laboral causado por algunas formas de IA requiere, entre otras medidas, la reconversión profesional de los empleados y un nuevo enfoque para formular las cualificaciones finales de los programas educativos. Además, en un mundo de IA, la educación debe habilitar a los ciudadanos para que desarrollen nuevas formas de pensamiento crítico, incluida la "concienciación respecto a los algoritmos", y la capacidad de reflexionar sobre el impacto de la IA en la información, el conocimiento y la toma de decisiones. Un segundo ámbito de las cuestiones éticas relativas a la IA y la educación se refiere al papel de la primera en el proceso educativo en sí, como elemento de los entornos de aprendizaje digital, la robótica educativa y los sistemas de "análisis del aprendizaje", todos los cuales requieren un desarrollo y una implementación responsables. Por último, los ingenieros y desarrolladores de software deben recibir la formación adecuada para garantizar el diseño y la implantación responsables de la IA.

… Una de las principales preocupaciones sociales respecto a la IA consiste en el desplazamiento laboral. El ritmo de las transformaciones que propicia la IA plantea retos sin precedentes (Illanes y cols., 2018). Conllevará, en un futuro próximo, la necesidad de reconvertir laboralmente a un gran número de trabajadores y tendrá consecuencias radicales para las trayectorias profesionales que los estudiantes tendrán que seguir. Según una encuesta entre expertos de McKinsey de 2017, "los ejecutivos ven cada vez más la inversión en la reconversión profesional y la "mejora de las aptitudes" de los trabajadores existentes como una prioridad empresarial urgente" (Illanes y cols., 2018)”.

5. También es muy útil comprobar que el   futuro de las relaciones laborales, con todo los problemas a examinar de orden jurídico económico y social que ello comporta, es objeto de atención preferente en el último número de la revista Cuadernos deRelaciones Laborales de la UCM,    con una obligada lectura del artículo de presentación general, a cargo de las profesoras Nunzia Castelli y Milena Bogomi, “Empleo, edad y género: el impacto de las reformas y el necesario debate sobreel futuro de las relaciones laborales”.    cuyo resumen muy ilustrativo es el siguiente: “Desde la  última  crisis  económica  se  han  generado  una  serie  de  cambios  y  reformas  que  han   incidido de manera directa en aspectos esenciales del sistema español de relaciones laborales, profundizando  y  agrandando  debilidades  preexistentes.  Es  así  como,  una  vez  más,  el  impacto  de  la  crisis  ha  sido  especialmente  acusado  entre  colectivos  que  ya  presentaban  especial  vulnerabilidad  en  el  mercado  laboral que  se  ha  mantenido  pese  a  la  tímida  recuperación  económica.  El  estudio  de  factores  como  la  edad  y  el  género permite identificar las debilidades estructurales del mercado laboral español y proponer un análisis en el que el derecho del trabajo puede funcionar como una herramienta esencial para la reconfiguración, de manera necesaria y urgentemente inclusiva, del nexo entre ciudadanía y trabajo”.

6. No menos importante es subrayar que a escala europea la preocupación por el impacto “de las maquinas y de los robots” sobre nuestros empleos sigue siendo objeto de mucho debate, y también de preocupación. Me refiero concretamente a cuatro recientes artículos publicados en la revista digital Social Europe, que conviene seguir con mucha atención.

A) Las profesoras Judith Clifton, Amy Glasmeier, y Mia Gray abordan la relación entre la tecnología y el trabajo en su artículo When machines think for us:the consequences for work and place”

En su estudio ponen de manifiesto que “La IA tiene el potencial de transformar la demanda de mano de obra, la naturaleza del trabajo y la infraestructura operativa resolviendo problemas complejos con gran eficiencia y rapidez. Sin embargo, a pesar de los cientos de informes y estudios, la IA sigue siendo un enigma, una tecnología de reciente aparición, y su ritmo de adopción y sus repercusiones en la estructura del trabajo sólo están empezando a comprenderse. La actual ansiedad por el desplazamiento de la mano de obra anticipa el crecimiento y el uso directo de la IA. Sin embargo, en muchos sentidos, es probable que en la actualidad la IA esté siendo sobreestimada en cuanto a su impacto. No obstante, un número cada vez mayor de investigaciones sostiene que las consecuencias para el trabajo serán muy desiguales y dependerán de una serie de factores, como el lugar, la actividad económica, la cultura empresarial, los niveles de educación y el género, entre otros”.

Y concluyen que “No hay nada predefinido sobre cómo se desplegará la IA. Las consecuencias de la aplicación de estas tecnologías reflejarán las decisiones adoptadas a nivel organizativo, político y social. El futuro de la IA es demasiado importante para dejarlo en manos de los especialistas en tecnología. Los científicos sociales, los abogados de la tecnología y los expertos en la ética de la tecnología deben participar activamente en la configuración y estructuración de su desarrollo y adoptar”.

B) En clave política se encuentran las reflexiones de Lars Klingbeil, desde 2017 secretario general del Partido Socialdemócrata de Alemania, y de Henning Meyer un científico social y miembro de la Comisión de Valores Básicos del SPD, en el artículo “​Robots won’t make us redundant by”


Los autores recuerdan que “La socialdemocracia surgió del movimiento obrero en el siglo XIX. El trabajo siempre ha sido el punto central de la política socialdemócrata. Sin embargo, en los últimos años, el papel del trabajo se ha discutido cada vez más estrecha y defensivamente. Ya sea en los debates sobre la digitalización o antes sobre la globalización, el trabajo siempre ha aparecido bajo presión. Deberíamos llevar esta discusión en una dirección diferente”. También, que “Los pronósticos de cuántos empleos se perderán en el futuro varían mucho. La respuesta honesta es que nadie sabe exactamente cómo funcionará la digitalización. Sin embargo, todos los expertos están de acuerdo en que el trabajo del futuro se alejará de la rutina y se dirigirá hacia una mayor creatividad. En consecuencia, a través de este cambio el potencial de transformación social del trabajo crece en lugar de disminuir. Esto abre nuevas oportunidades”.

Y llevando el debate a la realidad alemana, pero sin duda trasladable a otros países desarrollados, se afirma que “En estos días en Alemania, la política industrial está finalmente siendo discutida de nuevo. Esta discusión es necesaria desde hace mucho tiempo. El papel del estado en la economía fue durante mucho tiempo interpretado de forma demasiado defensiva. No debe ser el papel del estado simplemente para corregir los fallos del mercado. Se trata más bien de crear los propios mercados y dar forma política al proceso económico. Nuestra sociedad no debe subordinarse a la economía, sino que la economía debe adaptarse a los ideales de nuestra sociedad…  Esto también se aplica al área de la digitalización. La política de datos y el desarrollo de la inteligencia artificial serán decisivos para el empleo y el crecimiento. La carrera mundial se ha abierto hace tiempo. Para nosotros, no puede ser una cuestión de si, sino sólo de cómo. El Estado debe ponerse al frente y presionar agresivamente para que la inteligencia artificial se introduzca en la economía, la ciencia y la política”.

C) La profesora Sonja Bekker aborda, en el artículo “Digital welfare states: boundaries and opportunities” la problemática de los límites del control de la ciudadanía, en la que obviamente están incluidas todas las personas trabajadoras, por parte de los poderes públicos, con el examen de una muy interesante sentencia de un tribunal neerlandés. Aquí tenemos un amplio fragmento:

“… El primer caso judicial en el que se utilizaron los derechos humanos para evaluar las nuevas tecnologías en los estados de bienestar digitales se centró en la Indicación de Riesgo del Sistema Holandés (SyRI). La demanda de SyRI fue presentada contra el estado holandés por una coalición de organizaciones no gubernamentales, apoyada por el entonces relator especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, que escribió un informe amicus curiae para el tribunal.

SyRI se estableció para detectar el fraude en materia de asistencia social, recopilando no menos de 17 categorías de datos personales reunidos por diferentes organismos públicos. Entre ellos figuraba información sobre empleo, detención, sanciones, finanzas, educación, pensiones, subsidios para el cuidado de los niños, recepción de prestaciones y seguro médico. La SyRI se ha utilizado de manera recurrente, especialmente en los barrios con personas más pobres y vulnerables. Ha analizado los datos utilizando un algoritmo con indicadores de riesgo, seleccionando así a los reclamantes potencialmente fraudulentos. El algoritmo y sus indicadores se mantuvieron en secreto por temor a que los ciudadanos comenzaran a "jugar con el sistema".

El tribunal dictaminó que el SyRI violaba importantes derechos humanos y que por lo tanto se debía poner fin inmediatamente. Para las Naciones Unidas, se trataba nada menos que de una sentencia histórica, al detener por primera vez, por motivos de derechos humanos, el uso de las tecnologías digitales y el abundante procesamiento de la información por parte de las autoridades de bienestar social. Sienta un importante precedente jurídico y podría inspirar a las ONG de todo el mundo para que influyan en el debate público o incluso para que ellas mismas acudan a los tribunales.

La falta de transparencia de la SyRI sobre su funcionamiento impidió que se examinara si existía ese equilibrio. Incluso podía dar lugar a juicios injustos que implicaran distinciones discriminatorias entre las personas, por ejemplo, basadas en la situación socioeconómica o la condición de migrante. Ello podría tener graves consecuencias negativas, no sólo para las personas afectadas sino también para la sociedad en general. No sólo los defraudadores se veían atrapados en un gran procesamiento de datos sino que, en el caso de SyRI, todas las personas que vivían en un determinado barrio y cualquiera "marcado" como potencialmente ilegítimo.


D) La profesora Elena Esposito reflexiona sobre las posibilidades que ofrece la tecnología a los seres humanos en su artículo “Machine learning should increase human possibilities”.

 A su parecer, “Los algoritmos pueden procesar incomparablemente más datos y realizar ciertas tareas con mayor precisión y fiabilidad que los seres humanos. Esta es una gran ventaja que debemos tener en cuenta también cuando destacamos sus límites, que están ahí y son fundamentales. La más obvia es la tendencia de los algoritmos, que aprenden de los datos disponibles, a predecir el futuro proyectando hacia adelante las estructuras del presente, incluyendo sesgos y desequilibrios.

Esto también produce problemas como el overfitting, que surge cuando el sistema se adapta demasiado a los ejemplos del pasado y pierde la capacidad de captar la variedad empírica del mundo. Por ejemplo, aprendió tan bien a interactuar con los usuarios diestros con los que se ha entrenado que no reconoce a una persona zurda como posible usuario.

Los algoritmos también sufren una ceguera específica, especialmente en lo que respecta a la circularidad con la que las predicciones afectan al futuro que se pretende predecir. En muchos casos el futuro predicho por los modelos no se produce, no porque sean erróneos sino precisamente porque son correctos y se siguen”.

Y con respecto al uso desviado de la tecnología en clave política afirma que “Los peligros políticos están ahí, pero no están determinados directamente por la tecnología. Las posibilidades que ofrecen los algoritmos pueden conducir a resultados y riesgos políticos muy diferentes: desde la exageración sobre la personalización que promete desplegar la autonomía de los usuarios individuales hasta el sistema chino de "crédito social", que va en la dirección opuesta”.

7. No podemos dejar de referenciar las muy interesantes aportaciones del profesorado de la unidad docente de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Jaén, y de otras y otros autores invitados,  en el blog https://www.transformaw.com/, al que ya dedicado merecida atención en entrada anteriores del blog

El último artículo publicado ha estado a cargo de la profesora Isabel María Vidal Cañada, y versa sobre una cuestión que cada vez cobra mayor interés, cual es “Big data y servicios sociales. Una asignatura pendiente y necesaria (ahoramás que nunca)”

Me permito reproducir, por su indudable interés y relación con el mundo del trabajo y  la protección social, el último apartado del artículo, dedicado a los servicios sociales.

“Ya sucedió en 2008, y, sin duda, la nueva gran crisis económica, consecuencia de la actual crisis sanitaria derivada del Covid-19, y los daños sociales derivados de la misma plantean importantes retos para el sistema de Servicios Sociales. El Gobierno central y las CCAA acordaron al inicio de la crisis la consideración de los trabajadores de servicios sociales como “servicios esenciales”, y por Orden SND/295/2020, de 26 de marzo, se adoptaron medidas especiales en materia de recursos humanos para la garantía del correcto funcionamiento del sistema en su conjunto y la continuidad de los servicios.

Y es que la emergencia sanitaria está teniendo, desde su inicio, un impacto extraordinario sobre los grupos de población destinatarios de estos servicios. Tanto a nivel estatal como autonómico se han ido articulando diversas medidas en este ámbito desde que estalló la crisis, pero, probablemente, lo peor está aún por venir. Son varios los desafíos ante los que se enfrentan el sistema de servicios sociales, ya sobrecargado desde la crisis de 2008, y la capacidad de este para “estar a la altura” dependerá mucho de la superación de sus límites actuales.

Es necesaria y urgente una profunda renovación. Y en ese proceso de transformación resulta ineludible explorar las posibilidades que ofrece la utilización de herramientas Big Data: disponer de conocimientos suficientes y adecuados para la planificación y la toma de decisiones; avanzar en eficiencia y eficacia; desarrollar estrategias más proactivas y preventivas; e impulsar la personalización de los servicios son elementos esenciales para contribuir al objetivo fundamental de proporcionar una adecuada respuesta a las necesidades actuales de la población.

Y, sin duda, para conseguir unos servicios más personalizados, preventivos y colaborativos es imprescindible la actuación coordinada de todas las administraciones implicadas en esta apuesta decidida por la innovación social y tecnológica”.

8.  Y ahora, quedémonos en el presente, en la crisis que vivimos, para conocer cuáles son los sectores y puestos de trabajo que avanzan positivamente en el proceso gradual de recuperación de la actividad económica, y comprobar así, un reciente informe de ADECCO lo demuestra) que aquellos empleos que se demandan son tanto los “de toda la vida”, y no precisamente, ni mucho menos, los mejor pagados, como algunos nuevos (ojalá que tengan poco recorrido temporal) derivados de las consecuencias de la adaptación obligada de las empresas para garantizar la seguridad y salud tanto de las personas trabajadoras como de las que son clientes.

En efecto, el informe de Adeccohttps://www.adeccogroup.es/wp-content/uploads/NdP-An%C3%A1lisis-del-mercado-laboral-tras-el-Covid-19.-Sectores-y-perfiles-m%C3%A1s-demandados-tras-la-crisis_compressed-1.pdf es muy ilustrativo de esta nueva normalidad o realidad temporal, que no sabemos cuanto tiempo durará y cómo afectará de forma más o menos estable al mercado de trabajo.

Según la información disponible en el estudio, publicado en su pagina web, “ha elaborado un ranking con los 15 perfiles que más se han demandado en las últimas semanas y que seguirán siendo claves también en las próximas. Personal de almacén, de reparto, cajeros y reponedores, operarios de fábrica, recolectores, personal de atención al cliente y administrativos, de atención a colectividades, personal sanitario especializado, perfiles IT ante la generalización del trabajo desde los hogares. También se ha detectado ya la demanda de otras nuevas figuras que surgen específicamente a raíz de esta crisis sanitaria. Se trata de personal que aborde la desescalada en los centros de trabajo: controladores de temperatura en edificios, perfiles preventivos readaptados o desinfectadores de ropa y espacios.

Desde el área del outsourcing se prevé que en los próximos meses se demanden perfiles como operarios para gestionar los pedidos en el canal online, reponedores, operarios cualificados con formación en tratamiento de sistemas y metodologías Lean, perfiles de Automatización y RPAS. Además, desde el lado del consumo, Adecco Outsourcing cree que los sectores que más rápido se recuperarán serán aquellos cuyas categorías de productos han estado más castigadas y tendrán necesidad de sacar el stock acumulado como son las áreas de Cuidado Personal, Higiene, Cosmética o Electrónica.

En el caso de la consultoría de mandos y directivos, son cuatro los sectores que más necesitan incorporar personal especializado: IT, Telco, Healthcare y Lifesciences, con especial demanda de perfiles especializados en transformación digital y los relacionados con ciberseguridad. Así, muchas empresas van a apostar por la contratación de perfiles de "interim management" con el objetivo de reordenar y transformar los procesos y estructuras y diversificar sus actividades para superar la situación. Se trata de directores de desarrollo de negocio, directores de marketing o comunicación, directores de operaciones, directores comerciales, etc. Del lado de la formación, se buscan perfiles que deben contar con una capacitación extra en liderazgo, visión estratégica, gestión del cambio o comunicación en tiempos de crisis”.

9. Permítanme para concluir esta entrada exponer esta conclusión que extraigo de todo este  amplio número de lecturas recomendadas: que la información disponible sobre un ámbito de estudio que quieres abordar es en la mayor parte de las ocasiones mucho más, muchísimo más, amplia de la que pensabas, y que por ello las explicaciones que puedas realizar son nada más que un grano de arena en una montaña informativa: si bien, hay que esperar y desear que ese gramo tenga un valor jurídico y social relevante, pues no otro es (casi) siempre el deseo de quien redacta un escrito.

Buena lectura.

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