Durante muchos
años las personas que trabajan al servicio de un hogar familia han tenido muy
pocos derechos en materia laboral y de Seguridad Social, muy probablemente
porque siempre se ha considerado ese trabajo “de poco valor” (¿será porque lo
realizan mujeres, y desde hace ya varios años la mayor parte de ellas son
extranjeras extracomunitarias?). Afortunadamente, el mundo asociativo, las
propias trabajadoras y grupos con sensibilidad social se fueron movilizando y
reclamando la mejora de su situación laboral, con propuestas ante los poderes
públicos.
A mediados de
2011 se alcanzó un acuerdo entre el gobierno y las organizaciones sindicales
que implicaría después una importante reforma de la regulación jurídica laboral
y de los derechos de Seguridad Social. Ciertamente, no se equiparaba la
normativa a la de los restantes trabajadores asalariados (por ejemplo, sigue
sin estar protegida la situación de desempleo), pero se mejoraban las
condiciones de trabajo y se procedía a una regulación de protección social que
implicaba nuevos derechos. Dichos cambios tienen muchos puntos de conexión con
la normativa internacional sobre esta materia aprobada por la Organización
Internacional del Trabajo en junio de 2011 y que ya ha entrado en vigor. Muchas
veces creemos que las normas internacionales tienen poca importancia, pero esta
la tiene, y mucha, ya que gran parte de la población trabajadora del hogar
familiar en muchos países estaba totalmente carente de derechos.
Pero, no todo
iba a ser tan bonito y sencillo. Muy pronto, poco después del cambio de
gobierno tras el 20N, empezaron las críticas a la nueva regulación,
argumentándose que era muy compleja y que imponía a los empleadores, en muchos
casos personas de avanzada edad (al menos formalmente, porque en la práctica es
muy diferente), una serie de obligaciones de tramitación de documentación que
hacían difícil la contratación. Sin desconocer que toda norma es mejorable, y
ciertamente lo era, no deja de ser curioso que las quejas se formularan sólo
hacia un tipo de actividad que, repito, tiene escaso reconocimiento social. Hay
otras actividades laborales que también plantean problemas (como ejemplo, las
de las personas con discapacidad), pero no parece que el gobierno tenga tanto
interés por cambiar su regulación
No ha tardado el
gobierno del Partido Popular en modificar la norma, argumentando que la
anterior no funcionaba porque se había reducido el volumen de ingresos en la
Seguridad Social. La pregunta que debemos hacernos es si ello se produjo porque
hubo menos contratación (no es así) o porque una parte importante de la
remuneración se pagaba de forma irregular y, por consiguiente, no se cotizaba a
la Seguridad Social.
La nueva
regulación, convalidada por el Congreso de los Diputados hoy jueves 31 de enero, con el
voto en contra de la oposición, obliga a cotizar en cuantía económica a la
anterior norma, al suprimir algunos tramos inferiores de la escala, y permite
trasladar a la parte trabajadora toda la tramitación administrativa de la
documentación para darse de alta, siempre y cuando trabaje menos de 60 horas a
la semana. Se requiere, eso sí, que haya acuerdo de las partes, y genera varios
problemas jurídicos que ahora no puedo abordar pero que a buen seguro que se
suscitarán algún día.Porque, ¿alguien se atrave a defender que las dos partes están en igualdad de condiciones en la relación contractual?
Hubiera sido
conveniente esperar más tiempo para ver los resultados de la reforma, pero todo
lo que hizo el anterior gobierno parece que debe ser modificado. Y mientras
tanto, el personal del hogar familiar ha de seguir luchando para defender sus
derechos, en el marco de un entorno político y una situación económica que no
ayuda precisamente a ello. La tarea de los movimientos sindicales y sociales
sigue siendo totalmente necesaria.
1 comentario:
Conceptos interesantes...podrías colocar enlaces a la legislacion correspondiente...?
venta de pisos en barcelona
Publicar un comentario