V. A modo de reflexión final. El trabajo
en la sociedad en crisis.
1. Quiero
compartir, finalmente, con los lectores y lectoras del blog, algunos de los
interrogantes y reflexiones que la crisis económica y social que estamos
viviendo me suscita y su impacto sobre el mundo del trabajo y la real
efectividad de la normativa laboral.
Pero antes, hago
referencia, por su indudable interés, a un importante informe de la OIT quelleva por título “Desigualdades en el trabajo durante la crisis. Testimonio deEuropa”. En el texto, que recoge las experiencias y resultados de muchos países
europeos, se analizan las consecuencias de la crisis en distintos ámbitos como
el empleo, los salarios y los ingresos, las condiciones laborales y el diálogo
social, y también “si la crisis puede detener los progresos conseguidos en
Europa en relación con el empleo y las condiciones de trabajo”.
El estudio
constata el agravamiento de las desigualdades y su afectación especial a
algunos colectivos, con mención expresa de los trabajadores con contratos de
duración determinada, ya sean contratados por la empresa en la que prestan los
servicios o puestos a disposición por una agencia o empresa de trabajo
temporal. Igualmente, los jóvenes han sufrido la crisis en una proporción que
duplica la del resto de trabajadores. Ha afectado a los trabajadores poco
cualificados, y con especial impacto entre los hombres por el impacto de la
crisis en la construcción y las manufacturas, aunque las mujeres también se han
visto afectadas por el desempleo y por la “reducción o supresión de las medidas
destinadas a conciliar la vida laboral y la vida profesional”. Es importante
destacar que el informe constata que los empleados de la administración
pública, como consecuencia de los recortes en el sector público, “es la
categoría de trabajadores más expuesta” a la crisis. También se han
intensificado los recortes y reducciones salariales, y el informe manifiesta su
preocupación porque “la crisis intensificará las remuneraciones bajas a largo
plazo en Europa, así como las tendencias que estas provoquen en relación con la
pobreza” (40 % de los trabajadores en Europa tenían problemas para llegar a
final de mes en 2010, según Eurofound).
El Informe
también destaca la importancia del diálogo social para abordar los problemas y
plantear alternativas a los despidos, en forma de reducciones de horas de
trabajo y de salarios, aunque en varios países la única alternativa fue la de
extinción de contratos. La OIT alerta de los riesgos del incremento de la
desigualdad a medio plazo, con sus consecuencias sobre la salud, la demografía
y la sociedad en su conjunto, y pone de manifiesto que es necesario un
seguimiento detallado y “un control continuado de las desigualdades en el
trabajo”, concluyendo con un mensaje muy claro: “Las desigualdades en el
trabajo no sólo han contribuido a desencadenar la crisis económica, sino que
han empeorado como consecuencia de la misma. Así pues, nuestro sistema
económico general seguirá en peligro a menos que abordemos adecuadamente estas
desigualdades”.
2. ¿Cuál es el
impacto de la política económica y social que se está adoptando en las
instancias de dirección de la UE sobre las condiciones de vida y de trabajo de
los ciudadanos de los países del sur de Europa? Los cambios sociales que
estamos viviendo en Grecia, Portugal, Italia y España, de momento, ¿están
influenciados por la Comisión Europea, el Banco central Europeo, algún país de
la propia UE como Alemania y Francia, y también por el Fondo Monetario
Internacional? ¿Cómo impactará el Tratado de estabilidad financiera que
establece una rígida disciplina presupuestaria?
¿Qué es hoy la
flexiguridad? ¿Hay que revisar la relación entre estabilidad en el empleo y la
flexibilidad en la organización del trabajo? ¿Cómo proteger adecuadamente a los
trabajadores, tanto los que están dentro como aquellos que permanecen fuera del
mercado de trabajo, frente a la rapidez del cambio productivo? Al respecto, es
muy interesante un estudio realizado por la Fundación Europea para la mejora delas condiciones de vida y de trabajo sobre las políticas y prácticas puestas en
marcha por los Estado de la UE en esta materia durante la etapa de la primera
crisis y con posterioridad a ella, en la que se pone justamente de manifiesto
la importancia de adoptar nuevas medidas que faciliten el mantenimiento del
personal en la empresa. Por otra parte, un estudio del Instituto de EstudiosSindicales Europeo es muy crítico con las medidas flexibilizadoras puestas en
marcha por muchos Estados de la UE en la segunda fase de la crisis, afirmando
que se está produciendo un incremento de las desigualdades y de las
inseguridades laborales en la mayor parte de los mismos, y que de hecho “las
políticas de flexiseguridad se han volatilizado para pasar a ser de
flexibilidad pura y dura”.
Estamos
asistiendo, a mi parecer, a un proceso acelerado de construcción de la Europa
de dos velocidades, en donde parece que los países del sur de Europa deben
asumir el rol de proporcionar mano de obra cualificada los países del “primer
anillo”, al mismo tiempo que se deterioran las condiciones laborales y
salariales de una buena parte de la población de dichos países. Por cierto, en
España casi siete de cada diez asalariados perciben una remuneración mensual no
superior a 1240 euros, y de ellos algo más del 40 % no superan los 1.000 euros
mensuales, según los datos aportados en un estudio de la Fundación 1º de mayo,
a cargo de Enrique Negueruela y que lleva por título “Un nuevo papel en Europa
en los países del Sur”. En dicho estudio se afirma que el presidente del
gobierno español, Mariano Rajoy, ha asumido plenamente las exigencias
planteadas por la canciller alemana Ángela Merkel y por el Banco Central
Europeo, de tal manera que “sus dos primeros pasos han sido reducir el poder
adquisitivo del salario mínimo y decretar una reforma laboral cuyo objetivo no
es otro que bajar los salarios de los trabajadores, tanto públicos como
privados”. Dicho sea de paso, ¿alguien cree que esa reducción salarial es buena
para el mantenimiento de la demanda interna de consumo?
3. Me hago
muchas preguntas sobre las reformas normativas laborales que se están operando
en estos países, con mayor o menor intensidad: ¿respetan el marco
constitucional? ¿Debilitan la cohesión social por el desprecio hacia las
fórmulas pactadas de solución de las discrepancias, es decir los acuerdos entre
los agentes sociales? ¿Tienden a devolver al Derecho del Trabajo a un papel
residual como el que tenía en sus orígenes, con la importante diferencia que
hace muchos años el Derecho del Trabajo fue fortaleciéndose y ahora estaría
debilitándose? ¿Qué impacto para la cohesión social puede tener la “cultura del
miedo” que parece estar instaurándose en una parte no menospreciable de la
población trabajadora?
Refiriéndome de
manera específica a España ¿qué impacto tiene en la calidad del sistema
político y la cultura democrática el hecho de que se hayan dictado 27 Reales
Decretos-Leyes desde la toma de posesión del nuevo gobierno? ¿Qué papel juega
el Parlamento en la actualidad?
Hay que reflexionar
sobre cómo hemos de atender los laboralistas, en la acepción más amplia de la
palabra y que engloba a todos los estudiosos y prácticos del mundo del trabajo
a las nuevas realidades del mundo laboral y a la composición cambiante del
mundo del trabajo: empleados; desempleados, con o sin prestaciones;
trabajadores por cuenta ajena, autónomos, funcionarios; jóvenes, adultos,
tercera edad; españoles o comunitarios y extracomunitarios; hombres y mujeres;
personas que trabajan en la economía regular o irregular; personas que trabajan
en el centro de trabajo y otras muchas que lo hacen a distancia, etc. ¿Cómo se
enfrenta el mundo sindical, y también las empresas, a esta cambiante realidad
del mundo del trabajo? ¿Se ha prestado demasiada importancia a la cuestión
salarial y se han dejado de lado durante demasiado tiempo asuntos tan
importantes como las políticas de formación, por ejemplo? Un Informe de laFundación Alternativas, elaborado por los profesores Carmen García-Olaverri y
Emilio Huerta sobre “Los sindicatos españoles: voz e influencia en las
empresas”, pone de manifiesto que la agenda sindical en las empresas españolas
“ha tenido un fuerte componente reivindicativo centrado en el espacio de la
remuneración y salarios para los trabajadores, mientras que otras variables
relativas a pretensiones más vinculadas con la formación, información,
eventualidad o medidas de conciliación han desempeñado un papel relevante”.
4. ¿Cómo
afectará la reforma laboral española a las competencias autonómicas en materia
laboral y de empleo? ¿Cuál es la realidad de mundo laboral, y más concretamente
del mundo jurídico: aquella que explicamos habitualmente al alumnado, o la que
algunos de ellos te plantean después de la clase al preguntar sobre un problema
concreto y que demuestra que las normas laborales no se aplican en muchas
ocasiones, o se aplican de la forma y manera que decide sólo una de las partes,
el empleador?
Son preguntas,
interrogantes y reflexiones para seguir debatiendo, pero no sólo para ello sino
también para hacer propuestas a fin de avanzar hacia una sociedad más justa y
cohesionada, probablemente lo contrario de aquello que algunas políticas económicas
y sociales actualmente en boga pretenden. El camino no es fácil, pero les puedo
asegurar que era mucho más difícil el de los primeros luchadores por los
derechos sociales en el siglo XIX…y con sangre, sudor y lágrimas lo
consiguieron. Espero y deseo que ahora también sea posible, pero mejor sólo con
sudor y sin sangre ni lágrimas.
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