lunes, 13 de noviembre de 2023

Reflexiones sobre mi estancia en la Universidad de Girona (1992-2007), y sobre el Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.

 Nota previa. 

Reproduzco en esta entrada del blog la primera parte de la conferencia pronunciada el 9 de noviembre en la Facultad de Derecho de la Universidad de Girona, con motivo del homenaje  que me dedicó por mi jubilación académica a partir del 1 de septiembre. Dicha parte esta dedicada justamente, como indica la primera parte del título, a reflexionar sobre los momentos y contenidos más relevantes de mi vida académica en la UdG durante quince años.

El texto completo de la conferencia se encuentra disponible en este enlace  . Además, en el vídeo de la Jornada   se recogen todas las intervenciones instituciones y de las y los ponentes que participaron en este, a quienes ahora aprovecho para darles las gracias una vez más por su asistencia y por sus amables palabras hacia mi persona.  

Buena lectura. 


Mis primeras palabras en este acto han de ser, obviamente, de agradecimiento a la Universidad de Girona por haber organizado esta jornada con motivo de mi jubilación académica a partir del 1 de septiembre de este año.

Este agradecimiento he de personificarlo en la persona del profesor Ferran Camas Roda, Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de esta Universidad, que se incorporó a la UdG conmigo en octubre de 1992, año de los Juegos Olímpicos, quien lo ha  organizado con sumo detalle y que, por ello, ha permitido que podamos escuchar a cualificadas y cualificados miembros del mundo jurídico laboralista, y también a profesionales del Derecho que desde su actividad diaria tratan de conseguir que el mundo de las relaciones de trabajo sea más ordenado, más solidario y permita reconocer derechos (que no son en modo alguno incompatibles con obligaciones que surgen en las relaciones de trabajo, tanto individuales como colectivas), además de respeto, a las personas trabajadoras.

Por supuesto, quiero agradecer el loable esfuerzo de la Sra. Andrea Cano en la preparación técnica de esta Jornada y la difusión de la misma a través de la página web creada al efecto.

Agradezco muy sinceramente la presencia del decano de la Facultad de Derecho que acoge este acto, profesor Albert Ruda González, miembro de la promoción 1994-1997 y al que tuve la suerte de impartir docencia en los “módulos prefabricados” de Fontajau.

Muy especialmente, deseo también manifestar mi satisfacción por la celebración de la Jornada en la Sala de Actos que lleva el nombre de una persona que defendió durante muchos años los derechos constitucionales y que, quizá por ello, fue asesinado. Saben que me refiero al que fuera presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente. El mismo día de su asesinato, el 15 de febrero de 1996, a las 10:48, a manos de un pistolero de ETA que simuló ser un alumno, escribí un artículo en el Diari de Girona, en el que colaboro habitualmente desde mayo de 1993, proponiendo, en mi condición de decano, que la futura Sala de Grados de la Facultad Derecho tuviera su nombre: Por ello estoy orgulloso de celebrar este acto en una Sala que representa los valores jurídicos de respeto al Estado Social y Democrático de Derecho que está plasmado en el art. 1 de nuestra Constitución.   

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La celebración de este acto me ha obligado, y lo he hecho con mucho gusto, a refrescar mi memoria y a repasar el currículum académico, para poder hablarles de mi actividad en esta Universidad, creada por la Ley 30/1995 de 30 de diciembre, que incluía la entonces denominada Facultad de Ciencias Jurídico-Económicas, y que más adelante se convertiría en Facultad de Derecho, tras la separación de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.

Dicho currículum pone de manifiesto que me incorporé, en comisión de servicios cuando era aún profesor titular de la Universidad de Barcelona, el 1 de octubre de 1992, si bien ya recuerdo con agrado que la primera reunión, para planificar el curso académico 1992-1993 se celebró el 10 de julio (la fecha puede ser errónea, pero no creo que tenga mayor importancia que fuera unos días antes o después),  donde tuve la oportunidad de conocer a mis nuevos compañeros y compañeras, junto con la presencia de otros profesores y profesoras que también se incorporaban provenientes de la UB.

Por cierto, de dicha reunión, y a partir de la propuesta del entonces decano, profesor Luís María Pérez Herrero, surgió mi nombramiento como vicedecano desde la fecha oficial de mi incorporación a la UdG.

No querría tampoco dejar de agradecer en este acto el interés que manifestó el profesor Miquel Martín Casals por mi incorporación a la UdG y el esfuerzo que puso, con resultado positivo, para que pudieran convocarse rápidamente varias cátedras de universidad para el profesorado, tanto del ya presente con anterioridad como de las nuevas incorporaciones, a fin y efecto de potenciar la actividad docente e investigadora en nuestra Facultad.

La comisión de servicios duró hasta el 15 de diciembre de 1993, siendo nombrado Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, tras la celebración de la preceptiva oposición el 25 de octubre de dicho año, el 16 de diciembre, habiéndose extendido en el tiempo hasta el 16 de diciembre de 1997. En este año, y tras haber estado tres meses en comisión de servicios en la UAB, fui nombrado catedrático de esta Universidad, tras la celebración del preceptivo concurso el 10 de diciembre, el día 17 de dicho mes.

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En mi actividad académica, impartí docencia teórica y práctica de DTSS a muchos grupos de la, primeramente, Facultad de Ciencias Jurídico-Económicas, y, después, Facultad de Derecho.

Permítanme decirles que fue una grata sorpresa encontrarme el primer día del curso 92-93 con un número de alumnas y alumnos que no superaba la treintena, es decir un grupo con el que se podía hablar y debatir sobre la temática de cada sesión. Acostumbrado a impartir docencia para más de 150 alumnas y alumnos en el aula 15 del edificio ilerdense de la Facultad de Derecho de la UB, siendo tres los grupos de clases (matriculados más de 1.000 alumnos y alumnas) y a cargo también de los profesores Francisco Pérez Amorós y Vicente Martínez Abascal, pueden fácilmente comprender que el cambio fue radical y que por supuesto me obligó a una readecuación de mi actividad docente.  

Igualmente, eran realmente muy tranquilos los cursos de tercer ciclo, de preparación al doctorado, que versaron sobre la protección de los derechos fundamentales laborales (1993-1995), Análisis del Derecho del Trabajo comparado (1996-1997 y 1998-1999), Análisis de los nuevos fenómenos y realidades del Derecho del Trabajo (2000-2011), y la jurisprudencia laboral del Tribunal Constitucional (2001-2002, 2002-2003, 2004-2005 y 2006-2007).

En mi actividad de gestión de la UdG, y más concretamente en la Facultad de Ciencias Jurídico-Económicas y, después, la Facultad de Derecho, fui vicedecano desde el 1 de octubre de 1992 hasta el 8 de junio de 1994, siendo nombrado posteriormente decano el 9 de junio, permaneciendo en el cargo, tras una renovación, hasta el 2 de marzo de  2000, fecha en la que asumió el cargo el profesor, y muy buen amigo, José Luis Linares Pineda, catedrático de Derecho Romano y con quien me unía una buena amistad desde que compartíamos “pasillo” en el tercer piso del edificio ilerdense de la Facultad de Derecho de la UB por estar nuestros despachos casi unidos.

Durante mi etapa de decano tuve la suerte de poder inaugurar la Facultad de Derecho en este campus de Montilivi el 4 de octubre de 1999, con ocasión de la inauguración del curso académico 1999-2000, si bien el acto formal e institucional de inauguración de la Facultad se llevaría a cabo el mes de mayo de 2000, ya bajo el mandato decanal del profesor Linares.

La etapa decanal tuvo muchas luces y algunas sombras. Creo que siempre es mejor quedarse con todo lo positivo que tuvo, que fue mucho, y agradecer su dedicación al profesorado que formó parte, en la primera y segunda etapa, del equipo de gobierno de la Facultad, profesoras Francina Esteve y Maribel Narváez, y profesores Ignacio Farrando, Josep Solé, Xavier Arbós, Josep Juan Moreso, Hernán Hormazábal y Ramón Paniagua (y pido disculpas si me dejo a alguna persona).

Además, he de reconocer que mi tarea de gestión no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de quienes formaban parte del equipo de administración de la Facultad y que contribuyeron de forma inestimable a que todo se desarrollara con el máximo rigor y profesionalidad, además por supuesto de tener que aguantar mis estados de ánimo, ciertamente cambiantes en función de cómo avanzaba el proceso de construcción de la nueva Facultad de Derecho. Es obvio que me refiero a la secretaria del decanato, Sra. Marta Clusells Perafita, la responsable de gestión académica, Sra. Ángels Lara Escamilla, y la responsable económica, Sra. Sílvia Oliveras i Casadellà. 

Tuve pues la oportunidad de celebrar como decano el acto de graduación de la primera promoción de Derecho de a UdG en 1994, contando con la presencia en el acto, como conferenciante, del entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Guillem Vidal Andreu (tristemente fallecido el 23 de marzo de 2007), y con lógica satisfacción por mi parte le dediqué el artículo “La primera promoció de Dret de la UdG” en la edición del Diari de Girona del 22 de mayo de dicho año.  

Con ocasión de la celebración del acto de graduación de la promoción de 2019, es decir veinticinco años después de la primera, tuve la oportunidad de responder a las preguntas formuladas por el DdG y quedar después plasmadas en un artículo publicado en mi blog el 6 de julio de dicho año, y de la que me permito reproducir dos preguntas y dos respuestas.

“¿Qué aspectos de la formación docente considera esenciales en una Facultad de Derecho? ¿Qué destaca de la de Girona?

El espíritu crítico, el aprendizaje de los valores del esfuerzo, del diálogo, del compartir y de la solidaridad. Durante mi etapa como decano, y hasta que impartí docencia en la Udg (curso 2006-2007) traté de inculcarlos, como ya lo había hecho antes en la Universidad de Barcelona y actualmente en la Universidad Autónoma.

Valóreme su etapa como Decano de la facultad de Derecho de la UdG.

Muy positiva. Fue un aprendizaje acelerado de cómo gestionar una Facultad que se ponía en marcha, en una Universidad también en plena fase de consolidación, y donde todo el mundo dejó su huella para conseguir, y logramos, que la sociedad gerundense tuviera unos estudios de Derecho de mucha calidad”.

Una vez finalizada mi etapa decanal, no dejé de tener responsabilidades académicas, ya que poco después, y tras la aprobación pertinente por los órganos de gobierno de la UdG, fui nombrado coordinador de los estudios de la licenciatura de ciencias del trabajo desde el 28 de marzo de 2002 hasta el 30 de junio de 2004. Desaparecida más adelante, en los procesos de reestructuración de los diferentes estudios en esta Facultad, sería para mí una gran satisfacción que pudieran recuperarse los estudios de Relaciones Laborales, y estoy seguro que tanto el profesor Ferran Camas como el actual decano, profesor Albert Ruda, están poniendo, y lo seguirán haciendo, todo su empeño para que ello sea posible.

Y como supongo que el “gusto” de la gestión académica no había desaparecido, formalicé mi candidatura a la dirección del Departamento de Derecho Privado, ocupando el cargo, tras mi nombramiento, desde el 9 de junio de 2004 hasta el 30 de junio de 2007. Incidentalmente, deseo señalar que la normativa universitaria entonces vigente sobre creación de departamentos propiciaba que estos pudieran tener una composición, y una denominación, bien distinta, según cual fuera el profesorado de cada área de conocimiento, y me permito poner el ejemplo que viví directamente: como digo, en la UdG fue director del Departamento de Derecho Privado, en el que se incluía el área de DTSS, mientras que en la UAB fui director (desde noviembre de 2014 a noviembre de 2018) del Departamento... de Derecho Público y Ciencias Historicojurídicas, en el que también se incluía la unidad docente de DTSS.

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Fue una gran satisfacción haber dirigido, durante mi etapa académica en la UdG, diversas memorias de grado de licenciatura y tesis doctorales.

Si me refiero primeramente a las memorias, hay que destacar la del profesor Ferran Camas, el 15 de noviembre de 1995, sobre los despidos nulos en fraude de ley, una temática que nunca ha perdido relevancia jurídica y que la ha adquirido si cabe aún más con la regulación de la prohibición de despidos durante la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 y más adelante con la entrada en vigor de la Ley 15/2022 de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y no discriminación.  

En la misma fecha era leída, obteniendo la máxima calificación de excelente por unanimidad, al igual que la de profesor Ferran Camas, la memoria del profesor Ignasi Camós Victoria, “La relación de causalidad en la configuración jurídica de las contingencias profesionales (el accidente de trabajo y  la enfermedad profesional), igualmente una temática que nunca ha perdido actualidad y mucho más con ocasión de los cambios en los modelos organizativos empresariales, incluyendo el desarrollo del trabajo a distancia que ha experimentado un importante crecimiento, aun cuando ralentizado en los últimos tiempos, a partir de la crisis sanitaria desde marzo de 2020.

Además de las memorias del profesor Joaquím Velayos, del magistrado Ramón Gimeno y la estudiante Gilda Mariela Carleo, debo subrayar la importancia de la defendida por la Inspectora de Trabajo y Seguridad Social Mercedes Martínez Aso, en la actualidad Consejera de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social en Suiza, con acreditación en Austria y Liechtenstein, cuyo título era “La actuación preventiva de la ITSS: modalidades de actuación inspectora”, el 6 de octubre de 2005 y que también mereció la máxima calificación.

Si entramos en el capítulo de tesis doctorales que dirigí durante mi etapa en la UdG, la satisfacción es también muy grande, tanto por la calidad de la mismas como por haber obtenido todas ellas la máxima calificación de cada tribunal, contando con la presencia en estos de grandes maestros y maestras de la doctrina jurídica laboralista, y permítanme que referencie a quienes fueron presidentes del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo-Ferrer, y María Emilia Casas Baamonde.

Por orden cronológico fueron las siguientes:

María Casajuana Palet, en aquel momento secretaria de juzgado de lo social y en la actualidad Magistrada de Trabajo en Barcelona: "La nulidad de actuaciones y su incidencia en el proceso laboral.  Estudio jurisprudencial” (21 de junio de 1999)

Ferran Camas Roda, "La obligación empresarial de seguridad en el marco de la relación laboral” (21 de diciembre de 2019)

Ignasi Camós Vitoria, en aquel momento profesor de DTSS de la UdG y en la actualidad Director del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, “La configuración de la pensión de jubilación en el régimen contributivo de la Seguridad Social” (15 de diciembre de 2000)

Josep Maria Fusté i Miquela, actualmente profesor de la UAB, “La participació dels representants del treballadors en els acomiadaments col.lectius” (20 de abril de 2001), codirigida con el profesor Francisco Pérez Amorós, y que mereció el “Premi Duran i Bas de Dret 2003”. 

Joaquim Velayos Solé, profesor de la UdG. “Els valors límits d’exposició profesional i límits biològics per a agents químicis en l’ambit de treball, mesura i control. Evolució de la normativa sobre el plom i la seva incidencia en els accidents laborals i malalties professionals en la indústria cerámica” (21 de julio de 2003)

Ramón Gimeno Lahoz, magistrado de Juzgado de lo Social en Girona y actualmente integrante de la Sala Social del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria; “La presión laboral tendenciosa (Mobbing)”. (10 de diciembre de 2005).

No querría olvidar en esta síntesis de mi vida profesional en la UdG la importancia que tuvo mi nombramiento como director de la Cátedra de Inmigración, Derechos y Ciudadanía, desde noviembre de 2001 a abril de 2008, pasando después a desempeñar ese cargo, con singular acierto, el profesor Ferran Camas. Durante mi mandato llevamos a cabo varias jornadas de trabajo sobre la inmigración y prestamos especial atención a la problemática laboral, que si entonces ya empezaba a ser importante, ahora lo es mucho más, y baste resaltar el dato de ser la población extranjera afiliada a la Seguridad Social (2.683.937) el 12,89 % del total de la afiliación, 20.817.657, con una participación destacada en el IV Congreso sobre la inmigración en España, que se celebró en Girona el año 2004.

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No menor fue la satisfacción de haber sido nombrado por la Generalitat de Catalunya árbitro, por Resolución de 3 de noviembre de 1994 del Director General de Relaciones de Trabajo del Departamento de la Generalitat, en los procesos electorales para elegir a representantes en el seno de las empresas, coloquialmente conocidas como “elecciones sindicales”, habiendo dictado 90 arbitrajes hasta el 30 de abril de 2000, fecha de finalización de mi actividad como árbitro.

En esta tarea tuve la fortuna de coincidir con dos Inspectoras de Trabajo y Seguridad Social, Mercedes Martínez Aso y Encarnación Cerro Monge, compartiendo nuestros conocimientos y aprendiendo mucho por mi parte de su experiencia directa, “en el tajo” de las relaciones de trabajo en las empresas. Desde luego, no podía imaginarme, por poner solo un ejemplo, lo complejo que iba a resultar dictar arbitrajes en los procesos electorales en el sector de la pesca, y que tuviera que levantar acta un notario, a primera hora del día, del número de personas que trabajaban en una barca de pesca y quiénes tenían la condición de trabajadores, algo que evidentemente hubiera sorprendido mucho a mi suegro en su condición jurídica de notario en un período en que la actividad notarial pudiera ser calificada de más elitista; como también le sorprendería mucho, no así en el caso de notarios y notarias más jóvenes, que haya llegado al Tribunal de Justicia de la Unión Europea una petición de decisión prejudicial presentada por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Madrid (asunto C-583/21), cuya sentencia será dictada el 16 de noviembre, en la que se plantea la siguiente cuestión: “¿Resulta aplicable el artículo 1,1,a) de la Directiva 2001/23[CE del Consejo], de 12 de marzo [de 2001], sobre aproximación de las legislaciones de los Estados miembros relativas al mantenimiento de los derechos de los trabajadores en caso de traspasos de empresas, de centros de actividad o de parte de empresas o de centros de actividad, y por tanto el contenido de la Directiva, a un supuesto en el que el titular de una Notaría, funcionario público que a su vez es empresario privado del personal laboral a su servicio, regulada esa relación como empleador por la normativa laboral general y por Convenio Colectivo de sector, que sucede en la plaza a otro anterior titular de la Notaría que cesa, asumiendo su Protocolo, que continúa prestando la actividad en el mismo centro de trabajo, con la misma estructura material, y que asume al personal que venía trabajando laboralmente para el anterior Notario que era titular de la plaza?”

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Por fin, quería saber qué parecer tenía el chat GPT de este acto y de mi estancia en la UdG, pero me he llevado una decepción, que al mismo tiempo demuestra que incluso la mejor tecnología tiene límites. Le pregunté “¿Qué sabes de la actividad académica del profesor Eduardo Rojo Torrecilla durante su estancia en la Universidad de Girona?, y su respuesta fue la siguiente: “Hasta mi última actualización en 2022, no tengo información detallada sobre la actividad académica específica del profesor Eduardo Rojo Torrecilla en la Universidad de Girona. Sin embargo, Eduardo Rojo Torrecilla es conocido por su destacada labor en el campo académico y por sus contribuciones a la investigación en áreas como la lingüística y la filología. Ha publicado numerosos trabajos y ha participado en conferencias y seminarios en diversas instituciones académicas. Si estás interesado en obtener información más detallada sobre su actividad académica específica en la Universidad de Girona, te recomiendo buscar en la página web de la universidad o en su departamento académico correspondiente. También podrías encontrar información relevante en su perfil profesional, investigaciones publicadas y proyectos en los que haya participado”. Dicho con un refrán castellano, “para este viaje  no se necesitan alforjas” (la negrita es mía).






2 comentarios:

Glòria Samblàs González dijo...

Gràcies, a tu, Eduardo, per tant que ens has donat i compartit!!! ha estat un orgull tenir-te a la Facultat de Dret de Girona.

Eduardo Rojo dijo...

Moltes gràcies Glòria per les teves molt amables paraules.