martes, 1 de noviembre de 2022

Notas sobre el empleo a escala mundial. Las luces y las sombras en la 10ª edición del Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo.

 

1. La OIT publicó el 31 de octubre la décima edición https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/briefingnote/wcms_859264.pdf   de su Observatorio sobre el mundo del trabajo, puesto en marcha el 18 de marzo de 2020 y cuya primera edición estuvo dedicada, como era fácil suponer a “El COVID-19 y el mundo del trabajo: Repercusiones y respuestas”   .

En este enlace  pueden consultarse los diez informes publicados durante dos años y medio, y conocer cómo ha ido evolucionando a escala mundial la crisis y cuáles han sido sus secuelas, así como también el proceso de recuperación experimentado fundamentalmente por los países desarrollados, aun cuando las sombras siguen existiendo, y mucho más tras el inicio del conflicto bélico provocado por la invasión rusa de Ucrania, habiendo aumentado, o habiéndose reavivado, las preocupaciones por su impacto sobre la lentitud en la creación de empleo y el incremento del desempleo y las desigualdades, tanto entre Estados como en el interior de cada uno de ellos, con especial impacto sobre los colectivos más vulnerables.

No es, pues, casualidad que la decima edición del Observatorio lleve por título “La recuperación del mercado de trabajo a escala mundial se ve dificultada por múltiples crisis”. Especial preocupación se manifiesta por un dato que la realidad económica ha puesto sobre el tapete en la mayor parte de países y que amenaza seriamente la cohesión social si no se adoptan medidas para su corrección, cuál es la afectación negativa sobre los salarios de una inflación elevada y persistente, que provoca muchas dificultades para que las personas trabajadoras puedan, no ya mejorar sino simplemente mantener, su poder adquisitivo, algo que conlleva, se apunta con toda claridad, “una situación de mayor pobreza y desigualdad”

2. La primera parte del Informe está dedicada al análisis de los datos globales a escala mundial, mientras que la segunda está dedicada monográficamente a los efectos el mercado de trabajo de Ucrania, y las medidas de respuesta que se han instrumentado, por la invasión rusa, y cerrándose con una “mirada hacia el futuro”, con propuestas para afrontar “múltiples crisis”

3. En la nota deprensa de presentación del Informe  , en la que se sintetizan los principales resultados, se prevé que la situación del mercado de trabajo mundial “siga empeorando a raíz de la prolongación del conflicto en Ucrania, entre otras crisis”, alertando, como acabo de indicar, sobre los riesgos de que el desempleo y la desigualdad “aumenten como consecuencia de las múltiples crisis económicas y políticas actuales que ponen en riesgo la recuperación del mercado de trabajo en todo el mundo”.

La preocupación por los datos recogidos en el Informe se constata en las palabras del muy recientemente nombrado Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo , que propone, “utilizar un amplio conjunto de instrumentos políticos, entre los que cabe destacar la intervención en el precio de los bienes públicos, la reorientación de beneficios extraordinarios, el fortalecimiento de la seguridad en materia de ingresos mediante protección social, el aumento de las ayudas para garantizar ingresos y la orientación de ayudas a las personas y las empresas más vulnerables”.

4. Si concretamos las preocupaciones del máximo foro mundial de índole laboral, nos encontramos en primer lugar con una reducción de la cantidad de horas de trabajo en el tercer trimestre de este año, yendo hacia atrás con respecto al proceso de recuperación iniciado a principios de 2022 con respecto a las cifras anteriores a la pandemia, que ha ido acompañado, o más exactamente habría que decir que mal acompañado, de una ralentización en la disminución de la brecha de género.

El dato global es este: “en el tercer trimestre de 2022 la cantidad de horas de trabajo fue un 1,5 por ciento inferior al nivel registrado en el cuarto trimestre de 2019 (nivel de referencia registrado antes de la crisis), situación equiparable a un déficit de 40 millones empleos a tiempo completo”.

El Informe achaca esta situación, básicamente a dos factores: de una parte, “la reintroducción de restricciones de salud pública y sus consiguientes efectos adversos en la economía y el mercado de trabajo en China”, y de otra “el conflicto bélico de Ucrania y la alteración del precio de la energía y los alimentos, que conllevó un aumento de la presión inflacionistas y una disminución del ritmo de recuperación del mercado de trabajo en todo el mundo”.

El Informe analiza las disparidades en materia de empleo, tanto entre países como en el seno de cada uno de ellos, en razón de las cualificaciones profesionales, constatándose la mejora de la proporción empleo – población registrada en economías desarrolladas con respecto a la situación anterior a la crisis sanitaria, siendo muy distinta la situación en países de ingresos medianos, en donde sigue habiendo relevantes déficits de empleo.

Si mejora la situación de los trabajadores altamente cualificados, ocurre lo contrario para aquellos de cualificación baja o media, poniendo de manifiesto el Informe que “en particular en los sectores de los servicios y las ventas..., sigue siendo peor que la registrada en el mismo (tercer) trimestre de 2019”. Existe, en suma, o más correcto sería decir que persiste e incluso aumenta, una polarización en el mercado de trabajo, “propiciada por el hecho de que los sectores más boyantes ofrecen más empleo de alta cualificación, al tiempo que los sectores menos dinámicos emplean a trabajadores de mediana o baja cualificación, lo que da lugar a un déficit persistente”.

5. Es bien conocido que uno de los grandes retos de la política de empleo, y de las medidas que se adopten al respecto, es conseguir reducir la informalidad, convirtiendo las relaciones de trabajo en “formales”, o lo que es lo mismo con regulación de derechos y obligaciones claramente definidos. Conviene recordar que la reuniónanual de la Conferencia Internacional del Trabajo de 2015   aprobó una importante Recomendación para facilitar el tránsito, habiendo sido calificada como “una histórica norma del trabajo para hacer frente a la economía informal   que servirá para apoyar los esfuerzos por ayudar a cientos de millones de trabajadores y unidades económicas a pasar de la informalidad a la economía formal”.

Pues bien, en el último informe del Observatorio se constata que el crecimiento del empleo ha sido impulsado por aquel de carácter informal, con una mayor presencia en este de las mujeres, con la previsión de que durante el año en curso el nivel de empleo informal aumente al mismo ritmo que el formal, con especial impacto en los países de ingresos bajos o medianos-bajos, “lo que dificultará la lenta pero ininterrumpida tendencia a la formalización constatada a lo largo de los últimos 15 años”.

¿Cuáles son las perspectivas para el mercado de trabajo? El término más utilizado en el Informe es el de “inciertas”, por los distintos riesgos existentes, siendo preocupante que el documento de una organización como la OIT que no es en modo alguno catastrofistas en sus análisis, que siempre van acompañados de datos y cifras que reflejan bien la realidad a escala mundial, alerte de que ya se está produciendo “una profunda desaceleración del mercado de trabajo”, y que partiendo de los datos disponibles y las tendencias actuales, “cabe prever una gran disminución del nivel de empleo a escala mundial para el cuarto trimestre de 2022”, concretada  en una importante disminución de la cantidad de ofertas de empleo y del aumento del nivel de desempleo.

Argumento, que se sustenta en la crisis de carácter político y sus innegables repercusiones de índole económica y social, que está manifestándose en “elevada inflación, restricciones en materia de política monetaria, aumento de la carga dela deuda, y disminución de la confianza de los consumidores”.

6. Antes estas sombras, y tras efectuar un amplio análisis de la situación en Ucrania y su repercusión en países limítrofes, qué medidas se han adoptado para intentar estabilizar su mercado de trabajo y qué perspectiva existen de cara al inmediato futuro, el Informe concluye con la formulación de diversas propuestas, no distintas por otra parte de las que se plantean en muchos países, que son calificadas como “enfoques exhaustivos, integrados y equilibrados para hacer frente a la inflación, al tiempo que se garantizan el empleo y los ingresos”, en las que debe jugar un papel importante, se resalta una vez más, el diálogo social. Y todas ellas, acompañadas de medidas de apoyo a los refugiados ucranianos para facilitar su rápida integración en el mercado de trabajo en los países de acogida, y en el marco de decisiones que se adopten desde el prisma de la solidaridad internacional tal como se reclama en el “Acelerador mundial para el empleo y la protección social para transiciones justas” de las Naciones Unidas   .

Por su interés, las reproduzco a continuación:

“Intervención para fijar el precio de bienes públicos, sobre la base del diálogo social.

Reorientación de beneficios inesperados (en particular, en el sector energético) para fomentar el empleo y garantizar los ingresos.

Aumentar la seguridad de ingresos mediante programas de protección social, incluida la revisión de prestaciones, en particular las pensiones, a tenor de la evolución del coste de vida.

Prestar mayor apoyo para garantizar los ingresos y mantener el poder adquisitivo de los ingresos por trabajo, a fin de evitar que más personas se encuentren en situación de pobreza o de inseguridad alimentaria, por ejemplo mediante ajustes salariales (aumento del salario mínimo o aplicación de medidas de negociación colectiva, entre otras)

Dirigir el apoyo a las personas y empresas más vulnerables a fin de evitar efectos adversos en grupos o sectores específicos, en particular por medio de medidas encaminadas a fomentar la creación de empleo y la protección social de las personas más afectadas, así como intervenciones para promover el desarrollo de competencias y políticas activas del mercado de trabajo (PAMT) que faciliten su transición y el apoyo a las empresas”.

Buena lectura.

 

 

 

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