martes, 30 de enero de 2018

Futuro del trabajo, economía de plataformas, inmigración laboral. Ante los cambios en las relaciones de trabajo. A propósito del I encuentro universitario de investigadoras, personas expertas y redes sobre el futuro del trabajo (I).



Introducción.
1. El próximo viernes, 2 de febrero, nos reuniremos en el campus de Getafe de la Universidad Carlos III un buen número de personas de diferentes ámbitos profesionales, interesadas sobre la temática de las relaciones de trabajo y muy especialmente de todos los cambios que se están operando, y de los que vendrán en el inmediato futuro, en las mismas.

Esta iniciativa interuniversitaria, que se enmarca en las actividades puestas en marcha por la Organización Internacional del Trabajo sobre el futuro del trabajo y que culminarán en la Conferencia internacional de 2019, año del centenario de su creación, tiene por finalidad, tal como puede leerse en la pagina web de la OIT, “promover la conformación de nodos de conocimiento sobre cada uno de los temas relacionados con el futuro del trabajo que permitan el intercambio de información y elaboración colectiva entre investigadores/as de forma interdisciplinaria y contribuir así al debate que se está dando”.

La amplitud y diversidad de la temática que será objeto de atención en los numerosos grupos de trabajo demuestra tanto el carácter pluridisciplinar del encuentro como el interés por abordar de forma transversal asuntos y problemas que afectan e interesan no sólo a una de las parcelas del conocimiento sino a varias, y baste ahora, por poner un ejemplo muy conocido, citar cómo afecta el debate, y su concreción en la realidad cotidiana, sobre la economía de plataformas y su afectación al derecho, la economía, o la gobernanza del trabajo.

La celebración de esta reunión es una buena excusa (no era ciertamente necesaria, pero no era cuestión tampoco de desaprovechar esta excelente oportunidad) para recordar que en los próximos meses se celebrarán varios congresos de ámbito internacional sobre la temática global del futuro del trabajo y de los que deseo dejar referencias en mi texto, sin olvidar el ya celebrado el pasado año en Madrid, la conferencia nacional tripartita sobre “El futuro del trabajo que queremos”,habiendo sido publicados recientemente los dos volúmenes que recogen todas lasintervenciones institucionales  y las muyricas y varias aportaciones de la doctrina científica universitaria, con gran presencia del mundo laboralista.

Por ello, recordaré en la primera parte de este texto cuáles son su contenido y algunas de las finalidades que, según la organización de cada uno de ellos, se pretende lograr con su celebración, para poner de manifiesto la importancia que está adquiriendo a escala internacional, sin duda como consecuencia del impulso dado por la OIT, el debate sobre los cambios en el mundo del trabajo, influenciados por la tecnología, la demografía o la globalización.

No sólo son los congresos los que abordan los cambios que se dan en el mundo laboral, sino que también son objeto de atención en reuniones de trabajo de foros internacionales, como la OCDE, en grupos pluridisciplinares de expertos en ámbitos nacionales, como la Comisión creada en Alemania, o en estudios de campo sobre la realidad de las empresas tecnológicas, como el recientemente llevado acabo por la profesora Mari Luz Rodríguez y el profesor Daniel Pérez del Prado. También deben merecer algunas referencias concretas en esta entrada y serán objeto de mi atención en la segunda parte.

El futuro del trabajo y el impacto de la tecnología, es decir principalmente de cómo afectan los procesos de digitalización y robotización de actividades productivas, tanto sobre las personas trabajadoras como sobre sus concretas condiciones de trabajo, está mereciendo especial atención por parte de la doctrina laboralista en revistas especializadas. Más aún, la economía de plataformas (prefiero este término al más habitualmente utilizado de economía colaborativa porque creo que muchas de las empresas que suelen incluirse en los análisis no tienen precisamente la nota de colaboración entre los sujetos implicados en su ADN) cada vez está siendo objeto de mayor interés por la joven (utilizo esta término en un sentido bastante amplio o flexible) doctrina iuslaboralista, como lo prueban igualmente los numerosos artículos publicados en los últimos tiempos, de los que aquellos que he seleccionado para referenciar son sólo evidentemente una pequeña muestra y que no implican en modo alguno que no haya otros del mismo valor en otras revistas y publicaciones.  La tercera y cuarta parte prestarán atención a esta problemática.

En fin, en todos nuestros debates la problemática de la inmigración aparece de forma recurrente, con toda razón ya que el fenómeno migratorio forma parte indisoluble de la realidad económica y social de nuestro tiempo, como lo ponen de manifiesto los informes periódicos de la OIT y de otros foros internacionales, y desde luego en España no es en modo alguno, ni mucho menos, una excepción. Por ello, también dedicaré un apartado, el quinto, de este texto a algunas recientes aportaciones de índole  internacional y europeas, y a la aportación de datos estadísticos recientes sobre la situación en España, tanto por lo que respecta a la problemática estrictamente laboral como por lo que respecta a los datos más generales disponibles sobre la presencia de personas extranjeras, comunitarias o extracomunitarias, en nuestro país.

2. El Sr. Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT para España, estuvo en la Universidad Autónoma de Barcelona el 24 de enero, para la firma, con la rectora de la UAB, Dra Margarita Arboix, de un memorando de entendimiento, promovido por la Facultad de Derecho, para poner en marcha nuevas colaboraciones entre ambas instituciones. En una entrevista publicada en la página web de la UAB el día25, el director formula manifestaciones de indudable interés sobre el cambio tecnológico, los procesos migratorios, y sus influencias sobre el mundo del trabajo, que reproduzco a continuación por su directa y muy estrecha relación con los debates que tendrán lugar en la reunión de 2 de febrero.

“P. La tecnología parece avanzar más rápido que nuestra capacidad de adaptar el mercado de trabajo. ¿Es así?

R. Siempre ha sido así. Las revoluciones tecnológicas siempre han determinado las formas de producción y estas han influido en las formas del trabajo. Crean riesgos, pero también oportunidades. Un ejemplo: ahora mismo, una de las características del trabajo que viene de la mano de la digitalización es que está cada vez más fragmentado. Y la fragmentación ha llevado a las cadenas mundiales de suministro: ya hay más de 600 millones de trabajadores en ellas. Esta manera de trabajar establece riesgos porque a menudo se traslada la producción a países donde no se respeta los derechos laborales, o hay trabajo infantil, o hay trabajo forzoso ... Pero, al mismo tiempo, tenemos la oportunidad de influir sobre el conjunto de la cadena. Ya se ha firmado unos 200 acuerdos entre empresas multinacionales y federaciones sindicales mundiales, acuerdos que tratan de garantizar que, a lo largo de todo el proceso productivo, se cumple un mínimo de derechos laborales.

P. En el siglo XIX, fue el fenómeno del ludismo, pero ahora parece más preocupante el problema del racismo y el recelo contra los inmigrantes entre las clases trabajadoras. ¿Cómo podremos detener este problema a largo plazo?

R. Es una cuestión muy importante para que las tendencias demográficas, en un mundo muy desigual como este, están provocando unos movimientos migratorios impresionantes. Hoy hay 250 millones de migrantes en el planeta. La mayoría de las migraciones son laborales, pero también hay millones de refugiados, y hay una nueva fuente de migraciones forzadas que es el cambio climático (fenómenos climáticos extremos que generan sequía, hambre, pérdida de hogares ...). Los 250 millones de migrantes son el doble de los que había a principios del siglo XXI y la mitad de los que habrá de aquí a quince años. Es decir, vamos a un mundo con quinientos millones de migrantes que requerirán respuestas laborales e influirán en los mercados de trabajo. Gestionar esto de una manera inclusiva es una condición sine qua non para tener convivencia social”

3. Una última observación en esta introducción: el artículo no es, como fácilmente podrá comprobarse a continuación de índole doctrinal, sino sólo de ordenación y recopilación, con alguna reflexión propia cuando lo he considerado necesario, de toda la documentación que he seleccionado.
Además, y en atención justamente a que se trata de un artículo que versa sobre el futuro del trabajo y la influencia en el mismo de la tecnología, he tratado de que todos los textos referenciados dispongan de acceso abierto en la red para su libre acceso por parte de todas las personas interesadas, y creo que, con algunas excepciones que obligarán a los lectores y lectoras a acceder por otras vías a las publicaciones, que así lo he conseguido.

4. Y para acabar, ahora ya sí, me permito reproducir un breve artículo que publiqué en la página web de la Comunidad Cielo Laboral en 2016, titulado “Mundo laboral: aprenderdel pasado, cambiar el presente, mirar hacia el futuro”, porque creo que sigue siendo plenamente válido y que encaja perfectamente con los debates que tendrán lugar el próximo viernes en la UC3M y por supuesto también en los próximos congreso y reuniones internacionales.

“Aprender del pasado. Durante mucho tiempo a lo largo de toda la historia no existieron las relaciones laborales, no existió el marco normativo laboral y de protección social tal como lo entendemos en la actualidad, pero sí hubo muchas, muchísimas, personas que pusieron su fuerza de trabajo a disposición de otras que se lucraron con su actividad. La explotación acelerada de gran parte de la población desplazada a las fábricas llevó a la organización del movimiento obrero y a la creación de organizaciones sindicales para la protección y defensa de los (entonces casi inexistentes) derechos de los trabajadores. Nuestros antepasados contemplarían hoy con orgullo cómo ha cambiado el mundo del trabajo y cómo la regulación de derechos en materia de tiempo de trabajo, por ejemplo, es considerado como el ADN de una parte importante (no toda, ni mucho menos) de la regulación laboral. Sin su lucha, en condiciones muy difíciles y que podía implicar penas de prisión, despidos fulminantes y aparición en “listas de trabajadores indeseables”, el mundo del trabajo muy probablemente no sería el que es en la actualidad. Aunque cada vez hay menos tiempo en las actividades docentes para explicar cuál es la historia del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, nunca convendrá olvidar el pasado, aunque sólo sea para saber que el presente encuentra gran parte de su origen en aquel.

Cambiar el presente. Y entonces, si tanto hemos cambiado y hemos mejorado en poco menos de dos siglos, me preguntarán por qué hemos de cambiar el presente. Pues porque el mundo del trabajo es extraordinariamente dinámico y mucho más desde que la introducción de la tecnología (no utilizo la expresión “nuevas tecnologías” porque esta hace sonreír, y con razón, a los jóvenes nativos digitales) ha posibilitado cambios extraordinarios en las relaciones entre el tiempo, el lugar y la prestación de trabajo. Si para muestra vale un botón, fijémonos en los numerosos congresos y reuniones que se celebran bajo el título de cambiar, pensar o repensar el mundo del trabajo, en los que se debate, discute y analiza el entorno productivo, la capacitación y aptitudes profesionales, el talento necesario para llevar a buen puerto un proyecto, o la adaptación de las condiciones de trabajo a una cada vez mayor diversidad en el seno de la población trabajadora, y así podríamos seguir con muchas más cuestiones que impedirían acabar mi artículo en la extensión requerida por esta revista. Cambiar el presente sí, y desde la certeza, datos estadísticos la avalan, de que sigue habiendo un elevado porcentaje de población que cada día, a través de las múltiples formas jurídicas existentes, por medio de vías regulares, irregulares o informales (¡cuántos estudios de la OIT hay al respecto, y qué útiles son para conocer la realidad mundial y no sólo la de nuestra pequeña parcela laboral en la que nos movemos diariamente!) vende su fuerza de trabajo, presta sus servicios para otros sujetos, empleadores, ya sean personas físicas o jurídicas, que retribuyen aquella prestación. Cambiar el presente es conseguir que las condiciones laborales respondan al reto de una población trabajadora, y empresarial, que se inserta en una realidad económica cada vez más global y que condiciona las decisiones productivas que se adoptan, y en donde no sólo el salario sino otras condiciones laborales como por ejemplo la formación, la posibilidad de conciliar adecuadamente vida propia y vida laboral, el ser “escuchado” y participar en la organización de tu trabajo, son cada vez más importantes. Y en esta tarea, sigue siendo necesaria la participación de los sujetos colectivos, de los agentes sociales, en suma, de las organizaciones sindicales y empresariales para regular en cada sector aquello que sólo puede hacerse de forma general en el ámbito político internacional, europeo y estatal.

Mirar hacia el futuro. No sirven, al menos para las personas de edad avanzada como es mi caso (educada expresión con la que la OIT se refiere a las personas de 55 a 64 años), las meras lamentaciones de aquello que existió en poco más de treinta años, desde el final de la segunda guerra mundial hasta mediados de los años setenta del pasado siglo XX, y que ha ido cambiando al hilo de opciones políticas claramente dirigidas a desmontar (aunque no lo hayan conseguido plenamente ni mucho menos) el estado de bienestar (en una parte minoritaria del planeta), y reclamar su recuperación. Mirar hacia el futuro es comprender que el mundo del trabajo debe atender a los retos antes apuntados y dar voz a todas las personas que tienen mucho que decir, en un marco de relaciones laborales que debería ser cada vez menos jerarquizado y más participativo, aunque sigan existiendo relaciones de trabajo subordinadas, que cada vez se combinarán más, que sea de forma voluntaria o involuntaria es otra cuestión, con proyectos emprendedores o de autoocupación puestos en marcha por jóvenes, y no tan jóvenes, que desean ser sujetos activos y no meramente pasivos de la vida económica y social. En este proceso, el Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social debe adaptarse, sin duda, para no perder sus señas de identidad, que no son otras que la protección y defensa de las personas más necesitadas de aquella y que siguen siendo muchas, muchos millones, en todo el planeta. Cobra importancia, cada vez mayor, el papel de las organizaciones internacionales y supraestatales, y cada vez es más necesaria la implicación de los agentes sociales a escala internacional.

Por consiguiente, aprender del pasado es necesario, cambiar el presente es una tarea obligada, y mirar hacia el futuro es algo que se impone por la fuerza de las cosas. Esperemos y deseemos que desde el mundo académico, en el que se inserta la red CIELO, se contribuya activamente a ello”. 

Primera parte. Referencia a diversas reuniones y congresos de próxima realización que debatirán (o que ya han debatido) las cuestiones referenciadas en el título.


Tal como se indica en el programa del Encuentro, los temas que serán abordados en los grupos de trabajo serán los siguientes: 
    “1.1. Cambio tecnológico [Impactos, riesgos y oportunidades de la digitalización y automatización]
    1.2. Evolución demográfica y tendencias migratorias [Efectos de la desigual evolución de la pirámide demográfica en los mercados de trabajo]
    1.3. Cambio climático y otros desafíos ambientales [Transición energética, empleos y nuevos modelos productivos, empleos verdes, economía circular]
    1.4. Trabajo, personas y organización social [Rol del trabajo para las personas y para la sociedad / tiempo de trabajo / trabajos remunerados y no remunerados y conciliación]
    2.1. Situación y perspectivas del trabajo decente [Principios y derechos fundamentales del trabajo / ODS / economía informal tradicional / salarios / salud laboral, etc.]
    2.2. Empresas y derechos humanos [Responsabilidad social empresarial, nuevos instrumentos de Naciones Unidas]
    2.3. Protección social y fiscalidad [Estado del bienestar, presente y futuro / Meta 1.3 de los ODS / nuevos sistemas renta básica universal/mínima/etc. / reformas fiscales para nueva protección social / fiscalidad verde / exclusión social y desigualdades]
    3.1. Cadenas mundiales de suministro
    3.2. Gig economy, crowdworking, uberización y otras formas análogas de trabajo
    3.3 Cooperativas y economía social
    4.1. Derecho del trabajo [Regulación de las nuevas formas de trabajo / Normas internacionales del trabajo / rol de la OIT]
    4.2. Diálogo social, negociación colectiva y transición justa
    4.3. Sindicatos
    4.4. Organizaciones empresariales”


En su presentación se afirma: “El imparable desarrollo digital, la constante y exponencial innovación tecnológica, la inteligencia artificial, la robótica, la impresión 3D, el Big Data y las nuevas – novísimas- tecnologías de la información y comunicación (NTics), con todo tipo de dispositivos informáticos, incluidos los teléfonos inteligentes de última generación y sus sofisticadas aplicaciones informáticas conectadas a Internet, son potentes factores que están confluyendo simultáneamente en una misma época y provocando cambios nunca antes vistos. En efecto, la coincidencia de todos estos elementos tecnológicos está generando una nueva manera de trabajar y vivir que se presenta como auténticamente disruptiva y que ya se designa como la “Cuarta Revolución Industrial”, la cual va a marcar el futuro del trabajo en el mundo, tal y como ya están reconociendo todos los organismos internacionales, entre ellos, la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”.

Los temas de estudio del Congreso versan sobre la innovación tecnología y su impacto en tres ámbitos de las relaciones de trabajo como son el empleo, el contrato individual de trabajo y las relaciones colectivas. En la presentación se explica que el impacto digital, calificado de revolucionario, puede abordarse desde los tres ámbitos reseñados, en los siguientes términos:

“El primero es el de “innovación tecnológica y su efecto en la creación o destrucción de empleo, en general”, esto es, los sectores económicos e industriales más afectados por el desempleo tecnológico o más beneficiados por las nuevas oportunidades de empleo que surgen, las nuevas formas de empleo derivadas de los referidos instrumentos informáticos de trabajo, las plataformas digitales como modelo de negocio, las nuevas competencias profesionales requeridas, las exigencias de formación de los nuevos trabajadores, la no discriminación en los empleos tecnológicos, la brecha digital, competencias y responsabilidad de las autoridades gubernativas y las Administración pública educativa en este ámbito y otros aspectos similares. También aquí se pueden analizar los efectos de la robótica en el empleo y la Industria 4.0 como modelos económicos futuros.

El segundo frente es el de “innovación tecnológica y su impacto en el contrato de trabajo individual”, lo que exige analizar aspectos novedosos y emergentes respecto del reequilibrio entre las posiciones de las partes contractuales en el ámbito digital: el ejercicio del poder de dirección del empresario frente a los derechos fundamentales del trabajador, como la privacidad, la libertad de expresión e información de los trabajadores y sus representantes legales y sindicales; el control de los trabajadores a través de sistemas informáticos avanzados (sistemas de geolocalización, microimplantes, programas informáticos espía), el secreto de las comunicaciones en el uso de las nuevas Tics en cuanto herramientas de trabajo; la protección de datos personales; los deberes de buena fe y no competencia contractual del trabajador a través de acciones desarrolladas con estos nuevos instrumentos informáticos. En este ámbito, también se examina el poder de dirección del empresario a la hora de determinar el tiempo de trabajo y descanso del trabajador, lo que se relaciona con el respeto a la vida privada, la conciliación y la salud de este. Aquí se abordarán aspectos como el derecho a la desconexión digital y la protección frente a los riesgos psicosociales, que velan por un trabajo decente. En fin, las nuevas aplicaciones informáticas, redes sociales y sus contenidos digitales (emails, WhatsApp y similares) también plantean dudas en el ámbito judicial, a efectos de su validez como medio de prueba electrónica, que conviene abordar.

Y el tercer frente es el de “innovación tecnológica y su impacto en las relaciones colectivas”. Cuando se trata de empleo, resulta necesario tener en cuenta los procesos de negociación colectiva y defensa de los intereses de los trabajadores, en los que los sindicatos y representantes legales de estos también se ven afectados por las nuevas tecnologías. Conviene analizar aquí el uso de estas como potencial instrumento sindical (reuniones virtuales, voto digital, huelga tecnológica) con sus límites, ventajas e inconvenientes”.


Según se explica en la presentación del Congreso, este es “una llamada a un debate internacional sobre las últimas tendencias y problemas en el cambiante mundo del trabajo, que reunirá a académicos y profesionales de todo el mundo para discutir temas relevantes de actualidad. El Derecho del Trabajo y los sistemas de Seguridad Social siguen siendo áreas de erudición y prácticas jurídicas interesantes, desafiantes y en rápido movimiento. El XXII Congreso Mundial de la SIDTSS promete ser un evento importante, inspirador y de colaboración. Se presentarán y debatirán los siguientes temas principales, que son el resultado de los siete grupos de investigación internacionales creados para este evento”.

De los siete grupos de trabajo (trabajadores informales, trabajadores migrantes, comercio mundial y trabajo, organización, productividad y bienestar en el trabajo, Convenios colectivos transnacionales, nuevas formas de Seguridad Social, y el papel del Estado y las relaciones industriales), deseo ahora destacar las referencias que se contienen a dos ellos, de especial relevancia a mi parecer para abordar el futuro del trabajo. Me refiero a los trabajadores migrantes, por una parte, y al papel del Estado y las relaciones industriales por otra.

Respecto de los primeros, el documento del Congreso expone lo siguiente: “Muchos factores han dado lugar a que la migración de personas adquiera una nueva y dramática dimensión: la globalización económica, las divergentes condiciones de trabajo y de vida en las distintas partes del mundo, los conflictos políticos y civiles en varias regiones que obligan a que grupos enteros se vean obligados a emigrar. La presión que están ejerciendo los distintos tipos de migración está afectando los estados nacionales y las comunidades en distintos niveles.

Se han realizado algunos progresos en la definición del estatuto jurídico de los migrantes, estableciendo las obligaciones generales a cumplir para respetar los derechos humanos básicos. Sin embargo, es necesario prestar mayor atención, teniendo también en cuenta la expansión de esta tendencia, a cuestiones como la elevada tasa de desempleo, el riesgo de explotación, la trata y la segregación social, la falta de protección social adecuada que hacen que los trabajadores migrantes sean más vulnerables que otros empleados.

Dicha vulnerabilidad y distorsión conlleva, entre otros efectos, la trata de trabajadores. Este fenómeno ha suscitado un renovado interés debido a las tendencias cambiantes en los flujos migratorios y en la globalización de la fuerza laboral.
  • El grupo de investigación debería conceder prioridad a algunos aspectos de las tendencias migratorias, en particular a los trabajadores migrantes.
  • Debe determinar cómo encontrar nuevas medidas nacionales e internacionales para regular el flujo de trabajadores migrantes a escala nacional y continental de una manera socialmente sostenible.
  • Debe determinar cómo combinar las inspecciones y los controles de seguridad necesarios para garantizar la aceptación social de los migrantes mediante medidas destinadas a promover su integración en las comunidades civiles y en los mercados de trabajo.
  • Qué disposiciones específicas son eficaces para proteger a los trabajadores migrantes contra la explotación laboral y favorecer su empleabilidad en la economía formal”.
Respecto del segundo, se afirma que “La globalización de los mercados está cambiando las relaciones tradicionales de poder entre los países y entre sus instituciones. En qué medida está alterando el papel y el poder de los Estados nacionales, sigue siendo una cuestión abierta. La cuestión es de especial importancia con respecto a las relaciones laborales, porque los estados nacionales han jugado en la mayoría de los países un papel importante en la fundación y desarrollo de las relaciones e instituciones colectivas de trabajo.

Este grupo de investigación analizará en particular:
  • el impacto de la globalización sobre la reglamentación nacional de los diversos aspectos de las relaciones laborales: derechos y la representatividad de los actores sociales, la estructura de la negociación colectiva y los efectos, la huelga y otras actividades de confrontación;
  • las viejas y las nuevas formas de intervención del Estado en las relaciones industriales: la legislación, las directrices de la soft law (legislación blanda), la mediación y la conciliación, la promoción de pactos sociales, etc. ;
  • las reacciones nacionales a los acuerdos comerciales globales: cláusulas sociales y otras medidas para prevenir el dumping social, la promoción de las prácticas de comercio justo, el apoyo a la negociación colectiva transnacional, las condiciones para las inversiones extranjeras y la movilidad laboral, etc.;
  • la cooperación entre los Estados y las instituciones nacionales para supervisar los efectos del comercio interestatal y garantizar el cumplimiento de los acuerdos transnacionales”.

En la presentación del Congreso se destaca que “actualmente, hay dos aspectos que son claves para el presente y el futuro de la vida de las personas y, por supuesto, del mundo del trabajo. Estos dos aspectos son, por un lado, la incipiente –y así ya denominada- Cuarta Revolución Industrial y, por otro, la globalización de la economía, la política y hasta la vida social de las personas”. Inmediatamente a continuación, pasa a efectuar una breve descripción de cuáles son los temas que deberán merecer la atención de todas las personas participantes.

“I. EL EMPLEO ANTE LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y LOS DESAFÍOS DEL TRABAJO DEL FUTURO
-Aparición de nuevos yacimientos de empleo, start ups, gig economy, nuevas formas de empleo, plataformas informáticas, profesiones que emergen y otras que desaparecen.
-Robótica, empleo y globalización. Inteligencia artificial en el sector legal.
-La relación laboral en vínculos de semi-dependencia (falsos autónomos, crowdworker, knowmad, trabajador “new collar”).
-La formación profesional como protección del trabajador: la formación profesional como derecho de todo trabajador que contribuye a la mejora de la calidad del empleo, la competitividad y la productividad; el rol de los actores sociales y de las Instituciones públicas y privadas en la planificación, instrumentación y evaluación de la formación profesional; la formación profesional y la práctica en los centros de trabajo. La coordinación de la educación formal y los sistemas de formación profesional; nuevas modalidades de contrato/formación de trabajo; la revalorización del contrato de aprendizaje; la educación y la formación profesional y la formación permanente a lo largo de la vida y el papel de la Administración y el sistema educativo.
-Impacto de las novísimas Tics en la relación laboral, especialmente en el ejercicio del control empresarial y en el respeto a los derechos de los trabajadores, como el de la privacidad. La prueba vinculada a las tecnologías de la información en el proceso laboral.
-Empleo, negociación colectiva y orden público laboral.
-La nueva gestión de los recursos humanos en la empresa cambiante del futuro.
-Globalización, cadenas mundiales de suministro y su impacto en el empleo. Acción sindical internacional, negociación colectiva, códigos de conducta y las posibles medidas de conflicto colectivo que se puedan adoptar ante los abusos de la globalización. Tendencias de desglobalización y proteccionismo laboral y su impacto en el estatuto jurídico de los trabajadores migrantes en economías dominantes con políticas migratorias restrictivas de entrada de no nacionales (Estados Unidos y Reino Unido).
-Globalización y trabajo decente. El diálogo social para la eliminación del trabajo informal.

II. LA SALUD DEL TRABAJADOR ANTE LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y LA GLOBALIZACIÓN
-Tiempo de trabajo y descanso. Derecho a la desconexión. Bienestar personal y calidad en el trabajo.
-Flexibilidad laboral, competencias de los representantes y salud de los trabajadores.
-Enfermedades crónicas y relación laboral y viabilidad de sistemas de seguridad social públicos, emergencia de instrumentos de la seguridad social complementaria.
-Riesgos psicosociales y nuevas Tics.
-El sistema público de salud y las prestaciones sociales públicas en el ámbito sanitario.
-Envejecimiento de la clase trabajadora y los sistemas de protección social.
-La renta mínima universal y protección de los trabajadores.
-Papel de los agentes sociales y prevención de riesgos laborales.
-Cambio climático global y consecuencias para la salud de los trabajadores. Papel de la negociación colectiva.
-El efecto de los cambios demográficos en una empresa globalizada, especialmente, en el diálogo intergeneracional, el envejecimiento activo, la gestión de la diversidad, el aumento de la calidad del trabajo o, en fin, en la prevención de riesgos laborales.

III. LA VIDA PRIVADA DEL TRABAJADOR ANTE LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y LA GLOBALIZACIÓN
-Protección de datos de personales y relación laboral.
-Acoso y vulneración de derechos fundamentales de los trabajadores en las redes sociales o en el uso del ordenador u otros instrumentos informáticos.
-Conciliación de la vida privada y laboral (nueva propuesta de Directiva europea de 2017). Trabajo a tiempo parcial como elemento de conciliación.
-Nuevas formas de trabajo y vida privada del trabajador en una economía global.
-Nuevas medidas de control empresarial (micro-implantes) y vida privada del trabajador.
-No discriminación de los trabajadores por raza, sexo, religión u otro motivo en una economía global. Medidas de integración social.
-Libertad religiosa de trabajadores extranjeros y relación laboral.
-Objeción de conciencia y relación laboral.
-Maternidad, cuidado de familiares y sistema público de protección social”.


Como he indicado en la introducción, no solo me refiero a los encuentros y congresos que tendrán lugar más adelante, sino que también hay que mencionar, por su importancia y porque no deja de ser un referente indirecto de la jornada a celebrar el 2 de febrero en la UC3M, la Conferencia Nacional Tripartita, organizada a instancias de la OIT y del gobierno de España sobre “El futuro del trabajo que queremos”, y de cuyas aportaciones ya he ido dejando cuenta en anteriores entradas del blog.

Ahora, ya disponemos de todas las intervenciones (institucionales y académicas) de la Conferencia, que sin duda deben ser objeto de atenta lectura por quienes están interesados en los cambios en el mundo del trabajo. Afortunadamente, también disponemos de una excelente síntesis de los debates llevados a cabo en el seno de los diferentes grupos de trabajo, que por su interés reproduzco a continuación.

“Conversación I. TRABAJO Y SOCIEDAD
– La relación entre persona y trabajo es indisoluble.
– Si bien el trabajo tiene un gran impacto en la persona y su desarrollo, la sociedad también provoca efectos en el trabajo y en su organización.
– Es necesario recuperar la centralidad del trabajo en el debate económico, social y político. El trabajo no se puede percibir como una mercancía.
– Los avances tecnológicos son ineludibles. Habrá transformación y no solo destrucción o creación de empleos. Superar las visiones apriorísticas tecno-optimistas y tecno-pesimistas es necesario.
– Adoptar un enfoque de presente continuo, observando tanto las oportunidades como los riesgos ayudará a afrontar los desafíos ante los que nos encontramos y a diseñar políticas negociadas de transición que reflejen mejor las necesidades de la sociedad.
– Diseñar una estrategia país donde se priorice la inversión en innovación, desarrollo y formación continua y se trate de cerrar la brecha digital será un elemento fundamental para situar a España a la altura de otros países en avance digital.

Conversación II. TRABAJO DECENTE PARA TODOS
– El concepto de trabajo se transforma, surgen nuevos modelos de relaciones laborales y nuevos modelos de trabajo y de trabajadores. Se difuminan conceptos como centros de trabajo, horario, la frontera entre trabajo dependiente/independiente se debilita. Existe incertidumbre acerca de las consecuencias de esta transformación que posee tanto aspectos positivos como negativos. En cualquier caso, dependerá de nosotros y de las políticas de empleo y relaciones laborales que pongamos en marcha la posibilidad de tener el futuro del trabajo que queremos.
– Ante todos estos cambios, no podemos prescindir del objetivo de pleno empleo ni del trabajo decente de calidad para todos y de la protección social, que deben estar en el centro del debate.
– La inversión en educación, en formación profesional y en los nuevos sectores emergentes, como la economía verde y el cuidado de las personas va a ser fundamental.
– El papel del marco regulatorio es esencial, y es imprescindible adaptar y/o establecer reglas mínimas y elementos suficientes para generar políticas inclusivas.
– Se refuerza el papel de la inspección de trabajo para proteger las condiciones de trabajo y evitar el fraude, así como su actuación preventiva.

Conversación III. ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO
– Los criterios que definen la relación laboral están cambiando, es importante definir las nuevas formas de trabajo, sus características, responsabilidades y derechos asociados.
– El trabajo autónomo debe ser una fuente de empleo decente con derechos asegurados.
– Con los avances de la tecnología es posible realizar no pocas actividades y responsabilidades sin necesidad de una presencia física, por lo que es necesario reconsiderar ciertos elementos de las condiciones de trabajo para garantizar el tiempo libre y el descanso.
– La tecnología debe permitir una simbiosis de la máquina y la persona de forma que los robots ayuden a que los trabajadores sean más productivos y se les evite las tareas pesadas e insalubres y así, evitar riesgos.
– Con los avances tecnológicos, habrá cambios en los perfiles de puestos de trabajo más repetitivos, y serán destruidos o sustituidos por otros con mayor valor añadido que no puedan realizar robots. Por ello, la inversión en formación en innovación, creatividad, solución de problemas y habilidades sociales, emocionales y comunicativas será fundamental para garantizar que las habilidades de la fuerza laboral se ajustan a las necesidades de las empresas.

Conversación IV. LA GOBERNANZA DEL TRABAJO
– La Administración del trabajo es gestión, pero es a la vez mucho más: es acción política y normativa, inspección, y diálogo social.
– El rol de las organizaciones sindicales y de empleadores podría verse debilitado ante las nuevas formas de relaciones laborales, por lo que trabajarán para que su papel crucial en la gobernanza del trabajo siga presente en el futuro.
– El dialogo social y la negociación colectiva, como fuente jurídica, deberían extenderse y modernizarse tanto a nivel nacional como internacional, respondiendo a las nuevas realidades.
– Emergen nuevas formas de gobernanza surgidas de los Acuerdos Marcos Internacionales y de la Responsabilidad Social Empresarial.
– El papel de la OIT como institución internacional tripartita deber ser clave para establecer, dentro del dialogo social, un marco legal internacional adaptado a estas nuevas realidades.
– Necesidad de promover la negociación de una transición justa para todos ante los retos del futuro del trabajo”.

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