lunes, 1 de diciembre de 2014

Unión Europea. La puesta en marcha del semestre europeo 2015. Análisis del Estudio prospectivo anual sobre el crecimiento, y del proyecto de informe conjunto sobre el empleo (y II).



4. Centro mi atención a continuación en el PICE, documento que realiza un amplio análisis de la situación social en Europa y que completa el EPAC, análisis que, tal como se explica en su introducción “se basa en la evolución social y del empleo en Europa, en la aplicación de las orientaciones para el empleo(2010- 2014), en el examen de los programas nacionales de reforma que dieron lugar a las recomendaciones específicas por país adoptadas por el Consejo el 8 de julio de 2014, así como en la evaluación de la aplicación de dichas recomendaciones hasta el momento”, de las que cabe hacer lógicamente especial mención a las Recomendaciones realizadas para España. Destaco a continuación aquellos contenidos que me parecen más relevantes del Informe y que se apuntan en la introducción.  

A) Se considera necesario seguir avanzando en la introducción de medidas que faciliten la incorporación de los jóvenes al mundo laboral, y  la efectiva implantación de la garantía juvenil puede jugar un papel importante al respecto, así como también la instrumentación de medidas como los contratos de aprendizaje que faciliten una adecuada transición de la educación al empleo. Nuevamente se insiste en la vinculación de las políticas activas y pasivas de empleo, con una mayor “activación” de las mismas (que suele identificarse, aunque no hay esta vez mención expresa al respecto, en un mayor control sobre la aceptación de las ofertas de empleo por parte de la persona desempleada”.

A diferencia de la EPAC, o más exactamente con mayor concreción, el PICE pide a los Estados miembros de la UE que sigan aplicando, y que en algunos casos intensifiquen, “las medidas destinadas a resolver el problema de la segmentación de los mercados de trabajo mediante la simplificación de la legislación laboral”. El uso de algunos términos no es desde luego casual ni neutro: hay un “problema” y es necesario “simplificar”. Cómo se haga esa simplificación es una opción de política legislativa y puede llevarse a cabo tanto reduciendo los  niveles de protección de los trabajadores estables, como acercando en positivo la protección de los trabajadores temporales a la de los primeros, con un control mucho más estricto, tanto en el plano sustantivo como procesal, de las causas que permitan la contratación de duración determinada, y apostando también fuertemente por utilizar los incentivos a la contratación sólo para aquellos contratos estables. ¿Cuál es la tesis de la Comisión? Si nos hemos de atener a documentos anteriores, es la primera, aunque no se mencione de forma expresa la reducción de la protección de los trabajadores con contrato estable.

B) A continuación el  PICE procede al examen del mercado de trabajo y  las tendencias y retos sociales en la UE, poniendo de relieve la difícil situación, a efectos de tasas de desempleo, de la población joven  y de los trabajadores de baja cualificación, mientras que es mejor la situación de los trabajadores de edad avanzada, aún cuando su salida del mercado de trabajo les genera muchas más dificultades para volver a mismo que a los dos colectivos anteriores. Existe especial preocupación por el desempleo de larga duración entre los hombres, los jóvenes y los trabajadores poco cualificados en relación con otros grupos del mercado de trabajo, siendo especialmente preocupante su afectación “a quienes trabajan en sectores y ocupaciones en declive”. Igualmente es motivo de mucha atención la situación de los jóvenes ninis, entre 15 y 24 años, que ni estudian ni trabajan, que son un porcentaje superior al 10 %  de los jóvenes en la mayor parte de Estados, aunque con importantes diferencias porcentuales entre ellos, enfatizándose en el texto que dicho fenómeno “se debe principalmente a un aumento del desempleo juvenil, pero también a una inactividad vinculada a carencias educativas”.

C) En el conjunto de la UE la tasa de actividad se ha mantenido, e incrementado, durante el período de la crisis (primer trimestre 2008- primer trimestre  2014: 70,3 y 72 %, respectivamente) por la mayor presencia de los trabajadores de edad y de las mujeres, ya que el descenso de la población masculina ha sido significativo. No obstante el crecimiento de la presencia femenina en el mercado de trabajo, su tasa de actividad sigue estando bastante por debajo de la masculina, en concreto 11,7  puntos en el primer trimestre de este año (77,9 y 66,2 %), con una mucha mayor presencia entre las personas que trabajan a tiempo parcial. Por el contrario, disminuye la tasa de empleo en el mismo período hasta quedarse ahora en el 68,4 %, muy lejos del objetivo marcado del 75 % para las personas entre 20 y 64 años en la Estrategia Europea 2020. Hay un dato especialmente importante, y preocupante en cuanto que marca una clara línea de tendencia de cómo está disminuyendo la calidad del empleo (si el trabajo a tiempo parcial se presta involuntariamente) y el número de horas trabajadas: “el empleo a tiempo completo se ha reducido en aproximadamente 8,1 millones entre el primer trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2014”, mientras que por el contrario “se ha producido un aumento constante del empleo a tiempo parcial: 4 millones más de puestos de trabajo desde el primer trimestre de 2008”. Desde luego, muy optimista, y desconozco su fundamentación, me parece la tesis del PICE de que en el contexto macroeconómico actual, “el trabajo temporal y el trabajo a tiempo parcial, involuntarios en cierta medida, pueden contribuir a crear empleo y, a medio plazo, puede constituir un trampolín para los contratos indefinidos o a tiempo completo (por ejemplo para los jóvenes)”.

D) Es bien sabido que el debate sobre la desigualdad y su impacto sobre la vida política, económica y social está siendo cada vez más importante, en especial a partir de las aportaciones de Thomas Picketty en su obra “El capital en el siglo XXI”, habiendo manifestado en una entrevista publicada el 19 de noviembre en "Eldiario.es" que “la desigualdad puede ayudar al crecimiento hasta cierto punto, pero más allá de un determinado nivel de desigualdad se obtiene, sobre todo, un efecto negativo que reduce la movilidad en la sociedad y conduce a la perpetuación en el tiempo de la estratificación social. Esto tiene una impacto negativo sobre el crecimiento”, así como también que otro efecto negativo de la desigualdad muy fuerte es que “puede conducir a la captura de las instituciones democráticas por parte de una pequeña élite que no va necesariamente a invertir en la sociedad pensando en el conjunto de la población”. Pues bien,  el PICE constata, previa afirmación de que la evolución de la economía “afecta a los distintos grupos de la población de diferentes maneras”, que en muchos Estados miembros los niveles de desigualdad han aumentado, especialmente en los del Sur, con mención expresa a España, Grecia, Italia y Chipre, algo a lo que desde luego no será ajeno el hecho de que desde 2011 el gasto social ha ido disminuyendo, constatando el Informe que tal disminución se ha producido “en particular por lo que respecta a las prestaciones en especie y los servicios, a pesar de que las condiciones económicas y sociales han seguido deteriorándose”.

E) Más adelante, el PICE pasa revista a la aplicación de las orientaciones para el empleo, o lo que es lo mismo qué reformas se han operado en el ámbito de las políticas sociales y de empleo desde el anterior informe, en desarrollo de las recomendaciones sobre empleo aprobadas para cada Estado. Se pasa, pues, revista a cómo se han concretado tales recomendaciones u orientaciones.

a) Recuerdo que la número 7 propugna el aumento de la participación en el mercado laboral y la reducción del desempleo estructural, y en este bloque se efectúa mención expresa a España por haber “simplificado los modelos de contratos para las empresas” (tengo fundadas dudas de que la reducción de modelos haya simplificado la tramitación), “aclarado los procedimientos de despido colectivo” (no debe haber ocurrido así a juzgar por los numerosos conflictos que siguen suscitándose en sede judicial), y “promovido el trabajo a tiempo parcial por medio de incentivos contributivos y una mayor flexibilidad en el uso de las horas complementarias” (más bien aquello que se ha dado en realidad es una desarticulación de la ordenación del tiempo de trabajo, hasta tal punto que la llamada flexibilidad en el TTP puede significar contratar formalmente un número determinado de horas y trabajar muchas más hasta acercarse a las de quienes trabajan a tiempo completo).

El PICE explica con detalle las medidas adoptadas por diversos Estados para facilitar el empleo de los jóvenes, en especial con la puesta en marcha de la garantía juvenil, y se manifiesta optimista al respecto, vinculando algunas medidas adoptadas con otras que han promovido la reforma de los servicios públicos de empleo “para mejorar el nivel de la prestación (de la garantía juvenil) y la coordinación entre los distintos niveles regionales”. 

b) La orientación número 8 versa sobre la necesidad de conseguir una población cualificada que responda a las necesidades del mercado laboral y la promoción del aprendizaje permanente, y en el Informe se constata que buena parte de los países han puesto en marcha medidas con las que se trata de mejorar la oferta de cualificaciones y fomento del aprendizaje, que han ido de la mano con reformas paralelas en el ámbito de la formación profesional.

c) En cuanto a la orientación núm 9 trataba sobre la mejora de la calidad y los resultados de los sistemas educativos y de formación en todos los niveles, y de incremento de la participación en la enseñanza superior, donde encontramos una nueva referencia a España en la que se afirma que “ha puesto en marcha una reforma para introducir un sistema dual de formación profesional adaptado a las necesidades del mercado de trabajo (cobra aquí sentido el viejo refrán “del dicho al hecho hay gran trecho”).

d) En fin, recuerdo que la orientación número 10 se refiere a la promoción de la inclusión social y  la lucha contra la pobreza, en donde el PICE pone de manifiesto varias líneas de tendencia que están apareciendo o consolidándose en los Estados miembros (no en todos, ciertamente), una de las cuales es el reforzamiento de las políticas activas del mercado de trabajo (con especial acento en las políticas de activación) y la reforma de las políticas contributivas y asistenciales de protección de las personas desempleadas, con especial atención a la protección de quienes se encuentran ante el riesgo de verse afectados por situaciones de pobreza o exclusión social.
F) La última parte del Informe está dedicado al análisis de las tendencias puestas de manifiesto al aplicar el cuadro de indicadores sociales y de empleo clave, que se presentó por primera vez en el proyecto de informe de 2013 y que fue aprobado en el Consejo europeo de marzo de 2014. Remito al documento para que los lectores y lectoras del blog se detengan con detalle en el análisis de tales indicadores, que en el PICE 2014 han sido ligeramente revisados para tomar en consideración en el análisis de los datos “las perspectivas de género y de edad”.

Del análisis general de todos los indicadores, el PICE 2014 constata que la situación más problemática del mercado laboral se encuentra en Italia y Rumania, con una situación ambivalente en países fuertemente afectados por la crisis como son Grecia, Portugal y España, ya que si los indicadores de empleo muestran una cierta mejora o estabilidad, los indicadores sociales “siguen señalando índices de pobreza y desigualdades en aumento y ya bastante elevados, y un descenso de la renta de los hogares en términos reales”. A partir del análisis de todos los datos disponibles y de los indicadores de aplicación, el PICE constata que se ha detenido en la UE el crecimiento del desempleo con respecto a su edición anterior, pero que aún así se mantienen, y sin signo de mejoras, importantes diferencias entre los países, y califica de “alarmantes” las tasas de desempleo de siete países, en comparación con la media comunitaria, entre los que se encuentre España. Respecto a los jóvenes en concreto, las tasas globales de desempleo juvenil mejoran ligeramente a escala global, pero con importantes diferencias entre los Estados, y sobre los “ninis” se pone de manifiesto que su número sólo ha sufrido un ligero retroceso con respecto al año anterior, y que los países del sur de Europa tienen un elevado porcentaje de jóvenes que se encuentran en dicha preocupante situación, calificándose de “dramática” la situación de los jóvenes en general (y no sólo de los ninis) en el mercado de trabajo de siete países, entre los que nuevamente aparece España, ya que en todos ellos la tasa de desempleo está, como mínimo, siete puntos por encima de la media de la UE.

G) Más preocupante aún, y confirma datos recogidos con anterioridad en el propio Informe, y sobre los que se manifestaba también preocupación en el EPAC,  es el estancamiento o reducción importante de la renta de los hogares operada desde 2011 en varios Estados, aquellos “más afectados por la agravación del deterioro de las condiciones económicas”, poniéndose de manifiesto que en comparación con el año 2012 “no menos de dieciséis Estados miembros han experimentado importantes evoluciones negativas en la renta bruta disponible de los hogares”. Sería bueno que el gobierno español, que siempre afirma estar muy atento a las manifestaciones de las organizaciones internacionales sobre las reformas laborales y de protección social, sin duda sobre todo cuando le son favorables, prestara atención también a las que no van en esa línea, como la que se encuentra en el Informe PICE sobre el incremento en 2011 y 2012 de la tasa de riesgo de pobreza de la población en situación laboral (si no recuerdo mal, permítanme la ironía, 2012 fue el año de aprobación de la reforma laboral), ya que España fue uno de los países de la UE en el que más aumentó la misma, constatando el documento que estoy ahora analizando que en la mayoría de los países que experimentaron incremento de las tasas de riesgo de pobreza, “el prolongado período de crecimiento del PIB negativo o cercano a cero, el creciente desempleo de larga duración y el debilitamiento a lo largo del tiempo del efecto de las transferencias sociales han generado un mayor riesgo de pobreza”. Añádase a este dato, a modo de conclusión, el crecimiento de las desigualdades de renta en tales Estados, y en ello tiene un papel no menospreciable el deterioro de las condiciones laborales (entre ellas obviamente el salario), desigualdades particularmente relevantes en España y otros seis Estados en 2013, “donde la participación en la renta del 20 % con renta más alta es al menos seis veces mayor que la del 20 % de renta más baja”.

Buena lectura de todos los documentos.     
                                                                                  

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