1. El próximo
martes, 24 de septiembre, se reúne la Comisión de Empleo y Seguridad Social delCongreso de los Diputados, con un orden del día dedicado monográficamente a las
políticas de empleo, en el que intervendrá la Secretaria de Estado de Empleo,
Sra. Engracio Hidalgo, que también responderá a las interpelaciones formuladas por varios grupos parlamentarios a a la Ministra
de Empleo y Seguridad Social, Sra. Fátima Báñez, para informar “sobre el Plan Anual de políticasactivas 2013, en el marco del nuevo modelo de programación de las políticas
activas”, “sobre el Plan Anual de Política de Empleo para 2012”, “de las
medidas que piensa adoptar el Gobierno para detener la destrucción de empleo e
incentivar la creación de puestos de trabajo”, “sobre los recortes en Políticas
Activas de Empleo y sobre el aumento en el número de personas desempleadas sin
prestación en Andalucía”, y “sobre el acuerdo marco para la selección de
agencias de colocación para la colaboración con los Servicios Públicos de
Empleo en la inserción en el mercado laboral de personas desempleadas”.
Afortunadamente, este vez sus
señorías disponen de tiempo suficiente para la lectura del PAPE, a diferencia
de lo que ocurrió con el documento de evaluación de la reforma laboral, ya que
se publicó hace unos días en el BOE. He leído el documento con atención y no
tengo muy claro cuáles serán las medidas y acciones que se pongan en marcha por
el Estado y por las Comunidades Autónomas, así como la distribución de fondos y
su destino, y creo que el PAPE 2012 era más claro en este sentido, y espero con
interés el parecer de la representante gubernamental y de los portavoces de los
distintos grupos parlamentarios en el debate del día de festividad de la Verge
de la Mercè.
Será interesante comprobar cómo la
autoridad estatal defiende las bondades de unas políticas de empleo que han
visto reducidas sensiblemente las partidas presupuestarias en 2012 y 2013, si
bien me imagino que la tan utilizada frase de “hacer más con menos” será bastante utilizada en el debate
parlamentario. Recuérdese que en la Conferencia sectorial de 11 de abril se
aprobó la distribución de fondos para su gestión por las Comunidades Autónomas,
un total de 1.342,58 millones de euros (salvo
error u omisión por mi parte, no se ha publicado aún la distribución por CC AA
en el BOE).
2. En anteriores entradas del blog
he abordado el análisis de las políticas de empleo puesta en marcha en España,
tomando como punto de referencia la Estrategia Española de Empleo 2012-2014,
así como también he procedido al examen de documentos emanados de organismos
internacionales y europeos que condicionan en gran manera las decisiones que se
adoptan por el ejecutivo español. Ahora, el propósito de esta entrada del blog
es estudiar los contenidos más relevantes del PAPE 2013, sobre el que estoy
convencido de que girará gran parte de la intervención de la Secretaria de Estado.
No obstante, no deseo dejar de mencionar en esta introducción el Informeaprobado el pasado mes de julio por el Senado (con votos particulares de varios
grupos parlamentarios) sobre “las nuevas formas de exclusión social como
consecuencia del fuerte incremento del desempleo”, elaborado por una comisión
especial creada al efecto, en el que se insta a la elaboración y ejecución de un
plan nacional para la inclusión social, más concretamente “a la puesta en
marcha de estrategias que combinen la inserción por la vía laboral con el apoyo
a colectivos más desfavorecidos a través del mantenimiento de niveles de
protección social que permitan desarrollar una vida digna y una mayor cohesión
social y económica”.
3. Antes de entrar en el análisis
del PAPE, y como continuación de análisis ya efectuados sobre la política de
empleo europea, conviene mencionar el Dictamen del Comité Económico y SocialEuropeo, aprobado en la sesión plenaria de los días 22 y 23 de mayo, y muy recientemente
publicado en el DOUE (19 de septiembre), titulado “Por una dimensión social de
la Unión Europea”, que mereció el voto a favor de 161 miembros de CESE, 50 en
contra y 47 abstenciones, en el se plantea la necesidad de adoptar las medidas
adecuadas para lograr “una Europa más dinámica para impulsar la competitividad,
un crecimiento inteligente e integrador, las oportunidades económicas, el
empleo y el ejercicio efectivo de todos los derechos sociales”, alertando de
que de no darse ese equilibrio, “no habrá ningún futuro para la unión política”,
siendo del todo punto necesario poner en marcha el pilar social de la Unión
Económica y Monetaria en el marco de una Europa social, ya que si esta no
existe “la adhesión de los ciudadanos al proyecto europeo en su conjunto
seguirá estando en peligro”
El documento, que valora
positivamente la aportación de la población inmigrante al crecimiento económico
europeo, considera fundamental poner en marcha un mecanismo de vigilancia reforzada
“de los efectos de las políticas económicas y monetarias sobre la situación
social y sobre el mercado laboral de los Estados miembros, y añadir las
políticas sociales y de empleo a las disposiciones que establecen la vigilancia
de las políticas económicas nacionales en el marco del Semestre Europeo”,
apostando por dos nuevas iniciativas: en primer lugar, la emisión de bonos
sociales europeos “para proyectos de inversión social económicamente viables”,
canalizados a través de un fondo de acción social europeo; en segundo término,
la creación de “una red europea de educación para trabajadores en paro”, para
facilitar nuevas oportunidades educativas, y por consiguiente también
laborales, a trabajadores en situación de desempleo.
El CESE apuesta por un programa
europeo de recuperación sostenible en el que deben ocupar un lugar central “los
empleos auténticos, el trabajo digno y la portabilidad de los derechos sociales”,
poniendo de manifiesto, y coincido con esa tesis que parece tan difícil de
poner en práctica en los últimos tiempos, que “el modelo social europeo es una
baza para atraer la inversión interior y el desarrollo empresarial en Europa;
se debería potenciar fomentando el apoyo fiscal a las actividades generadoras
de empleo, incluidas la microempresas y el auténtico empleo autónomo. En las
políticas de empleo y mercado laboral de la UE se deberían respaldar unas
normas sociales garantizadas”.
4. El PAPE 2013 fue publicado el
pasado día 10 en el BOE, por Resolución de 28 de agosto de la Secretaría de
Estado de Empleo, si bien había sido ya aprobado en el Consejo de Ministros de
2 de agosto (pero, lógicamente, parece que no tenía la misma importancia que el
RDL 11/2013 aprobado en la misma reunión y publicado al día siguiente, como
norma dictada por motivos de “extraordinaria y urgente necesidad”, que lo fuera
es otro cantar, en el BOE). El punto de referencia normativo es el art. 4 ter
de la Ley 56/2003 de 16 de diciembre, de Empleo (modificada en numerosas ocasiones),
en el que se dispone que el PAPE establecerá “los objetivos de la Estrategia
Española de Empleo a alcanzar en el conjunto del Estado y en cada una de las
distintas Comunidades Autónomas, así como los indicadores que se utilizarán
para conocer el grado de cumplimiento de los mismos”, y que contendrá “las
acciones y medidas de políticas activas de empleo que se proponen llevar a
cabo, tanto las Comunidades Autónomas en el ejercicio de sus competencias de
ejecución de las políticas activas, como el Servicio Público de Empleo Estatal
en ejecución de la reserva de crédito establecida en su presupuesto de gastos”.
A) En primer lugar, el documento
recoge el Acuerdo del Consejo de Ministros , en el que se anuncia que las PAE
van a seguir a partir de este año (poco tiempo queda si realmente quieren hacer
algo al respecto) “una nueva estrategia”, basada en los acuerdos adoptados en
la Conferencia Sectorial de Empleo y Asuntos Laborales de 11 de abril, que se
plasmará, se afirma, “en un nuevo modelo de programación, evaluación y
financiación de las políticas activas de empleo orientado hacia la consecución
de objetivos, siguiendo directrices y ejes prioritarios de actuación”. El
Acuerdo menciona el programa nacional de reformas, explicado con detalle en una
anterior entrada del blog, y la actualización del programa de estabilidad
económica, así como también la Recomendación del Consejo de 29 de mayo, para
destacar que el objetivo es sentar las bases “de la recuperación y la creación
de empleo en 2014”.
B) El PAPE consta de nueve apartados
y cinco anexos, que paso a analizar a continuación.
a) En primer lugar, la introducción
explica cuáles son los objetivos a alcanzar, en una línea, lógicamente,
semejante al del texto del Acuerdo del Consejo de Ministros, con referencia
obligada a la EEE, que constituye “el marco para la determinación de los objetivos
comunes a conseguir por el conjunto de los Servicios Públicos de Empleo”. El
nuevo modelo de programación que se anuncia estará orientado “hacia la
consecución de objetivos, siguiendo directrices y ejes prioritarios de
actuación”, un total de seis ejes dentro de los que se enmarcarán todas las
medidas y acciones de políticas activas de empleo que abarcarán todos los
ámbitos mencionados en el art. 25 de la LE, acciones y medidas que han sido
reducidas desde las 527 del PAPE 2012 a 350, y ello según el gobierno “les
confiere mayor visibilidad”.
Recomiendo la lectura de un
documento de trabajo del SPEE, de 4 de abril, que ha sido recogido en gran
parte en el PAPE 2013, dedicado justamente a la reforma de las PAE y más
exactamente al “nuevo modelo de programación, evaluación y financiación”, que
critica (¿herencia recibida una vez más?) que la importante inversión económica
en PAEs ha tenido “unos resultados no demasiado satisfactorios en mejora
efectiva de la empleabilidad de nuestros desempleados”, argumenta que “la clave
del cambio está en pasar desde un modelo de financiación y gestión articulado
en torno a instrumentos jurídicos pensados para programas establecidos
centralizadamente, a un nuevo marco de financiación, ejecución, control y
evaluación orientado hacia la consecución de determinados objetivos, siguiendo
directrices y ejes prioritarios de actuación”, y cierra el hilo argumental con
una frase que supongo que escucharemos en más de una ocasión por los
representantes gubernamentales: la clave está en pasar del “cómo queremos hacer
las cosas” al “qué queremos conseguir” (sigo pensando que los recursos son
importantes, más allá de que se haga todo lo que se considere necesario y
conveniente para mejorar la eficacia de las PAE, ¿no les parece?). En dicho
documento, se realiza, supongo que para justificar la reducción del número de
medidas y acciones de PAE adoptadas en 2013, una crítica a la EEE (adoptada por
el último gobierno socialista), calificándolo de documento “extremadamente
complejo que presenta problemas importantes”, a los que se refiere a
continuación (“entremezcla 6 objetivos de política de empleo con 16 objetivos
estratégicos de políticas activas de empleo, con 30 indicadores, más los 10
ámbitos de políticas activas de empleo, con 61 objetivos operativos y 74
indicadores. A ello hay que sumarle las 4 directrices de empleo de Europa 2020
y los 6 nuevos objetivos prioritarios establecidos en el PNR 2012”), para
concluir, llevando el agua a su molino, que “el resultado obvio es que no
disponemos de un marco estratégico claro, coherente y sencillo, con
identificación clara y concisa de objetivos, prioridades y vías para
alcanzarlos”. En poco tiempo parece que el gobierno ha descubierto la poción
mágica para solucionar los problemas de falta de eficacia de las PAEs, y ahora “solo”
falta que dicha pócima tenga el resultado buscado, aunque la realidad es mucho
más compleja que los cuentos.
En fin, no cabe olvidar la obligada
referencia a la necesaria coordinación entre las PAE estatales y las de las
Comunidades Autónomas, prevista en la disposición final duodécima de la Ley3/2012 de 6 de julio, que permite a estas, con cargo a los fondos distribuidos
por la Conferencia sectorial, “realizar las acciones y medidas reguladas en la
normativa estatal … , o bien, desarrollar acciones y medidas de políticas
activas de empleo, distintas de las anteriores, adaptadas a la realidad de las
personas desempleadas y del tejido productivo de su ámbito territorial”, en el
bien entendido de que todas las acciones y medidas que se pongan en marcha “deberán
dirigirse al cumplimiento de los objetivos que se establezcan en el Plan Anual
de Política de Empleo de cada año e integrarse en los distintos ámbitos de la
Estrategia Española de Empleo 2012-2014”.
b) A la introducción sigue una
sucinta explicación de la situación actual del mercado de trabajo, con datos ya
conocidos y analizados en otras entradas, señaladamente los de población
activa, ocupada y desempleada correspondientes al segundo trimestre de este año,
siendo algunos de los datos disponibles, referidos a la problemática del
desempleo de los jóvenes y de quienes se consideran técnicamente desempleados
de larga duración (más de doce meses inscritos como demandante de empleo) los
que van a tomarse a consideración para adoptar medidas dirigidas de forma
específica a tales colectivos.
c) El apartado 3 ya es propiamente
el nuevo PAPE, y está dedicado al “nuevo modelo de programación, gestión,
evaluación y financiación de políticas activas de empleo”, incorporando en gran
medida el documento de trabajo del SPEE de 4 de abril al que me he referido con
anterioridad, poniendo el acento en que el modelo se articula alrededor de tres
elementos claves que son “objetivos, instrumentos para alcanzar esos objetivos,
y marco general dentro del cual se tienen que identificar los objetivos y
desarrollar los instrumentos”; elementos, cuyo desarrollo y aplicación han de servir
según el gobierno para poner en marcha el nuevo modelo de PAEs, consistente en
pasar “desde un modelo de financiación y gestión articulado en torno a
instrumentos jurídicos pensados para programas establecidos centralizadamente,
a un nuevo marco de financiación, ejecución, control y evaluación orientado
hacia la consecución de determinados objetivos, siguiendo directrices y ejes
prioritarios de actuación”.
En los objetivos, se distingue en
primer lugar aquellos que deben ser estructurales, de naturaleza estable y con
independencia del mayor o menor esfuerzo que se dedique a los mismos en cada
momento, un total de 29 ordenados en torno a seis nuevos ejes de las PAE (no estoy
precisamente convencido de que esos ejes sean nuevos, porque existen desde hace
mucho tiempo) que son “orientación, formación, oportunidades de empleo,
igualdad de oportunidades en el acceso al empleo, emprendimiento y mejora del
marco institucional”, que a su vez (¿no he citado antes algún documento que se
quejaba del carácter farragoso de la EEE? Pues ahora empiezo a sentir esa misma
sensación con la lectura del PAPE 2013) son “una agrupación de los diez ámbitos
de políticas activas que establece la Ley de Empleo”; después, hay objetivos “estratégicos
o políticos” a los que se dedica especial atención en un momento determinado
por decisión gubernamental.
Entre los instrumentos se encuentran
los servicios y los programas, bueno las acciones y medidas según la
terminología de la LE que parece necesario cambiar según el gobierno (cambiamos
las palabras, ¿cambiamos los contenidos?). No encuentro diferencias
conceptuales con el marco actual, ya que el PAPE constata, como es lógico por
otra parte, que los primeros “son aquellos que se prestan de forma continua y
sostenida en el tiempo, que buscan atender derechos o responder a las necesidades
de personas o empresas”, mientras que los segundos “son aquellas actuaciones
dirigidas a la consecución de objetivos concretos”.
Por último, en relación el marco
general se identifica la EEE 2012-2014, las normas estatales y autonómicas, y
los PAPE, y como hay que cambiar ese marco (no todo es “herencia recibida” por
cierto) ya se anuncia la elaboración de una nueva EEE que pasará a denominarse “Estrategia
española de políticas activas de empleo” (cambiamos las palabras, ¿cambiamos
los contenidos?), tres nuevos Reglamentos, de servicios, de empleo y de
formación (no arriendo la ganancia a los responsables estatales, y
fundamentalmente los autonómicos, que tengan que conocer y aplicar ese nuevo
marco que se anuncia, que irá acompañado sin duda de instrucciones y circulares
internas para su aplicación), y la “implantación de un nuevo modelo de
distribución de fondos orientado al cumplimiento de objetivos”, y en el que sí
se ha avanzado ya este año para fijar en un 40 % la distribución de fondos en
2014 en razón del cumplimiento de los objetivos marcados el año anterior, “más
un mecanismo de garantía de continuidad con el marco anterior del 60 % que
facilite la adaptación al nuevo modelo y gradúe el impacto que su implantación
pueda tener, sobre todo en los primeros años” (si hay un gobierno distinto del
color político actual en 2015 es posible que vuelvan a cambiarse las reglas,
con los que el concepto de “primeros años” quedaría sin contenido, pero de
momento esta afirmación sólo se encuadra en el ámbito de la política-ficción).
4 comentarios:
Hola, Eduardo,
Me ha tranquilizado la lectura de tu entrada sobre el PAPE 2012 ya que pese a la claridad de la presume, me costó seguir su lectura.
Por otro lado, aunque doy por hecho que lo habrás leído, comparto, con el resto de lectores de este blog, la entrada que han realizado Samuel Bentolila y Marcel Jansen en el blog de FEDEA
http://www.fedeablogs.net/economia/?p=32753&cpage=1#comment-47302
Saludos,
Gon
Perdón a todxs, pongo mejor este enlace
http://www.fedeablogs.net/economia/?p=32753
Hola Gonzalo, gracias por la referencia del artículo de FEDEA, que no había leido. Pone preferentemente el acento en la evaluación, y entra menos en el contenido propiamente dicho del Plan. Todas las aportaciones al debate son bienvenidas. Saludos cordiales.
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