G) Otro apartado
específico, mucho más corto, está dedicado al fomento de la inclusión social
y la lucha contra la pobreza. Se propone
el desarrollo de las estrategias activas de inclusión (en línea con las Recomendaciones
ya aprobadas), con una adecuada combinación de medidas de complementos de
ingresos, de lucha contra la pobreza, y de acceso a servicios asequibles y de
alta calidad, entre los que se incluyen los servicios sanitarios y sociales;
desde la perspectiva laboral, las medidas de activación deben ser muy
personalizadas y tomar en consideración la situación particular de cada persona
afectada, llamado la Comisión la atención sobre la necesidad de ir eliminando
progresivamente las medidas adoptadas para hacer frente a la crisis una vez que
se recupere el mercado laboral (no parece que ello pueda producirse a corto
plazo), si bien esa reducción de las medidas de apoyo en el ámbito
estrictamente laboral debería hacerse “sin menoscabo de las redes esenciales de
protección”.
El incremento de
la pobreza entre los trabajadores va en aumento como se constata en el proyecto
de informe conjunto sobre el empleo, ya que cerca de un tercio de los adultos
en edad laboral en riesgo de caer en la pobreza en 2.011 se concentraba en los
trabajadores, siendo factores que pueden haber contribuido a dicha situación, y
comparto la argumentación de la Comisión, “los ajustes salariales, la reducción
de la jornada laboral, las medidas de reducción del tiempo de trabajo y el
aumento de los contratos a tiempo parcial y temporales”.
4. Como he
indicado con anterioridad, el estudio sobre el crecimiento para el próximo año
viene acompañado de diversos documentos que desarrollan más extensamente, o que
pretenden justificar, algunas de sus tesis y propuestas. Uno de ellos es el “Indicadorde resultados de empleo”, en el que las personas interesadas en el estudio de
las políticas de empleo encontrarán, por una parte, “el seguimiento y la
evaluación de los retos esenciales en el
marco de las Orientaciones para las políticas de empleo”, y por otra el
seguimiento cuantitativo “del avance hacia el objetivo principal de la UE y de
los objetivos nacionales relacionados con éste”, y que demuestra lo mucho que
queda por hacer si se quiere alcanzar (a título de ejemplo, la previsión de la
tasa de empleo de personas de 20 a 64 años en España para 2013 es del 57,6 %, y
el objetivo del 2.020 es el 74 %, con la tesis del documento de que no se
llegará más allá del 67,9 % sin no hay cambios de políticas laborales).
Recuerdo, por
su interés, que los ámbitos de política
de empleo que son seguidos en el documento son los siguientes: aumento de la
participación en el mercado de trabajo; mejora del funcionamiento del mercado
de trabajo: lucha contra la segmentación; políticas activas del mercado de trabajo;
sistemas de Seguridad Social adecuados y orientados al empleo; equilibrio entre
vida profesional y vida privada; creación de empleo; igualdad de género; mejora
de la oferta de capacidades y de la productividad: aprendizaje permanente;
mejora de los sistemas de educación y formación; mecanismos de establecimiento
de salarios y evolución de los costes laborales (sobre este último punto, el
documento destaca que “las medidas adoptadas recientemente por el gobierno
parecen ser adecuadas con vistas a reducir las rigideces salariales”.
5. Otro
documento es el Informe elaborado relativo a la prevención y corrección dedesequilibrios macroeconómicos, en el que refiriéndose a España se afirma que “Unos
costes laborales unitarios decrecientes y cierta disminución del tipo de cambio
real efectivo contribuyen a recuperar una parte de la pérdida de competitividad
acumulada durante el periodo de auge. Ello ha contribuido a disminuir las
pérdidas de cuota en los mercados de exportación, aunque el indicador aún
rebasa el umbral. Se espera que los costes laborales unitarios sigan
disminuyendo este año y que el crecimiento sea moderado en los próximos años”.
6. En el
documento “Anexo: Informe macroeconómico”, también se incluye un amplio
apartado a las reformas estructurales y su impacto sobre el desempleo y la
creación de empleo, en términos sensiblemente semejantes (y no podría ser de
otra forma) a los del Informe sobre el crecimiento. Se constata como el débil crecimiento
está minando las posibilidades de creación, y mantenimiento, del empleo, dado
que las medidas de flexibilidad interna puestas en marcha por muchos Estados
durante la situación de crisis iniciada en 2008 “se han reducido”, y se llama
la atención, y lo valoro como positivo aunque las propuestas en muchas
ocasiones no van en la misma línea a mi parecer, a la importancia de “una
distribución equitativa de la carga del ajuste en toda la sociedad” como algo “muy
necesario para el crecimiento”.
Destaco del
documento su advertencia sobre la gravedad del desempleo a medio plazo, de tal
manera que “Habida cuenta de la prolongación de los períodos sin trabajo y el agravamiento
del desajuste entre la oferta y la demanda de mano de obra en muchos países de la
UE, debido principalmente a cambios sectoriales en algunos países, el desempleo
podría adquirir cada vez mayor carácter estructural, en detrimento del potencial
de crecimiento a largo plazo”. La Comisión llama la atención, en el momento de
adoptar las políticas, a que se coordine la actuación a escala europea pero que
al mismo tiempo se adapten las mismas a las circunstancias específicas de cada
país. Se sigue afirmando que es necesario adoptar políticas adecuadas para dar
respuesta a dificultades “estructurales” del mercado de trabajo, entre las que
se incluyen una vez más la segmentación del mercado laboral, el deterioro de la
adecuación entre oferta y demanda, y el desempleo estructural, valorando como
positivo (y supongo que aquí el gobierno español es un “buen alumno” porque
está haciendo muy bien “los deberes”, y otra cosa es en beneficio de quién) que
algunos países estén comprometidos en mejorar la capacidad de respuesta de los
salarios y su capacidad de ajuste al mercado de trabajo, “especialmente reformando
la legislación sobre protección del empleo y el sistema de fijación de salarios”.
7. Sin duda, el
documento más importante que se anexa al Informe sobre crecimiento es el
dedicado al empleo, informe que anualmente elabora la Comisión y de los que voy
dando debida cuenta en el blog. Destacaré a continuación aquellos contenidos
que me parecen más relevantes, recordando que el documento tiene dos partes
bien diferenciadas: una primera en la que se analiza la evolución del empleo a
escala europea, y una segunda en la que se aborda la concreción de las
políticas europeas (las orientaciones generales del empleo) en el seno de cada
Estado.
A) La Comisión
es muy crítica con la situación actual del empleo, que ha disminuido en los
últimos tiempos y con perspectivas “desalentadoras” para 2.013, con un
incremento importante del desempleo, que afecta en gran medida a los jóvenes y
que se sufre con mayor intensidad (estoy seguro que esta afirmación la harán
suya muchas personas en Grecia, Portugal, Irlanda e España) “sobre todo en los
Estados miembros que aplican estrictas medidas de consolidación fiscal”,
habiéndose comprobado además que las medidas de consolidación fiscal aplicadas
desde 2010 (en la segunda fase de la crisis) “parecen haber contribuido a
reducir considerablemente la renta disponible de los hogares”, de tal manera que las desigualdades en
términos de creación de empleo y de incremento o reducción del desempleo se
están haciendo cada vez mayores entre los Estados en el seno de la UE,
remitiéndose al lejano 2.014 para manifestar que “se espera” (como pueden
comprobar, de afirmación tajante y contrastada, nada de nada) que los mercados
laborales “presenten perspectivas más positivas”. No está de más recordar,
además, que esas hipotéticas mejoras tendrán que confrontarse con una realidad
crítica desde el inicio de las crisis en 2008 que se ha llevado consigo en la
UE más de cinco millones de puestos de trabajo, de los que cuatro han
desaparecido en la zona euro, y que ha afectado tanto a los contratos más
flexibles (temporales y a tiempo parcial) como a los más estables
(indefinidos).
B) La Comisión
reconoce que se están ya aplicando reformas “de gran calado” en muchos países
(insisto, España es un alumno aventajado en esto momentos) pero pide aún más,
aunque cabría que hiciera un esfuerzo mayor de concreción (si bien se intuye
por dónde va si se analizan sus últimos documentos) cuando se refiere a “modernizar
nuestro mercados laborales”. Con el marco normativo vigente, no obstante, la
participación de la fuerza laboral de edad avanzada (55 a 64 años) ha crecido desde
2008 a 2011, y la de las mujeres prácticamente se ha mantenido, por lo que el
grueso del desempleo se ha concentrado en los hombres y en los jóvenes (sin diferencia
apreciable por razón de sexo), un desempleo que ha aumentado en casi nueve
millones de personas desde 2.008 y en cuyo crecimiento España,
desgraciadamente, ha tenido bastante que ver como lo prueba el dato de que el
21 % del paro de larga duración se encuentra en nuestro país y que hemos “contribuido”
con 1,6 millones “al incremento de 3,7 millones en el número de desempleados de
larga duración en el período 2.008-2.011”, siendo también España la que ocupa
un lugar muy destacado entre los países cuyos desempleados han visto disminuir
la posibilidad de acceder a un empleo desde el inicio de la crisis, ya que ha
pasado del 50 % en 2.008 al 30 % en 2.011. Por cierto, la crisis afecta con
especial virulencia a los trabajadores extracomunitarios, ya que su desempleo
de larga duración ha sido dos veces superior al del trabajador medio de la UE
en 2.011.
No menos
preocupante es la situación de buena parte de los jóvenes ya que más de un 20 %
de quienes están en el mercado de trabajo se encuentran en situación de
desempleo (porcentaje muy superior en España como es sabido), con peores
perspectivas para quienes abandonan los estudios de forma prematura, y con
aumento, preocupantes tanto a efectos educativos como sociales, del número de
jóvenes que no continua estudiando y que tampoco trabaja.
En el bien
entendido, y este es un dato muy importante para entender la realidad de la
crisis en la UE y cómo afecta de manera muy desigual a los Estado miembros, que
en sólo seis países se concentra la mitad del desempleo de toda la UE, y no es
casualidad que ahí se encuentren los países que tienen, en terminología muy
aséptica y que no permite conocer los sacrificios que deben acometer, “programas
de apoyo económico” como son Grecia, Irlanda, Portugal y Rumania, a los que hay
que sumar España e Italia.
C) Ante esta
situación especialmente crítica, el informe alerta de la imperiosa necesidad de
la puesta en marcha de políticas destinadas a estimular la demanda de mano de
obra y un modelo de crecimiento más rico en empleo, medidas ya anunciadas y
enunciadas en el llamado “Paquete de Empleo” presentado por la Comisión el
pasado mes de abril, y en donde se enfatiza, y así lo recoge también el Informe
sobre el crecimiento tal como he explicado, el potencial de crecimiento en
sectores clave para el futuro como son las ecoindustrias, el sector sanitario y
el sector social, y en el sector del TICs, con la necesidad de rejuvenecer la
población laboral y mejorar la preparación profesional, ya que “en términos
generales, se constatan carencias de cualificaciones en los sectores de la
economía ecológica, el sector de las TIC y la asistencia sanitaria,
especialmente para las ocupaciones con un alto grado de especificidad técnica”.
Mucho habrá que
cambiar en las políticas de la UE y de los Estados miembros si se quiere que
los deseos se transformen en realidad, ya que según estudios de la OCDE los
recursos invertidos en políticas activas del mercado laboral por desempleado “disminuyeron
en más de un 20 % entre 2007 y 2010”, además de haber disminuido la protección
a los trabajadores desempleados por haber agotado muchos de ellos sus derechos
derivados de la previa prestación laboral y no haber mecanismos suplementarios
de protección (los datos mensuales del Ministerio de Empleo y Seguridad Social
ponen de manifiesto el descenso gradual de la cobertura de protección por
desempleo, el menor peso de la protección contributiva y el aumento creciente
de la protección no contributiva).
D) Por último,
cabe decir que la segunda parte del documento está dedicada al análisis de la
aplicación de reformas estructurales del mercado de trabajo en los Estados
miembros, en el marco de las orientaciones generales de la UE de política de
empleo y la concreción que los Estados han efectuado en sus programas
nacionales de reforma. De tal manera, se repasan las medidas adoptadas para
reforzar las políticas activas del mercado laboral y los servicios públicos de
empleo; las dirigidas a reducir la fiscalidad sobre el trabajo para grupos
desfavorecidos (reducciones impositivas y en las cotizaciones a la Seguridad
Social); el fomento de la creación de empresas y del autoempleo; la mayor
vinculación entre la percepción de prestaciones por desempleo y la búsqueda activa
de empleo, poniéndose entre otros el ejemplo de España de la adopción de
medidas “para reforzar la responsabilidad mutua, vinculando la condicionalidad
a la participación en las políticas activas del mercado de trabajo”; la
vinculación de los salarios a la productividad y un mayor flexibilidad en su
fijación siendo nuevamente el “buen alumno” que es España el que se pone como
ejemplo de los demás, explicando el informe con acierto jurídico (de
consecuencias sociales ahora no hablamos) que la última reforma laboral, la del
gobierno del Partido Popular, “da prioridad a las decisiones adoptadas en las
propias empresas a propósito del horario laboral y de los salarios y les
facilita la posibilidad de desmarcarse de los acuerdos sectoriales”; el
incremento de la movilidad laboral.
Otras medidas
analizadas son la reducción de las posibilidades legales de salida anticipada
del mercado de trabajo, con mayores restricciones para la jubilación
anticipada; medidas de promoción de mantenimiento de los trabajadores de edad
avanzada en el mercado de trabajo, mediante medidas de incentivación económica,
formativas y de seguridad y salud en el trabajo; medidas de apoyo al empleo, dirigidas
en especial a los jóvenes, como son la garantía de empleo en algún Estado, como
Finlandia, anticipándose a las recientes propuestas presentadas por la
Comisión, o la potenciación de los contratos de aprendizaje y de prácticas;
mayor flexibilidad en la extinción de la contratación laboral estable mediante
reducción de los costes de indemnización; la adaptación de los sistemas
educativos y formativos a los requerimientos del mercado de trabajo; la
revisión de la calidad y la financiación
de las Universidades; la mejora de la eficacia de los sistemas de protección
social y la puesta en marcha para colectivos vulnerables de estrategias de
inclusión activas “que se centren en un apoyo a la renta adecuados, unos
mercados de trabajo inclusivos y el acceso a servicios de calidad”, así como
también medidas de apoyo a la integración en el mercado laboral.
Buena lectura de
todos los documentos.
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