sábado, 17 de abril de 2010

La declaración de Zaragoza sobre integración de la población inmigrante.

1. La IV conferencia ministerial europea sobre integración, celebrada el jueves y viernes de esta semana en Zaragoza, en el marco de la presidencia semestral española de la Unión Europea, ha aprobado una importante Declaración que subraya la importancia de los proceso de integración de la población inmigrante, asumiendo que la integración es un proceso bidireccional y que requiere la implicación de dos partes (comunidad de acogida – incluyendo a las diferentes administraciones públicas implicadas – y comunidad inmigrante), y que por ello sólo puede producirse cuando ambas se implican activamente.


El documento suscrito reitera y profundiza en tesis ya expuestas con anterioridad en las conclusiones de varios Consejos Europeos, en diversas Comunicaciones de la Comisión Europea, y también en algunos dictámenes del Consejo Económico y Social Europeo, en especial los de 17 de febrero y de marzo de este año (“La integración y la agenda social”, e “Integración de los trabajadores inmigrantes”, respectivamente), de los que ha sido ponente el miembro de la representación española Luis Miguel Pariza Castaños. En especial, buena parte del documento encuentra su punto de referencia en los “Principios básicos para una política de integración de los inmigrantes en la Unión Europea”, texto aprobado el 19 de noviembre de 2004.


2. Además, la declaración, tal como puso de manifiesto la flamante Secretaria de Estado de Inmigración del gobierno español, Anna Terrón, ha puesto las bases para lograr que las políticas de integración en todos los Estados de la UE se basen en unos ámbitos de actuación comunes, que en una primera etapa serán los de empleo, educación, inclusión social y ciudadanía activa, y que pueden ser ciertamente el embrión de la puesta en marcha del método abierto de coordinación en el ámbito de las políticas de integración, desagregados cada uno de ellos en varios indicadores básicos:


A) Para el empleo, las tasas de empleo, desempleo y actividad.


B) Para la educación, el nivel máximo de educación alcanzado (porcentaje de la población con un nivel de educación terciario, secundario y primario o inferior a primario), el porcentaje de estudiantes de 15 años con bajo rendimiento en lectura, matemáticas y ciencias, el porcentaje de personas de entre 30 y 34 años de edad que han alcanzado un nivel de educación terciario, y el porcentaje de abandonos prematuros de la educación y formación.


C) Para la inclusión social, la renta neta media de la población inmigrante expresada en porcentaje de la renta neta media de la población total, la tasa de riesgo de pobreza (porcentaje de población cuya renta neta disponible es inferior al 60 % de la media nacional), el porcentaje de la población que percibe su estado de salud como bueno o malo, y la proporción de propietarios de bienes raíces respecto a los no propietarios entre los inmigrantes y entre el total de la población.


D) Por último, para la ciudadanía activa sus indicadores básicos son el porcentaje de inmigrantes que han obtenido la nacionalidad, el de los que se encuentran en posesión de un permiso de residencia permanente o de larga duración, y el de los inmigrantes entre los representantes elegidos.

Esos ámbitos de actuación comunes (y sus indicadores) deberían contribuir a mi parecer, y también es la tesis de la declaración, a poner de manifiesto, a hacer visibles, los aspectos positivos de la inmigración en la UE, manifestación que cobra aún mucho más sentido en el marco de la crisis económica y financiera que afecta a los Estados de la UE y que debería ir de la mano con políticas que “ayuden a luchar contra el racismo y la xenofobia y todas las formas de discriminación en nuestras sociedades”.

3. Por su interés, y porque han inspirado en gran parte la Declaración objeto de comentario en esta entrada, reproduzco las conclusiones y propuestas los dictámenes referenciados del CESE.

A) La integración y la agenda social.
“El Comité Económico y Social Europeo, en tanto que institución fuertemente comprometida tanto en el impulso y desarrollo de la Agenda de Política Social como en la promoción de la integración de las personas inmigrantes y de las minorías étnicas, ha decidido elaborar el presente Dictamen de iniciativa para que la Unión Europea refuerce los vínculos entre las políticas de integración y la Agenda de Política Social.

El año 2010 será un año muy importante para las políticas sociales de la UE: será el año Europeo de lucha contra la pobreza y la exclusión social; se elaborará la Estrategia UE 2020; y también se aprobará una nueva Agenda Social.

El Comité considera que en la revisión de la Agenda Social a partir de 2010 se deben considerar de manera más importante los efectos sociales de la inmigración.

Teniendo en cuenta que la inmigración-integración y la agenda social son competencia de Comisarios y Direcciones generales diferentes, el CESE propone que se mejore la cooperación política y administrativa dentro de la Comisión Europea.

Las políticas de integración deben estar vinculadas con los objetivos principales de la política social de la UE; de esta manera, todas las personas, también los nacionales de terceros países, los ciudadanos europeos de origen inmigrante y las minorías podrán aprovechar sus oportunidades. De igual modo, la lucha contra la exclusión social debe considerar a todas las personas, también los inmigrantes, sean ciudadanos de la UE o nacionales de terceros países.

El CESE considera prioritario reforzar la integración a nivel europeo teniendo en cuenta la crisis económica, la situación de los inmigrantes y las minorías en relación con el empleo, la inclusión social, la igualdad de género, la pobreza, la educación y la formación, la salud, la protección social y la lucha contra la discriminación.

La perspectiva de la diversidad derivada de la inmigración debe ser incorporada de forma horizontal en la formulación y ejecución de las políticas sociales, a la par que se desarrollan políticas y actuaciones específicas dirigidas a la integración de las personas inmigrantes y de las minorías étnicas.

En consecuencia, y teniendo en cuenta la experiencia desarrollada en otras políticas, el Comité propone que se articule un proceso de “mainstreaming” de la integración en los diferentes instrumentos políticos, legislativos y financieros de la UE, para promover la integración, la igualdad de trato y la no discriminación”.

B) Integración de los trabajadores inmigrantes.

“El CESE resalta el valor añadido europeo de las políticas de empleo y de inmigración e integración. Las políticas exclusivamente nacionales no funcionan, por lo que será necesario reforzar la base europea de estas políticas.

Los trabajadores y las trabajadoras inmigrantes están contribuyendo de manera positiva al desarrollo económico y al bienestar de Europa. A causa de la situación demográfica, la UE va a necesitar aumentar la acogida de nuevos inmigrantes.

Es necesario que se mejoren los procesos de integración tanto para la eficiencia económica como para la cohesión social. El empleo es un aspecto fundamental de la integración.

La integración es un proceso social bidireccional de adaptación mutua que debe ser facilitado a través de una buena gobernanza y de una buena legislación. El CESE reclama al Consejo la aprobación de la Directiva que debe garantizar un marco común de derechos para los trabajadores inmigrantes, así como la mejora de la legislación contra la discriminación.

La integración en el lugar de trabajo en condiciones de igualdad de oportunidades y de trato es también un desafío para los interlocutores sociales, que deben impulsarla en la negociación colectiva y en el diálogo social, también a nivel europeo. Las trabajadoras y los trabajadores inmigrantes deben tener una actitud favorable a la integración.

Las empresas desarrollan sus actividades en entornos cada vez más diversos. Es necesario que las empresas adopten un enfoque positivo de la diversidad cultural para mejorar la integración y también para ampliar las oportunidades.

El CESE propone a la Comisión que solicite la elaboración de un dictamen exploratorio en relación con la creación de una plataforma europea de diálogo para la gestión de la inmigración laboral, que está prevista en el Programa de Estocolmo (“Integración de los trabajadores inmigrantes”).

4. De la Declaración de Zaragoza creo que es importante retener las siguientes manifestaciones:

A) La base jurídica específica que ha abierto el Tratado de Lisboa para la política de integración y la apertura de una nueva etapa de cooperación entre los Estados que debería contribuir a lograr mayores avances.

B) La incorporación de la integración en todos los ámbitos políticos y sociales de actuación de la UE, en cuanto que una adecuada política en este ámbito ha de contribuir a su desarrollo y cohesión social.

Por ejemplo, se recuerda que el empleo “constituye una parte fundamental del proceso de integración y es esencial para la participación de los inmigrantes en la sociedad de acogida”. En el dictamen del CESE sobre integración de los trabajadores inmigrantes se pone de manifiesto que “desde el año 2000 en la UE el 21 % del crecimiento del PIB y el 25 % de los nuevos empleos se han creado gracias a la contribución de los inmigrantes, de tal manera que algunos sectores económicos se habrían estancado o habrían visto limitado su crecimiento de no haber sido ocupados en gran parte por trabajadores y trabajadoras inmigrados”.

En la declaración se enfatiza la importancia de elaborar políticas de carácter intersectorial que relacionen el empleo, la educación y la formación, y en el marco de esas políticas coordinadas de integración se sugiere la utilización del concepto de “capital humano”, entendido como “un recurso económico que permite la creación de nuevos bienes, servicios, ideas, conocimientos y tecnologías, cultura y riqueza”.

Se vuelve, una vez más, sobre la idea de poner en marcha “módulos europeos comunes” para cursos de acogida y lengua, y que faciliten la implicación de la sociedad de acogida y de la población inmigrante en el proceso de integración; en fin, no menos importante me parece la propuesta de adopción de medidas que impulsen las políticas de integración en los ámbitos de la educación y del empleo, partiendo de la constatación que la diversidad “es una característica estructural de nuestras sociedades” y que consiguiente su correcta gestión deviene del todo punto necesaria, y por ello coincido con la tesis del CESE de que “una buena gestión de esta diversidad en el interior de la empresa permite un mejor aprovechamiento de las capacidades de todos los trabajadores que tienen orígenes y culturas diversas, así como una mayor eficacia en las relaciones externas de la empresa con un mercado que también es diverso”.

Además, tal como ha puesto de manifiesto el CESE en su dictamen de 17 de febrero, “Las políticas de integración y de inclusión social deben dirigirse en varias direcciones, entre otras a la primera acogida, a la enseñanza de la lengua, las leyes y las costumbres, a la lucha contra la discriminación, a las políticas de empleo y de formación, a la igualdad de género, a la enseñanza de los menores, a la política familiar, a la política de juventud, a la vivienda, a la asistencia sanitaria, a la lucha contra la pobreza, a la extensión de los servicios sociales y a facilitar la participación ciudadana de las personas de origen inmigrante”.

C) Además de las referencias al empleo, la declaración de Zaragoza también incluye una mención específica a la participación integral, en concreto “la diversidad en el barrio” y constata la importancia de poner en práctica políticas de integración adaptadas a las diversas necesidades de la población, con una apuesta decidida por inversiones en barrios con alta concentración de inmigrantes para luchar contra la desigualdad, políticas que requieren de una intervención muy coordinada de todas las administraciones públicas competentes (estatales, regionales/autonómica, y locales). Tal como ha puesto de manifiesto el CESE, “una buena política urbana puede favorecer la integración y evitar los guetos urbanos degradados que en algunas ciudades se generan”.

Igualmente, se destaca la necesidad de evaluar las políticas de integración y se recuerda que desde 2004 ya se ha trabajado en esta línea, aunque hasta el presente se haya avanzado poco, a fin y efecto de establecer “objetivos, indicadores y mecanismos de evaluación claros para ajustar las políticas y evaluar los avances en la integración”.

5. En definitiva, la conferencia ministerial de Zaragoza ha enfatizado una vez más la importancia de las políticas de integración, y además ha abierto el camino para trabajar con unas reglas o criterios comunes en todos los Estados miembros de la UE que permitan conocer cómo y cuánto se avanza en la materia. Ahora, hay que pasar del marco teórico a la práctica, aunque no conviene olvidar que ya se está trabajando en ello desde hace mucho tiempo en un buen número de países, y lograr que sea efectiva la integración. La sociedad europea y el modelo social europeo se juegan buena parte de su futuro en ello.

2 comentarios:

Andrés del Viso dijo...

Disculpeme, profesor, pero, la verdad, no me parece memorable esa declaración, como tampoco la actuación de la presidencia española en este semestre.

Eduardo Rojo dijo...

Hola Andrés, muchas gracias por tu comentario.

Creo que la declaración tiene importancia por la nueva llamada que efectúa a potenciar la integración de la población inmigrada, pero que sólo será efectiva si el desarrollo del programa de Estocolmo permite sentar las bases (tanto jurídicas como sociales y económicas) para poder llevar a cabo esa política.

Sobre la presidencia española, creo que le ha tocado una etapa muy difícil en el terreno económico y de recomposición del marco institucional europeo, y por ello su actividad se ha visto mediatizada por ambos factores. Prefiero esperar a su finalización para hacer un balance completo de la misma.