El pasado 1 de agosto,
la página web de la OIT publicó una amplia nota de prensa en la que de facilitaba una amplia información de la reunión de las y los
Ministros de Trabajo y Empleo del G20 en
George (Sudáfrica) los días 30 y 31 de julio, así como de la intervención de su
Director General, Gilbert F-Hongbo, que pidió “una nueva ambición para reducir
las desigualdades, integrar a jóvenes y mujeres en el mercado laboral y avanzar
hacia el trabajo decente” .
Reproduzco un
fragmento de dicha nota:
“Bajo el lema
Solidaridad, igualdad y sostenibilidad, los ministros adoptaron el “Objetivo de
la Juventud de Nelson Mandela Bay”. Este compromiso, que da continuidad a los
avances del G20 desde Antalya 2014, busca reducir en un 5 % para 2030 la
proporción de jóvenes de 15 a 29 años que no estudian, no trabajan ni reciben
formación (NEET).
La Declaración
final propone fortalecer las estrategias de empleo juvenil, mejorar el acceso a
la formación técnica y profesional, promover el emprendimiento entre los
jóvenes y brindar apoyo específico a colectivos vulnerables, como mujeres
jóvenes y personas con discapacidad.
También se aprobó
el nuevo objetivo “Brisbane–eThekwini”, que fija la meta de reducir en un 25 %
la brecha en la participación laboral entre mujeres y hombres para 2030.
Además, se comprometieron a disminuir la brecha salarial de género en un 15 %
para 2035. Para lograrlo, apostaron por la igualdad salarial por trabajo de
igual valor, inversiones en servicios de cuidado de calidad y la eliminación de
barreras estructurales que limitan la participación plena de las mujeres.
Con el respaldo
técnico de la OIT, la Declaración destaca la importancia de la libertad
sindical, la negociación colectiva y el diálogo social tripartito para
garantizar una distribución justa de los beneficios de la productividad, cerrar
las brechas digitales y aprovechar la transformación digital en favor de una
protección social más eficiente y accesible...”.
Reproduzco dicha importante
Declaración , que considero de mayor interés,
así como también los resumen ejecutivos de las dos informes sobre la situación
de las y los jóvenes y las mujeres en el mercado de trabajo, que fueron
presentado en la reunión por la OIT y por la OCDE.
Buena lectura.
Declaración.
1. Nosotros, los
Ministros de Trabajo y Empleo de los miembros del G20, reunidos con los países
invitados en George, Sudáfrica, los días 30 y 31 de julio de 2025, nos
comprometimos a construir economías más prósperas mediante el fomento de una
fuerza laboral sostenible y resiliente, reconociendo la urgente necesidad de
abordar las desigualdades, promover la equidad en el mundo del trabajo y
garantizar el trabajo decente. Guiados por la presidencia sudafricana del G20 y
el tema general de Solidaridad, Igualdad y Sostenibilidad, recordamos el
Preámbulo de la Constitución de la OIT y reafirmamos nuestro compromiso de
impulsar políticas de trabajo decente que fomenten una fuerza laboral preparada
para el futuro. 2. Ante las transformaciones generalizadas y los desafíos
globales, provocados, entre otros, por los cambios tecnológicos, climáticos y
demográficos, sumados a la incertidumbre geopolítica y las persistentes
desigualdades, reafirmamos que el crecimiento económico y el trabajo decente
son esenciales para construir sociedades más justas, inclusivas y resilientes.
Destacamos la importancia de proteger los derechos laborales y humanos,
promoviendo al mismo tiempo instituciones laborales sólidas, un diálogo social
eficaz y la cooperación internacional para la creación de mercados laborales
equitativos.
3. En este
sentido, reconocemos que promover el trabajo decente, incluyendo la creación de
empleo pleno y productivo, empleos de calidad y la garantía de la idoneidad y
sostenibilidad de los sistemas de protección social, es fundamental para
reducir la desigualdad, ampliar la participación económica e impulsar el
crecimiento económico. Los gobiernos, en consulta con los interlocutores
sociales, desempeñan un papel central en la formulación e implementación de
políticas en este sentido. Reafirmamos nuestro compromiso con las Prioridades
Políticas del G20 para Reducir las Desigualdades en el Mundo del Trabajo (Anexo
1 de la Declaración Ministerial de Fortaleza de 2024) y nos comprometemos a
revisar periódicamente las tendencias, políticas y programas pertinentes.
Crecimiento Inclusivo, Creación de Empleo y Empoderamiento Juvenil
4. Empoderar a los
jóvenes a través de la educación, el empleo y la participación es esencial para
la cohesión social a largo plazo, el crecimiento económico sostenible y el
logro del trabajo decente. Si bien se han logrado avances desde la adopción del
Objetivo de la Juventud de Antalya 2015, más de 267 millones de jóvenes en todo
el mundo no reciben educación, empleo ni formación (NINI), y quienes abandonan
la escuela prematuramente, las mujeres jóvenes, los jóvenes con discapacidad y
quienes carecen de las competencias pertinentes corren un mayor riesgo de
exclusión a largo plazo. Reafirmamos nuestro compromiso de promover políticas
que ofrezcan empleos de calidad y acceso a la educación y formación técnica y
profesional (EFTP), dirigidas especialmente a los jóvenes que se enfrentan a
barreras estructurales arraigadas en la pobreza, la exclusión, el
desplazamiento forzado y el acceso limitado a las oportunidades.
5. Ante estos
desafíos persistentes y las rápidas transformaciones del mercado laboral,
reconocemos la urgencia de intensificar los esfuerzos para promover la
formación de calidad para los jóvenes, crear oportunidades de empleo y prevenir
la marginación de una nueva generación. Basándonos en el Objetivo de Antalya,
nos comprometemos con la Meta para la Juventud del G20 de Nelson Mandela Bay:
reducir las tasas de NEET entre los jóvenes de 15 a 29 años en un 5 % adicional
para 2030, con especial énfasis en el apoyo a los jóvenes desfavorecidos,
incluidas las mujeres jóvenes, los jóvenes con discapacidad y otros grupos
vulnerables en riesgo de exclusión. [Consulte el Anexo 1].
6. Para lograrlo,
mejoraremos la calidad, el alcance y la capacidad de respuesta de las
estrategias o iniciativas nacionales de empleo juvenil. Fortaleceremos las
transiciones de la educación al trabajo mediante la inversión en EFTP de
calidad, programas de aprendizaje, formación en el trabajo y la capacitación y
el reciclaje profesional, en consonancia con las necesidades cambiantes del
mercado laboral, evitando al mismo tiempo que estas transiciones provoquen una
disminución del trabajo decente para los jóvenes. Nuestro objetivo es cerrar la
brecha entre la evolución de las necesidades del mercado laboral y las
competencias de los jóvenes, especialmente en áreas de alto potencial como las
economías verde, digital y del cuidado. Reconocemos que la responsabilidad
desproporcionada del trabajo de cuidados no remunerado que recae sobre las
mujeres jóvenes genera pobreza de tiempo, lo que contribuye a mantenerlas
inactivas y limita su potencial de ingresos. Por ello, apoyamos la expansión de
la atención de calidad, incluido el cuidado infantil, y la creación de empleo
decente en la economía del cuidado para fomentar una mayor participación en el
mercado laboral. 7. Colaboraremos con los organismos pertinentes para mejorar
la situación de los jóvenes en el mercado laboral, incluyendo la
sensibilización, la orientación y el apoyo a su salud mental y bienestar, para
que puedan empezar a trabajar, reincorporarse al mercado laboral, permanecer en
él y tener éxito.
8. Reconociendo la
importancia de empoderar a los jóvenes y fomentar la innovación, promoveremos
el emprendimiento juvenil como una vía viable hacia el trabajo decente,
buscando eliminar las barreras a la financiación, apoyando y facilitando
ecosistemas para las empresas emergentes y apoyando a los jóvenes para que
asuman responsabilidades de liderazgo y aprovechen las oportunidades
empresariales. Trabajaremos para garantizar vías de migración regulares,
ordenadas, seguras y bien gestionadas basadas en competencias. Además,
fomentaremos la colaboración con organizaciones juveniles e interlocutores
sociales para garantizar que las políticas se basen en la realidad y creen un
entorno propicio para aumentar las oportunidades de empleo juvenil. Nuestro
objetivo es aprovechar y colaborar a través del Pacto del G20 con África (CwA)
y el Centro de Investigación sobre Emprendimiento en las Economías del G20.
Instamos a ambas iniciativas a integrar actividades de empleo juvenil en sus
planes de implementación y esperamos con interés la Mesa Redonda de
Emprendimiento del G20 de 2025. Reconociendo que las condiciones demográficas,
incluidas las relacionadas con el envejecimiento de la población, varían entre
países, observamos que las políticas deben responder a estas diversas
necesidades, así como a sus rápidos cambios.
9. Solicitamos a
la OIT y a la OCDE que apoyen la implementación y el seguimiento anual de la
Meta para la Juventud Nelson Mandela Bay del G20 mediante el fortalecimiento de
los sistemas de datos, el aprendizaje internacional y la publicación continua
de los informes del G20 sobre la Juventud en el Trabajo. Estos informes harán
un seguimiento del progreso, supervisarán las tasas de ninis e indicadores
auxiliares basados en datos nacionales desagregados, y analizarán las
dimensiones del empleo juvenil, como la calidad del empleo, el acceso a la
formación profesional, el trabajo de cuidados remunerado y no remunerado y el
emprendimiento, centrándose en las personas en riesgo de exclusión. Igualdad de
Género en la Fuerza Laboral
10. Casi todos los
países han reducido la brecha de participación laboral entre hombres y mujeres
desde 2012. Aproximadamente la mitad de los países del G20 están en vías de
alcanzar la meta de reducción del 25% para 2025, y más países están en vías de
alcanzarla para 2030. Recordando nuestro compromiso de cumplir la meta acordada
por nuestros líderes en Brisbane en 2014, de “reducir la brecha en las tasas de
participación entre mujeres y hombres en nuestros países en un 25% para 2025”,
y teniendo en cuenta las circunstancias nacionales, adoptamos el Objetivo de
Brisbane-EThekwini, que se basa en la ambición original al ampliar nuestro
compromiso de reducir las brechas de género en la participación laboral en un
25% para 2030 con respecto a los niveles de 2012. Reconocemos la
subrepresentación de las mujeres en puestos de liderazgo y toma de decisiones,
y que la participación por sí sola no es suficiente para garantizar la igualdad
en la calidad del empleo y las condiciones laborales. El rápido ritmo de los avances
tecnológicos, los cambios demográficos y la transición hacia economías
sostenibles hacen que el objetivo de cerrar estas brechas de género sea aún más
desafiante y esencial.
11. Recordando la
Declaración de Río de Janeiro de los líderes del G20 en 2024, reconocemos la
importancia de cerrar la brecha salarial de género y observamos que la
persistente desigualdad salarial socava la inclusión económica, limita los
ingresos de las mujeres a lo largo de su vida y su seguridad en la jubilación,
y frena la productividad y el crecimiento general. La desigualdad salarial
entre hombres y mujeres por un trabajo de igual valor sigue siendo un obstáculo
importante para la igualdad de género en el mercado laboral. Nos comprometemos
a reducir progresivamente la brecha salarial de género y a promover la igualdad
salarial por un trabajo de igual valor, y alentamos a los países del G20 a
trabajar para reducir la brecha salarial no ajustada entre hombres y mujeres en
un 15 % para 2035 (con base en los niveles de 2022). Realizaremos nuestra
revisión después de 5 años para considerar aumentar el objetivo al 35 % para
2035.
13. También
intensificaremos nuestros esfuerzos para impulsar medidas y políticas que
aborden la segregación educativa y ocupacional, con el fin de reducir la
sobrerrepresentación de las mujeres en sectores informales, de bajos ingresos,
de baja calidad y con alta intensidad de mano de obra. Nos comprometemos a
promover la participación plena e igualitaria de las mujeres en todos los
sectores y niveles del mundo laboral, incluyendo el liderazgo empresarial y los
puestos en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), respetando
plenamente su libertad para elegir carreras profesionales. Reconocemos, además,
la importancia de promover el empleo decente e invertir en un sector de
cuidados de calidad, que incluya el cuidado infantil, el cuidado de personas
mayores y la atención inclusiva para personas con discapacidad, ya que este
sector está dominado por mujeres mal remuneradas. Estos factores son clave para
empoderar a las mujeres con responsabilidades de cuidado, apoyar el crecimiento
inclusivo y aumentar la participación general en la fuerza laboral. Asimismo,
recordamos nuestro apoyo al Marco de las 5R de la OIT para un Cuidado Decente y
la Resolución sobre Trabajo Decente y la Economía del Cuidado. 14. Reiteramos
nuestro compromiso de eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo,
incluidos la violencia y el acoso de género, y de promover los principios del
Convenio núm. 190 y la Recomendación núm. 206 de la OIT. Crear un mundo laboral
libre de violencia y acoso es esencial para garantizar la dignidad, la
seguridad y la igualdad de todos los trabajadores.
15. Mejoraremos la
recopilación de datos desglosados, los marcos de seguimiento y la transparencia
en la presentación de informes para promover la rendición de cuentas e impulsar
políticas basadas en la evidencia. Los informes anuales del G20 sobre Mujeres
en el Trabajo, elaborados por la OIT y la OCDE, seguirán haciendo seguimiento
del progreso y apoyando el aprendizaje mutuo sobre indicadores clave, como las
brechas de género en la participación laboral, las brechas salariales de
género, la progresión profesional, la representación ocupacional sectorial y la
participación de las mujeres en el trabajo de cuidados, remunerado y no
remunerado, incluido el trabajo doméstico.
16. Animamos a los
países a unirse a la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial (EPIC) y
a acelerar el progreso hacia el logro de la igualdad salarial por un trabajo de
igual valor, un paso fundamental para eliminar las desigualdades en el mundo
del trabajo. Abordar la desigualdad y garantizar unos ingresos laborales justos
17. Nos preocupa
la continua disminución de la participación de la renta laboral en algunos
miembros del G20 durante las últimas dos décadas y el deterioro de la calidad
del empleo para una proporción significativa de la fuerza laboral. Estas
tendencias también se han visto impulsadas por la disociación entre los
salarios y la productividad, especialmente para los trabajadores con salarios
más bajos, y la persistencia del trabajo informal y precario. Estas tendencias
han afectado de forma desproporcionada a los grupos vulnerables y a las
personas en situación de vulnerabilidad.
18. Recordando las
Prioridades políticas del G20 sobre la participación de la renta laboral y las
desigualdades (Anexo 1 de la Declaración de Ankara, 2015) y las Prioridades
políticas del G20 para reducir las desigualdades (Anexo 1 de la Declaración de
Fortaleza, 2024), reconocemos que la creación de empleos productivos y
decentes, incluso mediante la formalización de la economía informal y una
economía que fomente la inversión, es un factor importante para estimular la
demanda agregada. Reconocemos también que fortalecer una protección social
adecuada para todos es fundamental para reducir las desigualdades y aumentar la
resiliencia de los trabajadores ante los cambios tecnológicos, climáticos y
demográficos. Reconocemos que muchas personas enfrentan barreras para
participar plenamente en el mercado laboral, especialmente las personas con
discapacidad y aquellas con problemas de salud, responsabilidades de cuidado y,
en algunos países, con bajos niveles de cualificación. En este sentido,
reconocemos que se necesitan políticas y programas específicos para mejorar el
acceso al trabajo decente y reducir las desigualdades. Además, enfatizamos la
importancia de fomentar un ciclo virtuoso de crecimiento de la productividad y
mejor empleo mediante la capacitación, el reciclaje profesional y la mejora de
las competencias, recordando las Recomendaciones de Política del G20 de 2022
para el Crecimiento Sostenible, la Productividad y el Desarrollo de la
Capacidad Humana mediante el fortalecimiento de la Formación Profesional Basada
en la Comunidad (FPBC).
19. Nos
comprometemos a promover mecanismos de fijación de salarios y políticas de
protección salarial. Unos salarios mínimos legales o negociados colectivamente
adecuados, cuando se respaldan con medidas eficaces para garantizar su
cobertura y cumplimiento, siguen siendo una herramienta esencial para abordar
la remuneración insuficiente y los bajos salarios. Reconocemos la importancia
de la libertad de asociación, la negociación colectiva y el diálogo social
tripartito como esenciales para garantizar que los trabajadores reciban una
parte justa de las ganancias de productividad, apoyar resultados equitativos en
el mercado laboral, mejorar las condiciones de quienes están empleados
informalmente y facilitar la transición de la economía informal a la formal.
20. Mantenemos
nuestro compromiso con la meta 8.7 de los ODS de adoptar medidas inmediatas y
eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud moderna y
la trata de personas, y asegurar la prohibición y eliminación de las peores
formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de
niños soldados, y proseguir nuestros esfuerzos para erradicar el trabajo
infantil en todas sus formas. Reafirmamos nuestro compromiso de apoyar la
conducta empresarial responsable y la transparencia en las cadenas de
suministro mundiales, así como las políticas y la legislación que promueven la
debida diligencia y la protección de todos los trabajadores, contribuyendo así
a unos mercados laborales mundiales más justos y resilientes.
Protección social
y digitalización para un futuro del trabajo inclusivo
21. Reconocemos la
importancia de fortalecer las instituciones del mercado laboral y los sistemas
de protección social para brindar seguridad en los ingresos, reducir la
informalidad y apoyar las transiciones profesionales a lo largo de la vida. El
Portal de Política Social del G20 sigue siendo una plataforma útil para
compartir experiencias y buenas prácticas en este ámbito.
22. La
transformación digital ofrece importantes oportunidades para mejorar la
protección social de los trabajadores y la población, especialmente de los
grupos vulnerables, y es fundamental para ayudar a las empresas y a los
trabajadores a afrontar las transformaciones del mercado laboral. A medida que
la economía digital continúa evolucionando, es necesario superar las brechas
digitales entre los países y dentro de ellos, incluida la brecha digital de
género, mediante un enfoque centrado en las personas para impulsar la
digitalización, incluyendo la mejora de la protección laboral y social, de
conformidad con los Principios de IA del G20 (Anexo de la Declaración
Ministerial de Tsukuba, 2019). En este sentido, destacamos los beneficios
potenciales de las tecnologías emergentes para mejorar la protección social,
así como los riesgos de exclusión de los grupos vulnerables, incluidas las
personas con discapacidad. Reafirmando nuestros compromisos previos, seguimos
comprometidos con la mejora de las condiciones laborales y el acceso a la
protección social para todos los trabajadores, incluidos aquellos en formas
atípicas de empleo y en plataformas digitales de trabajo, de conformidad con
las normas internacionales del trabajo, como el Convenio sobre la protección
social (norma mínima), 1952 (núm. 102) y la Recomendación núm. 202 de la OIT
sobre los pisos de protección social (2012). Reconocemos la importancia de las
oportunidades de desarrollo de competencias, reciclaje profesional y
perfeccionamiento de las habilidades para que los trabajadores puedan
desenvolverse con mayor eficacia en la economía digital. Tomamos nota de los
debates normativos sobre trabajo decente en la economía de plataformas
celebrados en las 113.ª y 114.ª sesiones de la Conferencia Internacional del
Trabajo.
23. Si bien
reconocemos los riesgos que presentan las tecnologías digitales en términos de
acceso a la protección social para los trabajadores en diferentes tipos de
empleo, incluidas las categorías de trabajadores que a menudo tienen tasas de
cobertura más bajas que otras, la transformación digital puede mejorar la
eficiencia, la accesibilidad y la transparencia en la prestación de la
protección social.
Camino a seguir
24. Subrayamos la
importancia de una evaluación y presentación de informes precisos sobre la
cobertura nacional y mundial de la protección social para fortalecer nuestros
esfuerzos por alcanzar la meta 1.3.1 de los ODS (sistemas de protección social
para todos, incluidos los pisos). En este contexto, instamos a la OIT y a otras
organizaciones internacionales a que sigan fortaleciendo el marco internacional
para las estadísticas de seguridad social.
25. Como Ministros
de Trabajo y Empleo del G20, reafirmamos nuestra responsabilidad compartida de
promover un futuro del trabajo sostenible, resiliente, inclusivo y próspero.
Continuaremos la implementación coordinada de las cuatro áreas prioritarias que
hemos abordado: (i) crecimiento inclusivo, creación de empleo y empoderamiento
juvenil; (ii) igualdad de género en la fuerza laboral; (iii) abordar la
desigualdad y garantizar ingresos laborales justos; y (iv) protección social y
digitalización para un futuro laboral inclusivo.
26. Nos
comprometemos a fortalecer la formulación de políticas basadas en la evidencia
utilizando datos desagregados del mercado laboral, sistemas de monitoreo
mejorados y un diálogo social tripartito eficaz. Fortaleceremos la colaboración
en el G20 y con las organizaciones internacionales pertinentes, a la vez que
continuamos el diálogo con el L20, el B20 y otros grupos de participación para
promover una agenda compartida para el crecimiento económico y la
sostenibilidad.
27. También
reafirmamos los compromisos asumidos durante presidencias anteriores, incluida
la promoción de vías migratorias bien gestionadas, regulares y basadas en
competencias para abordar la brecha global de competencias y apoyar un
crecimiento global sostenible e inclusivo, reconociendo los desafíos para
retener la mano de obra cualificada.
28. Recordamos
nuestro compromiso de considerar el desarrollo de una clasificación
internacional de referencia de ocupaciones según los requisitos de competencias
y cualificaciones para promover un intercambio óptimo de competencias,
beneficiando tanto a los países de origen como a los de destino. Instamos a la
OIT y a la OCDE a que completen el estudio de viabilidad sobre el desarrollo de
la clasificación internacional de referencia, incluyendo un proyecto piloto en
sectores clave para 2027, y a que presenten un informe de progreso en 2026.
29. Agradecemos a
la OIT, la OCDE, el Grupo Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y la
AISS sus contribuciones técnicas al Grupo de Trabajo sobre Empleo del G20 de
2025.
30. Finalmente,
expresamos nuestro agradecimiento a Sudáfrica por su orientación durante la
Presidencia del G20 de 2025 y nos comprometemos a presentar esta Declaración en
la Cumbre de Líderes del G20 en Johannesburgo para su consideración. Esperamos
impulsar estas prioridades bajo la Presidencia del G20 de Estados Unidos en
2026.
Anexo 1: Objetivo
Nelson Mandela Bay del G20 sobre Empleo Juvenil (2025-2030)
Sobre la base del
Objetivo de Antalya de 2015, que buscaba reducir en un 15 % para 2025 la
proporción de jóvenes con mayor riesgo de quedar permanentemente rezagados en
el mercado laboral, el Objetivo Nelson Mandela Bay del G20 sobre Empleo Juvenil
busca mejorar la integración de los jóvenes en los mercados laborales mediante
un enfoque holístico y con visión de futuro. Para 2030, los miembros del G20:
1. Reducir las
tasas de ninis en un 5 % adicional
Reducir la
proporción de jóvenes (de 15 a 29 años) que ni trabajan, ni estudian, ni
reciben formación (ninis) en un 5 % adicional para 2030, en comparación con las
tasas observadas en 2024.² Reconociendo el importante progreso logrado por
algunos países, que supera con creces el Objetivo de Antalya, los países con
tasas de ninis inferiores al 10 % se comprometen a mantener el impulso. Además,
realizarán un seguimiento de la tasa de ninis por separado para hombres y
mujeres según sus componentes, es decir, ninis desempleados (aquellos que
buscan activamente empleo) y ninis inactivos (aquellos que no buscan
activamente empleo), y realizarán un seguimiento de la proporción de ninis de
larga duración (aquellos que se encuentran en esta situación durante más de 6 o
12 meses, según la disponibilidad de datos).
2. 2. Impulsar la
eficacia de las estrategias o iniciativas de empleo juvenil
Acelerar la
implementación de estrategias nacionales o regionales de empleo juvenil basadas
en el “Anexo III: Principios de Política del G20 para Promover Mejores
Resultados en el Empleo Juvenil” de 2015, garantizando su alineamiento con los
objetivos de desarrollo económico y social. Esto incluye el desarrollo de
marcos de seguimiento a nivel nacional para evaluar y perfeccionar las
políticas. Este seguimiento debe identificar acciones para llegar a los jóvenes
más desfavorecidos que no trabajan, ni estudian, ni se forman, o que están en
riesgo de hacerlo. Se alienta a los países a colaborar con el Pacto del G20 con
África (CWA) para impulsar reformas y estrategias que conduzcan a la promoción
del empleo decente para los jóvenes en el continente.
3. Fortalecer las
competencias de los jóvenes para el futuro laboral
Dotar a los
jóvenes de las competencias que demanda el mercado laboral mediante la lucha
contra el abandono escolar; ampliar el acceso a oportunidades de aprendizaje en
el trabajo, especialmente en la educación y formación técnica y profesional
(EFTP), prácticas, aprendizajes y programas similares; y proporcionar
orientación estudiantil y profesional. y promover el bienestar mental tanto de
mujeres como de hombres jóvenes.
1 Para ello, se
centró en los jóvenes con bajas habilidades y cualificaciones; aquellos que no
trabajan, ni estudian ni reciben formación (NEET); o las personas poco
cualificadas que son NEET o tienen empleo informal.
La OCDE y la OIT
utilizaron la tasa de NEET como indicador principal para supervisar el progreso
hacia este objetivo y los objetivos de política relacionados.
2 La tasa de NEET
se define como la proporción de jóvenes de 15 a 29 años que no trabajan, ni
estudian ni reciben formación. La meta es una reducción del 5 % en cinco años,
equivalente al mismo ritmo anual del objetivo de Antalya (15 % en 15 años). Por
ejemplo, un país con una tasa de NEET del 10 % en 2024 (reportada en 2025)
debería aspirar a reducirla al 9,5 % para 2029 (reportada en 2030). 4.
Fortalecer la promoción del emprendimiento juvenil
Establecer marcos
que faciliten la inversión privada y creen empleo para los jóvenes. Impulsar el
emprendimiento y la innovación como vías de acceso al empleo, por ejemplo,
mejorando el acceso de los jóvenes a financiación asequible, servicios de
desarrollo empresarial, asesoramiento y mentoría; establecer centros de
incubación tanto en zonas urbanas como rurales; y garantizar su inclusión en
las políticas y programas del mercado laboral. Se alienta a los países a
adoptar medidas en el marco del Plan de Acción para el Emprendimiento del G20 y
a colaborar con el Centro de Investigación sobre Emprendimiento de las
Economías del G20 para apoyar su implementación efectiva.
El progreso hacia
la Meta Nelson Mandela Bay del G20 se supervisará anualmente a través de los
Informes del G20 sobre la Juventud en el Trabajo, elaborados con la asistencia
técnica de la OIT y la OCDE. Ambas organizaciones internacionales recopilarán
todos los datos pertinentes para el seguimiento de las metas. Los informes
también se centrarán en temas relevantes como la calidad del trabajo y el
trabajo de cuidados no remunerado, entre otros.
Jóvenestrabajadores en los países del G20: Avances y medidas políticas en 2024
Conclusiones clave
Entre 2014 y 2024,
la proporción de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni trabajan, ni estudian, ni
reciben formación (NEET) en las economías del G20 (excluidas la Unión Africana,
la Unión Europea (UE), China y España) disminuyó de un promedio del 20 % al
17,6 %. A pesar de esta evolución positiva general, persisten variaciones
significativas entre las economías avanzadas y emergentes del G20. Las
economías emergentes suelen presentar tasas de NEET más altas, y países como
Sudáfrica (41,7 %), Turquía (28,8 %), India (24,7 %) e Indonesia (23,5 %)
siguen registrando tasas significativamente superiores al 20 %. Si bien la
mayoría de las economías del G20 han experimentado una disminución en las tasas
de ninis, algunas han experimentado aumentos, en particular Alemania, la
República de Corea y Sudáfrica, con incrementos de 0,2, 1 y 5 puntos
porcentuales, respectivamente. Estos aumentos representan desviaciones
preocupantes con respecto a la tendencia general y ponen de relieve los
desafíos persistentes en sus mercados laborales, exacerbados por la
incertidumbre económica actual. Estos retrocesos subrayan la vulnerabilidad del
empleo juvenil a las perturbaciones externas, incluidas las derivadas de los
persistentes impactos económicos de la pandemia de COVID-19.
El progreso hacia
el Objetivo de Antalya —una ambiciosa meta establecida por los líderes del G20
en 2015 con el objetivo de reducir la tasa de ninis en un 15 % para 2025— ha
sido desigual. Aproximadamente la mitad de las economías del G20 con datos
disponibles están en vías de alcanzar este objetivo para 2024. Si bien países
como Italia y España han superado significativamente la meta de reducción,
otros se han quedado cortos, con brechas sustanciales en Turquía (2,5 puntos
porcentuales por debajo), la República de Corea (3,2 puntos porcentuales por
debajo) y, en particular, Sudáfrica, donde la brecha alcanza los 10,5 puntos
porcentuales. El progreso continuo hacia este objetivo exige intervenciones
específicas que aborden las barreras estructurales que enfrentan los jóvenes
para acceder al mercado laboral. Basándose en el Objetivo de Antalya, y para
seguir avanzando, las economías están considerando la introducción del nuevo
Objetivo Nelson Mandela Bay del G20, que busca reducir las tasas de ninis entre
los jóvenes de 15 a 29 años en un 5% adicional para 2030 (base de referencia:
2024).
Las disparidades
en las tasas de ninis entre mujeres y hombres persisten en casi todas las
economías del G20, con la excepción de Canadá, la República de Corea y el Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. En promedio, las mujeres jóvenes
tienen 8,6 puntos porcentuales más de probabilidades de ser NiNi que los
hombres jóvenes, observándose las brechas más significativas en India, Arabia
Saudita y Turquía, que superan los 20 puntos porcentuales. No obstante, han
surgido indicios alentadores de una reducción de las brechas entre mujeres y
hombres, ya que la disminución de las tasas de NiNi durante la última década ha
sido generalmente mayor para las mujeres jóvenes que para los hombres jóvenes,
especialmente en India, Indonesia, Italia y México. Abordar las persistentes
desigualdades de género, en particular en las economías emergentes donde las
normas sociales y las responsabilidades de cuidado influyen considerablemente
en la participación de las mujeres jóvenes en el mercado laboral, sigue siendo
fundamental para un desarrollo inclusivo y sostenible.
La distinción
entre jóvenes inactivos y desempleados en situación de NiNi ofrece una
perspectiva adicional sobre la dinámica del mercado laboral juvenil. En las
economías del G20, el 12,3 % de los jóvenes se encontraban en situación de NiNi
inactivos en 2024 (es decir, no buscaban empleo activamente), en comparación
con el 5,3 % que buscaban trabajo activamente pero estaban desempleados. El
grupo inactivo representa un segmento particularmente difícil de conectar a
través de los servicios de empleo tradicionales debido a barreras como las
responsabilidades de cuidado infantil, problemas de salud, aislamiento y acceso
limitado a la información sobre el mercado laboral. Las políticas deben adoptar
estrategias de alcance más amplias, centrándose no solo en el empleo, sino
también en abordar estas barreras multifacéticas a la participación.
Reconociendo estos
desafíos, las economías del G20 han implementado diversas iniciativas políticas
específicas, estructuradas en torno a tres áreas clave:
Fortalecimiento de
la demanda laboral juvenil: Los países han introducido incentivos financieros
para animar a las empresas a contratar jóvenes. Por ejemplo, Australia, Brasil,
la República de Corea y Turquía han implementado programas de subsidios específicos.
El Servicio de Empleo Juvenil de Sudáfrica destaca por su iniciativa impulsada
por el sector privado, que ofrece experiencias laborales de calidad a jóvenes
desempleados.
Mejora de los
programas de educación y formación: Las iniciativas han hecho hincapié en la
mejora de la empleabilidad de los jóvenes mediante la educación y formación
técnica y profesional (EFTP). La reforma estructural de Francia, a través de
France Travail, amplía significativamente los servicios de empleo
individualizados y la coordinación interinstitucional. De igual manera, la
Garantía de Formación Profesional (Ausbildungsgarantie) de Alemania mejora la
accesibilidad a la formación profesional. El Programa de Prácticas Laborales
para Estudiantes de Canadá crea oportunidades de aprendizaje integrado en el
trabajo que ayudan a los estudiantes de educación superior a adquirir
competencias profesionales, apoyan a los empleadores en el desarrollo del talento
y alinean la educación con las cambiantes necesidades del entorno laboral.
Combinación de
iniciativas para la oferta y la demanda de mano de obra juvenil: Los miembros
del G20 han seguido implementando políticas que integran la educación y la
formación, el empleo y la intermediación. La Garantía Juvenil reforzada de la
UE y la Garantía Juvenil de Inglaterra en el Reino Unido son algunos ejemplos
en este ámbito. En última instancia, la mejora continua de los resultados en
materia de empleo juvenil en las economías del G20 requerirá enfoques de
políticas integradas, continuas y reforzadas, así como sistemas de apoyo
diseñados para abordar vulnerabilidades específicas, como las disparidades y la
inactividad entre mujeres y hombres. Las futuras iniciativas políticas deben
centrarse cada vez más en:
dotar a los
jóvenes de competencias relevantes;
promover la
calidad del empleo de acuerdo con las normas internacionales del trabajo; y
crear condiciones
laborales inclusivas y resilientes a los desafíos económicos actuales.
Mujeres en elTrabajo en los países del G20: Progreso y acción política en 2024
Hallazgos clave
El informe de 2024
“Mujeres en el Trabajo en los Países del G20: Progreso y acción política”
ofrece una evaluación exhaustiva del progreso hacia la igualdad de género en
los resultados del mercado laboral, destacando las tendencias, los logros y las
acciones políticas más significativas en las economías del G20 (OIT y OCDE,
2024). El informe de este año hace balance de los logros alcanzados en 2024 en
el logro del Objetivo de Brisbane, cuyo objetivo era reducir la brecha de
género en la participación laboral en un 25 %. Este informe también presenta
nueva evidencia sobre la persistencia de las brechas salariales de género y
destaca las medidas políticas destacadas adoptadas por los países para promover
la igualdad de género en el mercado laboral.
Evolución del
mercado laboral
En los últimos
años, los mercados laborales del G20 han demostrado resiliencia, en particular
recuperándose de las graves perturbaciones causadas por la pandemia de
COVID-19. Para el primer trimestre de 2025, las tasas de participación laboral
habían recuperado o superado los niveles prepandemia en la mayoría de los
países del G20, impulsadas principalmente por aumentos significativos en la
participación laboral femenina, en particular en países como India, Japón, la
República de Corea, Arabia Saudita y Turquía. En cambio, la participación
laboral masculina experimentó un crecimiento limitado e incluso disminuyó en
países como Argentina, México y el Reino Unido. En general, esta dinámica
contribuyó a la reducción de la brecha de género en la participación laboral en
gran parte del G20, lo que pone de relieve el papel cada vez más activo de las
mujeres en la recuperación y el crecimiento económicos. Avances hacia el
Objetivo de Brisbane
Los países del G20
establecieron una ambiciosa meta, a través del Objetivo de Brisbane, de reducir
la brecha de género en la participación laboral en un 25% entre 2012 y 2025.
Para 2024, se habían logrado avances significativos: la brecha de género promedio
no ponderada del G20 en la participación laboral disminuyó del 22,2% en 2012 al
18%, una reducción de casi el 19%. No obstante, este progreso está por debajo
del 25% previsto. Nueve economías, entre ellas Argentina, Australia, la Unión
Europea, Francia, Alemania, Japón, la República de Corea, Sudáfrica y el Reino
Unido, casi alcanzaron o superaron el Objetivo de Brisbane. Sin embargo, varios
países, como India, Indonesia, Italia, México, Arabia Saudita y Turquía, aún
están muy por debajo de la meta, a pesar de las considerables mejoras. La
pandemia de COVID-19 inicialmente frenó el progreso, pero las recuperaciones
posteriores han visto un fuerte repunte de la participación femenina en la
fuerza laboral, lo que pone de relieve el potencial continuo de mayores
avances.
Brecha salarial de
género
A pesar de los
avances en las tasas de participación, persisten brechas sustanciales en la
calidad del empleo entre hombres y mujeres. Un aspecto clave se relaciona con
la remuneración. Las brechas salariales de género siguen siendo un obstáculo
crítico para la igualdad de género en los mercados laborales del G20. La brecha
salarial no ajustada, que refleja la diferencia bruta en los salarios mensuales
medios entre hombres y mujeres, se situó en aproximadamente el 15,4 % en las
economías del G20 en 2022/23, lo que representa una mejora respecto al 20,6 %
de 2006. El progreso ha variado significativamente según el país: Brasil,
Indonesia, Japón y Sudáfrica han logrado reducciones sustanciales, mientras que
China, India y Turquía han visto ampliarse las brechas salariales. Incluso al
ajustar las brechas salariales por factores como las diferencias en educación,
edad y sector laboral entre hombres y mujeres, la brecha salarial de género
sigue siendo sustancial, lo que indica problemas estructurales subyacentes que
perpetúan la desigualdad salarial. Acciones políticas recientes en favor de la
igualdad de género
En 2024, los
países del G20 continuaron implementando activamente diversas políticas
destinadas a mejorar la igualdad de género en el mercado laboral. Entre las
iniciativas destacadas se incluyen:
•
Aumento de la
participación femenina en la fuerza laboral: Estrategias como la primera
Estrategia Nacional de Australia para el Trabajo de las Mujeres (2024-2034),
los programas de formación profesional financiados con fondos públicos de Japón
y la formación profesional específica de Turquía tienen como objetivo directo
impulsar la participación de las mujeres en el mercado laboral en sectores
dominados por los hombres.
Abordando la
brecha salarial de género: Con la adhesión de 11 países del G20 a la Coalición
Internacional para la Igualdad Salarial (EPIC), iniciativas como la plataforma
Equi'Vision de Canadá, la Directiva de Transparencia Salarial de la Unión
Europea y las reformas legislativas de México representan sólidos esfuerzos
hacia la transparencia salarial y el compromiso de alinearse con los estándares
globales.
Mejorar la
seguridad laboral: Iniciativas en Brasil, India y Arabia Saudita se centran en
reducir la informalidad laboral y fomentar el emprendimiento femenino mediante
incentivos fiscales y protección social.
Facilitando la
conciliación de la vida laboral y familiar: Políticas nacionales integrales de
cuidado, servicios de cuidado infantil ampliados, asequibles, accesibles y de
alta calidad, legislación laboral flexible y políticas mejoradas de licencia
parental en países como Australia, Brasil, Canadá, Alemania, Indonesia, la
República de Corea y el Reino Unido han sido fundamentales en las estrategias
para lograr una mayor participación y retención de las mujeres en la fuerza
laboral. •
Mejorar las
condiciones laborales de las personas trabajadoras del cuidado remuneradas: Los
países del G20 están impulsando reformas en la economía del cuidado mediante la
mejora de las condiciones laborales a través de marcos nacionales como la
Política Nacional de Cuidados de Brasil, la garantía de salarios justos
mediante la revisión de las tarifas de los cuidados de larga duración en Japón
y el aumento del salario mínimo en Australia y Sudáfrica.
•
Prevenir y abordar
la violencia y el acoso en el trabajo: Nueve países del G20 han ratificado el
Convenio sobre la Violencia y el Acoso, 2019 (núm. 190) de la OIT, lo que ha
mantenido el compromiso de crear entornos de trabajo más seguros mediante
marcos nacionales integrales, reformas legales y mecanismos de prevención y
aplicación con perspectiva de género.
En general, el
informe destaca avances considerables, al tiempo que destaca los desafíos
persistentes que requieren intervenciones políticas continuas y reforzadas. A
medida que los países del G20 se acercan al final del plazo acordado para
alcanzar el Objetivo de Brisbane y la posible adopción de una meta adicional,
los esfuerzos sostenidos y las estrategias innovadoras serán cruciales para
alcanzar plenamente la igualdad de género y aprovechar los inmensos beneficios
económicos y sociales que dicha igualdad puede aportar.
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