miércoles, 8 de mayo de 2019

Condiciones de trabajo desde una perspectiva mundial. Notas al Informe de la OIT y Eurofound.


1. El lunes 6 de mayo era hecho público el informe elaborado conjuntamente por la OIT y laFundación Europea para la mejora de las condiciones de vida y de trabajo (Eurofound)sobre las condiciones de trabajo en un ámbito geográfico que alcanza a 1.200 millones de personas trabajadoras en todo el mundo, con inclusión de Estados europeos, americanos y asiáticos.

En concreto, los países analizados para la investigación fueron los 28 Estados de la Unión Europea, Turquía, China, Corea del Sur, Estados Unidos, un bloque centroamericano integrado por El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, y tres Estados de América del Sur que fueron Argentina, Chile y Uruguay.

Es un informe de muy recomendable consulta y lectura, siendo probablemente uno de los que ha prestado atención a un número mayor de trabajadores y trabajadoras de todo el planeta. Disponemos de un excelente resumen en castellano, y del texto íntegroen inglés. Igualmente, hay una amplia nota de prensa oficial, difundida al mismo tiempo que se hacía público el Informe, que sintetiza los contenidos más relevantes del texto y en la que se recogen las manifestaciones de las personas responsables del informe por parte de cada una de las dos organizaciones en los términos siguientes: “Las buenas condiciones de trabajo contribuyen al bienestar de los trabajadores y al éxito de las empresas”, señala Manuela Tomei, Directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT . “Comprender las cuestiones que afectan al bienestar y a la productividad de los trabajadores de uno y otro sexo es decisivo para conseguir trabajo decente para todos, sobre todo en una época en que las nuevas tecnologías y las nuevas formas de organización del trabajo están remodelando el mundo del trabajo.”… “Puede mejorarse la calidad del empleo reduciendo las exigencias excesivas a los trabajadores y limitando su exposición a riesgos, y también poniendo más a su alcance recursos laborales que le ayuden a conseguir los objetivos de su trabajo, o mitigando los efectos de esas exigencias”, puntualizó Juan Menéndez Valdés, Director Ejecutivo de Eurofound. “Los trabajadores, los empleadores y sus respectivas organizaciones tienen una función que cumplir en la mejora de la calidad del empleo.”.

2. El informe analiza las siguientes siete dimensiones de la calidad del trabajo: el entorno físico, la intensidad del trabajo, la calidad del tiempo de trabajo, el entorno social, las competencias y la evolución, las perspectivas y los ingresos.

Se ponen de manifiesto las importantes diferencias existentes si se analiza la perspectiva global, pero al mismo tiempo se enfatizan las similitudes existentes y que ponen de relieve la necesidad de actuar de la forma más rápida y eficaz posible para corregir los defectos que afectan de manera negativa a la calidad del trabajo de muchas personas, con especial preocupación para la población trabajadora femenina, jóvenes y migrantes.

“¿Cuáles son los datos más relevantes a mi parecer que pueden extraerse del amplio informe? Con una valoración obviamente subjetiva, por cuanto puede ponerse el acento con mayor o menor intensidad en los contenidos de los diversos apartados, destacaría los siguientes:  

A) La habitualidad en la exposición a riesgos físicos, y en mayor medida para los trabajadores “blue collars”, destacando la problemática del riesgo por sonido acústico elevado y que afecta a un porcentaje de personas trabajadoras que se sitúa entre 20 y el 33 % del total. Repárese además en la importancia de los riesgos físicos por la exposición en el trabajo tanto a muy altas como a muy bajas temperaturas.

B) Los ritmos intensos de trabajo y con plazos muy ajustados respecto a su realización, que afectan a un porcentaje que oscila entre el 33 y el 50 %. Más concretamente la extrema flexibilidad, que provoca situaciones de estrés laboral importantes para una parte no menospreciable de la población trabajadora, se pone de manifiesto cuando se calcula en un porcentaje de cerca del 15 % el de quienes afirman que las modificaciones se les anuncian prácticamente sin antelación o como mucho un día antes.

No deja de ser preocupante también la situación de tensión vivida en el trabajo por quienes tienen relación directa con personas a las que forman (caso del profesorado) o a las que atienden (personal del sector del comercio), y que deben dar respuesta permanente a las necesidades de aquellas, con situaciones de estrés y tensión emocional que no deben desconocerse. El informe pone especial atención en la necesidad de adoptar medidas que limiten los riesgos psicosociales ya que, por ejemplo, las situaciones de estrés vinculadas a este tipo de trabajo son el segundo problema de salud laboral más importante en Europa, solo por detrás de los problemas musculoesqueléticos.

C) El número de horas trabajadas que supera las 48 por semana (¿nos acordamos de la importancia histórica de la reivindicación de la jornada de 40 horas semanales?) llega al 40 % en China y Corea, e incluso alcanza el 60 % en Turquía, pareciendo entonces de mucha menor importancia (aunque indudablemente la tiene por su estrecha relación con la seguridad y salud en el trabajo y la prevención de riesgos laborales) que ese porcentaje sea “solo” del 15 % en los Estados de la UE.

Más aún, sumando tanto las horas remuneradas como aquellas que se realizan en el ámbito familiar y que no aparecen en las estadísticas como tiempo de trabajo, se comprueba (yo diría que simplemente se reafirma) a escala mundial que las mujeres trabajan durante más horas que los hombres.

D) Un aspecto que hay que valorar positivamente es el dato de un número importante de personas encuestadas que son del parecer que prestan sus servicios en un “entorno laboral comprensivo” y que consideran aceptables y adecuadas las relaciones con sus superiores y los compañeros y compañeras de trabajo. No obstante, no deja de ser especialmente preocupante el dato global, superado en varios Estados, de que hasta un 12 % de las personas trabajadoras “sufren insultos, conductas humillantes, intimidaciones, conductas no deseadas de naturaleza sexual o acosa sexual”.

E) Avanza, es otro dato positivo, el número de quienes afirman que disponen de margen de autonomía en la realización de su trabajo y en decisiones que afectan al mismo, con las lógicas diferencias entre los Estados y en las que influyen la preparación y los conocimiento de las personas trabajadoras y el entorno empresarial en el que pueden desarrollar plenamente sus aptitudes; diferencias que ciertamente son relevantes si nos fijamos, por ejemplo, en el dato de EEUU, UE y Uruguay (entre 72- 84 %) y lo comparemos con el de China (55 %) o Corea (32 %).

F) Nada nuevo bajo el sol respecto a la diferencia de trato entre mujeres y hombres por lo que respecta a la remuneración salarial; es decir, y con los matices propios de cada realidad económica y social, las mujeres ganan menos que los hombres y tienen una mayor presencia en el extremo inferior de distribución de los ingresos.

También es menor, en términos globales, la calidad del trabajo para las mujeres, poniéndose el acento en que ello deriva de las múltiples interacciones entre las realidades sociales y los marcos normativos vigentes, tales como “los sistemas de bienestar y familiar, las estructuras del mercado laboral, los tipos de vidas centrados en el género y la división del trabajo remunerado y no remunerado”. Con contundencia se afirma en el informe, y con pleno fundamento de causa a mi parecer, que las diferencias de género “resultan fundamentales para entender las tendencias de las condiciones de trabajo en todo el mundo”.

G) Es preocupante la inseguridad laboral que padecen muchos trabajadores y trabajadoras, como consecuencia de su situación precaria en el mercado de trabajo, ya sea por tener contratos de duración determinada, bien por estar ocupados en la economía informal, bien por trabajar en sectores y/o puestos de trabajo que se ven especialmente afectados por el cambio tecnológico y el desarrollo acelerado de la digitalización.

Dicha situación no afecta sólo a los Estados con menor desarrollo de su normativa laboral en orden a proteger a las personas afectadas, sino que también se da, a título de ejemplo, entre cerca de un 16 % de quienes trabajan en la UE que temen perder su puesto de trabajo en una perspectiva de pocos meses, si bien, es más preocupante, a mi parecer, la inseguridad manifestada por cerca de un 30 % que afirman estar trabajando “en un trabajo sin perspectivas de carrera”.

Pero, también puede la botella medio llena si prestamos atención a un dato mucho más positivo y esperanzador para seguir avanzando en la mejora de la calidad del trabajo, cual es que entre un 30 y un 60 % de las personas encuestadas afirmaron que su puesto de trabajo ofrecía perspectivas de desarrollo de su carrera profesional.  

H) No puede faltar en el informe la obligada, muy correctamente a mi parecer, referencia a la necesidad de impulsar el diálogo social para la elaboración de políticas, tanto dentro como fuera del lugar del trabajo, que pongan en el centro del debate la necesidad de mejorar su calidad y la consiguiente adopción de medidas para conseguirlo. La participación de la representación del personal para adaptar las normas existentes a las condiciones laborales en cada empresa, y por consiguiente implicándose en la organización del trabajo, se valora en el informe como un elemento especialmente positivo para la mejora de la calidad

I)  La semana (cinco días de trabajo) y el horario “inglés” (de 9 a 17 horas, más o menos) no parece desde luego predominante a escala mundial si hemos de hacer caso a los datos del informe, a pesar de la reducción progresiva del tiempo de trabajo experimentado desde los albores del nacimiento de la normativa laboral y de protección social.

Baste aquí únicamente con señalar que el informe resalta que más de la mitad de las personas trabajadoras trabajan los sábados, y que cerca de un tercio lo hace el domingo; o además, que en los países examinados entre un 10 y un 40 % prestan sus servicios en trabajo a turnos u horario nocturno; o incluso que un descaso inferior a las 11 horas entre dos jornadas de trabajo “no es inusual”.

También la diferencia entre tiempo de trabajo y tiempo de vida personal parece alejarse mucho de los patrones deseados por gran parte del mundo laboral, ya que no menos del 25 % de la población encuestada afirma que trabaja “en su tiempo libre”.

J) ¿Hay trabajadores pobres como consecuencia de que sus ingresos no les permiten vivir dignamente, ya sea solo en su caso con sus familias? Sí, y con mayor afectación a escala global entre las mujeres que entre los hombres, consecuencia sin duda de la segregación ocupacional.

3. Un repaso a las características propias de cada territorio al que se ha dedicado la atención en el informe nos presenta datos más concretos y más “pegados” a la realidad económica y social de aquel, de los que vale la pena destacar algunos de ellos.

A) Por ejemplo, en el ámbito de la UE, el informe efectúa una llamada a seguir investigando sobre los distintos contenidos de la vida laboral que afectan a la calidad del trabajo, a fin y efecto de disponer de mayores datos que puedan contribuir a acercar aquella y su calidad a los estándares de mayor nivel. Para quienes han elaborado el informe, “Mejorar la calidad de los puestos de trabajo y las condiciones de trabajo necesita acción continua en la regulación a nivel nacional - y supranacional - con el fin de proporcionar la protección de los trabajadores y los incentivos para mantener un alto nivel de estándares de calidad. También necesita acción dentro de las empresas y los lugares de trabajo, donde las cuestiones cruciales del trabajo la organización y el diseño del trabajo se deciden. Y en este contexto, garantizar la participación efectiva de los trabajadores es una un componente vital. Los actores de las relaciones laborales por lo tanto, se enfrentan a un reto importante para encontrar formas, y para rediseñar el trabajo y mejorar la calidad de los puestos de trabajo”.

B) Las referencias a China deben enfatizar a mi parecer el envejecimiento de su población y el incremento de los trabajadores “white collar”, así como la mejora de las condiciones salariales.

No obstante, el análisis de los datos disponibles pone de manifiesto que los incrementos salariales se reparten de forma muy desigual, que un elevado porcentaje de la población, superior al 30%, trabaja 48 o más horas semanales, y que los riesgos laborales, tanto físicos como los derivados de la intensidad laboral, afectan al 20 %.

C) Si nos fijamos en Corea, destaca igualmente el elevado número de quienes trabajan más de 40 horas semanales y  las dificultades de índole económica que sufre una parte de la población para subvenir a sus necesidades propias y familiares aún trabajando, y preocupa igualmente las diferencias de condiciones laborales entre hombres y mujeres, con afectación negativa al segundo colectivo y que suele estar encuadrado en ocupaciones con bajo nivel salarial.

D) La realidad estadounidense tiene muchos aspectos controvertidos, de los que destacaría dos que deberían ser objeto de corrección: el primero, que cerca de la mitad de la población trabajadora afirma que trabaja durante su tiempo libre para poder dar salida a todas su obligaciones laborales pendientes; la segunda, el preocupante porcentaje del 25 % que afirman sufrir o haber sufrido algún tipo de acoso en el trabajo o de trato hostil por sus superiores, con especial afectación a las más mujeres más jóvenes y  las de mediana edad entre quienes se vieron afectadas por el acoso, mientras que los abusos u ofensas verbales se dirigieron en mayor medida hacia los trabajadores varones más jóvenes, enfatizándose por quienes han elaborado el informe que “En última instancia, las condiciones de trabajo están estrechamente vinculadas a la satisfacción en el trabajo. Reducir la frecuencia de las condiciones adversas, las largas horas y la intensidad del trabajo, mientras que simultáneamente se promueve la creatividad, el apoyo social y la autonomía, probablemente mejorará las opiniones de los trabajadores sobre sus puestos de trabajo, y tendrá un impacto beneficioso en la economía como un todo”.

4. En cualquier caso, y para ir concluyendo estas notas, el informe subraya que hay un conjunto de factores que afectan a todos los Estados y a todas las personas trabajadoras, y aquello que puede variar es la mayor o menos intensidad con la que se produce, por lo que es necesario pensar en propuestas y alternativas que, sin desconocer la realidad económica y social de cada Estado, puedan servir como punto de referencia para políticas a escala internacional.

Tales factores son el incremento de la participación femenina en el mercado de trabajo, el cambio en la organización y modelos de producción, el avance tecnológico (incluyendo la digitalización) y su impacto sobre las nuevas formas de organización del trabajo, tanto en el interior como fuera de la empresa, y el mayor uso de formas de prestación laboral que pueden calificarse de temporales y no permanentes, por contraposición al trabajo estable.

En su apartado final, como también ocurre en muchos otros informes, se deja la puerta abierta a seguir avanzando y profundizando en el estudio, examen y análisis, de otros factores que tienen también un indudable impacto sobre la calidad del trabajo, tales como “factores económicos; la estructura ocupacional de la mano de obra; el papel del diálogo social en la toma de decisiones a todos los niveles; la medida en que la regulación del trabajo y del empleo facilita la integración de los grupos potencialmente más vulnerables del mercado de trabajo; y el contenido de las políticas destinadas a ampliar los derechos laborales”.

Buena lectura.

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