1. El Consejo deJusticia e Interior de la Unión Europea celebra hoy y mañana una nueva reunión,
teniendo prevista la Comisión Europea presentar la Comunicación recientemente
hecha pública, el 21 de mayo, “Maximizar la repercusión en el desarrollo de la
migración”, que tal como reza el subtítulo es su contribución “al diálogo de
alto nivel de las Naciones Unidas y próximas etapas hacia la ampliación de los
vínculos entre desarrollo y migración”. En la presentación del documento, el
pasado 22 de mayo, la Comisaria de asuntos de interior, Cecilia Malmström,
manifestó que “La migración y la movilidad son factores clave del desarrollo
sostenible, pero la cooperación mundial en este ámbito debe dar un salto
cualitativo. El Diálogo de Alto Nivel previsto para octubre es una ocasión
única para dar un impulso a la agenda mundial sobre migración y desarrollo y
promover medidas concretas que aporten una contribución significativa a la vida
de los migrantes”, mientras que el Comisario de desarrollo, Andris Piebalgs, subrayó
que «la migración debe ser reconocida como un factor de desarrollo económico,
social y medioambiental integrador y, como tal, ser incluida como prioridad en
la agenda de desarrollo post-2015».
Se trata, sin duda, de una cuestión de
relevante importancia y que ha merecido la atención de los investigadores
especializados en la materia, como lo prueba un reciente artículo de Joan
Lacomba y Cristina Benlloch, publicado en la Revista Española de
Investigaciones Sociológicas, con el título “Reexaminado la migración a partirdel Informe sobre Desarrollo Humano 2009”, cuya principal conclusión es que “el
vínculo entre ambos no se produce en un único sentido, ni obedece a patrones
generalizables, más allá de la constatación de que son los países con un
desarrollo humano medio los más afectados por la migración, pero también los
más beneficiados por ésta”.
2. En el ámbito
internacional, es de especial interés el documento sobre las migracioneslaborales presentado por la Oficina Internacional de Trabajo para debate a la
316ª reunión del Consejo de Administración de la OIT, celebrada en Ginebra en
noviembre de 2012, del que destaca en especial a mi parecer la petición de que
el diálogo de alto nivel que se llevará a cabo los días 3 y 4 de octubre en
2013 en la ONU sobre inmigración, dedicado de forma monográfica a debatir sobre
“aspectos pluridimensionales de la migración internacional y el desarrollo”,
verse sobre cuatro temas de indudable importancia a escala mundial: “la
contribución de las migraciones y los migrantes al desarrollo; la integración
de la migración en el desarrollo; la migración irregular, y las alianzas y la
cooperación”, desde la consideración previa e importante, que comparto
plenamente, de que “los migrantes han de ser tratados en calidad de
trabajadores y no como factores de producción”, y también que “es preciso centrar
los análisis en las cuestiones relativas a la igualdad y definir el desarrollo
como algo más que el crecimiento del PIB”, por lo que cualquier debate sobre
inmigración ha de vincularse a cuestiones económicas y laborales, y no sólo
“guardar relación con factores de política interior o de seguridad”. La OIT
insiste en la importancia de prestar atención, y adoptar las medidas para
corregirla, a la migración irregular, que se calcula que supone entre un 10 y
un 15 % del total, destacando algo que es bien sabido en los países llamados
desarrollados, que es la permanencia de los migrantes en el país de acogida,
aunque hayan perdido su empleo, por las sombrías perspectivas laborales en caso
de retornar al país de origen, por lo que hay que tomar las medidas normativas
y prácticas adecuadas, ya que “la persistencia de la migración irregular y del
trabajo no declarado que realizan los migrantes demuestran la existencia de
fallos generales”.
Recuérdese que
los últimos datos globales disponibles sobre migración son la presencia de
alrededor de 214 millones de personas, 3,1 % de la población mundial, que
residen en un país distinto del de origen, de los que 104 millones son
económicamente activas, y sumándoles sus familiares suponen el 90 % de la
población total migrante. En la reciente Comunicación de la Comisión, se añade
que 150 millones son ciudadanos de países no pertenecientes a la OCDE y que la
mayor parte de la migración internacional “se produce dentro de las regiones,
sobre todo en los países en desarrollo”, calculándose, por poner un ejemplo
significativo, que “más del 80 % de todos los migrantes africanos residen en
otros países africanos”.
3. Antes de
abordar el estudio de la citada Comunicación, y de sus antecedentes, es
necesario detenerse en el análisis de algunos datos sobre la inmigración y el
asilo en la Unión Europea.
A) ¿Es la
inmigración un problema? ¿Cuál es la perspectiva en los Estados de la UE? Respondemos con el eurobarómetro núm. 78 de otoño de 2012, dedicado a la
opinión pública en la UE.
A la pregunta de
cuáles son los principales preocupaciones de los europeos a escala nacional, la
inmigración se sitúa en el noveno lugar (8 %), por detrás del desempleo (48 %),
la situación económica (37 %), la inflación y el incremento de los precios (24
%), la deuda del gobierno (17 %), bienestar y protección social (12 %),
inseguridad (11 %) impuestos (9 %) y las pensiones (8 %). Sólo en un país,
Reino Unido, la inmigración aparece entre los tres primeros problemas, el
tercero (24 %), por detrás del desempleo (40 %) y la situación económica (30
%). En fin, cuando se pregunta a los encuestados cuál es su principal
preocupación, la inmigración baja al 12ª lugar (2 %)
B) ¿Cuál es la realidad estadística de la
inmigración en Europa? La repasamos con los datos del suplemento especial sobre
rasgos demográficos de la revista trimestral “EU employment and socialsituación”, del mes de marzo de 2013.
A 1 de enero de
2012 la población UE es de 503,7 millones, 1,3 millones más que hace un año. El incremento natural de la población
(nacimientos menos defunciones) supuso el 31 % de este incremento (0,4
millones). La migración contribuyó al 69 % restante (0’9 millones). El informe no
descarta que pueda llegar a producirse un fenómeno a escala europea de
crecimiento negativo natural, por el incremento de defunciones por edad y por
el reducido número de nacimientos. En tal caso, el grado de incremento o
disminución de la población europea “dependería de la contribución hecha por la
inmigración”.
La población se
incrementó en 19 Estados. En España fue debido exclusivamente al incremento
natural (4.500), ya que la inmigración disminuyó en 41.200 personas. En dos
países, Alemania e Italia, el incremento se debió exclusivamente a la migración
neta (281,8 y 241,1 respectivamente).
Varios países debieron gran parte de su incremento a la inmigración neta
(Bélgica, República Checa, Dinamarca, Chipre, Luxemburgo, Austria, Finlandia y
Suecia). Ningún país debió su descenso de población de forma exclusiva a la
migración neta, y cuatro la debieron en buena medida a la misma (Grecia, Letonia,
Lituania y Portugal).
Un dato
importante por su impacto indirecto sobre la inmigración es la edad de la
población europea, que era de 41.5 años (de 35 años en Irlanda a 45 en
Alemania). De 0 a 14 años supone el 15,6 % de la población, entre 15 y 64
(“población trabajadora”) el 66,6 %, y de 65 en adelante el 17,8 %. En 2012, la edad media de la población
europea era de 41,9 años, mientras que la edad media de los extranjeros
viviendo en la UE es de 34,7 años.
Durante 2011
alrededor de 1,7 millones de inmigrantes que provenían de terceros Estados
accedieron a la UE, y 1,3 millones de personas que vivían ya en territorio UE
cambiaron su Estado de residencia. El mayor número de inmigrantes se dio en
Reino Unido (566.044), seguido por Alemania, España (457649) e Italia (los
cuatro países recogen al 60,3 % de los inmigrantes en la UE-27). El mayor
número de emigrantes se dio en España (507742), seguida del Reino Unida,
Alemania y Francia. 16 países tuvieron más inmigración que emigración.
A 1.1.2012 viven
en UE 20,7 millones de personas de terceros Estados, igual al 4,1 % de la
población total europea. Además, hay 13,6 millones de personas con ciudadanía
de un Estado UE que viven en otro Estado de la UE. Alemania, España, Italia, Reino
Unido y Francia son los cinco países con mayor número de extranjeros, 77,1 %
del total (porcentaje superior a su peso en el conjunto de la población
europea, que es del 62,9 %). Las tres comunidades más importantes de población
extranjera son la rumana (que viven en otro Estado de la UE, 2,3 millones),
turca (2,3 millones) y marroquí (1,9 millones), es decir, 7 %, 7 % y 5,6 % del
total de la población que vive fuera de su país (europea y extranjera).
Hablar de
inmigración no puede hacerse sin saber qué ciudadanos de terceros Estados (y en
algunos casos también de algún Estado de la UE) han adquirido la nacionalidad
de un Estado de la UE (o cambiado dentro de la UE). En 2011 Reino Unido supuso
el 22,7 % de total de nuevas naturalizaciones, con 177.600 personas, seguido
por Francia, España (114.599) y Alemania. Más exactamente, el 86,7 % de
ciudadanos que adquirieron nacionalidad de un Estado UE eran de terceros
países, principalmente de África (26,2 %), Asia (22,6 %), otros países europeos
de fuera de la UE (18,9 %) y Norte y América del Sur (16,9 %). En 2011, el
mayor número de nuevos ciudadanos de la UE, por adquisición de nacionalidad, al
igual que en años anteriores, fue el de Marruecos (64.200, 8,2 % del total) y
Turquía (48800, 6,2 %). Los marroquíes adquieren nacionalidad francesa,
española (22,4 % de los nuevos) e italiana, y los turcos de Alemania (57,5 %) y
Francia.
C) ¿Cuál es la
realidad del asilo? Según los
datos más recientes de Eurostat
se presentaron 332.000 solicitudes de asilo en 2012 (302.000 en 2011), 90 %,
por primera vez, siendo un 70 % presentadas en Alemania, Francia, Suiza, Reino
Unido y Bélgica. 73 % de las decisiones adoptadas en 2012 (y que por ello
podían ser de peticiones de años anteriores) fueron rechazadas. Al 14 % se le
concedió estatus de refugiado, 10 % la protección subsidiaria, y 2 %
autorización para permanecer en el país por razones humanitarias. Por países, el
mayor número de solicitantes proviene de Afganistán (26.250), Siria (23510) y
Rusia (23.360).
4. Entramos
ahora en el examen de la relación entre migración y movilidad en la política de
la UE en materia de inmigración, y es obligado recordar las grandes líneas de
la importante Comunicación, anterior a la ahora presentada, de 18 de noviembre
de 2011 sobre un nuevo enfoque global de la migración y movilidad.
¿Cuáles son los
objetivos fundamentales de esta nueva política migratoria plasmada en la
Comunicación? En primer lugar, se destaca la importancia de reforzar las
relaciones entre diversas políticas de la UE (migración, movilidad, política de
visados,…) para regular de forma adecuada la movilidad de nacionales de
terceros países que atraviesan, o tratan de atravesar, las fronteras exteriores
de la UE, recordando en este punto, para destacar la importancia de esta
cuestión, que en 2009 se expidieron alrededor de 11 millones de visados
Schengen. Por otra parte, las políticas de visados y su mayor facilidad de
obtención para ciudadanos de algunos Estados han de ponerse en relación con el
cumplimiento por parte de estos de ciertas reglas previas en materia de asilo,
gestión de fronteras y control de la migración irregular. En fin, las políticas
de migración y movilidad han de estar en estrecha relación con la política
exterior y los objetivos de desarrollo de la UE “de una manera coherente e
integrada”. En el ámbito laboral se sigue insistiendo en la necesidad de
combinar las necesidades europeas en materia de mano de obra con una política
de integración adecuada de los nacionales de terceros países, explorando todas
las posibilidades para conseguir que la migración laboral guarde relación con la demanda
existente, con una propuesta concreta, y acertada a mi parecer, sobre la
conveniencia de la transferibilidad de los derechos sociales y de pensión, que
“podría facilitar la movilidad y la
migración circular y ser un factor disuasorio para el trabajo irregular, por lo
que debería mejorarse”.
Descendiendo del
marco general a un mayor grado de concreción, el nuevo enfoque migratorio debe
basarse en cuatro pilares, a los que se concede igual importancia en el
documento:
A) Organización
y facilitación de la migración legal y
la movilidad, explorando las posibilidades de complementariedad con los
Estados de los que proviene el mayor flujo migratorio. Con un lenguaje nada
diplomático sino tremendamente pragmático desde el plano económico, se conviene
en la necesidad de que los empleadores tengan la posibilidad de encontrar a
“los mejores” para cubrir los puestos de trabajo, y al mismo tiempo ofrecer más
oportunidades de empleo en Europa “para los mejores de cualquier lugar del
mundo”, en el bien entendido, y la referencia aquí es una buena prueba más de
los límites jurídicos existentes para lograr tales objetivos, que debe
respetarse plenamente “la competencia de los Estados miembros para gestionar
sus mercados laborales”. El documento pasa revista exhaustiva a todo lo hecho
hasta ahora en materia legal para facilitar la migración regular en la UE, y
sugiere ampliar las posibilidades de acceso a la UE de quienes desean estudiar
o investigar en territorio europeo, estrechar las relaciones entre los
servicios públicos de empleo de los Estados UE
y los de los países socios, y potenciar la creación de centros de
recursos para la migración y movilidad en los países de origen, en donde, en
estrecha relación con el nuevo portal de integración de la UE, se facilitaría
información previa a la partida, “centrándose en la correspondencia de las
cualificaciones, la mejora de las mismas y el dominio de las lenguas de la UE,
en cooperación con los Servicios Públicos de Empleo, las agencias de la UE y
otros interesados”.
En desarrollo de
estos planteamientos, ya se ha presentado una propuesta de Directiva el 25 de marzo, “relativa a los
requisitos de entrada y residencia de los nacionales de terceros países con fines
de investigación, estudios, intercambio de alumnos, prácticas remuneradas y no remuneradas,
servicios de voluntariado y colocación au pair”, Su objetivo, según la Comisión, es hacer la UE “más
atractiva para los estudiantes e investigadores extranjeros”, estableciendo que
“La nueva legislación fijará plazos más claros para que las autoridades
nacionales tomen una decisión sobre las solicitudes, brindará más oportunidades
de acceder al mercado laboral durante su estancia y facilitará la circulación
dentro de la UE”.
B) Prevención y
reducción de la inmigración irregular y de la trata de seres humanos,
poniéndose de manifiesto que “sin unos controles fronterizos que funcionen bien
y con unos niveles más bajos de migración irregular, no será posible que la UE
ofrezca más posibilidades de migración legal y movilidad”. La Comisión demanda
la plena aplicación de las Directivas sobre retorno y sanciones a los
empleadores que contraten a trabajadores extranjeros en situación irregular,
así como también una utilización plena de Frontex en la vigilancia de fronteras
exteriores, una mayor cooperación sobre la seguridad de los documentos, y
vincular acuerdos de readmisión a acuerdos de facilitación de visados como
parte de la nueva política exterior de migración de la UE.
C) Promoción de
la protección internacional y potenciación de la dimensión exterior de la
política de asilo; La UE debe potenciar los programas regionales de protección
para fortalecer las capacidades de protección y los sistemas de asilo de los
países y regiones socios, y debe mejorar sus políticas de reasentamiento en
colaboración con tales socios.
D) En fin,
maximizar la repercusión en el desarrollo de la migración y la movilidad, con un amplio campo de
actuación para obtener los máximos resultados de las transferencias de remesas
de dinero, los conocimientos técnicos y las innovaciones. Destaco la importancia que la Comunicación
concede a la promoción del código de buenas prácticas de la Organización
Mundial de la Salud sobre la contratación internacional de personal sanitario,
y también a la supervisión de la Directiva “blue card” para atenuar la fuga de
cerebros. Conviene valorar la importancia de las remesas, pero también se
requiere tomar en consideración seriamente los costes sociales de las
migraciones “y los riesgos de las familias de acabar dependiendo de los
ingresos procedentes de las remesas”.
Especialmente
importante me parece la referencia, algo más que meramente formal, a que las
políticas migratorias han de centrarse en las personas de los migrantes y el
respeto de sus derechos fundamentales, ya que la gobernanza de la migración “no
está relacionada con flujos, stocks y rutas; se trata de personas”. Dicho en
los términos del documento, el principio de la nueva gestión se basa en que el
migrante “es el centro del análisis y de cualquier actuación y debe poder
acceder a una movilidad segura”.
El documento
pasa revista a cuales deben ser las prioridades geográficas y qué instrumentos
y cobertura jurídica debe concederse a las distintas relaciones con países
terceros, partiendo de la premisa previa de que las amplias relaciones
establecidas entre la UE y numerosos Estados obliga a redefinir cuáles han de
ser aquellas prioridades, que deben estar en consonancia “con la política
exterior de la UE y con la realidad de las tendencias migratorias hacia la UE y
sus Estados miembros”.
De manera muy
bien ordenada y estructurada, se destaca que la primera prioridad ha de ser la
Asociación con el Mediterráneo Meridional
(Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto), y con la Asociación
Oriental (Ucrania, Belarús, Moldova, Georgia, Armenia y Azerbaiyán), con una
estrecha relación entre migración y movilidad por una parte y cooperación
política, económica, social y de seguridad por otro. En segundo término, debe
contemplarse la relación estratégica UE-África, es decir los 53 estados
africanos, sobre migración, movilidad y empleo, y el llamado “Proceso de Praga”
con 19 estados del este. Se prevén procesos subregionales específicos para el
Arica Occidental y para el cuerno de África (África Oriental), y el abordaje de
la llamada ruta de Budapest que incluye a buena parte de países del Asia
central. En fin, cabe pensar en la intensificación del diálogo entre la UE y
los países del grupo de África, Caribe y el Pacífico, por una parte, y con los
de América Latina y la región del Caribe por otra, sin olvidar prestar atención
a las relaciones entre la UE y los países asiáticos.
Junto a los
diálogos regionales, el documento prevé un amplio número de diálogos
bilaterales UE- Estados (Turquía y Rusia
serían dos buenos ejemplos), y en este terreno la Comisión apuesta por
centrarse en un número relativamente limitado de Estados, poniendo de relieve
que los diálogos bilaterales “complementan los proceso regionales y, en la
medida de lo posible, deben estar vinculados a acuerdos que abarcan todo el
espectro de la cooperación entre la UE y el país correspondiente”.
Las herramientas
para la puesta en marcha del nuevo proceso de migración y movilidad pueden ser
las llamadas “de conocimiento”, “de diálogo” y de “cooperación”; en las primera
se incluyen “perfiles migratorios, instrumentos cartográficos, estudios,
informes estadísticos, evaluaciones de impacto y misiones exploratorias; en lo
segundos, “misiones de migración, seminarios y conferencias”; en los terceros,
“capacitación, plataformas de cooperación, intercambios de expertos,
hermanamientos, cooperación educativa y proyectos y programas focalizados”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario