jueves, 5 de enero de 2012

Sobre el Estado del Bienestar y el modelo social europeo. ¿Qué futuro para la Europa social?

La Cátedra de Ética y Pensamiento Cristiano del Instituto Químico de Sarriá, de la Universidad Ramón LLull, cuyos responsables son los profesores José Sols y Albert Florensa, tuvo la amabilidad de invitarme a participar en su XIII Simposio, celebrado en el día de ayer y que tuvo como tema central el futuro de Europa. Se trata de un simposio anual de reconocido prestigio, dirigido al profesorado de la institución, y en el que desde el año 2000 se ha abordado el estudio y debate de materias de indudable interés como puede comprobarse consultando su página web.

La organización me pidió que centrara mi atención en el Estado del Bienestar y el modelo social europeo, y que planteara los retos con los que se enfrenta en la actualidad, en una sociedad en permanente cambio, para su mantenimiento y supervivencia.

En el documento que preparé para el Simposio, y que ahora pongo a disposición de todos los lectores y lectoras del blog con la autorización de los responsables de la Cátedra, se encuentran algunas notas sobre los orígenes del Estado del Bienestar, una amplia consideración de la historia de lo que fue en su día la Comunidad Económica Europea y ahora es la Unión Europea, un examen de los documentos más recientes de la UE en los que se abordan cambios en el modelo social, y la visión que tienen los europeos (según recientes eurobárometros) de cómo está avanzado, o retrocediendo, la Europa social. Pero, si tuviera que señalar qué valor añadido aporta el documento presentado en el día de ayer pondría el acento en su última parte, en la que bajo la pregunta de quién manda en Europa hoy analizo los documentos europeos (del Banco Central Europeo, de la Comisión y del Consejo) en los que se imponen obligaciones a Italia, Portugal, Grecia y España (bueno, para nosotros sólo se trata oficialmente de recomendaciones) para modificar sus normas laborales en la línea de desprenderlas de todo aquello que algunos eurócratas (probablemente muy fundamentalistas, porque hay que serlo para darle a las reformas laborales el valor de piedra filosofal que resolverá todos los problemas) califican de rigideces que dificultan el buen funcionamiento del mercado de trabajo. En la exposición me ayudé de varios vídeos de indudable interés para ver qué es la Europa social y cómo ha ido evolucionando, así como también como impacta sobre la misma los conflictos económicos acaecidos en Estados Unidos y cuál es la predisposición (poca, parece) de uno de los países más importantes del planeta en el momento presente, China, para ayudar a resolver los problemas económicos del viejo continente.

Tuvimos poco tiempo para el debate, pero fue muy interesante y surgieron diferentes y variados puntos de vista sobre cómo mantener el Estado del Bienestar, la cultura de los derechos pero también de las obligaciones, la contribución de la iniciativa social y de la privada en la búsqueda de ese bienestar, cómo debe adecuarse Europa a una realidad económica y social en la que está perdiendo peso por la fuerza creciente que están alcanzado otros países (China, India, Brasil) etc.

En definitiva, fue una mañana de trabajo muy agradable, que permitió debatir y confrontar puntos de vista y pareceres sobre el futuro de una Europa que parece, o al menos eso es lo que pienso después de haber seguido con atención los debates políticos del último año y muy especialmente de los últimos meses, que está buscando saber justamente eso, es decir cuál es su futuro.

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