El Consejo aprobó a finales del pasado mes de junio una interesante Recomendación sobre la promoción de la movilidad en la formación de los jóvenes, en el marco de la iniciativa “Juventud en movimiento”. El Consejo formula recomendaciones a los Estados miembros en diversos ámbitos de actuación que pueden contribuir a facilitar la movilidad de los jóvenes durante su procesos formativos, muchas de las cuales encuentran su origen en el Libro Verde publicado hace dos años, ya que tal como se afirma en la introducción del texto, la respuesta a la consulta pública abierta por el citado texto “ha proporcionado un importante material a la presente Recomendación, al igual que lo han hecho los dictámenes emitidos por el Comité Económico y Social Europeo y el Comité de las Regiones”.
La norma se dirige a todos los jóvenes que se encuentran en procesos educativos y formativos, en cualquier sector o ámbito de actividad, y con inclusión de los procesos formativos tanto de índole formal como aquellos que se producen con carácter informal. Lo expresa claramente el número 12 de la Introducción: “La presente Recomendación abarca a los jóvenes europeos de todos los contextos de educación y formación, es decir, la escuela, la formación profesional (escolar o de aprendizaje), de los programas de ciclo corto y los grados de licenciatura, máster o doctorado, así como los intercambios juveniles, las actividades voluntarias o los períodos de trabajo en prácticas, dentro o fuera de la Unión. La movilidad en la formación se considera pertinente en todas las disciplinas y áreas, como la cultura, la ciencia, la tecnología, el arte, el deporte o las actividades de los jóvenes emprendedores o investigadores. A los efectos de la presente Recomendación, se considera formación el aprendizaje formal, no formal e informal”.
Se pide a los Estados miembros que mejoren la calidad de la información y orientación sobre las oportunidades para la movilidad en la formación, con una mejora y actualización permanente de los canales de información y con especial atención al uso de las nuevas tecnologías; que motiven a los jóvenes, y a sus familias, sobre la importancia de participar en actividades formativas en otros Estados, como valor añadido que ello implica tanto para el desarrollo personal como profesional, subrayando su importancia “en el contexto de un mercado laboral cada vez más globalizado”; que posibiliten la adquisición de conocimientos de otros idiomas y de las realidades interculturales para hacer más accesible la movilidad, y que se utilicen al máximo las posibilidades tecnológicas tanto por el profesorado como por los jóvenes para acceder y conocer todas las ofertas formativas.
También se solicita que se faciliten los trámites administrativos necesarios, como por ejemplo la obtención de visado y permisos de residencia para residentes de fuera de la UE o el establecimiento de mayor cooperación entre los Estados para facilitar los períodos de estancia de los jóvenes, con acercamiento de los marcos normativos en la medida de lo posible; que los jóvenes puedan acceder a becas y otras ayudas que permita llevar cabo los procesos formativos; en fin, garantizar la calidad de la formación mediante un contacto muy estrecho entre los centros de origen y de acogida, con adecuados sistemas de tutorías y aprendizaje.
El Consejo pide que se reconozcan los resultados obtenidos en los procesos formativos, tanto los de carácter formal como informal, y ello requiere mecanismos de validación y reconocimiento “de los conocimientos, capacidades y competencias, como los conocimientos de otros idiomas, adquiridos en otros países”; que se tengan en consideración las necesidades específicas de jóvenes que pueden estar incluidos en colectivos desfavorecidos, al objeto de no limitar sus posibilidades formativas; que se fomenten redes asociativas entre el sector educativo, el mundo empresarial y los poderes públicos regionales y locales para potenciar las actividades formativas, mediante por ejemplo el establecimiento de incentivos económicos a las empresas para facilitar la realización de estancias o períodos formativos de los jóvenes en el marco de su proceso de aprendizaje.
Se trata de incentivar y potenciar el papel de todos aquellos que hayan participado en las experiencias de movilidad, para destacar y realzar su valor, ya que ello contribuye a multiplicar el conocimiento y el valor de los procesos formativos; en fin, hay que realizar los estudios de seguimiento necesario de los progresos llevados a cabo en el contexto del marco europeo para la cooperación en el ámbito de la educación y la formación 2020. Recuérdese que en este marco se propone que hay que potenciar la movilidad transnacional, de tal manera que los períodos pasados en otros países deberían considerarse como parte normal del proceso formativo, sin olvidar la importancia de potenciar la movilidad virtual mediante el uso del aprendizaje electrónico como complemento de la movilidad física, siendo el objetivo el de conseguir que en el año 2020 se haya consolidado una política europea de transparencia de las cualificaciones y de exportación validable de los resultados del aprendizaje, concediendo importancia tanto al aprendizaje formal como al informal.
La Recomendación también toma nota de la intención de la Comisión Europea de potenciar los programas de la UE que facilitan el aprendizaje permanente, abocando para ello los recursos necesarios, apoyar la tarea que están llevando a cabo los Estados miembros, mejorar el marco estadístico, elaborar un marco metodológico adecuado para efectuar el seguimiento de la movilidad, y proceder a una evaluación de todo lo llevado a cabo tras cuatro años de la entrada en vigor de esta Recomendación.
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