martes, 30 de noviembre de 2010

La reforma de las políticas activas de empleo según el Ministro de Trabajo e Inmigración.

Reproduzco en esta entrada del blog, por su interés y estrecha relación con la que dediqué ayer a la misma materia, el fragmento de la intervención del Ministro de Trabajo e Inmigración, Sr. Valeriano Gómez, hoy martes en la Comisión de Trabajo e Inmigración del Congreso de los Diputados.

“La segunda gran reforma es la que afecta a las Políticas Activas de Empleo. La reforma de estas políticas, que representan una parte nada desdeñable del esfuerzo público, como atestiguan los 7.300 millones de euros destinados a tal fin en el Presupuesto para 2011, constituye un instrumento esencial para garantizar que en la salida de la crisis el mercado de trabajo tenga un funcionamiento eficiente,

• permitiendo intensificar la creación de empleo -al reducir los desajustes oferta- demanda- y elevar la productividad ya en el inicio del despegue de la economía,

• al tiempo que mejora la cohesión social y territorial en nuestro país.

Ello es así porque los dos grandes objetivos en esta reforma de las PAE son:

• por una parte, mejorar la empleabilidad de todos los desempleados, en especial equilibrando el balance que presentan los colectivos más desfavorecidos en este aspecto, como los jóvenes con baja formación o los trabajadores expulsados de actividades en las que es poco previsible el dinamismo a corto plazo,

• y elevar por otra parte, y de manera continua, la capacidad de la población activa para aportar valor a la economía.

Esto último no es sino el medio principal para el crecimiento sostenido de la productividad y la competitividad, y de él depende en buena medida el necesario cambio en el modelo productivo español.

Pero lo primero es asimismo muy importante en una perspectiva más amplia, pues evitar los riesgos derivados de la persistencia y la concentración del desempleo en determinados colectivos y en algunos territorios es una buena vía para mejorar la cohesión social y territorial en nuestro país.

¿Cómo vamos a lograr los dos grandes objetivos que hemos trazado para la reforma de estas políticas?

• Primero, a través de la atención personalizada a los desempleados. Así como del establecimiento de una Carta de servicios básicos a la ciudadanía, distinguiendo servicios destinados a las personas desempleadas, servicios destinados a las personas ocupadas y servicios destinados a las empresas.

• Segundo, a través de la articulación de una estrecha coordinación y cooperación de todos los agentes implicados en el desarrollo de su actuación.

• Y tercero, a través de un continuo esfuerzo de evaluación sobre los resultados de las acciones desarrolladas.

La Reforma va a lograr que se configure un potente Sistema Nacional de Empleo. Este sistema ha de ser capaz de detectar y resolver los problemas de empleabilidad de cada uno de los demandantes, y capaz de generar para todos un mayor estímulo a la búsqueda activa de empleo.

También ha de ser capaz de mejorar su rendimiento en la intermediación, no sólo proporcionando a las empresas un sistema ágil y eficaz en la gestión de sus ofertas, sino anticipando sus necesidades y dotando a los demandantes de las competencias y cualificaciones que efectivamente vayan a requerirse en futuras ofertas.

La reforma de las PAE debe partir de dos premisas básicas en su configuración: su incardinación en el modelo adoptado por la Unión Europea y el alto grado de descentralización en las competencias, funciones y servicios que les atañen.La ejecución corresponde a las Comunidades Autónomas. Pero en su definición estratégica el Estado detenta un papel central, de igual forma que en la coordinación y la orientación de los programas, en la evaluación de los resultados y en la interconexión entre estas políticas y el sistema de protección por desempleo. Estas competencias deben ser coordinadas con las CCAA y articuladas conformando un verdadero Sistema Nacional de Empleo.

Por otro lado, su diseño contemplará una mayor conexión con otras políticas de Estado:

• la educación, buscando mecanismos para incardinar en el sistema educativo la perspectiva del sistema productivo;

• la I+D+i, impulsando con el sistema de ciencia y tecnología actuaciones de emprendimiento y empleo;

• la inmigración, anticipando las necesidades del sistema productivo para la gestión de los flujos migratorios y proporcionando instrumentos, como la formación en origen, necesarios para la mejora de la cooperación en esa gestión.

Se trata de un enfoque estratégico, pero muy realista.

• En cuanto a los recursos, a corto plazo las posibilidades de aumentar los recursos son ciertamente escasas. Primero, porque el Gobierno no va a debilitar la prioridad otorgada a la política de consolidación fiscal, que constituye un elemento clave de nuestra credibilidad. Y segundo, por el cuantioso volumen de gasto comprometido en prestaciones por desempleo, que tampoco el Gobierno va a aminorar.

• Pero las posibilidades de reasignación de los recursos disponibles ofrecen márgenes de maniobra significativos, ya que esos recursos son elevados, y porque se puede reducir el gasto en programas que absorben una cifra considerable de recursos y cuya eficiencia es baja, y reorientar otros programas e instrumentos precisamente para mejorar esa eficiencia. Al tiempo que se reordenan sus recursos es preciso reformar el funcionamiento del sistema de formación para el empleo, incrementando su eficacia, mediante la revisión de sus contenidos, el análisis de las necesidades y carencias de los desempleados.

• A medio plazo, además, la reducción del gasto en bonificaciones ofrecerá un margen adicional muy importante para la reorientación de recursos en función de nuevas prioridades para desarrollar un sistema más eficaz.

Con ese margen adicional el objetivo será incrementar los recursos humanos, materiales y tecnológicos disponibles de los SPE para atender a sus funciones.

Adicionalmente, debería buscarse la colaboración público-privada en la intermediación laboral, aunque preservando la centralidad del sistema público en el diseño y la orientación estratégica de las actuaciones.

Además, es necesario aumentar la vinculación de los programas de empleo en los que participan las personas desempleadas y las prestaciones del sistema de protección por desempleo.

En este punto la perspectiva comparada muestra que España se sitúa en una posición intermedia en cuanto a los instrumentos y medios para el apoyo a la “activación” de los perceptores de prestaciones, pero hay sin duda margen para avanzar en esa activación y evitar los riesgos que se asocian al paro de larga duración en determinados colectivos".

No hay comentarios: