domingo, 23 de mayo de 2010

Algunos datos para entender la realidad del mercado de trabajo español.

1. Se han publicado muy recientemente dos documentos de indudable interés para entender mejor cuál era la realidad del mercado de trabajo español al finalizar 2009, una realidad que ha mejorado algo en los primeros meses del año en curso pero que probablemente empeore como consecuencia de las drásticas medidas adoptadas por el gobierno español con el Real Decreto-Ley aprobado por el Consejo de Ministros el jueves 20 de mayo.

Se trata del Informe de mercado de trabajo estatal, elaborado por el Observatorio de las ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal, y de las variables de submuestra de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística, correspondientes ambos documentos al año 2009.

Destaco en esta entrada del blog los datos que considero más relevantes, datos que sin duda serán objeto de atención, en una perspectiva de análisis más global a escala europea, en el encuentro organizado por la Presidencia española de la UE sobre "Nuevos enfoques de los Servicios Públicos de Empleo para promover la empleabilidad y la adaptabilidad de los trabajadores a las nuevas formas de empleo", que se celebrará en Zaragoza los días 27 y 28 de este mes.

2. En serie interanual (IV trimestre de 2009 y 2008) la tasa de actividad disminuyó en 0,30 puntos, si bien el descenso fue exclusivamente masculino ya que la tasa femenina aumento en 0’32 puntos, de tal manera que la diferencia entre ambos colectivos se ha reducido hasta el 16,44 %. Y si la tasa de actividad disminuye, aumenta en cambio el número de personas inactivas en un 1,17 %, y aquí sí que la presencia femenina es muy mayoritaria (62,21 %), de tal manera que si se suma a la población jubilada suman cerca del 75 % de las personas inactivas.

Mucho mayor fue el descenso de la tasa de empleo, un 6,10 %, acentuado más en el caso de los hombres que en el de las mujeres (7,94 y 3,65 %, respectivamente). La misma tendencia se observa en el incremento de la tasa de desempleo, un 34,87 % sobre el año anterior, que alcanza el 41,67 % en los trabajadores y “sólo” del 27,32 % entre las trabajadoras. A destacar el incremento del desempleo entre los trabajadores extranjeros, en especial entre ciudadanos de países de la Unión Europea, un 37,86 %, más de 12 puntos por encima de la media estatal.

Justamente con respecto a los datos de personas desempleadas cabe destacar el importante incremento, un 30,90 %, de personas beneficiarias de prestaciones por desempleo, con mucha mayor presencia masculina en el ámbito contributivo (63,17 %, frente al 36,83 % femenino), y con una ruptura (importante no sólo por lo que implica de cambio de tendencia sino también por la reducción del número de varones que perciben prestaciones contributivas) de la tendencia a la “feminización” de las prestaciones asistenciales, ya que el porcentaje de población femenina perceptora del subsidio se sitúa en un 47,85 %, casi 8 puntos por debajo del año anterior (47,87 %). En cuanto a la población extranjera, supone un 14,98 % del total de beneficiarios y se ha incrementado en un 45,75 % sobre 2008, con una distribución de la población perceptora de prestaciones del 71,22 % de trabajadores extracomunitarios (básicamente de Marruecos, Ecuador y Colombia), y del 28,78 % de comunitarios (principalmente de Rumania).

3. Los datos del INE ponen de manifiesto la gran importancia de la finalización de los contratos de duración determinada como causa principal de la situación de desempleo en que se encuentran un importante número de personas. En efecto, del total de 3.864.200 personas desempleadas que habían trabajado con anterioridad, 2.029.500 habían extinguido su contrato temporal durante 2009 (un 52 % del total, porcentaje inferior en 2 puntos al de 2008); no obstante, ya debemos prestar especial atención (y las perspectivas del próximo futuro no son especialmente alentadoras por lo que respecta a un posible cambio favorable de la tendencia) al dato de que casi un millón de trabajadores (999.200) se encontraban en situación de desempleo como consecuencia de haber sido despedidos por motivos disciplinarios u objetivos, o por haber sido afectados por un expediente de regulación de empleo de extinción de contratos, y la cifra es especialmente significativa si se repara que en 2008 el número de personas afectadas fue de 416.5000. Dicho en otros términos, el 25,9 % de la población desempleada durante 2009 lo fue por razón de despidos y ERES, con un incremento porcentual de 8,3 puntos sobre 2008.

4. Los datos de la Seguridad Social tampoco son especialmente alentadores. Por una parte el número de cuentas de cotización se redujo en un 3,99 % (la cuenta “agrupa a un colectivo de trabajadores pertenecientes a una misma empresa que desarrollan su actividad laboral en una misma provincia y que tienen características homogéneas frente a la cotización”), y por otra la disminución del número de afiliados fue del 3,64% (cabe recordar que más del 75 % pertenecían al régimen general, seguidos por el de autónomos con un 17,90 %). Cataluña, Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana concentraron el 60 % del total de la afiliación, con un leve descenso de 1 punto con respecto a 2008. También es importante recordar aquí que el 76,90 % de las empresas españolas tenían menos de 5 trabajadores en 2009 (con incremento de 1 punto sobre 2008) y que el 94,90 % de las empresas no superan los 25 trabajadores, con un porcentaje de afiliación en el régimen general de Seguridad Social del 39 %, un punto menos que el de las empresas que proporcionan empleo a más de 100 trabajadores.

5. La contratación también notó los efectos de la crisis durante 2009, con una disminución del 15,54 % frente al 10,85 % que se produjo en 2008, con especial impacto en los sectores de la industria y de la construcción (descensos del 29,22 y 22,18 %, respectivamente), y con un efecto prácticamente idéntico para hombres y mujeres quebrando la tendencia positiva para el colectivo femenino de años anteriores, ya que la disminución fue del 15,36 % para los hombres y del 15,74 % para las mujeres. La crisis afectó más, nuevamente, al colectivo de trabajadores extranjeros cuyo descenso en la contratación fue del 18,83 %, más de tres puntos del descenso en la contratación de autóctonos. Otro dato especialmente relevante, y mucho más en estos momentos de diálogo y debate sobre una posible reforma laboral (pactada de forma tripartita o acordada unilateralmente por el gobierno), es el importantísimo volumen de contratación temporal que sigue habiendo en España, ya que la contratación indefinida suscrita durante 2009 fue sólo del 9,36 %, con una disminución de más de 2 puntos sobre el año anterior, concentrándose el 88,66 % del total de contratos formalizados en las tres modalidades reguladas por el artículo 15 del Texto refundido de la Ley del Estatuto de los trabajadores: obra o servicio determinado, por circunstancias de la producción, e interinidad. Según datos del INE, el 3 % de los asalariados fue contratado a través de una empresa de trabajo temporal, y el 2,8 % accedió a su nuevo puesto de trabajo mediante la intermediación de los servicios públicos de empleo.

No menos importante, por lo que supone de disminución (voluntaria en pocos casos y forzada en la mayor parte) de la jornada laboral de cada trabajador, es el aumento del número de contratos con jornada de trabajo a tiempo parcial, un 27,31 % y 2,5 puntos por encima del año anterior, con un impacto entre la población femenina que duplica a la masculina (37,56 y 18,23 %, respectivamente). Al respecto hay que destacar, según los datos facilitados por el INE, que en 2009 hubo un total de 374.000 personas (mayoritariamente mujeres) que prestaron sus servicios a tiempo parcial por razón del cuidado de personas dependientes a su cargo, si bien este número fue un 9,2 % inferior al del año anterior (cuestión distinta es la de saber la causa de este descenso, si bien la hipótesis de pérdida del empleo de una parte de las personas que prestaban su actividad a tiempo parcial parece la más plausible).

6. Con respecto a las ocupaciones más demandadas en los Servicios Públicos de Empleo por las personas desempleadas el informe constata que no difieren de las solicitadas en años anteriores: “personal de limpieza, dependientes, peones de industrias manufactureras y de construcción de edificios, taquígrafos y mecanógrafos, albañiles y camareros”, con un incremento muy importante respecto al año anterior (probablemente por el impacto de la crisis de la construcción y del descenso de actividad en el sector agrícola) de “peones de obras públicas y mantenimiento de carreteras, presas y construcciones similares, y peones agrícolas). De estos datos, y del volumen de empleo contratado, los redactores del Informe manifiestan, tras constatar que se trata de ocupaciones de baja cualificación, que “en la actual estructura económica se ha estado apostando por actividades que utilizan mucha mano de obra que no requiere cualificación”. Queda, pues, mucho por hacer en este terreno para mejorar tanto la calidad de las ocupaciones como la cualificación de las personas (empleadas o que demandan empleo), y los datos del INE también lo ponen de manifiesto: al analizar los de la población de 16 y más años que han finalizado la enseñanza secundaria, se comprueba que la población se concentra en un 29,4 % en quienes sólo disponen de programas de formación básica y desarrollo personal (es decir quienes han finalizado el bachillerato y no han continuado estudiando), que su tasa de actividad es sólo del 59,94 % y que el de desempleo es del 22,78 % (frente al 18,01 % del total de la población).

7. Por último, de las variables de submuestra de la EPA, conviene resaltar en primer lugar que el 69 % de los trabajadores españoles tienen un superior del que reciben órdenes e instrucciones, mientras que no tienen ningún subordinado a su cargo, un porcentaje prácticamente idéntico (sólo ha disminuido 2 decimas) con relación al año anterior, si bien la presencia femenina es superior en más de 8 puntos a la masculina (77,1 y 62,8 %, respectivamente), datos que tienen su contrapunto en la mayor presencia masculina entre los trabajadores autónomos y entre quienes ocupan cargos de responsabilidad intermedia o de dirección en la empresa (del 9,9 % de autónomos el porcentaje se eleva al 11,4 % para los varones y desciende hasta el 7,9 % para las mujeres).

También me parece importante poner de manifiesto que la importancia que se concede en numerosos estudios sobre prospectiva de futuro de nuevos trabajos y ocupaciones con respecto a la posibilidad de desarrollarlos a través del teletrabajo todavía tiene mucho camino por andar en España para convertirse en una realidad consolidada. Si negar, ni mucho menos, los avances ya efectuados y la actuación decidida de algunas empresas por su potenciación, las variables de submuestra ponen de manifiesto que un 93,5 % de los trabajadores ocupados durante 2009 no prestó servicios en su domicilio durante ningún día del año, mientras que un 2,5 % lo hizo ocasionalmente y sólo el 3,3 % trabajó más de la mitad de sus días laborables. Y también que la prestación de servicios en días y horarios distintos de la “jornada habitual” (lunes a viernes, en horario diurno) es algo más que una pura hipótesis para un importante número de trabajadores en España: un 34,1 % de las personas empleadas trabajó como mínimo un sábado al mes, mientras que el 14,6 % prestaron sus servicios dos o más domingos cada mes, y el 10,9 % trabajó en jornada nocturna (de ellos, un 5,5 % de forma ocasional y un 5,4 % durante más de la mitad de sus días laborables, con una presencia mucho más significativa de trabajadores, 13,0 %, que de mujeres ,8,2 %).

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