4. Me detengo ahora en la muy importante aportación, a mi parecer, de la Organización Internacional del Trabajo, a la cumbre del G-20, aportación que se concreta en un documento que presenta el secretario general, Juan Somavia, y en un informe técnico elaborado por la organización sobre las medidas adoptadas en distintos países para afrontar la crisis económica y de empleo.
A) El documento que presenta el Sr. Juan Somavia, que lleva por título “Proteger a las personas y promover el empleo: de las respuestas ante la crisis a la recuperación y el crecimiento sostenible”, es la síntesis de un estudio realizado por la OIT, en cumplimiento del acuerdo adoptado en la cumbre del G-20 el 2 de abril en Londres, para conocer las medidas de empleo y protección social adoptadas por numerosos países, en concreto 54, de todas las regiones y grupos de ingresos del mundo, informe que lleva por título “Proteger a las personas y promover el empleo. Un estudio de las respuestas de los países ante la crisis económica mundial en la esfera de las políticas de empleo y de protección social”. El Director General recuerda además que los líderes de este selecto grupo reconocieron en Londres la “urgente necesidad de centrarse en el empleo y la protección social como medio esencial para contener los efectos negativos de la crisis sobre las personas más vulnerables del mundo”. En síntesis, la OIT, en sintonía con documentos anteriores de la organización y en especial con el Pacto Mundial para el Empleo, cree que es el momento de poner en marcha nuevos modelos de desarrollo sostenible, y que esta propuesta exige “establecer un vínculo estrecho entre la inversión, el crecimiento y la productividad, por un lado, y el empleo, el mercado de trabajo y las políticas sociales, por otro”.
B) Como idea central de la aportación de la OIT, recogida en el documento que presenta el Director General, me quedo con una que tiene un contenido fuertemente social (obviamente influenciada por la situación económica) y que todos los países deberían tomar en consideración si quieren evitar fuertes estallidos de conflictividad social: hay que tener en cuenta la dimensión humana de la crisis, porque esta ha generado un fuerte sentimiento de injusticia entre millones de personas, que consideran que “están pagando el precio de decisiones y acciones sobre las que no tenía ningún control y de las que se beneficiaron otras personas”. De ahí que la OIT ponga el acento en la distribución justa de los costos de la recuperación y del esfuerzo necesario para superar la crisis, considerando que ambos “son ingredientes esenciales de una respuesta socialmente sostenible”, dado que las políticas practicas en años anteriores al inicio de la crisis han aumentado las disparidades en materia de ingresos “hasta límites inaceptables”, han excluido a muchas personas de la protección social básica, y negado a muchas más el acceso a un trabajo productivo y decente. En suma, la OIT apuesta por un nuevo modelo de crecimiento sostenible que corrija los crecientes desequilibrios existentes en el ámbito mundial, y que guardan relación “con los desequilibrios internos entre los mercados financieros y la economía real, entre las inversiones financieras y productivas, entre la productividad y los salarios, y entre la iniciativas y la regulación pública”.
Hay una reflexión importante del Informe que conviene destacar, cual es que las estadísticas sobre el empleo y el desempleo no reflejan plenamente la magnitud del problema del empleo, ya que además del importante número de personas desempleadas nos encontramos en la actualidad “con un aumento importante del número de trabajadores desalentados”, y de ahí que si se tomara en consideración el importante número de personas en edad de trabajar, disponibles para hacerlo pero que no buscan trabajo por estar desalentadas por la situación económica y social, “la tasa de desempleo aumentaría de forma significativa”. Igualmente, el informe alerta de los costes sociales y personales de la situación actual de crisis y que cada vez deberían merecer mayor atención en los estudios de la situación social de cada país, no cuantificable únicamente por el hipotético crecimiento económico, citando “la pérdida de competencias profesionales y de confianza, el aumento de los costos de atención médica y el aumento de la delincuencia”.
C) El documento técnico de la OIT fue elaborado entre mayo y agosto de 2009, y recoge las medidas adoptadas en los 54 países entre mediados de 2008 y 30 de julio de 2009, es decir en plena efervescencia de la crisis económica vivida a escala mundial, medidas que agrupa en cuatro grandes bloques: estímulo de la demanda de mano de obra; apoyo al empleo, a quienes buscan empleo y a los desempleados; ampliación de la protección social y seguridad alimentaria; diálogo social y derechos en el trabajo. No se incluyen las medidas que ya estaban vigentes con anterioridad a junio de 2008, y sólo se han tomado en consideración las medidas adoptadas en ámbitos estatales o federales, quedando fuera del estudio “las iniciativas emprendidas por organismos descentralizados (algo que para España tiene particular importancia, debido al importante volumen de actividad de puesta en marcha de políticas económicas y de empleo por las Comunidades Autónomas en sus ámbitos competenciales propios).
Las medidas adoptadas por los Estados objeto del informe en el período referenciado han sido las siguientes:
“Estimular la creación de empleo a través de:
i) la inversión de recursos públicos en todo tipo de infraestructuras;
ii) la prestación de ayudas adicionales en forma de facilidades de crédito, reducciones fiscales y orientación técnica, en particular para las pequeñas empresas;
iii) la concesión de subsidios y reducciones en las contribuciones a la seguridad social de las empresas con miras a abaratar el mantenimiento de los puestos de trabajo y facilitar la contratación de nuevos trabajadores;
iv) la conservación de puestos de trabajo mediante la reducción del tiempo de trabajo, el pago de prestaciones de desempleo parcial, las reducciones de los costos laborales y los programas de formación.
Proporcionar apoyo a los ingresos para los trabajadores y sus familias, a través de:
i) la ampliación de las prestaciones de desempleo;
ii) la ampliación y el ajuste de las prestaciones de salud y las pensiones de vejez;
iii) la ampliación de los programas de transferencias en efectivo y de asistencia social.
Apoyar a los desempleados y a quienes buscan empleo (demandantes de empleo) mediante:
i) el fortalecimiento de los servicios públicos de empleo;
ii) la ampliación de los programas y servicios de formación.
Estimular el diálogo social y las consultas con empresarios y trabajadores sobre las medidas para contrarrestar la crisis, a través de:
i) consultas nacionales y sectoriales en las que participen empleadores, trabajadores y gobiernos;
ii) acuerdos nacionales y sectoriales entre empleadores, trabajadores y gobiernos;
iii) consultas y convenios a nivel de la empresa”.
D) Según dicho informe, citado por Juan Somavia, las seis medidas más frecuentemente utilizadas son las siguientes: gastos adicionales en infraestructura, subsidios y reducción de los impuestos para las pequeñas empresas; crédito para las pequeñas empresas; programas de formación e instalaciones; consultas con las organizaciones de empleadores y trabajadores; protección social a través de transferencias monetarias. Es decir, se trata de medidas coherentes con las opciones políticas acogidas en el Pacto Mundial por el Empleo aprobadas en junio de 2009 por la Conferencia Internacional del Trabajo. En cualquier caso, el Informe subraya que será necesario un examen más detallado de las medidas puestas en marcha para comprobar su eficacia.
Las medidas menos utilizadas han sido combatir el tráfico de personas y el trabajo infantil, estimular el acceso de las pequeñas empresas a licitaciones públicas, promover las consultas a nivel sectorial, aumentar la capacidad de inspección del trabajo y proteger a los trabajadores migrantes. Par la OIT, la falta de medidas para incrementar la vigilancia del cumplimiento de la normativa laboral es una señal de preocupación, y de ahí su petición del fortalecimiento de la administración y la inspección de trabajo de todos los Estados, en especial de aquellos en los que el cumplimiento de la normativa laboral deja mucho que desear.
E) El Informe constata que los países examinados han incrementado el gasto destinado a los grupos sociales más vulnerables, es decir los más afectados por la crisis, con medidas tales como ampliación del alcance de las prestaciones por desempleo, medidas de protección social para los trabajadores migrantes, ayudas adicionales a las personas de edad, protección por maternidad, fomento de empleo de las mujeres, ayudas a hogares de rentas bajas, orientación de los programas de empleo hacia colectivos especialmente desfavorecidos como desempleados poco cualificados y de larga duración, y promoción de la empleabilidad de los jóvenes con medidas de incentivos a su contratación e inversiones en políticas de formación..
El informe pone de manifiesto que buena parte de los países examinados no sólo han adoptado medidas de choque para enfrentarse a la crisis, sino que también han pensado en el próximo futuro, con inversión en infraestructuras y preparación formativa de la mano de obra para adaptarse a los cambios estructurales en el modelo económico y en el marco de una nueva economía menos contaminante y más ecológica.
F) Sobre la inversión pública en infraestructura, el informe de la OIT destaca su efecto positivo sobre el empleo, en especial si incluye creación de empleo indirecto, y pone de manifiesto que algunas medidas pueden ser útiles para favorecer proyectos de empleo que mejoren las sostenibilidad del medio ambiente y potencien la creación de empleos verdes. En cuanto a la inversión en formación, se considera altamente positivo que las empresas usen los períodos de menos demanda para formar a sus trabajadores y para que adquieran nuevas competencias laborales, y se constata que “las medidas aplicadas para conservar los empleos que combinan la reducción de las horas de trabajo con formación están resultando eficaces”.
Dado que la recuperación del empleo se produce con bastante retraso sobre la recuperación económica (una media de cuatro a cinco años), la OIT alerta sobre la necesidad de adoptar y mantener medidas que permitan estimular un crecimiento más intensivo del empleo, y también “metodologías más perfeccionadas para evaluar el contenido de empleo en las distintas opciones en materia de inversión”. De ahí que se proponga el mantenimiento de las medidas fiscales expansionistas para generar empleo e impulsar la demanda agregada, e incluso podrían mejorarse “hasta que la demanda del sector privado sea lo suficientemente importante como para sostener el crecimiento y el empleo”. No menos importante es la constatación de que es necesario un esfuerzo para mejorar (y en algunos países simplemente crear) los mecanismos de cobertura social ante situaciones de desempleo, la valoración positiva de aquello que han hecho los países en los últimos meses, y la llamada a seguir trabajando para alcanzar “un acuerdo global sobre la necesidad de que todos los países desarrollen una protección social básica universal sobre una base fiscal sólida”, acuerdo que debería ser “un objetivo central de las políticas de desarrollo, tal como se propone en el Pacto Mundial para el Empleo”. Es importante destacar la constatación del Informe de que la extensión del seguro de desempleo durante los períodos de recesión “constituye un estabilizador automático que ha demostrado su eficacia en la crisis actual”.
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