domingo, 8 de junio de 2008

Historias de vida. Fuentes orales de la lucha obrera y del antifranquismo en el Baix Llobregat.

Publico en esta nueva entrada del blog un fragmento de la presentación que he redactado para la publicación “Historias de vida. Fuentes orales de la lucha obrera y del antifranquismo en el Baix Llobregat”, de próxima publicación en catalán por la Fundación Utopía-Joan N. García Nieto. .

“La publicación que ahora tengo el honor de presentar en representación del Patronato de la Fundació Utopia Joan García-Nieto d’Estudis Socials del Baix Llobregat es un ejemplo claro y evidente del cumplimiento de las finalidades fundacionales. El estudio elaborado por los profesores Lluís Burillo i Isabel Graupera, bajo la dirección de la profesora Cristina Miret, nos acerca al conocimiento de la lucha obrera durante la dictadura franquista en nuestra comarca, y lo hace por medio de los sujetos activos de esa lucha a través de entrevistas orales con dirigentes políticos y sindicales de la época.

Es difícil resumir sesenta y cuatro entrevistas de una duración media de dos horas en una publicación, y de ellos son conscientes los autores, que ya nos proponen ampliar el conocimiento de las luchas obreras de la comarca con nuevos representantes o con nuevas entrevistas a los protagonistas de la obra. Ahora bien, la lectura de la publicación permite sin duda acercarse, a través de dichos protagonistas, a la vida de la comarca durante el franquismo y a los cambios en las condiciones de vida y de trabajo, al despertar del movimiento político, sindical y vecinal. El libro, tal como afirman sus autores, tiene una coherencia histórica y se basa en un guión temático centrado en los elementos comunes de las biografías de las personas entrevistas: el hecho migratorio, la toma de conciencia, la actividad política-sindical y las huelgas.

Desde el primer borrador de índice o sumario del trabajo hasta llegar al texto definitivo han sido muchas las reuniones que los autores han tenido con el grupo asesor del estudio, cuya dirección asumí, y en dichas reuniones ha habido un intercambio fructífero de pareceres sobre cómo enfocar el trabajo y a qué apartados o aspectos dedicar mayor atención; pero casi siempre quedó claro, y si acaso no lo estaba del todo en un primer momento los autores nos lo hicieron ver con toda claridad, que quienes hablaban eran los protagonistas de la historia, y que por ello los autores podían situar las entrevistas en su contexto pero nunca sustituir a esos protagonistas, y de ahí el amplio número de citas textuales extraídas de las entrevistas. Por una vez la frase de “una imagen vale más que mil palabras” no es de aplicación al estudio ahora prologado, ya que esta vez son las palabras las que nos recuerdan o enseñan la historia.

Por consiguiente, los lectores y lectoras de la publicación deben de acercarse a la obra con la voluntad de “oír” a los protagonistas de las luchas y no de leer un libro sobre la historia del movimiento obrero del Baix Llobregat. Ciertamente, las vivencias de los dirigentes políticos y sindicales son indispensables para conocer cómo se conformó el movimiento político y sindical en la comarca, pero no se trata de un trabajo intelectual de construcción o reconstrucción de una etapa histórica, sino de cómo algunos protagonistas la vivieron.

Una presentación institucional no es el lugar adecuado para efectuar una valoración personal de la obra, pero me permitirán que por una vez me salte parcialmente la regla y que comente con brevedad tres cuestiones que me han llamado poderosamente la atención del estudio, seguramente por mi formación profesional vinculada al mundo de de las relaciones laborales.

Les sugiero que lean con detenimiento el capítulo primero, dedicado al hecho migratorio y que lo comparen con la situación actual que vivimos en España, Cataluña y el Baix Llobregat, y hay algunas frases que podríamos adaptar a mi parecer al momento presente sin grandes cambios. Me quedo con una frase del trabajo que puede resumir muy bien el sentimiento que experimentan algunos inmigrantes al llegar al país de acogida: “en arribar al seu lloc de destí a Catalunya, els immigrants es troben amb moltes dificultats per tirar endavant, però un fet és segur: hi ha feina, és remunerada monetàriament i es pot completar amb dies de descans, ja que no es treballa el diumenge i hi ha una o dues setmanes de vacances a l’estiu. Els principals problemes són l’habitatge, que és escàs i car, i els sous, que són molt baixos i obliguen a treballar moltes hores o en diverses feines alhora” (“Al llegar a su lugar de destino a Cataluña, los inmigrantes se encuentran con muchas dificultades para salir adelante, pero hay un hecho seguro: hay trabajo, es remunerado económicamente y se puede completar con días de descanso, ya que no se trabaja los domingos y hay una o dos semanas de vacaciones durante el verano. Los principales problemas son la vivienda, que es escasa y cara, y los sueldos, que son muy bajos y obligan a trabajar muchas horas o en diferentes trabajo al mismo tiempo”).

El libro nos explica en el capítulo segundo como los trabajadores iban adquiriendo conciencia de su situación laboral, y aunque sólo eran unos pocos los que se atrevían a denunciarla eran muchos los que vivían afectados diariamente por unas relaciones laborales que combinaban el paternalismo con el autoritarismo y la represión. Me quedo con una cita preciosa, que vale mucho más que algunas publicaciones teóricas de la época, de la entrevista efectuada a Concepción Sánchez Medina, en la que queda reflejada el más claro estilo taylorista, tan bien analizado en las obras de Joan N. García-Nieto: “Le comenté a mi jefe que había unos agujeritos para las piezas que yo metía en la base de los transistores que estaban muy mal y que quizás si se hacia de otra manera, pues iría mejor. Y el me contestó – no lo olvidaré nunca -: usted está aquí para trabajar, no está aquí para pensar. Si tenemos que mejorar o no, es algo que lo hemos de decidir nosotros, pero no usted. Por lo tanto, cuando venga aquí su mente se la deja en casa, no la necesitamos, no piense”.

Por fin, en el capítulo tercero se analiza la actividad político sindical de la época y como esta se va incrementando a media que va creciendo la conciencia de vivir en un régimen autoritario y dictatorial. De particular interés me ha resultado el debate sobre aquello que en su momento se calificó de “entrismo” en el sindicalismo oficial para poder actuar “desde dentro” en defensa de los intereses de los trabajadores, y las diferentes teorizaciones que se hacían de esta forma de actuar, que algunos calificaron de contraria a los intereses de los trabajadores, aunque la historia demostraría, al cabo de los años, la eficacia de esta acción para ampliar los espacios de intervención sindical – que en la etapa de la dictadura también era intervención política --. Me permito recordar aquí que una de las reivindicaciones más sentidas por los trabajadores, o al menos por el sector más politizado, era el reconocimiento del derecho de libertad sindical tal como disponía el Convenio número 87 de la Organización Internacional del Trabajo, el máximo foro mundial de ámbito sociolaboral en el que también participó activamente Joan N. García-Nieto.

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