5. Fijo ahora mi atención en la Recomendación del Parlamento europeo y del Consejo sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente. El Parlamento y el Consejo recomiendan a los Estados miembros que desarrollen la oferta de las competencias clave para todos en el contexto de sus estrategias de aprendizaje permanente.
El llamado marco de referencia europeo se incluye en el anexo, y recoge ocho competencias claves que, una vez enunciadas, son desarrolladas en el texto, conceptuándolas como aquellas que toda persona precisa para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la inclusión y el empleo. Son las siguientes: comunicación en lengua materna; comunicación en leguas extranjeras; competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología; competencia digital; aprender a aprender; competencias sociales y cívicas; sentido de la iniciativa y espíritu de empresa; conciencia y expresión culturales.
Además, se expone que en las ocho competencias clave hay una serie de temas comunes y que también deben incluirse en el proceso de aprendizaje, como son el pensamiento crítico, la creatividad, la capacidad de iniciativa, la resolución de problemas, la evaluación del riesgo, la toma de decisiones y la gestión constructiva de los sentimientos.
6. De especial importancia me parece la Comunicación de la Comisión sobre el Plan de acción sobre el aprendizaje de adultos, que lleva el significativo subtítulo de “Siempre es un buen momento para aprender”
El nuevo Plan de acción comunitario encuentra su origen en los resultados de la consulta realizada a partir de una anterior Comunicación, y centra su atención en aquellos que tienen especiales carencias de lectura y escritura o que tienen escasa capacidad para integrarse con éxito en la sociedad, entre los que pueden encontrarse los migrantes, las personas mayores, las mujeres o las personas con discapacidad.
El documento acuña cinco mensajes o ideas-eje, a partir de las cuales desarrolla toda una argumentación y propuestas de medidas tendentes a facilitar el aprendizaje: “Nunca es demasiado tarde para aprender; eliminar los obstáculos a la participación; aumentar la calidad y eficiencia del sector; acelerar un proceso de validación y reconocimiento; garantizar una inversión suficiente, y hacer un seguimiento del sector”. La Comisión se propone realizar un amplio seguimiento de este nuevo Plan mediante la creación de un grupo de trabajo ad hoc y con la organización de un conferencia en la segunda mitad del año 2009 para examinar los resultados alcanzados. Se trata de conseguir que el aprendizaje de adultos sea una parte más del proceso formativo de las personas a lo largo de toda su vida, y que permita contribuir “a que Europa salga airosa de los retos que se le plantean”.
Para corregir el déficit formativo, la Comisión apuesta por un sistema educativo de alta calidad y accesible a todas las personas adultas que lo necesiten; un sistema que, además, ha de integrarse en el proceso de modernización en curso en materia de educación y formación que se está llevando a cabo en los últimos años en los países de la Europa comunitaria.
Dicho sistema debe ser eficaz para dar respuesta a varios e importantes retos que Europa debe afrontar en los próximos años:
A) Cómo reducir la escasez de mano de obra mediante una mayor participación de la población adulta en el mercado de trabajo y con mayores competencias y nivel de cualificación, ya que la evolución demográfica apunta claramente hacia esa escasez si no se adoptan las medidas de corrección adecuadas.
B) Cómo reducir el número de personas que abandonan prematuramente los estudios, que se calculan en alrededor de siete millones en el año 2006, mediante la posibilidad de continuar el proceso formativo en la etapa adulta para la mayor parte de los que no poseen cualificación.
C) Cómo contribuir, mediante el proceso de aprendizaje, a corregir las situaciones de pobreza y exclusión social en las que se encuentran una parte no menospreciable de quienes no disponen de los estudios y conocimientos adecuados.
D) Cómo facilitar la integración de los inmigrantes en las sociedades de acogida, mediante cursos de idiomas y con procesos adecuados y rápidos de convalidación de sus cualificaciones del país de origen, así como también cómo validar para todos los adultos las cualificaciones adquiridas de manera no formal, ya que está demostrado, según la Comisión, que el reconocimiento de dichas capacidades “puede producir un gran ahorro de tiempo y dinero”.
E) En fin, cómo incrementar la participación de los adultos en los procesos de aprendizaje permanente, ya que los datos comunitarios ponen de manifiesto que la presencia en actividades formativas disminuye a partir de los 34 años, en flagrante contradicción con el hecho de que cada es más tardía la incorporación de la población al mercado de trabajo.
En definitiva, se trata de que los procesos de aprendizaje de adultos se articulen a través de itinerarios adecuados a los conocimientos de quienes los realizan, y de que sean innovadores frente a un modelo educativo-formativo que no siempre ha situado a la persona que se educa y forma en el centro de su organización. Dichos procesos, además, deben necesariamente llevar aparejados la obtención de conocimientos válidos para incorporarse al mundo laboral, es decir combinar el aprendizaje teórico y la formación práctica en el puesto de trabajo, ya que tal como destaca la Comisión “la necesidad de tal intervención es aún mayor teniendo en cuenta la rápida evolución en el lugar de trabajo y las capacidades necesarias para tener éxito en el mismo”.
Para conseguir una mayor implicación de los adultos en el proceso de aprendizaje, la Comisión también resalta que no basta con facilitar el acceso a dicho aprendizaje, sino que es necesario que las personas participantes comprueben que aumentan sus niveles de cualificación y que ello les permite integrarse mejor en todos los ámbitos de la vida.
7. Otra Comunicación trata sobre cómo facilitar el aprendizaje permanente para fomentar el conocimiento, la creatividad y la innovación. Se trata de la contribución de la Comisión al “Tercer Informe conjunto” sobre educación y formación que esta y el Consejo deben presentar cada dos años para analizar cómo se están cumpliendo los objetivos marcados en el programa “Educación y formación 2010”. Se destaca, con carácter general, la importancia de aumentar las capacidades de las personas, y mucho más a medida que el desarrollo de una economía cada vez más basada en el conocimiento exigirá unos niveles de cualificación más elevados; también, la potenciación del aprendizaje permanente, en el marco de unas estrategias unificadas y globales dotadas de una financiación económica adecuada para llevarla a buen puerto; por fin, el establecimiento de una estrecha relación entre la educación, la investigación e innovación, el llamado “triángulo del conocimiento”, se considera fundamental para promover el crecimiento y el empleo, con una apuesta decidida por una mayor calidad universitaria y un más estrecho vínculo con el mundo empresarial.
La Comunicación pasa revista a los avances experimentados en los últimos dos años, destacando en primer lugar las mejoras operadas en las estrategias de aprendizaje permanente y en los sistemas de cualificaciones, enfatizando la importancia de que el sistema educativo sea globalmente coherente, y argumentando que, de acuerdo con la información disponible, la prioridad dada a “la promoción de unos itinerarios flexibles de aprendizaje permanente y a la transición entre las distintas partes del sistema también aumenta la coherencia”. Otro dato positivo se manifiesta en el crecimiento de la escolarización de menores en edad preescolar, a la que cada vez se concede más importancia en Europa, con la aportación del dato estadístico de que “entre 2000 y 2005 la escolarización de los niños de cuatro años aumentó en la Europa de los Veintisiete en aproximadamente 3 puntos porcentuales, con lo que se superó el 85 %”. También se destaca el avance experimentado en la modernización de la enseñanza superior como pieza inseparable de las reformas puestas en marcha por la Declaración de Bolonia, con una mayor autonomía de las universidades y una mayor responsabilidad en su organización, financiación y funcionamiento.
Entre los puntos débiles, la Comisión subraya que parece haberse interrumpido la evolución positiva del gasto público en educación entre 2000 y 2003, que había pasado del 4,7 % al 5,2 % del PIB, ya que ha disminuido una décima en el año 2004, y además hay diferencias muy significativas entre los Estados miembros. Sigue siendo preocupante el abandono prematuro de los estudios y ello hace muy difícil alcanzar el objetivo fijado para el año 2010 de que sólo haya un 10 % de jóvenes en dicha situación. En efecto, los datos comunitarios demuestran que “uno de cada seis jóvenes de la UE (el 15,3 %) con edad comprendida entre 18 y 24 años abandona los estudios tan sólo con el primer ciclo de enseñanza secundaria y no participa después en ningún tipo de educación o formación”.
También se enfatiza la necesidad de seguir mejorando la formación académica y práctica del profesorado, y de incrementar la participación de los adultos en el aprendizaje permanente, señalándose críticamente que hasta el año 2005 se estaba avanzando de forma sostenida hacia el logro del objetivo marcado para el año 2010, es decir que el 12,5 % de la población adulta participe en ese aprendizaje, pero que el porcentaje alcanzado en 2006, un 9,6 %, es algo menor que en el año anterior, y que además esta cifra oculta un desequilibrio que es calificado de preocupante, porque “los adultos con un alto nivel educativo tienen seis veces más probabilidades de participar en actividades de aprendizaje permanente que los trabajadores poco cualificados”.
En el análisis de las perspectivas para el futuro, se enfatiza la importancia de mejorar la base de conocimientos, una financiación sostenible, el aumento de las capacidades, la corrección de las desventajas socioeconómicas, la enseñanza de alta cualidad, y la utilización del potencial de los inmigrantes ya que el fenómeno de la inmigración “aumenta la diversidad en las aulas, genera necesidades particulares y plantea problemas a la hora de impartir la enseñanza”. Por fin, se recuerda la importancia de aprovechar y utilizar al máximo los fondos y programas comunitarios, “en especial el nuevo programa de aprendizaje permanente 2007-2013 y los instrumentos de la política de cohesión de la UE”.
8. Por último, me detengo brevemente en una reciente Resolución del Consejo, relativa a nuevas cualificaciones para nuevos empleos. La norma comunitaria subraya la importancia de la educación y la formación como medios para fomentar la adaptabilidad y la capacidad de inserción profesional, en el contexto de una perspectiva de aprendizaje permanente, y que la inversión en capital humano es del todo punto necesaria para lograr los objetivos generales de la Estrategia renovada de Lisboa, es decir el pleno empleo, la calidad del trabajo, la productividad laboral y la cohesión social. De ahí que se invite a los Estados miembros y a la Comisión a preparar a las personas para nuevos empleos en la sociedad del conocimiento con el aumento del nivel general de cualificación y con atención especial a las personas menos cualificadas, a mejorar las reglas sobre convalidación de títulos y transparencia de las cualificaciones, a utilizar adecuadamente los Fondos estructurales y a mejorar la calidad de la educación y formación profesional a todos los niveles.
Igualmente, se encarga a la Comisión que ponga en marcha los mecanismos necesarios para prever periódicamente las necesidades de cualificación a medio plazo y para corregir las deficiencias existentes a corto plazo, mecanismos que se basarán en la experiencia de las distintas administraciones y agentes sociales implicados en los procesos formativos, y en las previsiones del mercado de trabajo y de la necesidad de cualificaciones en los ámbitos europeo y nacional así como con relación a los ámbitos sectoriales productivos.
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