1. La Comisión
Europea presentó el 16 de septiembre su informe anual dedicado al empleo yevolución social en Europa (original en inglés).
En la nota deprensa de dicha presentación, que lleva por título “Las
mujeres, las personas mayores, los migrantes y las personas con discapacidad
son fundamentales para hacer frente a la escasez de mano de obra y de
competencias en la UE”, se explica que
“... es el informe anual emblemático de la Comisión
sobre empleo y asuntos sociales. Con el fin de hacer que el mercado laboral sea
más inclusivo y hacer frente a la escasez de mano de obra, la Comisión está
llevando a cabo una amplia gama de iniciativas. Entre ellas figuran la
Recomendación del Consejo de 2023 sobre una renta mínima adecuada, el Plan de
Acción de la UE de 2024 sobre la escasez de mano de obra y competencias, la
Comunicación de 2023 sobre el aprovechamiento del talento en las regiones de
Europa y la próxima iniciativa para garantizar una movilidad laboral justa,
transparente y eficaz. El próximo Plan de Acción para el Pilar Europeo de
Derechos Sociales y la Hoja de Ruta para el Empleo de Calidad reforzarán estos
esfuerzos y contribuirán a la competitividad de la UE”.
El resumen del
informe es el siguiente: “Para hacer frente a la escasez de mano de obra y
reforzar la sostenibilidad de la oferta de mano de obra en la UE es necesario
aumentar la participación en el mercado laboral y combatir el desempleo y el
subempleo. El presente informe analiza los 51 millones de residentes de la UE
(de entre 20 y 64 años) que no forman parte de la población activa. Identifica
a las mujeres, las personas mayores y los migrantes como los principales
grupos, que representan más del 80 % (unos 41 millones de personas) de la población
total que actualmente se encuentra fuera del mercado laboral debido a diversos
obstáculos. Entre ellos se incluyen la discapacidad, las responsabilidades de
cuidado, la jubilación anticipada y las trampas de las prestaciones sociales.
Las políticas eficaces para mejorar la participación requieren enfoques
holísticos y centrados en las personas. Las mujeres se benefician de servicios
de cuidado asequibles, que abordan los desincentivos institucionales al
trabajo, y del reparto equitativo del trabajo no remunerado. Las reformas de
las pensiones y la flexibilidad en las condiciones de trabajo contribuyen a
aumentar la participación de los trabajadores de edad avanzada en el mercado
laboral. La integración de los migrantes puede facilitarse mediante el desarrollo
y el reconocimiento de las competencias y la simplificación del acceso al
trabajo. Las personas con discapacidad se benefician del empleo con apoyo y de
las cuotas. Abordar las barreras que impiden el paso del empleo a tiempo
parcial al empleo a tiempo completo podría liberar un potencial adicional de
oferta de mano de obra de 2,3 millones de personas, lo que mejoraría la
sostenibilidad del mercado laboral de la UE”.
2. Por su especial
interés, pongo a disposición de los lectores y lectoras del blog las
conclusiones de cada uno de los tres capítulos del Informe.
Capítulo I
Principales novedades en materia de empleo y asuntos sociales
CONCLUSIONES
En 2024, la economía de la UE demostró su
resiliencia, beneficiándose de un consumo privado sólido, un fuerte crecimiento
del empleo y una relajación de las presiones inflacionistas, a pesar de las
continuas tensiones geopolíticas y la incertidumbre. Si bien el crecimiento
mundial se mantuvo estable, los resultados de la UE fueron dispares en
comparación con sus principales socios comerciales: más sólidos que los de
Japón, comparables a los del Reino Unido, pero por detrás de la dinámica
recuperación de China y Estados Unidos. De cara al futuro, se prevé que el
crecimiento de la UE se fortalezca gradualmente, como reflejo de la mejora de
las condiciones de inversión y la moderación de la inflación. Se espera que la
economía siga siendo resistente y crezca un 1,1 % en 2025, pero persisten
riesgos considerables, en particular los derivados de la posible escalada de
las tensiones comerciales, la vulnerabilidad de los mercados financieros y el
aumento de las perturbaciones relacionadas con el clima, lo que subraya la
necesidad de mantener la vigilancia y adoptar respuestas políticas proactivas
para mantener una estabilidad económica sostenible.
Aunque a un ritmo más lento, el empleo en la UE
siguió creciendo, y la Unión está en camino de alcanzar su objetivo para 2030
de que el 78 % de las personas de entre 20 y 64 años tengan un empleo, y más
países superen sus objetivos nacionales. Se han registrado avances positivos
para las mujeres, las personas mayores y los migrantes, pero estos grupos
siguen enfrentándose a retos, al igual que otros grupos infrarrepresentados,
como los jóvenes, las personas con discapacidad o las personas con bajos niveles
de educación. El aumento de la incertidumbre mundial afectó negativamente a las
perspectivas de empleo. Sin embargo, las empresas siguieron conservando a sus
empleados. Los sectores que dependen en gran medida de las exportaciones fuera
de la UE o de empresas extranjeras controladas fuera de la UE son especialmente
vulnerables a los recientes cambios en la política comercial.
El desempleo alcanzó un mínimo histórico en la
UE, con un 5,9 % en 2024, mientras que la escasez de mano de obra está
disminuyendo. Sin embargo, la elevada tasa de sobrecualificación pone de
relieve la necesidad de mejorar la adecuación entre las competencias y los puestos
de trabajo y de contener la infrautilización de las competencias. Las escasas
probabilidades de pasar con éxito del desempleo al empleo, especialmente
después del primer año, subrayan la necesidad crítica de prestar un apoyo
temprano y sostenido a las personas que buscan empleo.
El mercado laboral de la UE también se
caracteriza por una proporción significativa de condiciones de trabajo atípicas
o precarias, como horarios atípicos, trabajo a tiempo parcial involuntario y
contratos de duración muy corta. Las condiciones de trabajo atípicas pueden
tener un profundo impacto en la conciliación de la vida laboral y personal y en
el bienestar general, y los contratos precarios pueden indicar una falta de
estabilidad en el mercado laboral y de seguridad de los ingresos. Esto pone de
relieve la importancia de las políticas que fomentan la creación de puestos de
trabajo estables y promueven el bienestar general de todas las personas en el
mercado laboral.
Las políticas del mercado laboral desempeñan un
papel importante en la configuración de los resultados en materia de empleo a
través de diversas estrategias, como la formación, los incentivos al empleo, la
creación directa de puestos de trabajo y las medidas de apoyo a los ingresos. A
pesar de las fluctuaciones en el gasto global, especialmente durante la
pandemia de COVID-19, persisten diferencias sustanciales entre los Estados
miembros, tanto en los niveles de gasto como en las prioridades políticas. Países
como Dinamarca, Suecia e Irlanda muestran un fuerte compromiso con las medidas
activas del mercado laboral, mientras que Francia y España destinan importantes
recursos a mecanismos de apoyo pasivos, como el mantenimiento de los ingresos.
Las ayudas a los ingresos en la UE, incluidas las transferencias sociales,
permiten reducir significativamente la desigualdad de ingresos.
La disminución de las presiones inflacionistas
condujo a una mejora de la renta real disponible y a un aumento continuo de la
renta bruta real disponible de los hogares, lo que alivió las presiones
financieras sobre estos, a pesar del persistente nivel elevado de dificultades
financieras del quintil de ingresos más bajos. Paralelamente, los costes de la
vivienda se redujeron en 2024, lo que provocó una disminución de la sobrecarga
de los costes de la vivienda, mientras que la asequibilidad de la vivienda, incluida
la de los inquilinos, así como la eficiencia energética, siguen siendo un reto.
Persisten importantes disparidades, especialmente entre los grupos
desfavorecidos, lo que requiere una atención política continua para garantizar
una mejora equitativa de las condiciones de vida en toda la UE.
Las desigualdades patrimoniales fueron más
pronunciadas que las desigualdades de ingresos en la UE, aunque ambas se
mantienen muy por debajo de los niveles registrados en Estados Unidos y China.
Gracias a los sólidos sistemas de prestaciones fiscales y transferencias
sociales que permiten reducir la desigualdad de ingresos en la UE, la ratio de
la cuota del quintil de ingresos tras las transferencias sociales se mantuvo
bastante estable en 4,7. En los últimos 15 años, el patrimonio neto total de
los hogares en los países de la OCDE aumentó y la desigualdad patrimonial
disminuyó en varios países. Sin embargo, el 10 % de las personas más ricas de
la zona del euro posee más de la mitad de la riqueza neta total, frente al 5 %
de la riqueza del 50 % más pobre.
Con una reducción de 2,2 millones de personas en
el AROPE y un aumento de 446 000 niños en comparación con 2019, es necesario
realizar más esfuerzos para alcanzar el objetivo de 2030 de sacar de la pobreza
a 15 millones de personas. La reducción de la privación material y social y de
los hogares con una intensidad de trabajo muy baja ha reducido ligeramente la
tasa del AROPE hasta el 21 %. Los jóvenes, las mujeres, los migrantes, las
personas con discapacidad y las personas con bajo nivel educativo siguen siendo
especialmente vulnerables a la pobreza y la exclusión social. La tasa de riesgo
de pobreza (AROP) se mantuvo por debajo de la de Estados Unidos y Japón, y se
estabilizó en el 16,2 %, con una ligera disminución de la profundidad de la
pobreza. Las personas con bajo nivel educativo, los desempleados y las personas
fuera de la población activa son los más vulnerables a la pobreza monetaria
crónica.
Capítulo II. Fuentes de mano de obra sin explotar en la UE
CONCLUSIONES
En un mercado laboral que se enfrenta a la
escasez de mano de obra, aumentar la participación en la fuerza laboral cobra
cada vez mayor importancia. La mayoría de los empleadores de la UE tienen
dificultades para cubrir al menos algunos de los puestos que ofrecen, lo que
obstaculiza el potencial de innovación y la competitividad de la economía
europea. Es improbable que esta escasez desaparezca en un futuro marcado por el
declive demográfico, acompañado de la creación de empleo y la necesidad de
nuevas competencias vinculadas a la transición ecológica y digital. Además de
abordar el desempleo, aumentar la participación en el mercado laboral es
esencial y, en particular, crucial para integrar mejor a los grupos de
población subrepresentados, aprovechar su talento y contribuir a la inclusión
social.
Actualmente, uno de cada cinco europeos en edad
laboral (51 millones en total) no participa en el mercado laboral, además de
los 12 millones de desempleados. Gracias al aumento de las tasas de
participación, especialmente de los trabajadores de mayor edad y las mujeres,
la proporción de personas fuera de la fuerza laboral se redujo
significativamente en la última década. En 2013, una de cada cuatro personas no
participaba en el mercado laboral, en comparación con una de cada cinco en
2023. Al mismo tiempo, la tasa de participación varía considerablemente entre
los Estados miembros, registrándose las tasas más bajas en Italia y Rumanía, y
las más altas en los Países Bajos y Suecia.
Las mujeres, las personas mayores, los migrantes
y las personas con discapacidad están particularmente infrarrepresentadas en el
mercado laboral. La proporción de personas inactivas asciende a casi la mitad
entre las personas con discapacidad, un tercio entre las personas mayores y una
cuarta parte entre las mujeres y los migrantes. En conjunto, las mujeres, las
personas mayores y los migrantes representan más del 80 % de las personas fuera
del mercado laboral en la UE (unos 41 millones).
Para atraer a más personas al mercado laboral, es
importante comprender las razones de este desapego, que incluyen deficiencias
en educación, competencias y experiencia laboral. Casi tres de cada cuatro
personas fuera del mercado laboral no tienen experiencia laboral reciente o
carecen de ella, lo que sugiere que podrían tener dificultades para acceder al
mercado laboral. Esto se ve agravado por un menor nivel educativo: más de un
tercio de las personas fuera del mercado laboral han completado, como máximo,
el primer ciclo de educación secundaria, en comparación con menos de una quinta
parte de la población en edad laboral en general. Las brechas en la experiencia
laboral y el nivel educativo son particularmente pronunciadas entre las mujeres
migrantes y las nacidas en el país. Más de la mitad de las mujeres migrantes
nunca han participado en el mercado laboral.
En general, apoyar a las personas fuera del
mercado laboral para que se incorporen al mercado laboral puede, en algunos
casos, ser más difícil que hacerlo para las personas desempleadas, la mayoría
de las cuales solo experimentan breves periodos de desempleo que no generan
grandes brechas en la experiencia laboral ni habilidades obsoletas.
Otros factores que contribuyen a la
infrarrepresentación en el mercado laboral incluyen la mala salud, la
discriminación, los problemas de accesibilidad, los desincentivos derivados de
los sistemas de prestaciones fiscales y las responsabilidades de cuidado no
remuneradas. Casi una cuarta parte de las personas fuera del mercado laboral
señalaron la discapacidad como una de las principales razones de su falta de
participación, y otra quinta parte atribuye esta falta de participación a las
responsabilidades familiares y de cuidado. El ingreso al empleo puede dar lugar
a la pérdida de ciertos beneficios de ingresos (las llamadas “trampas de
beneficios”) o puede verse desalentado por los altos impuestos sobre las
ganancias (por ejemplo, entre los asalariados secundarios, generalmente
mujeres, cuando los hogares pagan impuestos en forma conjunta).
Ciertas barreras a la participación afectan
principalmente a mujeres, personas mayores, migrantes, personas con
discapacidad y jóvenes:
• Gran parte de la brecha de género en la
participación laboral se debe a la proporción desproporcionada de trabajo no
remunerado, y en particular del cuidado infantil no remunerado, que realizan
las mujeres. Muchas mujeres cuidan a otros miembros de la familia y realizan
tareas domésticas a diario. Esto tiene consecuencias especialmente negativas
para la participación laboral de las madres, que se extienden mucho más allá
del período inmediatamente posterior al parto. La gravedad de estas
consecuencias depende de diversos factores, como la disponibilidad de servicios
de cuidado infantil asequibles, el diseño de las licencias familiares y la
prevalencia de las normas tradicionales que identifican a las mujeres como
cuidadoras principales.
• La jubilación anticipada explica en gran medida
la menor participación de las personas mayores en el mercado laboral, aunque
esto se ha vuelto menos común con el tiempo. La decisión de abandonar el
mercado laboral anticipadamente depende de diversos factores, como la mala
salud; el diseño de los sistemas de pensiones y cómo esto afecta a los
incentivos laborales; la disponibilidad de servicios de atención a largo plazo
cuando se necesita atención para otros miembros del hogar; la disposición de
los empleadores a contratar o retener a trabajadores mayores en lugar de
jóvenes; y la falta de adaptación de las condiciones laborales a las
necesidades específicas de las personas mayores.
• Acceder al mercado laboral es más difícil para
los migrantes debido a la falta de competencias lingüísticas y a los problemas
con el reconocimiento de sus cualificaciones. Relativamente pocos migrantes
(aproximadamente uno de cada cuatro) dominan el idioma del país de acogida
antes de su llegada. En las encuestas, indican que la falta de competencias
lingüísticas es el obstáculo más común para la participación. Incluso con un
alto nivel educativo, el reconocimiento de sus cualificaciones en el país de
acogida es incierto y, a menudo, implica largos procedimientos y estrictos
requisitos formales. La falta de reconocimiento conlleva una devaluación de las
credenciales educativas y profesionales de los migrantes, lo que limita
gravemente sus opciones de empleo. Esto contribuye a las tasas de
sobrecualificación entre los migrantes, pero también explica por qué su
participación en el mercado laboral es inferior a la media.
• La falta de adaptación de los entornos
laborales, las condiciones laborales y el proceso de contratación a las
necesidades de las personas con discapacidad constituye un importante obstáculo
para su participación. Si bien los posibles problemas de salud pueden limitar
el tipo de trabajo que se puede realizar, a menudo son las barreras económicas,
ambientales y sociales más amplias las que impiden que las personas con
discapacidad trabajen. Por ejemplo, muchos lugares de trabajo no se adaptan a
las necesidades específicas de las personas con discapacidad, y lo mismo ocurre
con los procesos de contratación existentes.
En general, los empleadores tienden a centrarse
en los costes de contratar a personas con discapacidad (por ejemplo, la
adaptación de los lugares de trabajo o la pérdida de productividad) en lugar de
centrarse en su potencial.
La mayoría de los jóvenes que no participan en el
mercado laboral siguen siendo estudiantes. De hecho, la tasa de participación
de los jóvenes que han finalizado sus estudios es superior a la media de la
población activa de la UE. Más que acceder al mercado laboral en sí, el
principal reto para los jóvenes es encontrar empleo, con una tasa de desempleo
juvenil del 14,9 %, superior a la de las personas de mediana y mayor edad.
Además de centrarse en aumentar la participación
en el mercado laboral, la lucha contra el subempleo podría generar una mayor
oferta laboral (hasta 2,3 millones de empleos a tiempo completo). Hay alrededor
de 6,5 millones de trabajadores a tiempo parcial en la UE que desean trabajar
más horas. Aproximadamente un tercio de las horas de trabajo adicionales
obtenidas al apoyar a estos trabajadores para que trabajen las horas deseadas
beneficiaría a los grupos ocupacionales con escasez de mano de obra. Para aprovechar
este potencial es necesario abordar diversos factores que inciden en el
subempleo, como la alta demanda de trabajo a tiempo parcial en ciertos
sectores, que no necesariamente se ajusta a las preferencias de los
trabajadores, la débil posición de negociación de los trabajadores menos
cualificados en el mercado laboral, las limitaciones a largo plazo del tiempo
de trabajo derivadas, en particular, de las responsabilidades de cuidado y las
limitaciones de salud, y las diferencias en la aceptabilidad del trabajo a
tiempo parcial según el país y el grupo de población.
Capítulo III Políticas para aumentar la
participación en la población activa
CONCLUSIONES
La participación laboral puede apoyarse mediante
diversas medidas, tanto de oferta como de demanda, con efectos positivos
duraderos.
• Por el lado de la demanda, las medidas
centradas en los empleadores para mejorar el apoyo en el lugar de trabajo y
combatir la discriminación son esenciales para garantizar que el aumento de la
oferta laboral se corresponda con la demanda. La discriminación sigue siendo un
obstáculo clave para todos los grupos subrepresentados evaluados. Las campañas
de asesoramiento y concienciación de los empleadores pueden ayudar a prevenir
la discriminación contra estos grupos. Las medidas centradas en la demanda, centradas
en incentivos financieros para que los empleadores contraten a personas de
grupos subrepresentados y en cuotas de empleo, han demostrado una eficacia
variable. Un lugar de trabajo accesible y un alojamiento adecuado en el
trabajo, incluidas las oportunidades de teletrabajo, pueden facilitar la
contratación y la retención de trabajadores para diversos grupos
subrepresentados. Otras medidas centradas en los empleadores, como los
servicios de mediación y la orientación, pueden tener efectos positivos en el
empleo.
• Por el lado de la oferta, aumentar los
incentivos financieros mediante prestaciones laborales dirigidas a los
trabajadores con bajos ingresos puede impulsar la participación laboral, en
particular de las mujeres y los jóvenes. El análisis de las prestaciones
laborales sugiere un aumento potencial de la oferta laboral de entre el 0,09 %
y el 0,34 % en el número de personas empleadas en los ocho Estados miembros
evaluados. Esto se acompaña de importantes efectos de reducción de la pobreza,
con una disminución de las tasas de AROP de 2,31 puntos porcentuales a 5,6
puntos porcentuales. Los resultados destacan que los grupos infrarrepresentados
responden de forma diferente a la prestación laboral. Los efectos sobre la
oferta laboral son más débiles en el caso de los trabajadores de mayor edad y
las mujeres, y más fuertes, especialmente, en el caso de los migrantes. El
diseño de las prestaciones laborales es importante para la capacidad de
aumentar la oferta laboral de grupos objetivo específicos, para la carga administrativa
de su aplicación y para su efecto en la reducción de la pobreza.
El diseño de los sistemas de prestaciones
fiscales en los Estados miembros tiende a ofrecer menores incentivos
financieros a algunos trabajadores a tiempo parcial para aumentar sus horas
trabajadas, en particular en el caso de los trabajadores de mayor edad, los
migrantes y los hogares monoparentales con bajos salarios. Dependiendo de la
composición del hogar y del nivel salarial medio, el aumento de la renta
disponible al pasar del trabajo a tiempo parcial al trabajo a tiempo completo
puede variar considerablemente entre grupos. Los resultados varían según el
sistema de beneficios fiscales de cada Estado miembro, pero tienden a ofrecer
incentivos más débiles para aumentar las horas trabajadas en el caso de los
trabajadores de mayor edad y los migrantes. En algunos casos, los hogares
monoparentales con hijos experimentan menores incentivos para aumentar las
horas trabajadas, como lo demuestran los tipos impositivos especialmente altos
para la participación a tiempo completo, debido a la pérdida de beneficios al
aumentar las horas trabajadas.
Un mayor nivel educativo y de formación sigue
siendo un factor clave para aumentar el empleo de los grupos
infrarrepresentados. Las simulaciones sugieren que un aumento significativo del
nivel educativo en la población activa de la UE puede ayudar a reducir los
efectos negativos en el empleo previstos debido al cambio demográfico para 2050
y puede conducir a un aumento de la participación en la fuerza laboral para ese
mismo año. Más allá del nivel educativo, las políticas activas del mercado
laboral, que incluyen la formación accesible e inclusiva y la rehabilitación
profesional, han demostrado ser eficaces para aumentar la empleabilidad de las
personas con discapacidad, los migrantes y los trabajadores de mayor edad, así
como para aumentar su permanencia en el mercado laboral.
En cuanto a las políticas específicas que podrían
apoyar la participación de cada grupo infrarrepresentado, este capítulo
concluye que:
• Para las mujeres: la tributación conjunta de
las parejas puede desincentivarlas, ya que a menudo son las que aportan
ingresos secundarios. Aumentar la participación de las mujeres en la fuerza
laboral no solo generaría importantes aumentos de empleo, sino también
repercusiones positivas en el PIB y disminuciones muy limitadas en el empleo
masculino. Para facilitar que las personas con responsabilidades de cuidado,
que son desproporcionadamente mujeres, puedan incorporarse al mercado laboral,
es fundamental proporcionar servicios de cuidado externo asequibles y de
calidad para niños y adultos. Las políticas que abordan los estereotipos de
género y promueven la distribución equitativa del trabajo no remunerado en los
hogares pueden impulsar aún más la participación de las mujeres en la fuerza
laboral.
• Para las personas mayores: las reformas de las
pensiones, incluyendo cambios en la edad legal de jubilación, pueden aumentar
su participación. Ofrecer modalidades de trabajo flexibles y adaptaciones en el
lugar de trabajo puede contribuir a su continuidad laboral. Además, mejorar la
asequibilidad y la calidad de los servicios de cuidado externo para niños y
adultos es clave para atraer a las personas mayores al mercado laboral, ya que
muchas de ellas tienen responsabilidades de cuidado.
Para los migrantes: la simplificación y la
agilización del reconocimiento de las competencias y cualificaciones obtenidas
en terceros países, así como el apoyo durante el proceso, pueden fomentar su
participación en el mercado laboral. La simplificación de los procedimientos de
acceso al mercado laboral mediante permisos de trabajo y residencia puede
aumentar aún más la oferta laboral. La asistencia para la búsqueda de empleo ha
demostrado ser eficaz. El apoyo debe adaptarse a los grupos destinatarios, por ejemplo,
integrando la formación lingüística en el apoyo cultural y contextual en el
lugar de trabajo, proporcionando así un apoyo integral que aborde las múltiples
barreras a la participación en el mercado laboral.
• Para las personas con discapacidad: las trampas
de las prestaciones siguen siendo un desincentivo importante para este grupo.
El empleo con apoyo y las cuotas de empleo han demostrado ser eficaces para
ayudar a las personas con discapacidad en la transición al empleo. La formación
accesible y la educación inclusiva, combinadas con otras políticas que integren
la accesibilidad, por ejemplo, En el transporte y la prestación de otros
servicios, puede ser especialmente eficaz. Ofrecer modalidades de trabajo flexibles
y adaptaciones en el lugar de trabajo también es crucial.
Se requiere un enfoque centrado en la persona,
holístico y multifacético para apoyar adecuadamente a las personas de grupos
subrepresentados y debe tener en cuenta las barreras interseccionales a la
participación. Las personas que pertenecen a más de un grupo subrepresentado a
menudo se enfrentan a barreras superpuestas. Los enfoques políticos integrales
y a medida que consideran estas intersecciones pueden abordar múltiples
desafíos y ayudar a los grupos subrepresentados a desarrollar sus capacidades.
Las iniciativas y políticas de la UE apoyan la
participación laboral de los grupos subrepresentados mediante una amplia gama
de medidas. Varias medidas implementadas en el marco del Plan de Acción del
Pilar Europeo de Derechos Sociales de 2021 promueven el acceso a mercados
laborales inclusivos a través del objetivo de empleo de la UE, incluida la
Recomendación sobre una renta mínima adecuada. El Plan de Acción de la UE sobre
la escasez de mano de obra y de competencias también se centra en aumentar la participación
laboral de los grupos subrepresentados. Además, la Directiva sobre Igualdad en
el Empleo ofrece protección contra la discriminación en el empleo, con el
objetivo de garantizar un trato justo a las personas de grupos subrepresentados
en el lugar de trabajo. Se han introducido iniciativas y políticas adicionales
centradas en grupos infrarrepresentados específicos, como la Estrategia para la
Igualdad de Género, la Estrategia para los Derechos de las Personas con
Discapacidad 2021-2030 y su Paquete de Empleo para Personas con
Discapacidad(344) y, en lo que respecta a los migrantes, el Plan de Acción para
la Integración y la Inclusión 2021-2027. Las Directrices de Empleo y las
recomendaciones específicas por país del Semestre Europeo ofrecen orientaciones
concretas sobre cómo seguir impulsando la participación en la fuerza laboral.
Algunas de estas iniciativas también cuentan con el apoyo de fondos de la UE,
como el Fondo Social Europeo Plus, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el
Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y el Instrumento de Apoyo Técnico. En
conjunto, estas políticas tienen como objetivo crear un entorno propicio para
los grupos infrarrepresentados en el mercado laboral de la UE. Para apoyar
estas iniciativas, el papel de los interlocutores sociales será fundamental.
Para abordar los cambios demográficos y la
persistente escasez de mano de obra y de competencias, es esencial redoblar los
esfuerzos para impulsar la participación en la fuerza laboral. La UE, los
Estados miembros y los interlocutores sociales deben promover conjuntamente las
transiciones laborales, el acceso a empleos de calidad y la igualdad de
oportunidades, mejorando al mismo tiempo los estándares de protección social.
Varias iniciativas recientes y previstas se alinean con este objetivo. La
recientemente lanzada Unión de Competencias (Union of Skills) apoyará la mejora
y el reciclaje profesional, e intensificará los esfuerzos para atraer,
desarrollar y retener el talento. El nuevo Plan de Acción para el Pilar Europeo
de Derechos Sociales, que se adoptará antes de finales de 2025, busca
fortalecer el acceso al mercado laboral y promover la igualdad de
oportunidades. Además, la próxima Hoja de Ruta para el Empleo de Calidad
contribuirá aún más a la igualdad de remuneración, las condiciones laborales favorables
y las transiciones laborales fluidas. Brindar apoyo personalizado para superar
las barreras individuales a las que se enfrentan los diferentes grupos sigue
siendo vital para garantizar que nadie se quede atrás. En última instancia, se
requieren evaluaciones exhaustivas de las políticas, en particular de los
incentivos dentro de los sistemas de impuestos y prestaciones sociales de los
Estados miembros, para eliminar las trampas de las prestaciones sociales e
impulsar los ingresos netos del empleo”.
Buena lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario