1. Casi coincidiendo
con la inauguración de la 113ª reunión de la Conferencia Internacional delTrabajo, que se celebra en Ginebra de 2 al 13 de junio , la OIT publicó el 28 de mayo, la actualización de los datos que difunde
periódicamente sobre las perspectivas sociales y de empleo en el mundo (original
inglés World Employment and SocialOutlook: May 2025 Update ).
He abordado el
examen de informes anteriores en otras entradas del blog, y me permito
remitirme a la más reciente, la entrada “La OIT alerta, una vez más, sobre el
incremento de las desigualdades, y la UE se preocupa por los colectivos
vulnerables”, publicada el 7 de septiembre de 2024
2. La nota de
prensa de presentación del Informe tiene el significativo título de “La
previsión de empleo mundial se reduce en hasta 7 millones de puestos de trabajo
en 2025 en un contexto de creciente incertidumbre”, y va acompañada del
subtítulo “En su nueva actualización de las Perspectivas Sociales y del Empleo
en el Mundo, la OIT señala las tensiones geopolíticas y las disrupciones
comerciales como factores clave del deterioro de las perspectivas económicas,
lo que frenará el crecimiento del empleo”. Reproduzco unos fragmentos de su
contenido:
“La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha revisado su previsión de empleo
mundial para 2025, proyectando la creación de 53 millones de puestos de trabajo
en lugar de los 60 millones estimados anteriormente. Esto se traduce en una
reducción del crecimiento del empleo mundial del 1,7% al 1,5% este año. El
descenso -que equivale a unos siete millones de puestos de trabajo adicionales
menos- refleja una revisión a la baja de las perspectivas económicas mundiales,
ya que se prevé un crecimiento del PIB del 2,8%, por debajo de la proyección
anterior del 3,2%...
Además, la OIT
estima que cerca de 84 millones de empleos en 71 países están directa o
indirectamente vinculados a la demanda de consumo de Estados Unidos. Estos
puestos de trabajo, y los ingresos que generan, están cada vez más amenazados
por el aumento de las tensiones comerciales. La región Asia-Pacífico es donde
se concentra la mayor parte de estos empleos, 56 millones. Sin embargo, Canadá
y México tienen la mayor proporción de puestos de trabajo expuestos (17,1%)...
... El informe
también pone de relieve tendencias preocupantes en la distribución de los
ingresos. La participación de los ingresos del trabajo –que es la proporción
del PIB que va a los trabajadores– cayó a nivel mundial del 53,0% en 2014 al
52,4% en 2024. África y América experimentaron los mayores descensos. Si esta
proporción se hubiera mantenido sin cambios, los ingresos laborales a nivel
mundial habrían sido 1 billón de dólares más altos en 2024, o 290 dólares más
por trabajador en términos de poder adquisitivo constante. Esta erosión de la
parte de la renta mundial destinada a los trabajadores ejerce una presión al
alza sobre la desigualdad y pone de manifiesto una desconexión entre el
crecimiento económico y la remuneración de los trabajadores.
El informe
señala un desplazamiento del empleo hacia trabajos de alta cualificación. Las
mujeres lideran esta tendencia. Entre 2013 y 2023, la proporción de mujeres
empleadas en ocupaciones de alta cualificación aumentó del 21,2% al 23,2%,
mientras que la proporción de hombres en ocupaciones de alta cualificación se
situaba en torno al 18% en 2023. Sin embargo, persiste la segregación
ocupacional, ya que las mujeres están infrarrepresentadas en sectores como la
construcción y sobrerrepresentadas en funciones administrativas y
asistenciales.
Y aunque el
nivel educativo sigue aumentando en todo el mundo, el mercado laboral sigue
caracterizándose por importantes desajustes educativos. En 2022, sólo el 47,7%
de los trabajadores tenían cualificaciones que se ajustaban adecuadamente a los
requisitos de su puesto de trabajo. La proporción de trabajadores con un nivel
educativo insuficiente se redujo del 37,9% al 33,4% en la última década, pero
la proporción de trabajadores con un nivel educativo excesivo aumentó del 15,5%
al 18,9%.
El informe
también aborda los efectos de las nuevas tecnologías en el mundo laboral. En él
se constata que casi uno de cada cuatro trabajadores puede ver transformado su
puesto de trabajo por la IA generativa. Una mayor proporción de puestos de
trabajo en ocupaciones de cualificación media tienen algún grado de exposición,
pero un mayor porcentaje de puestos de trabajo en ocupaciones de alta
cualificación tienen una alta exposición, por lo que las tareas existentes
podrían ser potencialmente automatizadas por la IA...”.
3. Remitiendo
a todas las personas interesadas a la lectura integra del informe, reproduzco
en esta entrada (traducción no oficial) dos contenidos de especial interés a mi
parecer: la importancia del trabajo informal y la necesidad de adoptar medidas
para su formalización, por un parte, y los cambios en la estructura ocupacional
derivados de la entrada en liza, y cada vez con mayor intensidad, de la
tecnología en general y de la Inteligencia Artificial en particular, así como
también las conclusiones del Informe (la negrita es mía).
Buena lectura.
“... Crecimiento
económico, productividad y empleo en la última década
La creación de
nuevos puestos de trabajo es un objetivo importante para los responsables
políticos, pero incluso cuando un fuerte crecimiento económico se traduce en un
elevado crecimiento del empleo, la calidad de los resultados del empleo no es
un subproducto automático (Lee et al., 2020). Por ello, los países también
deben garantizar que los nuevos puestos de trabajo ofrezcan salarios y
condiciones laborales decentes. Un análisis de la evolución del empleo
formal e informal en la última década es informativo sobre las tendencias de la
calidad del empleo. A escala mundial, el empleo formal e informal han crecido a
un ritmo similar en los últimos diez años (véase la Figura 5). Si bien a
principios de la última década el crecimiento del empleo formal superó
ligeramente al del empleo informal, el empleo informal demostró ser más
resistente durante la pandemia de COVID-19, y se recuperó más rápidamente
después. En 2024, el empleo formal en todo el mundo aumentó un 12,6% desde
2014, mientras que el empleo informal creció un 13,7% durante el mismo período.
El crecimiento más rápido del empleo informal en la última década es
atribuible, al menos en parte, a las diferencias en la composición del empleo
de los países. En promedio, algunos de los países con grandes poblaciones
empleadas y una alta prevalencia del empleo informal también experimentaron un
crecimiento significativo del empleo total
Más de 2.000 millones de personas tenían un
empleo informal en 2024, lo que representa el 57,8% de todos los trabajadores
empleados en todo el mundo (véase el Cuadro A1 del Anexo Estadístico). En
África, una región en la que alrededor del 85% de los trabajadores estaban
empleados de manera informal, el empleo informal creció un 29,3% en la última
década. En los Estados árabes, el empleo informal creció aún más rápido, más
del 36,1%, superando significativamente el crecimiento del 22,3% del empleo
formal. Por el contrario, Europa y Asia Central, donde sólo el 12% de los
trabajadores tenían empleos informales en 2024, experimentaron un descenso del
empleo informal del - 11,3% en los últimos diez años, mientras que el empleo
formal registró un crecimiento del 10,5%. Del mismo modo, en la región de Asia
y el Pacífico, el empleo total fue impulsado principalmente por más
oportunidades de empleo formal, lo que sugiere un cambio en curso hacia
estructuras de mercado de trabajo más formales en la región.
La persistencia del empleo informal - y en
algunas regiones su expansión - pone de relieve los retos actuales de traducir
el crecimiento económico en oportunidades de empleo formal y decente. Las
disparidades regionales subrayan la necesidad de seguir esforzándose por
garantizar que el crecimiento económico no sólo sea intensivo en empleo, sino
también integrador.


Dinámica ocupacional en el mundo del trabajo
En la última década, se han producido cambios
significativos en la composición ocupacional de la población mundial empleada,
impulsados en parte por la evolución de los requisitos de cualificación y los
avances tecnológicos. Antes de examinar estos cambios, es útil comprender
primero la composición ocupacional del empleo. La Figura 7 ofrece una
instantánea de la estructura ocupacional en 2023 utilizando las ocupaciones de
los principales grupos de la CIUO-08 (nivel de 1 dígito). Alrededor de
cuatro de cada diez trabajadores en todo el mundo (40,2%) estaban empleados en
ocupaciones elementales o en ocupaciones cualificadas de la agricultura, la
silvicultura y la pesca, que en lo sucesivo se agruparán en una categoría y se
denominarán ocupaciones de nivel de cualificación bajo/medio. Estas ocupaciones
suelen caracterizarse por unos requisitos de educación formal limitados y unos
salarios bajos. Otras ocupaciones de cualificación media -incluidos los
empleados administrativos, los trabajadores de los servicios y las ventas, los
artesanos, los operadores de maquinaria e instalaciones y los ensambladores-
representaron el 39,7% del empleo mundial. Por último, las ocupaciones de alta
cualificación -directivos, profesionales, técnicos y profesionales asociados-
representaban alrededor de una quinta parte (20,1%) de los trabajadores, lo que
refleja la creciente demanda de talento y competencias especializadas.
Una
transición desigual hacia ocupaciones de alta cualificación
Entender cómo ha cambiado a lo largo del tiempo
la distribución del empleo entre ocupaciones con diferentes requisitos de
cualificación es crucial para evaluar los avances hacia unos mercados laborales
más inclusivos y resistentes. A medida que evolucionan las economías, los
cambios en la composición de la población empleada reflejan transformaciones
estructurales más amplias, impulsadas por los avances tecnológicos, los cambios
demográficos, la expansión de la educación, la globalización y los cambios en la
demanda de mano de obra, entre otros factores.
En los últimos diez años, el mundo ha
experimentado notables cambios en su estructura ocupacional:
Las estimaciones de la OIT indican que el 6,5% de
los trabajadores en 2023 estarán empleados en ocupaciones diferentes de las que
tendrían si se replicara hipotéticamente la distribución ocupacional de una
década antes.20 Esta transformación ha sido significativamente más pronunciada
entre las mujeres que entre los hombres (véase el recuadro).
La Figura 8 presenta las ocupaciones agrupadas
por su correspondiente nivel de cualificación, y ofrece información sobre la
proporción de trabajadores empleados en cada categoría de ocupaciones en 2013 y
2023 a nivel mundial, y por grupo de ingresos de cada país. La estructura
ocupacional de la población empleada difiere notablemente entre los grupos de
renta de los países, y la distribución de los trabajadores por nivel de
cualificación está estrechamente vinculada a la fase de desarrollo económico. Los
países de renta baja siguen dependiendo en gran medida de las ocupaciones
elementales y de las ocupaciones relacionadas con la agricultura, la
silvicultura y la pesca (ocupaciones de cualificación baja/media), que
representaban el 65,5% del empleo total en 2023, un porcentaje ligeramente
inferior al 67,8% de 2013. En estos países, el empleo de baja cualificación
sigue prevaleciendo debido a la lentitud con la que se está abandonando la
agricultura y otros sectores de baja productividad. Esto pone de relieve la
necesidad de políticas que apoyen la transformación estructural y creen
oportunidades de empleo más diversas.
En el extremo opuesto del espectro, los países
de renta alta han mantenido una proporción sistemáticamente baja de empleo de
cualificación baja/media -en torno al 12%- y registran la mayor proporción de
trabajadores empleados en ocupaciones de alta cualificación entre todos los
grupos de renta (44,3% en 2023). La mayor prevalencia de empleos de alta
cualificación en los países de renta alta se debe, al menos en parte, a que
estos países cuentan con trabajadores más cualificados. Esto subraya la
importancia de invertir en sistemas de educación y formación para ayudar a los
trabajadores a adquirir las competencias que necesitan para conseguir mejores
empleos y apoyar el desarrollo económico.
La dinámica ocupacional se ha caracterizado por
un cambio general hacia el empleo de alta cualificación, aunque el progreso
entre los grupos de renta de los países ha sido desigual. La proporción de
empleo en ocupaciones de alta cualificación (es decir, directivos,
profesionales y técnicos y profesionales asociados) fue del 18,9% en 2013, y
aumentó hasta el 20,1% en 2023. Los países de renta alta han impulsado esta
tendencia, con un aumento de la proporción de empleo de alta cualificación del
39,4% al 44,3%, frente al descenso del empleo de cualificación media y de
cualificación baja/media. Este cambio general hacia ocupaciones de alta
cualificación ha sido especialmente pronunciado en el caso de las mujeres
(véase el recuadro) y está en consonancia con un patrón global de mejora de las
cualificaciones (Pérez et al., 2025). Durante la última década, en los países
con datos disponibles, la proporción de trabajadores con una cualificación
educativa avanzada ha aumentado del 25,7 al 29,8 por ciento, observándose
mejoras significativas en los niveles educativos de los trabajadores en todos
los principales grupos ocupacionales.
El crecimiento de las ocupaciones de alta
cualificación fue impulsado principalmente por los trabajadores empleados como
profesionales. Su proporción dentro del empleo total aumentó del 8,7 al 10,4
por ciento, alcanzando un máximo del 21,7 por ciento en los países de ingresos
altos. Entre los profesionales, los que trabajan en el sector de las
tecnologías de la información y la comunicación son los que han experimentado
un crecimiento más rápido, con un porcentaje del empleo total (en los países
con datos disponibles) que ha pasado del 0,8% al 1,3% en la última década.
En cambio, los países de renta baja y media-alta
están experimentando una transición gradual hacia ocupaciones de cualificación
media. El porcentaje de empleo en ocupaciones de cualificación media ha
aumentado del 30,9 al 36,5 por ciento en los países de renta media-baja, y del
40,2 al 42,8 por ciento en los países de renta media-alta, aunque las funciones
de cualificación inferior siguen dominando la estructura ocupacional de la
población empleada en los países de renta media-baja. Este cambio hacia el
empleo de cualificación media se ha producido junto con un descenso del empleo
de cualificación baja/media -del 54,3 al 50,0 por ciento en los países de renta
media-baja y del 45,8 al 41,4 por ciento en los países de renta media-alta-, lo
que sugiere una mejora ocupacional constante debida a las mejoras en la
educación y el desarrollo de cualificaciones, y a la reestructuración
económica.
Conclusiones
Las perspectivas macroeconómicas y de empleo
mundiales para 2025 son de ralentización del crecimiento, intensificación de la
volatilidad comercial y aumento de las tensiones geopolíticas, todo lo cual
contribuye a aumentar la incertidumbre. Esta incertidumbre se refleja en
indicadores adelantados como el descenso de la confianza de los consumidores y
las empresas; sin embargo, las cifras de desempleo se mantienen estables, sin
signos actuales de presión al alza. A pesar de ello, se espera que la ralentización
del crecimiento económico mundial en 2025 se traduzca en un aumento del empleo
más modesto de lo previsto: la OIT ha rebajado su previsión de crecimiento del
empleo mundial para 2025 de 60 millones a 53 millones. Esta rebaja refleja no
sólo las tensiones comerciales, sino también una mayor cautela entre las
empresas. Además, aproximadamente 84 millones de trabajadores de 71 países, la
mayoría en Asia y el Pacífico, ocupan puestos de trabajo vinculados directa o
indirectamente, a través de cadenas de suministro, a la demanda final de
Estados Unidos y, por tanto, corren el riesgo de verse afectados por las
inciertas medidas arancelarias estadounidenses. En este contexto, los países
pueden considerar políticas que apoyen la diversificación productiva, incluidas
estrategias que refuercen la demanda nacional y regional. Estos enfoques
podrían aumentar la resistencia del empleo y reducir la vulnerabilidad a las
perturbaciones del comercio mundial.
En cuanto a la evolución del mercado de trabajo a
más largo plazo en la última década, el crecimiento económico mundial ha dado
lugar a aumentos moderados del empleo, con importantes variaciones regionales
en la forma en que el crecimiento se tradujo en mejoras del empleo o de la
productividad. La persistencia y, en algunas regiones, la expansión del
empleo informal pone de relieve los retos actuales a la hora de garantizar que
el crecimiento económico ofrezca oportunidades de empleo formal y decente para
todos. Promover la formalización del trabajo e invertir en el desarrollo de
competencias es esencial para garantizar que el crecimiento económico se
traduzca en empleo de calidad para los trabajadores. Además, sigue siendo
necesario mejorar los esfuerzos de recopilación de datos para captar mejor las
métricas relacionadas con la calidad y la inclusividad de los resultados del
empleo.
La proporción de la renta del trabajo, que
representa la renta total obtenida por los trabajadores en una economía como
proporción del PIB, ha experimentado un descenso de 0,6 puntos porcentuales
durante la última década. Si la participación de la renta del trabajo se
hubiera mantenido en su nivel de 2014, cada trabajador habría ganado de media
290 dólares adicionales en 2024. Para garantizar que los beneficios del
progreso económico se reparten equitativamente, es esencial reforzar las
instituciones del mercado laboral que defienden los principios y derechos
fundamentales en el trabajo, promueven el diálogo social y refuerzan la
negociación colectiva. Estas instituciones no sólo son clave para invertir
el descenso de la participación del trabajo en la renta, sino que también son
fundamentales para un crecimiento económico inclusivo, equitativo y sostenible.
Las estructuras ocupacionales mundiales han
cambiado considerablemente en la última década. El empleo se está desplazando
hacia ocupaciones de alta cualificación, sobre todo en los países de renta
alta, debido a la evolución de las demandas de cualificación y al aumento de
los niveles educativos. Sin embargo, los países de renta baja siguen
dependiendo de ocupaciones de cualificación baja/media, mientras que los países
de renta media-baja y media-alta están realizando una transición gradual hacia
ocupaciones de cualificación media y alta.
Sorprendentemente, menos de la mitad de los
trabajadores (47,7%) en una muestra de 59 países con datos disponibles tenían
un nivel educativo que se ajustaba adecuadamente a los requisitos de sus
puestos de trabajo. De 2013 a 2023, la proporción de trabajadores con un nivel
educativo excesivo aumentó del 15,5% al 18,9%, sobre todo en las regiones de
ingresos altos, lo que refleja el aumento de los niveles educativos y los
posibles desajustes entre las cualificaciones. Aunque la proporción de
trabajadores con bajo nivel educativo se redujo del 37,9% al 33,4%, muchos
trabajadores siguen careciendo de una adecuación adecuada entre su educación y
los requisitos del puesto de trabajo. Esta dinámica pone de relieve la
necesidad de políticas que apoyen tanto la mejora de las cualificaciones como
una mejor adecuación entre los sistemas educativos y las demandas del mercado
laboral.
Además, en un contexto de menor crecimiento del
empleo y de mayor incertidumbre económica -y dados los avances relativamente
modestos observados en las tendencias del mercado de trabajo a largo plazo en
la última década-, las políticas activas del mercado de trabajo, las medidas
de protección social y unos servicios públicos de empleo sólidos podrían servir
como herramientas importantes para los países que pretenden estabilizar las
transiciones del mercado de trabajo y apoyar a los demandantes de empleo. Estas
medidas no sólo ayudan a los trabajadores a acceder a un empleo digno, sino que
también ayudan a los empleadores ampliando la reserva de mano de obra
cualificada, mejorando la adaptabilidad de la mano de obra y reduciendo los
costes asociados a una elevada rotación o a la inadecuación de las
cualificaciones.
Promover el diálogo entre gobiernos, empresarios
y trabajadores también es esencial para alinear los sistemas de formación con
la evolución de las necesidades empresariales, garantizar unas condiciones de
trabajo justas y fomentar empresas resistentes y productivas. Además, la
supervisión eficaz de las condiciones de empleo sigue siendo vital para
garantizar que los mercados laborales continúen generando oportunidades de
trabajo decente, frente al empleo informal y de menor calidad.
Por último, es probable que el rápido desarrollo
y la adopción de tecnologías de IA generativa reconfiguren el mundo del trabajo
en los próximos años, aunque en un grado aún desconocido. Los últimos datos
disponibles muestran que la mayoría de los trabajadores (76,2%) están empleados
en ocupaciones con una exposición mínima o nula a las tecnologías de IA
generativa. En las ocupaciones menos cualificadas, casi todos los trabajadores
están protegidos de los impactos directos. Sin embargo, el 23,8% restante de
los trabajadores se enfrenta a diversos grados de exposición. Una mayor
proporción de empleos en ocupaciones de cualificación media tienen cierto grado
de exposición a la IA generativa que aquellos en ocupaciones de alta
cualificación, pero una mayor proporción de empleos en ocupaciones de alta
cualificación tienen una alta exposición, ya que la mayoría de las tareas
existentes podrían automatizarse. A medida que los países continúen la
transición hacia ocupaciones que requieran una mayor cualificación, es
fundamental gestionar este cambio de forma proactiva para garantizar que la
integración de la IA generativa favorezca oportunidades de empleo decente para
todos..."