1. En anteriores
entradas del blog, y de forma periódica, me he ido ocupando, y espero seguir
haciéndolo en el futuro, de la evolución de la población extranjera en España
desde la perspectiva laboral. Es decir, presto atención mensualmente a los
datos sobre afiliación a la Seguridad Social, y a los de empleo y desempleo
según los datos disponibles en el Servicio Público de Empleo Estatal, con
atención específica a la realidad de Cataluña, y a los facilitados en la Encuesta
de Población Activa que publica trimestralmente el Instituto Nacional de
Estadística (INE) . De forma semestral, y ya con carácter general, sigo los
datos sobre extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en
vigor, y anualmente los datos que publica el INE sobre cifras de población
residente en España y la estadística de migraciones correspondiente a 2017.
En algunas
ocasiones, pero menos, he prestado atención a las estadísticas del padrón
continuo, algo que ahora hago con mayor detenimiento una vez que se hapublicado por el INE, el 11 de abril, el avance de datos a 1 de enero de 2019.
Recomiendo compararlos con los de afiliación a la Seguridad Social y de
población desempleada, a fin de comprobar qué diferencias hay, y ya adelanto
que no son muchas, entre la población extranjera total (diferenciando por
nacionalidades, y dentro de estas entre países miembros de la Unión Europea y
externos a ella), y la población trabajadora regular, es decir la que está
afiliada a la Seguridad Social.
2. Fijémonos,
pues, en los datos mas relevante del citado avance, en el que se nos informa de
la superación de los 47 millones de habitantes empadronados a principios de
este año, con un incremento de 284.387 personas sobre el mismo período de 2018,
con la particularidad importante del crecimiento de la población extranjera, y
mayoritariamente extracomunitaria, en 290.573 personas, mientras que la
española disminuye en 6.186.
En efecto, el
crecimiento de la población foránea proviene en gran medida de ciudadanos y
ciudadanas de países extracomunitarios (254.524), y mucho menos de la de algún
Estado UE (36.049); es decir, hay un aumento de cada subgrupo de población extranjera
en un 8,6 y 2,0 % respectivamente sobre igual período del año anterior.
Otro dato relevante
es que la población extranjera supera los cinco millones, exactamente
5.025.264, que supone el 10, 7 % del total de la población empadronada, una
cifra que no se alcanzaba desde 2014. En fin, el dato de la población
extranjera comunitaria es de 1.825.735 personas, mientras que el de la
población extracomunitaria casi llega a los 3.200.000, más exactamente 3.199.529.
3. No hay
diferencias significativas por razón de sexo entre la población española y la extranjera,
ya que entre la segunda existe paridad mientras que en la primera hay una
mínima diferencia de dos puntos porcentuales a favor de la población femenina.
En cambio, si la
hay por razón de edad, y gran parte de la diferencia radica en la mayor
presencia de población ocupada en la franja de 16 a 44 años por parte
extranjera, y mucho menor en el grupo de mayores en edad de jubilación. Si concretamos
más esta información, podemos decir que no hay casi diferencias entre la
población menor de 16 años (15,7 % la española y 15.4 % la extranjera), y sí la
hay considerablemente en el colectivo de 16 a 44 años (34,1 y 55,0 respectivamente),
cambiando el dato mayoritario a favor de la población española en el grupo de
45 a 64 años (29,4 y 22,8 %) y con mucha mayor diferencia en el de 65 y más
años (20,8 y 6,8 %).
Se entiende mejor
esta diferencia tanto porque la población extranjera llega mayoritariamente
para incorporarse, o tratar de hacerlo, al mercado de trabajo, como porque la
media de edad de la población española es
más de ocho años mayor que la de la extranjera (44,2 y 36,1 años
respectivamente, si bien el INE se encarga de indicar rápidamente que la edad
llega a los 40,2 años cuando dentro de la población extranjera solo nos fijamos
en la comunitaria). En efecto, si la edad media de la población total inscrita
en el Padrón es de 43,4 años, esta se incrementa en varios años para la
población comunitaria del Reino Unido y Alemania que reside en zonas costeras,
tanto en el interior de la península como en las Islas Baleares y Canarias
(53,6 y 49,2 años), mientras que países extracomunitarios con importante
presencia entre la población extranjera, especialmente Marruecos, tienen una
población mucho más joven, siendo los más jóvenes los ciudadanos hondureños
(30,3 años) seguidos de los pakistaníes (30,8) y los marroquíes (31,0),
seguidos a su vez estos últimos a muy corta distancia por los chinos (31,7).
4. Si bien las
cuatro Comunidades Autónomas con mayor presencia de población extranjera son
Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, son las Islas Baleares la
que tienen una mayor porcentaje de población extranjera (17,8 %), seguida por
Cataluña (15.1 %) y la Región de Murcia (14,1 %), con una amplísima diferencia,
que también se produce en los datos de afiliación a la Seguridad Social, con
respecto a las que tienen menor porcentaje, que son Extremadura, Galicia y Principado
de Asturias (3,0, 3,7 y 4,1 % respectivamente), habiéndose producido un
incremento significativo, cuantitativamente hablando, durante 2018 en Cataluña,
Madrid y Comunidad Valenciana (75.452, 54.462 y 36.457, respectivamente),
habiendo en la primera un total de 1.157.551
personas de nacionalidad extranjera.
Si nos fijamos en
las nacionalidades, comunitarias y de terceros países, con mayor presencia
entre la población extranjera, también nos daremos cuenta de las mínimas diferencias
con respecto a los datos de afiliación, empleo y desempleo, si bien en la población
marroquí hay un número no despreciable de menores de edad. Así, el primer país es
Marruecos (812.412), seguido por Rumania (669.434), mientras que a efectos
laborales se invierten las tornas. Por detrás, encontramos a los nacionales
británicos (49.015, en buen número jubilados), seguidos de los chinos
(227.912), italianos (227.912) y colombianos (206.413). De tal manera que las
seis nacionalidades con mayor presencia están cerca del alcanzar el 50 %, siendo
especialmente significativo que un país que vive en una muy difícil situación económica
y social, como es Venezuela, se sitúe ya en el séptimo lugar con 137.589
nacionales, con un importante incremento de 41.956 sobre el año anterior (43,9
% de aumento).
5. Al igual que en
las relaciones de trabajo y protección social, la población de Estados UE es mayoritaria,
seguida por la africana y la americana del sur, con un dato que merece ser
puesto de relieve cuál es el incremento de la tercera. Así, mientras que la población
comunitaria es de 1.825.735 personas, el 36,3 del total, la africana es de
1.120.639, 22,3 %, y la americana del sur 955.786, 19,0 %.
6. Por último, también
es de interés conocer donde se concentra la población extranjera según el
tamaño de los municipios, de los que hay 8.131 en España y de ellos 5.002
tienen una población menor de 1.000 habitantes.
Pues bien, la estadística
del Padrón nos da el dato de que el 40,1% reside en municipios con más de
100.000 habitantes (hay 63 en España), y un 20,3 % en municipios menores de
10.000 habitantes (hay 7.378), dándose el porcentaje más elevado de la población
extranjera en los municipios entre 50.001 y 100.000 habitantes (hay 85), con el
12,5 %, mientras que es algo inferior, 11,4 %, en los de más de 100.000 habitantes
y bastante más, 6,41 % en los de menos de
1.000 habitantes. Otros datos que conviene destacar son que en 21 municipios el
porcentaje de población extranjera supera el 50 %, y en 213 es superior al 25
%, mientras que dicho porcentaje (un buen dato, dicho sea incidentalmente, para
reflexionar cuando se hacen grandes proclamas y declaraciones sobre los “problemas”
que “provoca” la inmigración) queda por debajo del 5 % en más de la mitad de
los municipios españoles, 4.519.
Buena lectura.
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