1. El Consejo de
educación, juventud, cultura y deporte de la Unión Europea aprobó, en su reunión
celebrada los días 26 y 27 de noviembre, la Resolución sobre la Estrategia dela Unión Europea para la Juventud 2019-2027.
El texto encuentra su
origen en la Comunicación presentada el 24 de mayo por la Comisión Europea,titulada “Involucrar, conectar y capacitar a los jóvenes: una nueva Estrategiade la UE para la Juventud”, y parte de la premisa que la política dirigida a
los jóvenes debe estar en estrecha relación con otras que también les afectan
muy directamente, como son las de educación, formación y empleo.
En dicha
Comunicación se expone que se propone una nueva Estrategia de la UE para la
Juventud “que marque el compromiso conjunto entre la Comisión y los Estados
miembros con respecto a esta política respetando plenamente el principio de
subsidiariedad. Para adaptar la política de juventud de forma aún más efectiva
con financiación de la UE en apoyo de sus objetivos, la estrategia debería
prolongarse hasta finales del próximo marco financiero plurianual. Sus
prioridades se basan en fuentes de datos consolidadas11, en una evaluación
externa12, en posiciones expresadas por las instituciones europeas y en
consultas llevadas a cabo en 2017 en el marco de la iniciativa «Año de
escucha»13 y de «Nueva narrativa para Europa»14. Estas subrayan unánimemente
que la cooperación de la UE en el ámbito de la juventud ha aportado beneficios
tangibles y señalan su potencial. La nueva estrategia se apoyará en los logros
de la anterior, mejorando su accesibilidad, visibilidad e impacto para
garantizar una mayor participación de los jóvenes”.
La “laudatio” sobre la
formación y preparación de la juventud europea “mejor formada de la historia”
se acompaña de una reflexión previa sobre las dudas que tienen los jóvenes sobre
su futuro (y no creo que sean sólo los jóvenes, desde luego), en las que influyen
factores políticos, económicos y sociales como “la globalización y el cambio
climático, los cambios tecnológicos, las tendencias demográficas y
socioeconómicas, el populismo, la discriminación, la exclusión social y las
noticias falsas…”.
2. La identificación con
los valores europeos sólo será posible si se ponen en práctica las “11 metas de
la juventud europea”, documento elaborado tras un amplio período de diálogo
sobre esta cuestión y que implicó a numerosos jóvenes de toda Europa, y que han
de servir, así lo subraya el Consejo, “de inspiración y (que) proporcionen una
orientación a la UE, sus Estados miembros, y sus autoridades y partes
interesadas pertinentes”.
¿Cuáles son los objetivos
generales de la nueva Estrategia? Comprobarán los lectores y lectoras que la música
suena muy bien, y ahora lo que falta es la que la letra (las acciones concretas)
acompañen. En efecto, no creo que nadie pueda estar en desacuerdo con la tesis
de que debe dotarse de habilidades para la vida a los jóvenes, “a fin de que
puedan enfrentarse a un mundo cambiante”, o dotarles de recursos para que sean “ciudadanos
activos”.
Entre los principios rectores,
se encuentran los de igualdad y no discriminación, su participación en las
políticas que les afecten (asumiendo además que la participación cívica y
democrática están muy influenciada por “los cambios provocados por la
comunicación digital”), y no menos importante es el de la inclusión, para que
la política europea llegue a todos los jóvenes, con especial atención a quienes
más lo necesitan, y siempre partiendo
del, acertado a mi parecer, planteamiento de que los jóvenes “no forman un
grupo homogéneo y que, por lo tanto, tienen necesidades, orígenes, situaciones
vitales e intereses diversos”, así como también de la necesidad de una política
que tome en consideración todas las dimensiones territoriales, con especial atención
a las más cercanas a la realidad como son las regionales y las locales. La política
de juventud debe adoptar un enfoque intrasectorial e intersectorial, es decir estar
integrada en diferentes ámbitos estratégicos y reforzando su toma en consideración
en todos los sectores en que entre en juego.
3. Las tres palabras que
muy posiblemente van a escucharse más en los próximos meses, y que aparecerán abundantemente
en documentos comunitario sobre la juventud, van a ser las de “involucrar,
conectar, capacitar”.
Involucrar significa potenciar
al máximo la participación de los jóvenes (se hace especial hincapié en el
documento en las herramientas de democracia digital) a través de todo tipo de
canales, así como también de las organizaciones que los representan.
Conectar implica
facilitar la movilidad juvenil para facilitar las relaciones de intercambios de
experiencias entre jóvenes, con especial atención al reforzamiento de los
programas europeos Erasmus + y el Cuerpo europeo de solidaridad, así como también
se deja la puerta abierta a que los programas que los sucedan vayan en la misma
línea. La movilidad transfronteriza se convierte así en un elemento relevante
de esta política juvenil, que puede ir de la mano con el reconocimiento de las competencias
adquiridas por los jóvenes mediante aprendizaje tanto formal como informal.
En fin, capacitar, además
de potenciar todo tipo de aprendizaje, implica tomar decisiones que posibiliten
que los jóvenes adquieran capacidades y competencias claves para actuar en la sociedad
que les ha tocado vivir y que son necesarias tanto en la vida personal como profesional,
tales como “el trabajo en equipo, las competencias interculturales, la gestión
de proyectos, la resolución de problemas y el pensamiento crítico”.
4. La Resolución llama a
los Estados miembros, y a la Comisión Europea, en sus respectivos ámbitos competenciales
a la puesta en marcha de políticas basadas en datos empíricos y que estén
vinculadas “a las necesidades y situaciones reales de los jóvenes”, contando
con la colaboración y cooperación de otras bases de datos de organizaciones
internacionales; dichas políticas deben basarse en la difusión de las puestas
en marcha en los respectivos Estados miembros y del aprendizaje mutuo entre todos
ellos, y deben contar con una participación activa de la juventud y de su
organizaciones en todas las fases de elaboración y desarrollo, con un lenguaje
en todos los documentos, y supongo que también en todas las actuaciones que se
lleven a cabo, “cercano para los jóvenes”.
Para llevar a cabo todas
las actuaciones, se adoptarán medidas que potencien el uso de todos los fondos
europeos disponibles, con especial atención a los fondos estructurales y de inversión
europeos, y horizonte 2020, reforzando las relaciones y sinergias con otras fuentes
de financiación, tanto a escala nacional como regional y local. El primer plan tendrá
una duración trienal, hasta 2021, con adaptación posterior a las necesidades que
puedan surgir.
5. La resolución contiene
tres anexos de indudable interés.
El primero se refiere al
diálogo UE con la juventud, uno de cuyos objetivos específicos, que destaco por
su importancia, es de “reforzar las competencias de ciudadanía de la juventud y
su sentimiento de pertenencia a la sociedad y la Unión Europa”.
El segundo, se refiere a
la planificación de las actividades nacionales futuras., siendo uno de sus
objetivos más relevantes a mi parecer el de crear una base de conocimientos “para
favorecer la creación de proyectos y actividades bilaterales o multilaterales
potenciales en el ámbito de elaboración de políticas de juventud”.
En fin, y sin duda es el
más importante, el anexo tercero recoge las once metas de la juventud europea
que ha inspirar toda la estrategia europea para los próximos años, en el bien
entendido que son objetivos a conseguir y que no son jurídicamente vinculantes.
Por su interés, las reproduzco a continuación y añado alguna consideración cuando
lo considero conveniente:
-- Fomentar el
sentimiento de pertenencia de la juventud al proyecto europeo y construir un
puente entre la UE y las personas jóvenes para recuperar la confianza y
aumentar la participación.
-- Asegurar la igualdad
de todos los géneros y los enfoques sensibles al género en todos los ámbitos de
la vida de una persona joven.
Aquí cabe destacar la
importancia de lograr objetivos de indudable interés en el ámbito laboral, como
son los de erradicar discriminaciones en el mercado de trabajo por razón de
género, garantizando además la igualdad de retribución por un trabajo de igual
valor y el reparto equitativo de las responsabilidades de cuidado.
-- Permitir y asegurar la
inclusión de todas las personas jóvenes en la sociedad.
Ello requiere tomar en
consideración tanto la realidad de todos los jóvenes como prestar especial atención
a colectivos con mayores dificultades para dicha inclusión, no siendo desde
luego casualidad que en el documento se haga referencia a que los nuevos fenómenos
migratorios (y supongo que se está refiriendo a la importante afluencia de población
migrante como consecuencia de los conflictos bélicos, en especial en Siria y
Libia) “han planteado numerosos retos sociales y de integración”. Entre las políticas inclusivas no hay duda de
la importancia que pueden tener, tal como muy correctamente apunta a mi parecer
el texto, “la implementación del derecho a un salario digno, unas condiciones
laborales justas y un acceso universal a una atención médica de calidad, y
garantizar medidas específicas para la juventud marginada”.
-- Garantizar que la juventud tenga un mejor
acceso a información fiable, apoyar su capacidad para evaluar la información de
manera crítica y entablar un diálogo participativo y constructivo.
El texto pide algo que
ciertamente debe ser valorado positivamente, si bien desde una perspectiva
práctica, y teniendo en cuenta los conocimientos digitales de los jóvenes se me
antoja harto difícil para quienes deben tenerlos (o aprenderlos), ya que se
pide que la política de juventud garantice que “los padres y los cuidadores,
así como todas las personas involucradas en la educación y formación de las
personas jóvenes, tengan competencias digitales y mediáticas, y que sean
fuentes de información fiables para ellas”.
-- Lograr un mayor
bienestar mental y acabar con la estigmatización de los problemas de salud
mental, promoviendo así la inclusión social de todos los jóvenes.
-- Crear condiciones que
permitan a los jóvenes aprovechar su potencial en las zonas rurales.
-- Garantizar un mercado
laboral accesible con oportunidades que conduzcan a empleos de calidad para
todos los jóvenes.
Es sin duda la meta más
importante desde la perspectiva laboral, aunque ya se ha visto que hay referencias
laborales en otras metas anteriores, y enlazan con las orientaciones generales
de política de empleo que elabora la UE para todos los Estados miembros, y que
igualmente tienen indudables puntos de conexión con las políticas puestas en
marcha por la OIT para potenciar el trabajo digno, es decir un trabajo con derechos.
Por ello, el texto llama a crear empleos de calidad “con condiciones de trabajo
justas, derechos laborales y el derecho a un salario digno”, con protección
social y asistencia sanitaria adecuada, el respeto al principio de igualdad de
oportunidades y la posibilidad de un tránsito correcto desde el mundo educativo
al laboral, con reconocimiento y validación de todas las competencias
adquiridas, tanto las de carácter formal como las de índole informal.
-- Integrar y mejorar las
diferentes formas de aprendizaje y, así, preparar a la juventud para los
desafíos de una vida en constante cambio en el siglo XXI.
En este bloque se insiste
en la potenciación de métodos que tengan en consideración las necesidades de
cada alumno en las etapas del proceso educativo, y que le permita algo que debería
ser de innegable interés para su vida adulta, cual es el desarrollo de capacidades
personales que incluyan en especial “el pensamiento crítico y analítico, la
creatividad y el aprendizaje”.
-- Fortalecer la
participación democrática y la autonomía de las personas jóvenes, así como
proporcionar espacios dedicados a la juventud en todos los ámbitos de la
sociedad.
-- Lograr una sociedad
en la que todas las personas jóvenes sean activas, educadas y capaces de lograr
un cambio en sus vidas cotidianas en materia medioambiental.
-- Garantizar la
igualdad de acceso para todos los jóvenes a las organizaciones juveniles y a
los programas europeos de juventud, construyendo una sociedad basada en una
identidad y unos valores europeos.
6. Ahora, toca pasar de las
palabras a los hechos, si de verdad queremos que los jóvenes se identifiquen
con valores de igualdad y solidaridad en todo el ámbito europeo, y vista la
realidad política existente de repliegue de muchos Estados, buena falta que nos
hace ¿no les parece?
Buena lectura.
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