domingo, 29 de enero de 2012

Un nuevo, y preocupante, informe de la OIT sobre las tendencias mundiales de empleo.

1. La Organización Internacional del Trabajo hizo público el pasado 23 de enero el Informe “Tendencias mundiales del empleo 2012” con el claro subtítulo, por el mensaje que trasmite, de “prevenir una crisis mayor de empleo”. Puede leerse en la página web de la OIT tanto el resumen ejecutivo en español como el texto íntegro en inglés. Además, varios vídeos explican con todo detalle los rasgos más destacados de la difícil situación del empleo a escala mundial. Para un análisis del Informe 2001 me remito a una entrada anterior del blog, y sólo destaco ahora que se exponía que muchas economías habían comenzado a avanzar lenta y cuidadosamente entre las medidas de estímulo y la consolidación fiscal, y que, en la medida en que fuera viable desde el punto de vista fiscal, “es crucial mantener o promover medidas que puedan ayudar a impulsar la generación de empleo y a poner en marcha una recuperación sostenible de los puestos de trabajo. La mejora de los resultados del mercado de trabajo contribuiría a una recuperación macroeconómica de mayor alcance y ayudaría a contrarrestar los efectos adversos de la consolidación fiscal”. El documento alertaba con claridad, y en la misma línea que han venido haciendo los documentos elaborados por la OIT desde el inicio de la crisis, que “un enfoque limitado en la reducción de los déficits que no aborde el reto de la creación de empleo no hará sino debilitar en mayor medida las perspectivas de empleo y poner en peligro la recuperación”. En fin, desde el plano macroeconómico se defendía que en las economías avanzadas “es preciso contar con políticas e incentivos para estimular la inversión privada, al tiempo que se den a conocer planes creíbles para reducir el déficit presupuestario a medio plazo”, y que para los países con déficit, principalmente los desarrollados, “también es fundamental impulsar las exportaciones netas, que a su vez redundarían en una mayor demanda y en más margen para la consolidación fiscal”. Igualmente, “es preciso prever políticas para impulsar la productividad de la mano de obra con objeto de reducir los costos laborales unitarios y mejorar la competitividad”.

2. Para el director general de la OIT, Juan Somavia, que destacó en la presentación del Informe 2102 los esfuerzos de los gobiernos para abordar la situación, “la crisis del empleo no disminuye y uno de cada tres trabajadores en el mundo – cerca de 1.000 millones de personas – está desempleado o vive en la pobreza”, enfatizando a continuación que “lo que se precisa ahora es que la creación de empleo en la economía real se convierta en nuestra mayor prioridad”, con una atención especial a la juventud, un colectivo especialmente afectado por la crisis. Al igual que en recientes documentos emanados de organizaciones internacionales de ámbito económico como la OCDE y el FMI, los datos del Informe ponen de relieve, y así lo destaca también el Sr. Somavia, “la creciente desigualdad y la continua exclusión que sufren millones de trabajadores y sus familias a nivel mundial”, constatándose en el informe, en la comparación entre países, que a medida que la economía mundial vuelve a desacelerarse “la convergencia de los niveles de vida entre los países ha ido ralentizándose”. A modo de conclusión, y dejando de lado el ámbito estrictamente social para formular una reflexión general de alcance político, el Secretario General manifestó que la recuperación de la crisis “dependerá, en última instancia, de la efectividad de las medidas políticas. Y las medidas políticas son efectivas cuando surten un efecto positivo en la vida de la gente”.

El Informe pasa revista a las llamadas “tres etapas de la crisis”, con la adopción de medidas de estímulo en la primera y de austeridad en la segunda, para alertar del riesgo provocado por el endurecimiento de estas últimas y su impacto sobre el incremento del número de personas desempleadas, algo que aumenta las posibilidades de una tercera etapa calificada muy gráficamente de “peligrosa” y que se caracterizaría, de no mejorar la situación económica y de empleo, “por una segunda caída del crecimiento y del empleo en las economías avanzadas, lo que agudizaría la grave perturbación del mercado de trabajo ocasionada por la crisis”, destacando igualmente como están cambiando las fuentes de crecimiento a escala mundial desde el inicio de la crisis, por la contribución cada vez mayor de las llamadas economías emergentes a la demanda mundial en América Latina y Asia Oriental.

3. Hay algunos datos del Informe que deben merecer a mi parecer especial atención y que reseño a continuación.

A) En primer lugar, y tras analizar los empleos perdidos durante la crisis iniciada en 2007 y aquellos que se han dejado de crear como consecuencia de la misma, la afirmación de que “para generar un crecimiento sostenible y al mismo tiempo mantener la cohesión social, el mundo debe asumir el desafío urgente de crear 600 millones de puestos de trabajo productivos en el próximo decenio”.

B) En segundo término, y como acabo de indicar, es preocupante la situación de la juventud, ya que el pasado año “74,8 millones de jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y los 24 años estaban desempleados, 4 millones más que en 2007. La tasa de desempleo juvenil mundial, del 12,7 por ciento, sigue situada en un punto porcentual por encima del nivel anterior a la crisis. A escala mundial, los jóvenes tienen casi tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos”. El informe constata con preocupación que hay pocas esperanzas de una mejora sustancial del panorama laboral de los jóvenes a corto plazo en la situación actual.

C) La crisis ha provocado la salida del mercado de trabajo de muchas personas, que la OIT calcula en cerca de 29 millones, por lo que si todas esas personas estuvieran disponibles para trabajar el desempleo actual a escala mundial, alrededor de un 6 %, “alcanzaría la tasa del 6,9 %”, es decir 225 millones. Especialmente preocupante para la OIT es la situación de la Unión Europea, ya que de estar en el mercado laboral los 6 millones de personas que han salido durante los años de la crisis ahora la tasa de desempleo pasaría del 8,5 al 9,6 %. El desánimo de una parte no menospreciable de la población para permanecer en el mercado de trabajo ha provocado una brusca caída en la relación empleo-población, que ha descendido un punto entre 2007 y 2010, pasando del 61,2 al 60,2 %.

D) Un dato positivo es la reducción de los trabajadores en situación de pobreza severa, es decir el número de aquellos que viven con ingresos inferiores a 1,25 dólares USA diarios, ya que aunque se trate de 456 millones el número ha descendido en 38 millones desde 2007, si bien una gran parte de ese descenso se debe sólo a un país, China, destacando el Informe que su rápido crecimiento económico le ha permitido disminuir el número de trabajadores pobres en 28 millones en el mismo período. Más preocupante es la tendencia al incremento del número de trabajadores pobres (working poors) en comparación con las proyecciones efectuadas antes de la crisis, ya que el Informe estima que el pasado año había “55 millones más de trabajadores que viven con sus familias con unos ingresos inferiores al umbral de los 2 dólares al día, en comparación con lo previsto”.

E) No sólo es preocupante la situación del desempleo a escala mundial, sino también la de la población trabajadora que se encuentra en situación de vulnerabilidad con un “empleo vulnerable”, entendiéndose por tal la suma de trabajadores por cuenta propia más los trabajadores familiares no remunerados, una población que ha crecido en 23 millones desde 2009 hasta alcanzar los 1.520 millones de personas en 2011, si bien la situación es bastante diferente entre las diferentes zonas geográficas del planeta, con menor impacto en Asia Oriental y Europa, y mayor en América Central y del Sur, África subsahariana y Asia meridional, y con mayor impacto entre las mujeres que entre los hombres.

F) Para mejorar la situación de la población en general, y muy en especial de la afectada por desempleo y vulnerabilidad, la OIT apuesta por cambios en los estructuras económicas que permitan incorporar actividades de mayor valor añadido y con un incremento sustancial de la productividad de los trabajadores, debiendo ir ello acompañado por un mejor, o más justa, distribución de los beneficios económicos que se generan, algo que requerirá necesariamente, y así lo viene defendiendo el máximo foro mundial social desde la puesta en marcha del programa de trabajo decente, “mejorar más la educación y el desarrollo de las calificaciones, aplicar regímenes de protección social adecuados que aseguren un nivel de vida elevado para los más vulnerables, y un mayor diálogo entre los trabajadores, los empleadores y los gobiernos”.

Un crecimiento de la inversión en dos puntos del PIB mundial se considera necesario por la OIT para corregir “la brecha del empleo” abierta por la crisis. Un crecimiento que debe combinar adecuadamente la intervención del sector público con la del sector privado. Desde el primero, además de medidas fiscales coordinadas, hay que reevaluar las políticas activas y pasivas de empleo para seguir utilizando aquellas que han demostrado más eficacia en términos de creación de empleo y de mejora de los ingresos de la población, mientras que para que el sector privado tenga una recuperación “fuerte y sostenible en el empleo” será necesario, según el documento, “prever incentivos para que las empresas inviertan en instalaciones y equipos, y para que amplíen sus plantillas”. La OIT apuesta, en suma, por medidas de estímulo que no aumenten la deuda pública y que permitan un gasto público acorde con los incrementos de renta, ya que ello “puede servir de estímulo a la economía real, gracias al multiplicados del presupuesto equilibrado”.

Buena lectura del informe.

No hay comentarios: