jueves, 2 de julio de 2009

La presidencia sueca de la Unión Europea durante el segundo semestre de 2009.

1. El gobierno sueco publicó el pasado 23 de junio su programa de trabajo para la presidencia comunitaria durante el segundo semestre de este año, programa que debe relacionarse con el elaborado en junio de 2008 con las dos presidencias anteriores, es decir la francesa y la checa. Conviene prestar especial atención a la actuación de la nueva presidencia, ya que todo aquello que se inicie o que quede aprobado deberá ser desarrollado o completado durante la presidencia española del primer semestre del próximo año.

Mi atención se centra, en esta nueva entrada del blog, en la política anunciada en junio de 2008 y en las ahora presentadas en materia de política social y de empleo y de inmigración. En cualquier caso, conviene tener presente que la nueva política comunitaria se llevará a cabo con un nuevo parlamento surgido de las elecciones del pasado 7 de junio y en donde es mayoritaria la presencia de organizaciones políticas del espectro conservador y liberal, quedando las fuerzas socialistas y otras de izquierdas en una situación de minoría, y es obvio que ello puede tener repercusiones sobre las decisiones que adopte el Parlamento con ocasión de la presentación, debate y en su caso aprobación, de propuestas de Reglamentos o Directivas. Igualmente, y no tan sólo durante la presidencia sueca sino muy especialmente durante la española, una cuestión que tendrá muy importantes repercusiones es la entrada en vigor del nuevo Tratado de la Unión Europea a partir del 1 de enero de 2010 si finalmente es aprobado por los países que todavía no lo han hecho.

2. En el programa de gobierno de 18 meses de las presidencias francesa, checa y sueca, se planteó el inicio de los trabajos sobre cómo modificar la Estrategia de Lisboa en el 2010 en una perspectiva a 10 años vista para su nuevo desarrollo, es decir hasta 2020, y el programa sueco también incide sobre este punto, que es de particular importancia a partir de los importantes cambios económicos y sociales que estamos viviendo con ocasión de la crisis iniciada en 2008. Por consiguiente, sigue siendo necesario debatir primero y formular propuestas después para lograr estos objetivos: reforzar la competitividad global de la UE; mejorar el mercado interior; garantizar un crecimiento sostenible; aumentar el empleo y la cohesión social; garantizar unas finanzas públicas saneadas; aumentar la seguridad del suministro eléctrico; luchar contra el cambio climático.

Para la presidencia sueca se trata también de abordar una estrategia coherente a largo plazo que, sin olvidar dar respuesta a los problemas a corto plazo, siente las bases para una economía que combine el crecimiento y la sostenibilidad medio ambiental, y ello en el marco de una concurrencia mundial cada vez mayor, con problemas importantes en las finanzas públicas y sin olvidar el proceso de envejecimiento de la población europea. La presidencia sueca destaca que la crisis económica ha demostrado la importancia de emprender reformas a largo plazo que posibiliten la reconversión de aquellas empresas y sectores que sean necesarios y que al mismo tiempo posibilite la creación de nuevas empresas y de empleo, enfatizando que “mercados de trabajo que funcionan bien, con sistemas modernos de protección social, facilitan la reconversión de las empresas y de las personas”.

3. En el programa de 18 meses se destacó la importancia de sentar las bases para lograr una educación y una formación de alta calidad, y algunas de las propuestas formuladas ya han sido aprobadas, aún cuando todavía no dispongamos de suficiente perspectiva temporal para poder evaluar sus resultados, como es el caso del nuevo sistema europeo de transferencia de créditos de formación profesional (ECVET), sin olvidar que buena parte de algunas de las tesis recogidas en ese documento deberán desarrollarse este año 2009 que ha sido designado como “año europeo de la creatividad y la innovación”.

Para la presidencia sueca se trata de prestar especial atención al desarrollo profesional de los enseñantes y a las funciones y responsabilidades de los directores de los centros educativos, en el marco de un objetivo más general que es mejorar la calidad de la educación y proporcionar a los estudiantes y a los enseñantes las condiciones adecuadas para poder llevar a cabo correctamente sus tareas. En definitiva, se trata de seguir avanzando en la vía de lograr “una educación y una investigación de elevada calidad, buenas posibilidades para la creatividad y la innovación, y buenas condiciones de vida para los jóvenes”.

4. Por lo que respecta específicamente a las políticas sociales y de empleo, el programa de la troika comunitaria acordó dar prioridad a todas las reformas necesarias para la creación de más y mejores puestos de trabajo, con la concreción de los principios generales de la “flexiguridad” y su aplicación de acuerdo a las necesidades de cada Estado, mientras que el programa sueco también avanza a mi parecer en esta línea pero con propuestas más concretas, con el eje central de su actuación en poner en marcha políticas activas de empleo y de protección social que contribuyan tanto a frenar los efectos de la crisis económica actual como a sentar las bases a medio plazo para crear mercados de trabajo más fuertes y más inclusivos.

La presidencia sueca también destaca la importancia de adoptar medidas que garanticen la salud de las personas y que posibiliten su permanencia en el mercado de trabajo cuando ello fuere posible, con su apuesta por un avance importante sobre la propuesta de directiva sobre movilidad sanitaria transnacional. En suma, Suecia trata de conseguir que haya más personas en el mercado de trabajo y con mejor salud, sentando así las bases para que la UE pueda encarar los desafíos tanto a corto como a largo plazo, destacando en los primeros el incremento del desempleo, y en los segundos el proceso de mundialización y el envejecimiento de la población.

Entre las propuestas que se presentaban en el documento de hace ahora un año algunas ya se han convertido en normas, mientras que otras no han visto la luz pública por las discrepancias políticas y sociales entre los Estados miembros o entre la Comisión y el Consejo, por una parte, y el Parlamento Europeo por otra, como he explicado en otras entradas del blog.

Entre las primeras, se encuentran las directivas sobre la regulación de las condiciones de trabajo de los trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal y sobre los comités de empresa europeo, mientras que el ejemplo paradigmático de las segundas es el fallido intento de modificar la Directiva de 1993 sobre la ordenación del tiempo de trabajo. En fase de tramitación, y le corresponde a la presidencia sueca ahora el impulso para lograr la aprobación, se encuentra una propuesta de directiva sobre el principio de igualdad de trato y no discriminación fuera del ámbito laboral, así como aquella que trata de mejorar las condiciones de las trabajadoras embarazadas mediante una ampliación del permiso por maternidad, y la que establece el principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres que trabajan por cuenta propia.

5. En el ámbito de las políticas de inmigración, el documento de la troika ponía las bases para el inicio de la discusión sobre el programa en materia de libertad, seguridad y justicia que deberá ser aprobado durante la presidencia sueca y que sustituirá al aprobado en La Haya el año 2004, y en el apartado concreto de inmigración destacaba, y la presidencia sueca también lo hace, la importancia de elaborar una política europea de migración legal que completara la de cada Estado.

Sin duda, se ha avanzado bastante en este terreno, ya que buena parte de las propuestas contenidas en aquel documento han visto la luz pública, y baste pensar en el Pacto europeo de inmigración y asilo aprobado en octubre de 2008 durante la presidencia francesa, o las dos Directivas recientemente publicadas sobre el acceso al empleo de trabajadores de terceros países altamente cualificados, y sobre las sanciones a los empresarios que contraten a trabajadores de terceros países en situación irregular. Queda pendiente avanzar en la relación de las políticas de migración y de desarrollo, así como en el refuerzo de la cooperación y el diálogo con todos los países de origen y de tránsito de las migraciones, fomentando, por decirlo con las propias palabras del documento de 2008, “las asociaciones de movilidad, la migración circular y las plataformas de cooperación para la migración y el desarrollo”. Igualmente, se has avanzado bastante a mi parecer, pero todavía queda mucho por hacer, en políticas de integración de los inmigrantes en los Estados miembros, que incluye una amplia apuesta por la potenciación del diálogo intercultural, con una mención prudente en el documento de 2008, pero cuya finalidad no plantea ninguna duda, al estudio de “la posibilidad de ampliar el alcance del diálogo intercultural para incluir el respeto de la democracia y de los derechos humanos”.

Del documento de la presidencia sueca me quedo en especial, y deseo destacarlo porque la comparto, con una idea que puede ir a contracorriente de una visión a corto plazo con ocasión de la crisis del mercado de trabajo pero que refleja muy bien la necesidad de tener una visión a medio y largo plazo: la población de la UE sufre un proceso de envejecimiento, y va a tener necesidad de mano de obra en el futuro, aunque ahora haya un importante desempleo. Dicha necesidad puede cubrirse, dependiendo de cada Estado, por una mayor participación femenina en el mercado de trabajo y por una reducción del número de personas que salen de dicho mercado antes de haber alcanzado la edad legal de jubilación, pero también será necesario contar con la inmigración, y por ello el futuro programa comunitario que se apruebe a finales de este año en Estocolmo “deberá comprender medidas que permitan un incremento de la mano de obra inmigrante en los países de la UE”.

Al mismo tiempo, se sigue insistiendo, y también manifiesto compartir la tesis, sobre la necesidad de relacionar las políticas de migraciones y desarrollo, y establecer relaciones de partenariado con terceros países. No se olvida el documento sueco, por si alguien pensara lo contrario, de que el punto de partida de la cooperación europea en materia de política de integración “es el principio de la competencia nacional de los Estados miembros”, y destaca la importancia de poner en prácticas las conclusiones aprobadas por los Estados de la UE en noviembre del pasado año, al objeto de identificar indicadores comparables en el ámbito comunitario que puedan servir para realizar un seguimiento adecuado de cómo se instrumentan las políticas de integración en cada Estado. Dicho sea incidentalmente, y con ello finaliko esta entrada, será bueno y necesario seguir el debate comunitario sobre la nueva política en materia de inmigración por su posible incidencia o impacto sobre el debate parlamentario en España con ocasión de la tramitación del proyecto de ley de reforma de la Ley Orgánica 4/2000.

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