miércoles, 5 de septiembre de 2007

La política comunitaria de apoyo a la familia.

El Consejo de Ministros de la Unión Europea y los Estados miembros están de acuerdo, y así lo manifiestan en un documento recientemente aprobado sobre la importancia de las políticas favorables a la familia en Europa y el establecimiento de una alianza a favor de las familias, en la importancia de la puesta en prácticas de políticas adecuadas de apoyo a la familia, tanto para enfrentarse a los retos que plantea el cambio demográfico como para fortalecer la cohesión social de nuestras sociedades, en el bien entendido que la adopción de las medidas concretas para llevar a buen puerto este objetivo general es responsabilidad de los Estados miembros. De ahí que se considere necesario que se adopten medidas que den debido cumplimiento a los objetivos marcados desde hace ya varios años en los documentos comunitarios que han abordado esta cuestión, en especial a mi parecer el compromiso que se asumió por el Consejo Europeo de Barcelona (marzo 2002) de lograr que reciban atención infantil como mínimo el 33 % de los menores de 3 años y el 90 % de los menores entre 3 y 6 años.

El documento comunitario propugna la adopción de medidas que permitan mejorar la infraestructura social destinada a la familia (Ej.: cuidado de menores), una mayor precisión a la hora de adoptar medidas en este terreno, para tener en cuentas las nuevas problemáticas familiares, y la mejora de las condiciones laborales mediante una mejor organización de los ciclos de trabajo y una adecuada combinación de la flexibilidad y la seguridad, para posibilitar el disfrute de los permisos adecuados para hombres y mujeres y la eliminación de formas de discriminación por razón de género. No se trata, y así queda bien claro en el texto, de crear estructuras nuevas en el ámbito comunitario, sino de aprovechar de manera más coherente, eficaz y precisa los instrumentos, recursos y órganos existentes”.

En las conclusiones se insta a todos los sujetos implicados en las políticas familiares a que pongan en común sus experiencias y buenas prácticas, con la utilización de los medios tecnológicos adecuados, para que puedan repercutir en beneficio de las personas interesadas y para que permitan avanzar en un reparto equitativo de la prestación de cuidados familiares para hombres y mujeres. En definitiva, se trata de abrir un amplio foro de debate análisis de las diferentes prácticas nacionales “para que los Estados miembros aprendan de los demás a que utilicen la información y experiencia de que se disponga por medio de un intercambio intensificado en toda la Unión Europea para determinar que mejoras podrían introducirse en sus propios marcos de apoyo a la familia”.

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