domingo, 14 de diciembre de 2008

La inclusión de la orientación permanente en las estrategias comunitarias de educación y formación.

1. El Consejo Europeo y los Representantes de los Gobiernos de los Estados miembros de la Unión Europea han llegado recientemente a un acuerdo sobre reforzar la inclusión de la orientación permanente en las estrategias de educación y formación que se están instrumentando desde hace varios años en el ámbito comunitario.

El texto acordado efectúa, en primer lugar, unas consideraciones sobre algunos factores que afectan al mundo económico y social actual y que inciden en la necesidad de reforzar los mecanismos de orientación permanente. Se constata la necesidad de adaptar los conocimientos, cualificaciones y competencias ante el proceso de globalización de la economía, una mayor movilidad en el seno de la Europa ampliada de los 27 y la prolongación de la vida activa y las diferentes transiciones a lo largo de la misma entre las fases educativas y laborales, y también para poder garantizar los principios de inclusión social e igualdad de oportunidades que siguen siendo considerados los retos fundamentales que hay que abordar en los ámbitos comunitarios de las políticas d educación, formación y empleo.

2. La orientación permanente deviene del todo punto necesaria, además, cuando se constata por los datos estadísticos que el mercado laboral se está caracterizando por un sorprendente desajuste entre un desempleo importante, por una parte, y la falta de personal cualificado en determinados sectores y actividades, por otra. Por todo ello, las autoridades comunitarias y los Estados miembros llaman conjuntamente a potenciar la orientación permanente, tal como vienen haciendo desde hace varios años a través de normas y documentos comunitarios que son citados en el texto ahora objeto de comentario, y la conceptúan como “un proceso continuo, que permite a los ciudadanos, a cualquier edad y a lo largo de su vida, determinar sus capacidades, sus competencias y sus intereses, tomar decisiones en materia de educación, formación y empleo y gestionar el recorrido de su vida personal en lo que respecta a la educación y formación, en el trabajo y en otros marcos en los que es posible adquirir o utilizar estas capacidades y competencias”.

3. En el documento se constata la necesidad de seguir avanzando en una mejor prestación y en una mayor calidad de los servicios de orientación, e integrarlos de forma activa en las estrategias nacionales de educación y formación permanente. A tal efecto, se propone la aplicación de cuatro principios rectores que han de guiar las transiciones (educativas, formativas y laborales) de la ciudadanía durante su vida, y que deberán instrumentarse de acuerdo con la situación y el marco normativo de cada Estado. Además, se propone reforzar las políticas de intercambio de información entre los Estados en todos los ámbitos territoriales, en especial a través de la red europea para el desarrollo de las políticas de orientación permanente creada en el año 2007.

Los cuatro principios rectores son los siguientes:

A) Favorecer la adquisición permanente de capacidades de orientación. Se plantea la necesidad de que la persona aprenda unas competencias clave que deberá mantener durante toda la vida y que le permitirán operar en diferentes entornos económicos, sociales y culturales, así como también saber autoevaluar los conocimientos que vaya adquiriendo y con independencia de que los obtenga por vías educativas y laborales formales o informales. Al igual que en muchos otros documentos anteriores comunitarios, se vuelve a insistir en la importancia del saber aprender a aprender, adquirir competencias interculturales para poder adaptarse a la diversidad cada vez mayor en nuestras sociedades, y disponer de espíritu y capacidad de iniciativa y de empresa. Hay una llamada especial de atención a los docentes para que estén preparados para llevar a cabo esas tareas, y para ello es necesario que dispongan de los conocimientos y medios adecuados.

B) Facilitar el acceso de todos los ciudadanos a los servicios de orientación. Se propugna que tales servicios deben ser comprensibles para toda persona con independencia de su formación previa, y que deben poder acceder a toda la información documental disponible y a la que acuden en busca de apoyo para su desarrollo educativo, formativo y/o laboral.

C) Desarrollar la garantía de calidad en los servicios de orientación. En esta propuesta, hay dos menciones concretas a contenidos de interés laboral que deben resaltarse: la necesidad por parte de los Estados miembros de desarrollar herramientas de prospección de empleo y de competencias, y en esta tarea los Estados han de basarse tanto en su propios recursos como en los comunitarios, en especial en el CEDEFOP; por otra parte, y para conseguir mejorar la calidad de los servicios que se prestan, hay que territorializar la información sobre la oferta de formación y el funcionamiento del mercado laboral. No hay que olvidar la importancia de medir la eficacia de la prestación de los servicios, tanto mediante recopilación de datos sobre la percepción de las personas que los utilizan como de los beneficios que se obtengan a medio plazo.

D) Fomentar la coordinación y la cooperación de los distintos protagonistas a nivel nacional, regional y local. En estos ámbitos territoriales hay que desarrollar los mecanismos adecuados, esforzándose por conseguir una mayor asociación de los servicios de orientación a las redes locales, así como también por incluir la orientación en las estrategias nacionales de educación y formación permanente y en la del mercado de trabajo.

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