lunes, 10 de junio de 2013

Algunos datos para seguir reflexionando sobre los cambios en el mundo del trabajo y del empleo, y después actuar. Documentos de la OIT y UE con impacto e incidencia sobre la realidad española (I).



1. No hay duda de que la situación actual de mundo del trabajo preocupa en ámbitos políticos y sociales, y desde luego, no me cabe la menor duda, preocupa mucho más a quienes se ven directamente afectados por la gravedad de la crisis económica y social actual, y de ello estamos debatiendo en numerosas reuniones de trabajo del mundo académico. El propósito de esta entrada, en la misma línea que otras que pueden encontrarse en el blog, es analizar algunos recientes datos extraídos de documentos de organizaciones internacionales, así como también formular algunas reflexiones, entrelazadas con los comentarios, que puedan ayudarnos a entender mejor la complejidad de la situación presente con el objetivo de contribuir a su mejora.


Además, y me permito hacer una referencia inicial específica a Cataluña, la gravedad ha sido expresamente reconocida por el Parlament al aprobar el pasado día 5 la creación de unacomisión de políticas de lucha contra el desempleo, publicada hoy en el Boletín Oficial de la Cámara, cuya finalidad será de la proponer medidas que puedan impulsar el empleo, entre las que incluye (traduzco del catalán), “una nueva política industrial, transversal, basada en la internacionalización, la investigación y la innovación”…, “una nueva política de formación de los trabajadores, profundizando en el nuevo modelo de formación profesional dual…”, “mejorar el acceso a la financiación de los autónomos y de las pequeñas y medianas empresas…”, “fomentar y apoyar la actividad emprendedora…, removiendo los obstáculos burocráticos para la implantación de nuevas empresas..”, y “reformar el servicio público de empleo… para transformarlo en un auténtico servicio de intermediación entre los operadores del mercado laboral”. 

2. La Organización Internacional del Trabajo está celebrando este mes de junio su 102ª reunión anual. La memoria del director general lleva por título “Ante el centenario dela OIT: realidades, renovación y compromiso tripartito”, dedicando su primer apartado (“El mundo del trabajo en el siglo XXI: un mundo transformado”) justamente a los cambios que están acaeciendo en todos los países que forman parte de la misma (185 en la actualidad, y recuérdese que inicialmente sólo eran 44 Estados miembros), destacando con carácter general que en los últimos años “en casi todas partes se han producido importantes desigualdades sociales e incluso se ha acentuado las que ya existían”.

A) En el documento se examinan aquello que se califica como “las fuerzas que están transformando el mundo del trabajo”, refiriéndose en primer lugar a la repercusión del cambio demográfico, con previsión de vivir 9.300 millones de personas en el año 2050, la mayor parte de ellas (siete de cada diez) en ciudades, y de forma preferente en países en desarrollo, con un incremento de la media de edad de la población de diez años, pasando de los 28 en 2009 a los 38 en 2050 (en España ya “hemos llegado” a la mitad de este siglo si hacemos caso, y debemos hacerlo, a los datos del Instituto Nacional de Estadística).

El impacto demográfico incide directamente en el mundo del empleo, en cuanto que los datos disponibles de la OIT constatan que, sólo manteniendo el ritmo de participación anual en el mercado de trabajo a escala mundial, “44,5 millones de trabajadores se incorporarán anualmente al mercado de trabajo en los próximos cinco años, lo que supone un total de más de 222 millones de personas en busca de empleos nuevos y decentes”. De ahí que sea importante la puesta en práctica de políticas y sistemas de producción que favorezcan el crecimiento intensivo en empleo, al mismo tiempo que se adoptan las medidas oportunas para garantizar la protección social, y ahí la OIT pide la aplicación de la importante Recomendaciónaprobada en la conferencia anual de 2012 sobre los niveles mínimos deprotección social, y que se tenga también en cuenta la realidad del fenómeno migratorio (al que me he referido en una reciente entrada) al objeto de garantizar los derechos e intereses de los trabajadores. Además, todas estas cuestiones son abordadas de forma mucho más detallada en el informe monográfico presentado en la Conferencia con el título "Empleo y protección social en el nuevo contexto demográfico". 

B) La OIT alerta de la importancia de una adecuada “transición hacia la sostenibilidad medioambiental”, poniendo de manifiesto la necesidad de abordar el tema de los empleos verdes “como componentes fundamentales del programa de desarrollo climático”, y justo a ellos se dedica un documento de trabajo de la presente Conferencia con el título  “El desarrollosostenible, los trabajos decentes y los empleos verdes”, cuya tesis central es la siguiente: “se abordan dos desafíos decisivos para el siglo XXI: lograr la sostenibilidad ambiental y hacer realidad la visión del trabajo decente para todos. En él se pone de manifiesto que ambos desafíos no sólo son urgentes, sino que están íntimamente relacionados y deberán abordarse de manera simultánea. No cabe duda de que la degradación ambiental y el cambio climático obligarán cada vez más a las empresas y a los mercados de trabajo a reaccionar y adaptarse a las nuevas circunstancias, pero sin la contribución activa del mundo del trabajo nunca se logrará que las economías sean sostenibles desde el punto de vista medioambiental”.  Se trata de un desafió, la transformación del sistema de producción mundial, que el informe del director general califica de “enorme y sin precedentes por su magnitud y complejidad”.

C) Nuevamente sobre “el progreso tecnológico” y su impacto (mucho a mi parecer) sobre el mundo del trabajo y del empleo, volviendo sobre un debate que siempre ha estado latente en el ámbito de las relaciones de trabajo por su incidencia sobre la creación y destrucción de puestos de trabajo y permanente adaptación, modernización o simplemente nueva creación de muchos de ellos. Por poner un ejemplo, con datos a los que es difícil tener conocimiento si no lees informes como el ahora analizado, el texto da cuenta de la puesta en funcionamiento de 200.000 robots industriales cada año “, y según las previsiones (IMS research) la utilización de un total de 1,5 millones antes de 2.015”, con lo que ello puede implicar de crecimiento del PIB y de la productividad por parte del sector manufacturero, si bien este crecimiento será mucho menor en términos de creación de empleo, alertando el informe sobre un dato que es positivo por una parte y preocupante por otra: “Es muy probable que la robótica y la automatización aceleren la progresiva contracción del empleo en el sector manufacturero que está produciéndose en todo el mundo, y cabe esperar que tengan consecuencias importantes en otros sectores como el transporte, los hospitales y el cuidado de las personas”.

El Informe alerta también, con muy buen criterio, de la necesidad de otorgar prioridad en las políticas de mercado de trabajo a la resolución de los problemas observados en una parte de la población trabajadora “del deterioro y la obsolescencia de las competencias profesionales” por ese cambio tecnológico, e insiste en la necesidad de fortalecer los sistemas de educación y formación, con el énfasis puesto en la posibilidad de que todas las personas “puedan adquirir competencias básicas” como prioridad absoluta y común para todos los Estados miembros.

Es  decir, importancia de la mejora de los sistemas educativos (no olvidando el reconocimiento de los avances ya efectuados) y de su vinculación con los mundos del trabajo y de la formación, tratando por esta vía de remediar , o cuando menos atenuar, uno de los fenómenos más ampliamente observados en el mercado de trabajo y que además debilita la cohesión social, cual es el incremento de la polarización (desigualdad) en términos de cualificaciones y aptitudes profesionales, que la OIT califica de “vaciamiento del mercado de trabajo”, esto es “la polarización del empleo entre, por una parte, unas cuantas categorías de trabajadores altamente calificados y bien remunerados y, por otra, muchas categorías de trabajadores poco calificados y mal remunerados”.

D) El Informe sigue manifestando la preocupación de la OIT por la pobreza y su impacto en el mundo del trabajo, aunque también saluda con satisfacción que los datos disponibles permitan afirmar que en los últimos años la pobreza se ha reducido a escala mundial (en particular por el esfuerzo realizado por China) y que “la prosperidad se ha extendido hasta crear en muchos países una nueva clase media de dimensiones nunca vistas”, adquiriendo especial importancia la reducción de las desigualdades en períodos de crecimiento para consolidar esa reducción,  algo que la situación de crisis hace ciertamente difícil y puede llevar a un recrudecimiento de las dificultades, ya que  la propia OIT ha puesto de manifiesto en su muy reciente Informe sobre el trabajo en el mundo2013 que “muchas de las personas  han salido de la pobreza continúan viviendo en una situación muy próxima a ella o en peligro de recaer en la situación de pobreza en que se encontraban anteriormente”.

La OIT insiste en la importancia del fortalecimiento de una clase media a escala mundial por su impacto, no sólo sobre los hábitos de vida y de consumo, sino también sobre la creación de empleo vinculada a una mayor capacidad de consumo de una parte de la población; aún queda mucho por hacer en esta línea si hemos de hacer caso a los datos del Informe, que adopta como definición de clase media los hogares que “en términos de la paridad del poder adquisitivo, gastan entre 10 y 100 dólares de los Estados Unidos por persona y día”, y con este criterio “la clase media representa el 28 por ciento de la población mundial, lo que significa que los pobres todavía representan el 70 por ciento y los ricos el 2 por ciento”.

Con respecto a España, y nuevamente con datos del Informe de de 2013, se pone de manifiesto la importante disminución de los ingresos en muchos hogares españoles y el aumento de la tensión social, destacando  la OIT que “el número de personas viviendo en hogares sin ingresos laborales (salarios, prestaciones o subsidios por desempleo o pensiones) es de 1,45 millones en el primer trimestre de 2013, 743.000 personas más que en el primer trimestre de 2007”, enfatizándose que nuestro país ha de poner el empleo “al mismo nivel de relevancia que el resto de objetivos macroeconómicos”.    

E) Para el Informe, a modo de síntesis, el aumento de la desigualdad es una seria amenaza para la justicia social, ya que las buenas noticias sobre disminución de la pobreza e incremento del porcentaje de población de clase media a escala mundial quedan oscurecidas por el incremento de las desigualdades entre los países y en su interior, desigualdades que adquieren una importancia superior en el ámbito laboral porque su aumento ha ido acompañado “de una creciente desvinculación de los ingresos y la productividad que ha ocasionado una distorsión de los incentivos económicos”. La desigualdad puede llegar a implicar la vulneración de los derechos económicos y sociales de muchas personas que sólo viven de su fuerza de trabajo, y de ahí que la OIT alerte nuevamente sobre el impacto negativo para la democracia de ese incremento, y que plantee que en su agenda de trabajo esta cuestión debe tener un papel de primera importancia, “pues las causas y consecuencias del aumento de la desigualdad son aspectos centrales del mundo del trabajo”.

La cuestión de la desigualdad va de la mano con otra abordada en el Informe y que lleva por título “Reequilibrio, convergencia y recuperación”, en la que se aborda la diferente situación de las economías de los países desarrollados, emergentes y en desarrollo, con la mayor importancia que están adquiriendo las dos últimas, con datos importantes extraídos del Informe del pasado mes de abril del Fondo Monetario Internacional “Perspectivas de la economía mundial”, y que por su interés me permito reproducir: “la Unión Europea (UE) representa el 18,7 por ciento de la producción mundial, los Estados Unidos el 18,6 por ciento, China el 15 por ciento y todos los países del grupo BRICS (Brasil, la Federación de Rusia, India, China y Sudáfrica) suman en total el 28 por ciento”.

No hay comentarios: