lunes, 25 de mayo de 2015

Una calurosa bienvenida a la nueva revista “Derecho de las Relaciones Laborales”.



1. Hoy se presenta en Madrid la nueva revista de contenido laboral “Derecho de las Relaciones Laborales”, dirigida por los catedráticos de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo Ferrer, Fernando Valdés Dal-Re y Mª Emilia Casas Baamonde.  Me sumo a las felicitaciones de los directores de otras revistas del mundo del trabajo que están recogidas en el primer número, a las palabras de Antonio Baylos, Luís Collado y Joaquín Aparicio (Revista de Derecho Social) que envían sus “mejores augurios y felicidades para este feliz (re) nacimiento de nuestros amigos y colegas”, y de Jesús Cruz (Temas laborales. Revista andaluza de Trabajo yBienestar Social) que al referirse a sus tres directores afirma que su trayectoria personal, académica e investigadora “constituye un aval objetivo y contrastado de rigurosidad, modernidad y coherencia en la defensa de los valores consustanciales y principios informadores asentados como tradicionales del ordenamiento laboral, con un pleno convencimiento de las garantías propias del Estado Social de Derecho…”.   


El día 12 de este mes recibí el primer número de la revista y publiqué inmediatamente este comentario en micuenta de Facebook: “Doy una calurosa bienvenida a la nueva revista “Derecho de las Relaciones Laborales” (ed. Francis Lefevre), cuyo número 1 recibí ayer. Una dirección de extraordinario prestigio (Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo Ferrer, Mª Emilia Casa y Fernando Valdés), y unos consejos asesor, científico y de valoración (nacional e internacional), y un comité de redacción, que garantizan la calidad intelectual de todas las aportaciones y el análisis crítico del derecho de las relaciones laborales, tan necesitado en estos momentos en España y en el resto de Europa”. Lamento no poder asistir hoy al acto de presentación y por ello utilizo ahora este blog para dirigir unas breves palabras de felicitación a la editorial y a sus directores, y como miembro de su comité nacional científico y de valoración ponerme a su disposición para que la Revista tenga las cotas de calidad deseadas. Fue una gran satisfacción recibir de sus directores el día 13 de febrero, durante el muy merecido acto de homenaje de laUniversidad de Sevilla al profesor Rodríguez Piñero, la invitación a participar en dicho comité, que acepté muy gustosamente.

En la nota de prensa dela editorial en la que se anuncia el acto de presentación puede leerse lo siguiente: “Los profesores Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo-Ferrer, Fernando Valdés Dal-Re y María Emilia Casas Baamonde han aceptado el ofrecimiento que la editorial les ha hecho para dirigir la nueva publicación. El propósito es crear una revista de nueva planta, siguiendo la pauta de publicaciones extranjeras, en las que se busque un equilibrio adecuado entre la teoría y la práctica, la información y la reflexión, creando canales abiertos para una comunicación con los lectores, cuyos consejos e inquietudes servirán para mejorar y perfeccionar su contenido. Sin perder el rigor académico, la revista pretende servir a muy diversos destinatarios y ser de utilidad para todos los operadores jurídicos, y también, si fuera posible, a los responsables de las políticas y nuevas reformas laborales”.

2. Hoy lunes, 25 de mayo, es un día muy importante (¿quién puede dudarlo?) en el ámbito político, y es una excelente causalidad (¿o no?) que también sea el de la presentación de una revista, cuyo propósito, según puede leerse en su primer editorial, será “el estudio teórico y el análisis de la práctica, o en otras palabras la unión de la información y la reflexión en el campo del Derecho del Trabajo, de las relaciones laborales y de la Seguridad Social…. Que ha de enmarcarse en las coordenadas de nuestra democracia constitucional y de los derechos y valores sociales que encarna. El diálogo fructífero no ha de ser sólo entre economistas y laboralistas, sino sobre todo entre laboralistas y constitucionalistas”.

El pasado miércoles impartí una conferencia en el Ilustre Colegio de Abogados de Terrassa con el título “El mundo del trabajo. ¿Cuál es la realidad? ¿Cuáles son lasperspectivas de futuro? En la búsqueda de referencias de prestigio que ayudaran a fortalecer mi reflexión sobre  cómo está cambiando el mundo del trabajo (aunque no sepan, o no quieran, enterarse quienes sólo tienen las cifras macroeconómicas como punto de referencia) acudí a las aportaciones de los profesores Rodríguez Piñero y Casas Baamonde, así como también, con gran satisfacción, al editorial del número 1 de “Derecho de las Relaciones Laborales”. 

Del primero era obligado recoger sus citas de la conferencia pronunciada el 7 de noviembre de 2013, con ocasión del discurso pronunciado en la entrega del premio Pelayo a juristas de reconocido prestigio, sobre la defensa de la función del jurista, “tan necesaria en estos momentos de dificultades y de incertidumbres y cuya superación requiere la contribución del Derecho y de los juristas, que no podemos ser desplazados en los foros de decisión de reformas legales o de soluciones jurídicas por la invasión de economistas iluminados que desconocen las instituciones jurídicas sobre las que proponen reforma y son insensibles a la idea misma de justicia y a los valores irrenunciables que proclama nuestra Constitución”.   

De la segunda, sus claras, precisas y contundentes manifestaciones críticas sobre las consecuencias de la reforma laboral de 2012, avalada por el Tribunal Constitucional pero criticada por gran parte de la ciudadanía trabajadora, la que sufre sus consecuencias, por su impacto sobre el deterioro del mundo laboral; para Mª Emilia Casas, en su artículo “El fracaso del empleo y elestímulo de su temporalidad”, “La norma laboral no crea empleo, pero lo transforma. Los cambios legislativos acusados por el empleo durante los años de la larga crisis financiero-económica de 2008 han dejado un legado de extendida precariedad laboral y social. … Las normas reformadoras de la ordenación jurídica del mercado de trabajo más recientes, desde 2012, han realizado el ajuste de la crisis financiero-económica sobre el empleo y los salarios, reduciendo los anteriores niveles de protección del empleo, así como su estabilidad, su calidad y los derechos de los trabajadores…. La política de empleo de la crisis ha reducido la cantidad y calidad del empleo, originando, añadidamente, con ese empleo de baja calidad -virtualmente instalado en el subempleo- un bajísimo crecimiento de la productividad del trabajo”.

Por fin, de la revista que hoy es presentada a la opinión pública, me quedé con estas citas que creo que reflejan muy fielmente cuál es la línea que pretende seguir en el inmediato futuro: “Es momento de reflexionar sobre las consecuencias económicas y sociales de las reformas legislativas laborales más recientes y de identificar adecuadamente las causas de las nuevas disfuncionalidades por ellas producidas, que, al no haber logrado los objetivos reformadores perseguidos, generan mayor inefectividad e ineficacia del Derecho del Trabajo, una crisis de precariedad social y de incompetencia para cumplir su función propia…. “El enfoque de los derechos permite superar el pretendido desapoderamiento de la política por soluciones pretendidamente tecnocráticas, por la desmedida invasión de las reglas del mercado y por un evidente riesgo de deconstitucionalización y de pérdida de presencias o de prescriptividad de los derecho sociales… La nueva realidad del mundo del trabajo… puede imponer un cambio en la ordenación de prioridades y valores (del Derecho del Trabajo), pero no de sus funciones y fines”.

3. El mundo del trabajo necesita de análisis críticos de la realidad, para corregirla y transformarla desde una perspectiva de representación de los intereses de la mayor parte de la ciudadanía, de aquella que está en ese mundo o que quiere estar y no puede ante la falta de empleo. Análisis críticos que aborden la complejidad y pluralidad de las relaciones laborales, en las que se entrecruzan contenidos jurídicos y económicos que no pueden ni deben dejar de lado a la persona trabajadora, ya que en caso de hacerlo padece su dignidad y respeto. En mi vida profesional he oído en muchas ocasiones las palabras “dignidad”, “respeto” y “valoración” en muchos trabajadores y trabajadoras, cuya preocupación no es sólo por la remuneración salarial (que desde luego, y nadie lo duda, es muy importante) sino también y muy especialmente porque aquello que hacen en el día a día sea debidamente valorado”. El Papa Francisco se pronunciada de esta formaen su intervención el 28 de octubre del pasado año en el encuentro demovimientos  populares: “No existe peor pobreza material…  que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo. …El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del hombre, si el beneficio es económico, sobre la humanidad o sobre el hombre, son efectos de una cultura del descarte que considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar”. 

Y esa vida profesional es extraordinariamente diversa como trato de explicar a mis alumnos y alumnas cada año, al tiempo que aprendo de ellos y ellas las “nuevas” ( ¿o quizás muy viejas”) realidades en donde la disociación entre la norma y su cumplimiento real y efectivo es algo, mucho más, que una mera anécdota. Piénsese en que en el mundo del trabajo conviven todas estas realidades: trabajadores con empleo, estable o temporal; trabajadores desempleados, perceptores o no de prestaciones, contributivas o asistenciales, por desempleo; trabajadores en economía regular/legal o irregular/sumergida/ilegal; trabajadores del sector público y del sector privado; trabajadores de empresas pequeñas, medianas y grandes; trabajadores en sector económico “clásico”, o en el ámbito social (“tercer sector”); trabajadores y trabajadoras; trabajadores por cuenta ajena y trabajadores autónomos; trabajadores nacionales, comunitarios y asimilados; trabajadores extracomunitarios; trabajadores jóvenes (16-30 años), adultos (30-45), “tercera edad” laboral (+ 45 años); Trabajadores “internos” y trabajadores “externos” (ETTs, contratas, subcontratas); discapacitados psíquicos, físicos, sensoriales.

4. Concluyo esta nota. Muchos éxitos a la nueva revista. Sus tres directores son una garantía de solvencia, rigurosidad y análisis crítico de las relaciones de trabajo, y esperemos que todos los artículos y aportaciones doctrinales estén a la misma altura.

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