jueves, 17 de octubre de 2019

La política laboral a debate en el Parlamento Europeo.


1. En una entradaanterior del blog, publicada el 15 de septiembre, me referí a los deberes puestos por la presidenta electa de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, a las y los futuros miembros de su equipo en materia de trabajo, empleo, igualdad e inmigración. En su discurso ante el PE el 16 de julio, la nueva presidenta marcó ya algunas de las propuestas sociales que ahora tocará desarrollar una vez que la nueva Comisión se ponga en marcha, afirmando que “Todas las personas que trabajan a tiempo completo deben obtener un salario mínimo que permita disfrutar de una vida digna. Por tanto, desarrollaremos un marco común al respecto, respetando, por supuesto, los diferentes mercados laborales”, y “una mejor protección para quienes pierden su empleo cuando nuestra economía sufre un impacto grave. Un Sistema Europeo de Reaseguro de Desempleo apoyará a nuestras economías y a nuestros ciudadanos en tiempos de perturbaciones externas. Por supuesto, existen seguros de desempleo nacionales, pero Europa necesita un régimen de reaseguro para estas conmociones externas”.


Estos miembros están pasando el examen del Parlamento Europeo y no todos han obtenido el visto bueno. Pueden seguirse las sesiones, tanto en directo como las ya celebradas en el canal Multimedia Centre del PE. 

He tenido oportunidad de ver algunas, y no ha sido precisamente un camino de rosas el que han debido atravesar quienes van a formar parte de la nueva Comisión Europea para su aprobación por el PE. De especial interés para las políticas laborales ha sido la presentación del Comisario de Trabajo, Nicolas Schmit   y de la responsable de igualdad, HelenaDalli  

2. En el mientras tanto, el sindicalismo europeo ya ha hecho llegar sus inquietudes a la nueva Comisión, y ha pedido que tengan debidamente en consideración en la nueva política sociolaboral europea cuestiones y problemas que preocupan a la población trabajadora y que ya se han puesto de manifiesto con anterioridad en diversas resoluciones adoptadas por el Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos y en el Manifiesto para el período 2019-2023 aprobado en el 14º congresocelebrado en Viena el pasado mes de mayo, que recoge hasta trece iniciativas para poner en marcha, en el marco de un “Plan de Acción para la consecución de un nuevo contrato social para Europa”, al mismo tiempo que ha manifestado su preocupación por las omisiones existentes en el programa de trabajo de la nueva Comisión en materia de seguridad y salud en el trabajo, política de integración de las personas migrantes, y sobre la democracia en el trabajo.

Siendo, sin duda, importantes todas las iniciativas propuestas en el Manifiesto, a mi parecer hay tres que merecen especial consideración y que son las siguientes: “1. Protocolo de progreso social, que anteponga a los trabajadores, los derechos sindicales y sociales, para su inclusión en los Tratados y su aplicación a través de la legislación y la política de la UE. 2. Relanzamiento de un plan extraordinario de aumento de la inversión pública y privada destinada a la creación de empleo de calidad en todos los sectores de la economía e inversión pública en servicios públicos, bienes públicos y protección social. 4. Reconstrucción del modelo social europeo, reforzando y aplicando los principios del Pilar Europeo de Derechos Sociales a través de políticas, legislación, regulación social, convenios colectivos y medidas firmes para la redistribución y la convergencia por arriba”.

¿Cuáles son las cuestiones que se han hecho llegar a las y los futuros miembros de la Comisión? En síntesis, y de acuerdo a lo recogido en la página web de la CES, y siempre tomando como referencia las competencias que les han sido asignadas en el nuevo equipo son las siguientes: 

“A Valdis Dombrovskis y Paolo Gentiloni: ¿Cómo reformarán la gobernanza económica de la UE para cumplir su ambición de una "economía que funcione para las personas" impulsando la inversión pública, creando puestos de trabajo de calidad y promoviendo un crecimiento económico sostenible?
    
Para Nicholas Schmit: ¿Puede garantizar que el pilar europeo de los derechos sociales se convierta en una legislación concreta que mejore los derechos de los trabajadores, incluso en materia de salud y seguridad, e incluirá una directiva para aumentar los salarios mediante la ampliación de la cobertura de la negociación colectiva?
    
Para Frans Timmermans: Las recientes elecciones han demostrado que las consecuencias sociales de la desindustrialización son uno de los principales impulsores del sentimiento antieuropeo. ¿Se asegurará de que el "Fondo para la Transición Justa" vaya mucho más allá de la formación profesional para garantizar que ninguna región o trabajador se quede atrás en el camino hacia una economía verde?
    
Para Margrethe Vestager: ¿Va a legislar la Comisión para garantizar que los derechos de los trabajadores sean adecuados para la era digital a través de un nuevo derecho a la desconexión, una mayor protección de los datos y una mayor democracia en el lugar de trabajo?
    
Para Margaritis Schinas e Ylva Johansson: ¿Protegerán ustedes la vida de las personas que huyen de los conflictos y de la pobreza extrema poniendo en marcha auténticas operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo y poniendo fin a la criminalización de los activistas solidarios, garantizando al mismo tiempo la existencia de canales legales para la migración económica y la integración efectiva de los inmigrantes en la sociedad y en el mercado laboral?

Para Phil Hogan: ¿Se asegurará de que todos los acuerdos comerciales de la UE tengan un capítulo de sostenibilidad social y medioambiental sólido y aplicable, de que se consulte a los interlocutores sociales en las negociaciones de los acuerdos y de que un futuro acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido defienda los derechos de los trabajadores garantizando que el Gobierno británico no pueda competir injustamente destruyendo los derechos y las condiciones de trabajo de los ciudadanos en el Reino Unido?”.    

3. Una de las principales prioridades en materia de trabajo es la de “ayudar a establecer y apoyar el trabajo de la nueva Autoridad Laboral Europea”. Recuerdo ahora, por mi parte, que la ALE fue creada por el Reglamento (UE) 2019/1149 del ParlamentoEuropeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, disponiendo el art. 1.2, en cuanto a su objeto, que “ayudará a los Estados miembros y a la Comisión en la aplicación y cumplimiento efectivos de la legislación de la Unión en materia de movilidad laboral en toda la Unión y la coordinación de los sistemas de seguridad social dentro de la Unión. La Autoridad actuará en el ámbito de aplicación de los actos de la Unión enumerados en el apartado 4, incluidas todas las directivas, reglamentos y decisiones basados en dichos actos, así como en el de cualquier otro acto de la Unión jurídicamente vinculante por el que se encomienden funciones a la Autoridad”).  

Pues bien, es importante destacar que la nueva ALE ya se ha puesto oficialmente en marcha desde el 16 deoctubre , y no le ha faltado tiempo al sindicalismo europeo para plantearle los primeros problemas que debe abordar en materia de desplazamiento de trabajadores y cumplimiento de la normativa laboral.

Se trata de nuevecasos en los que se han dado graves infracciones de la normativa comunitaria,tales como “trabajadores desplazados que reciben una remuneración significativamente inferior a la de los trabajadores locales; se retiene el pago de los días feriados y el pago por enfermedad; empresas que evitan el pago de cotizaciones a la seguridad social; desplazamiento fraudulento de empresas sin actividad económica en su país de origen”. Se trata de trabajadores enviados desde Polonia, la República Checa, Bulgaria, Eslovaquia y Eslovenia para trabajar en Alemania, Austria y Dinamarca, y en la página web de la CES se reseñan con detalle todos los casos, de los que ahora destaco, a mero título de ejemplo, uno de ellos: “Una docena de trabajadores búlgaros fueron enviados a Alemania para trabajar en la construcción de edificios de apartamentos entre enero y agosto de 2019. Los trabajadores se pusieron en contacto con un sindicato para informar que no habían recibido ningún salario desde junio. Tras la intervención del sindicato, los trabajadores recibieron 1.350 euros. Pero sus salarios pendientes eran de hecho de 9.766 euros. También se teme que la empresa no haya pagado los impuestos y las cotizaciones a la seguridad social necesarios en Bulgaria”.

4. Mientras se debate en el PE la composición del nuevo equipo de la Comisión, este sigue celebrando sus sesiones plenarias, y en la más recientemente celebrada hasta el momento de redactar esta entrada, los días 9 y 10 de octubre en Bruselas, se aprobó una importante Resolución sobre políticas en materia social y de empleoen la zona euro, que ya ha merecido un riguroso análisis en el blog delprofesor Ferran Camas, Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Girona y director de la Cátedra de Inmigración, Derechos y Ciudadanía de dicha Universidad, en el que enfatiza que los principales mensajes clave de la citada Resolución “hacen referencia al desempleo, la necesidad de abordar las situaciones atípicas del mercado de trabajo (es decir, las no fundamentadas en trabajos estables o con contratos indefinidos),la pobreza, el tema de la educación y formación de los trabajadores y trabajadoras, y la salud de la población”. 

Tiene razón el profesor Camas, ya que dichas cuestiones clave merecen especial atención para el PE y pueden ser, sin duda, propuestas y peticiones que ayuden a conformar la nueva política sociolaboral europea en toda la UE y no solamente en la (importante por los países que la integran) zona del euro. Recordemos que esta zona económica esta integrada por 19 Estados, que son los siguientes: “Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal”.

Entre los aspectos positivos del marco sociolaboral europeo, y teniendo como punto de referencia los objetivos de la Estrategia Europea 2020, se destaca que “la tasa de empleo ha seguido aumentando hasta alcanzar el 73,5 % en el último trimestre de 2018, con 240,7 millones de personas trabajando, un nuevo récord; que la tasa de empleo en la zona del euro ha aumentado del 66,5 % en 2017 al 67,4 % en 2018”, y que de mantenerse la dinámica actual “la tasa de empleo alcanzará el 74,3 % en 2020”. También se valora positivamente el aumento de la tasa de empleo entre las personas de 55 a 64 años, si bien ese 58,8 % sigue estando claramente por debajo de la media.

¿Preocupaciones? Sí, y muchas. Entre ellas, que en 2017 “el 9,4 % de las personas empleadas estaba amenazado por la pobreza, mientras que cerca de 20,5 millones de trabajadores vivían en hogares amenazados por la pobreza”, que “la brecha de género en el empleo fue de 11,6 puntos porcentuales en 2018 y que ha permanecido prácticamente inalterable desde 2013; que en la Unión las mujeres ganan por término medio un 16 % menos que los hombres, si bien este porcentaje experimenta variaciones significativas entre los distintos Estados miembros”. Que, aun valorando el trabajo a tiempo parcial como una forma de redistribución del tiempo de trabajo, se constata que en 2017 “era mucho más frecuente entre las mujeres (31 %) que entre los hombres (8 %)”, y que “el número de trabajadores que trabajan a tiempo parcial de forma no voluntaria sigue siendo muy elevado y afecta a 1,3 millones de personas más que en 2008”, más exactamente, y con datos de Eurostat de 2017, había 8.973.000 trabajadora a tiempo parcial subempleados en la UE-28. También se manifiesta la preocupación por el incremento en dos puntos (11 a 13 %) en el trabajo temporal desde 2008 a 2017, y aquí conviene destacar que España se sitúa en el pódium de países con mayor temporalidad (más del 25 %).

La valoración de los datos de desempleo es positiva respecto a la reducción observada desde el inicio de la recuperación económica en 2014, siendo los datos de junio de 2019 del 6,3 % en el conjunto de la UE y del 7,5 en la zona euro, si bien tal recuperación ha sido muy desigual y una buena parte de la población trabajadora no se ha beneficiado de la misma, ya que “en términos reales, los salarios medios todavía se encuentran por debajo de los niveles anteriores a la crisis en muchos Estados miembros y que su crecimiento en 2017 siguió siendo inferior al crecimiento de la productividad”.

La preocupación se manifiesta porque las tasas de desempleo de la población juvenil llegan hasta el 15,2 y 16,9 % respectivamente. Igualmente, por la segmentación del mercado laboral, la pobreza de las personas con empleo y el desempleo de larga duración. No menos relevante, y siendo en principio un dato positivo por la elevada cualificación del personal, se constata la disociación entre oferta y demanda de trabajo, que lleva por una parte a importantes carencias de personal en el ámbito de las TICS, mientras que por otra parte “alrededor del 39 % de trabajadores adultos de la Unión están sobre cualificados y atrapados en empleos de baja calidad”, aunque ciertamente la situación puede variar mucho si se hacen realidad las previsiones del CEDEFOP, que prevé que entre 2017 2025 se creen más de 13 millones de puestos de trabajo que requerirán “un nivel educativo elevado”, mientras que los empleos poco cualificados “disminuirán en casi 6 millones”.

En el apartado de propuestas y soluciones planteadas por el PE,  se pide a la  Comisión “que presente un mecanismo de reaseguro de la prestación por desempleo, con el fin de proteger a los ciudadanos y reducir la presión sobre las finanzas públicas durante las perturbaciones externas”.

Se subraya la necesidad de políticas y reformas del mercado laboral bien diseñadas “que creen empleo de calidad al adoptar medidas que garanticen salarios mínimos adecuados y una remuneración justa, que protejan y promuevan la salud y el bienestar de los empleados, den prioridad a la reintegración de los desempleados, promuevan la igualdad de oportunidades, de trato y de derechos de los trabajadores, también en el sector público, que faciliten un acceso equitativo al mercado de trabajo, protección social para todos y movilidad laboral, que tengan en cuenta las regiones rurales y aisladas y aborden las desigualdades y los desequilibrios de género”.

Se insta a los Estados miembros a que “apliquen plena y rápidamente la Directiva recientemente adoptada relativa a la conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores y los cuidadores y que fomenten que más hombres pidan una licencia familiar”; enfatiza que “la existencia de falsos autónomos es un problema persistente que hay que abordar; pide a los Estados miembros que apliquen medidas para abordar estas cuestiones, en particular siguiendo la recomendación del Consejo sobre el acceso a la protección social para empleados y autónomos acordada el 6 de diciembre de 2018”.

Especialmente importante me parece que el PE pida tanto a la Comisión como a los Estados miembros que “refuercen los derechos sociales proponiendo legislación, incluidos instrumentos financieros cuando proceda y, tras una revisión, que apliquen el pilar europeo de derechos sociales dentro de los límites de sus competencias respectivas, tal como se contempla en los Tratados”.

5. Concluyo. La política social debería jugar un papel de primera importancia en el nuevo escenario político europeo. La población trabajadora, la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas de la UE se lo merece…  y la cohesión social también, sin olvidar los riesgos de todo tipo que implica una fractura social tanto en el seno de la UE como de cada Estado miembro. ¿Estará la nueva Comisión Europea y el nuevo PE a la altura de las circunstancias?

Buena lectura.  

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