miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los andaluces y su valoración de la inmigración.

1. El Instituto de Estudios Sociales Avanzados ha publicado recientemente el Barómetro de Opinión Pública, a partir de los datos obtenidos en la realización del trabajo de campo que se llevó a efecto desde el 18 de octubre al 18 de noviembre.

A la pregunta de cuáles son los tres problemas más importantes que tiene Andalucía en la actualidad, los encuestados sitúan al paro muy por delante del resto (89,6 %), y la inmigración ocupa el séptimo lugar (8,2 %), por detrás también de la crisis económica (9,2 %), inseguridad ciudadana (9,1 %), educación (8,7 %) y sanidad (8,4 %). Cabe destacar el importante descenso que ha experimentado la percepción de la inmigración como problema para la ciudadanía andaluza, ya que en 2005 estaba en cotas cercanas al 30 %, destacando el descenso radical que se produjo entre 2008 y 2009.

No obstante, la percepción de que la problemática de la inmigración ha empeorado “en los últimos dos o tres años” en el territorio autonómico alcanza a un 63,9 % de los encuestados, mientras que aquellos que creen que sigue igual que antes suponen un 21,4 %, y quienes consideran que ha mejorado representan un mínimo7,8 %. La percepción es más negativa para las mujeres que para los hombres (64,3 y 63,4 %), mientras que ocurre lo contrario entre quienes consideran que ha mejora la situación (8,5 y 7,1 %) y entre quienes creen que no ha cambiado (22,3 y 20,6 %). Por edades, la percepción más negativa se encuentra ubicada en las personas de 45 a 59 años (68,7 %), seguidas de los jóvenes de 18 a 29 años (64,6 %).

Si se analizan los datos por las respuestas obtenidas a las preguntas efectuadas por separado de cuál es el problema más importante en Andalucía, el segundo y el tercero, la percepción conflictiva de la inmigración se reduce considerablemente a mi parecer, ya que sólo 0,8 % la sitúan en primer lugar, mientras que el 5,4 y el 3,4 % la colocan en segundo y tercer lugar respectivamente.

Por sexo, la percepción es más negativa entre las mujeres que entre los hombres (8,9 y 7,5 %, respectivamente). Por edades, es el colectivo de 45 a 59 años el que se considera más preocupado (9,8 %), seguido del de 18 a 29 años (9,6 %) y del de 30 a 44 años (8,8 %).

2. El Barómetro dedica un bloque específico de preguntas a la inmigración, y es ahí donde aparecen algunas respuestas que deben merecer especial valoración por parte de los responsables públicos para tratar de corregir, subsanar o evitar la creación de falsos estereotipos, al mismo tiempo que también se observa una creencia más o menos generalizada de que los ciudadanos, sean autóctonos o extranjeros, deben tener los mismos derechos.

En el primer bloque, coloco la respuesta de un 59,3 % de las personas encuestadas que creen que la inmigración de ciudadanos “de países menos desarrollados que han venido aquí buscando trabajo” (cito textualmente el texto de la pregunta), es más bien negativa para Andalucía, mientras que la valoraciones positivas y neutras son efectuadas cada una de ellas por un 18,3 %. A diferencia de la caída en la conceptuación de la inmigración como problema, la percepción negativa de la inmigración se ha incrementado en más de 12 puntos desde 2005, destacando a mi parecer el incremento de 8 puntos con relación al año 2009, dato al que no será ajena sin duda la situación de crisis económica y su impacto sobre el empleo. Por sexos, nuevamente las mujeres son más negativas en sus valoraciones que los hombres (61,3 y 57,2 %), y ello también ocurre entre las personas encuestadas que creen que no ha cambiado nada (18,8 % y 17,8 %), mientras que son los hombres quienes valoran más positivamente la inmigración para Andalucía (21,2 y 15,6 %).

Desde una perspectiva más socialmente positiva debe valorarse a mi parecer que la mayoría de las personas encuestadas den una respuesta positiva a las preguntas de si los extranjeros “deben tener acceso gratuito a la escuela y la sanidad, como el resto de los españoles”, y “traer a su familia a vivir con ellos”, así como también de si se debe seleccionar a una persona para un puesto de trabajo por su grado de cualificación y “sin tener en cuenta su lugar de origen” (80.9, 66,3 y 70 %, respectivamente, frente al 13,5, 23,9 y 22,2 % que manifestaron su desacuerdo). Por otra parte, y a pesar del elevado desempleo existente en la Comunidad Autónoma, un 60’8 % son del parecer que las personas que vienen a vivir y trabajar a España “cubren puestos de trabajo para los que no hay mano de obra suficiente” (33,2 % en desacuerdo), aunque más de la mitad de las personas encuestadas crean que esa incorporación al mercado laboral provoca un descenso de los sueldos (53,3 %, frente al 40,2 % en desacuerdo).

Por sexos, no hay diferencias apreciables en las respuestas a esas cinco preguntas, salvo en quien debe poder acceder a un puesto de trabajo, ya que la respuesta afirmativa de las mujeres (67,7 %) es casi cinco puntos inferior a la de los hombres (72,5 %). Por edades, deseo destacar con respecto a la última pregunta, que el porcentaje más bajo de respuestas afirmativas se sitúa entre quienes están ya fuera, en una gran mayoría, del mercado de trabajo, las personas de 60 y más años (64 %), mientras que respecto al empleo de los extranjeros para ocupar puestos de trabajo “vacantes” por la carencia de mano de obra autóctona, no deja de sorprender que sea un colectivo especialmente afectado por la crisis, los jóvenes de 18 a 29 años, los que respondan afirmativamente a la pregunta con más de tres puntos por encima de la media (64,5 %).

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