domingo, 10 de mayo de 2009

Los diez mandamientos del empleo y la necesaria solidaridad ante la crisis.

1. La reunión europea sobre empleo, celebrada el pasado jueves en Praga, y de cuyo contenido ya di amplia información en una entrada anterior del blog, aprobó diez acciones concretas sobre las que los autoridades nacionales (las siete primeras) y los poderes comunitarios (las tres últimas) deben trabajar a corto y medio plazo, en estrecha cooperación y concertación con los agentes sociales, si de verdad quieren que cobre auténtico sentido, y no se quede sólo en una mera declaración formal, la manifestación del presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso de que con la cumbre “estamos enviando a nuestros ciudadanos el mensaje de que queremos que su trabajo sea el objetivo número 1 de Europa”.

Estas son las diez propuestas:
“* 1. Mantener a tantas personas como sea posible en situación de empleo, mediante el ajuste temporal de las horas de trabajo en combinación con la formación de reciclaje con apoyo de fondos públicos (entre ellos el Fondo Social Europeo).
* 2. Fomentar el espíritu empresarial y la creación de empleo, por ejemplo bajando los costes no salariales de la mano de obra y la flexiguridad.
* 3. Mejorar la eficiencia de los servicios nacionales de empleo ofreciendo asesoramiento, formación y búsqueda de trabajo de manera intensiva en las primeras semanas de desempleo, especialmente para los jóvenes desempleados.
* 4. Aumentar perceptiblemente el número de cursos de formación de alta calidad para finales de 2009.
* 5. Promover unos mercados laborales más inclusivos garantizando incentivos laborales, unas políticas activas y efectivas para el mercado laboral y la modernización de los sistemas de protección social, lo cual conduce también a una mejor integración de los grupos desfavorecidos, entre ellos los discapacitados, los trabajadores poco cualificados y los migrantes.
* 6. Aumentar las cualificaciones a todos los niveles mediante la formación continua, en especial proporcionando las cualificaciones necesarias para encontrar trabajo a todos los que abandonan prematuramente los estudios.
* 7. Utilizar la movilidad laboral para que casen la oferta y la demanda de mano de obra produciendo los mejores resultados.
* 8. Identificar las oportunidades de trabajo y las cualificaciones requeridas, y mejorar la previsión de las cualificaciones para tener derecho a las ofertas de formación.
* 9. Ayudar a los desempleados y a los jóvenes a crear sus propios negocios, por ejemplo ofreciendo formación de apoyo empresarial y capital inicial, o disminuyendo o suprimiendo a las empresas de nueva creación el pago de impuestos.
* 10. Anticipar y gestionar la reestructuración a través del aprendizaje mutuo y el intercambio de buenas prácticas”.

Como puede comprobarse, se pone el acento principalmente en las políticas de formación del personal, tanto en fases previas a su acceso al mundo laboral como durante su permanencia en el mismo, y también cuando se extingan las relaciones de trabajo y la formación abra nuevas posibilidades a las personas desempleadas para su reincorporación.

2. Un día antes de la reunión sobre empleo, el Parlamento Europeo daba el visto bueno a la propuesta presentada por el Consejo sobre modificación del Fondo Europeo de adaptación a la globalización, modificación que posibilitará que se acojan a las ayudas económicas que concede las empresas que hayan extinguido contratos en un número no inferior a 500 trabajadores ( a diferencia de los 1.000 que se requieren en la normativa todavía vigente), que puedan acogerse a las mismas (hasta diciembre de 2011) trabajadores que se hayan visto afectados por la grave crisis económica y financiera que padecemos en todo el mundo en general y en la Unión Europea en particular, y que el nivel máximo de contribución financiera comunitaria pasará a ser del 65 %, frente al 50 % anterior. Los nuevos umbrales se aplicarán a todas las solicitudes que se presenten a partir del 1 de mayo de 2009.

Son buenas noticias para el drama de las personas afectadas por la pérdida de empleo, y también para las personas insertas en el mercado de trabajo y que deben renovar y perfeccionar de manera permanente su bagaje profesional para enfrentarse a los cambios económicos y organizativos en la nueva sociedad del conocimiento, sociedad que, en cualquier caso, no puede ni debe dejar de lado a las personas que no pueden acceder al mundo laboral. Ese es un rasgo distintivo del modelo social europeo, y como tal hay que mantenerlo para garantizar la cohesión social.

3. El paso de los años te permite ver la vida con unos ojos que contemplan la realidad presente y, al mismo tiempo, apoyarte en el cerebro para recordar aquello que sucedía hace ya un cierto tiempo. En el inicio de la década de los ochenta del siglo XX vivíamos en una situación de dificultades económicas para un amplio sector de la población y con elevadas tasas de desempleo.

Durante los casi treinta años transcurridos desde entonces hemos combinado épocas de más crisis y también de expansión económica y de creación de empleo, y hemos descubierto que el mundo no se reduce a las cuatro paredes de un país y que era necesario en el caso de España el apoyo de personas que provienen de otros países menos desarrollados que el nuestro para fortalecer nuestro tejido productivo. Ahora bien, en todo el período referenciado ha seguido habiendo personas que tenían problemas de empleo y de protección social, y otras que siempre han estado en los márgenes de la exclusión social, con impacto especial en mujeres, jóvenes e inmigrantes.

Ahora nos encontramos en una situación de muy grave crisis económica, y negarlo sería absurdo, y debemos volver a mirar a aquellos valores que estuvieron en la construcción de la España democrática de 1977, el consenso y el acuerdo entre fuerzas políticas y sociales para tratar de dar respuestas a las situaciones realmente difíciles, las de muchas personas que no disponen de recursos económicos y que están siendo expulsadas del mercado de trabajo. Recuperar la solidaridad como bandera de enganche ante la crisis debe permitir que toda la población sensible al drama humano que supone personas sin empleo o sin protección arrime el hombro para salir de esta situación. Como en 1982, y recuerdo las palabras de mi maestro Joan N. García-Nieto, tenemos y debemos que defender la solidaridad y evitar dejarnos guiar por reacciones proteccionistas que ni conducen a las buenas relaciones entre los pueblos ni al apoyo entre las personas trabajadoras.

Porque, si han pasado los años, no han cambiado las relaciones de dominación y de explotación en que viven muchas personas trabajadoras, aunque ahora muchas de ellas no tengan un nombre de fácil pronunciación. Todos unidos en la defensa de los más desfavorecidos, y los gobiernos atentos a evitar una situación preocupante de fractura social que, en caso de producirse, podría ser aún más perjudicial para las personas más necesitadas.

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