domingo, 16 de noviembre de 2008

El refuerzo de la dimensión exterior de la política de inmigración de la Unión Europea.

1. Las tres dimensiones esenciales de la política de inmigración europea, o más en concreto del planteamiento global adoptado en el año 2005 y con especial atención a su dimensión exterior, tienen un impacto e incidencia directa sobre las políticas de empleo, ya que se trata de la gestión de la migración legal, la lucha contra la inmigración irregular y la migración y el desarrollo. La Comisión Europea considera que ha llegado el momento de reforzar la gestión de dicha dimensión exterior, y de hacerla más coordinada y coherente.

El punto de referencia neurálgico de la nueva Comunicación comunitaria hecha pública el 8 de octubre y que lleva por título “Reforzar el planteamiento global de la migración: aumentar la coordinación, la coherencia y las sinergias”, es que debe reafirmarse el principio de que la gestión eficaz de los flujos migratorios requiere de una cooperación y asociación con terceros países, y que las cuestiones migratorias deben integrarse plenamente en las políticas externas y de cooperación al desarrollo de la UE.

2. El texto se estructura en tres grandes bloques: en el primero, que es el de especial interés desde la vertiente de las políticas de empleo, se examinan los temas desarrollados en el marco del planteamiento global y se propugnan acciones más específicas y detalladas, y todo ello examinando las relaciones entre la migración económica legal y las políticas de movilidad, qué medidas hay que tomar para hacer frente a la migración irregular, y cuáles han de ser los vínculos más adecuados y apropiados entre políticas de inmigración y de desarrollo. En el segundo bloque se toman como punto de referencia los aspectos geográficos y se proponen medidas y acciones adaptadas a las particularidades de los distintos territorios. En fin, la política de gobernanza de los flujos migratorios se contempla en el tercer bloque, y se examina qué medidas pueden aplicarse para su mejora, y teniendo obviamente en cuenta los instrumentos financieros disponibles.

3. Muchas de las tesis y propuestas que encontramos en el documento, y creo que lógicamente no podría ser de otra forma, ya han sido avanzadas en anteriores documentos comunitarios sobre la política de inmigración. Por ejemplo, con respecto al esfuerzo de los terceros países para gestionar la migración legal que se dirija a la UE, la Comisión sigue enfatizando la necesidad de que haya una adecuación entre puestos de trabajo vacantes y los solicitantes de empleo, y que la gestión de la política migratoria sea más flexible de cómo es en el momento presente, en especial para el reconocimiento de las cualificaciones y titulaciones profesionales y la portabilidad de los derechos de protección social. La Comisión es partidaria de conceder la condición de socios a los terceros países cuando se trate de la incorporación de sus ciudadanos al mercado laboral europeo, pero siempre con el mantenimiento de la preferencia comunitaria para el empleo. Igualmente se sigue apostando por el fortalecimiento de las relaciones económicas y sociales entre los miembros de la UE y los terceros países para posibilitar la reincorporación voluntaria de sus ciudadanos y/o evitar la pérdida de personal cualificado, especialmente en el sector de la sanidad.

La política de lucha contra la inmigración irregular tiene una doble vertiente: de una parte, el refuerzo de los instrumentos de control de las fronteras por parte de terceros países con la ayuda comunitaria, y también la ampliación del sistema Frontex para luchar eficazmente contra la trata de seres humanos; de otra, el apoyo a las organizaciones locales de los países de origen de la inmigración, tanto para que hagan una función preventiva de explicación de los riesgos que conlleva la inmigración irregular, como una más importante de apoyo para que puedan encontrar trabajo en los países de origen. Igualmente, las políticas de readmisión, en virtud de los acuerdos de asociación suscritos con terceros países, son un pilar de la política comunitaria.

Por lo que respecta a las relaciones entre migración y desarrollo, se propone favorecer un entorno favorable a las inversiones extranjeras en los países de origen, reforzar los lazos de las personas inmigradas que se encuentran en el exterior con sus países, al objeto de que sus conocimientos y recursos favorezcan el desarrollo económico y social de los mismos, y prestar una especial atención a la llamada contratación ética en el sector de la sanidad. Dicho con las propias palabras del documento comunitario, las políticas de migración y desarrollo se centrarán mucho más “en la reforma económica y en la creación de empleo, así como en las condiciones de trabajo y la situación socioeconómica de los países de ingresos medios y de ingresos bajos y en las regiones caracterizadas por altas presiones migratorias”. Dentro de este ámbito de actuación encaja perfectamente una propuesta que la Comisión efectúa al referirse a las relaciones con los países vecinos, cual es la de conseguir que los acuerdos sobre migración se cumplan de forma real y efectiva, de tal forma que se garantice una cooperación eficaz en materia de gestión fronteriza, inmigración irregular, readmisión, retorno y tráfico de seres humanos.

4. En definitiva, el documento marca las líneas de actuación de la política común de emigración europea, que también se encuentran en el recientemente suscrito pacto europeo de inmigración y asilo. Hay que asumir cada vez más que esta política necesitará de una estrecha coordinación entre las autoridades comunitarias, los Estados de la UE y los países terceros, y que hay que integrar y coordinar las políticas migratorias con otras que lleva a cabo la UE en los ámbitos de “desarrollo, política exterior, seguridad, comercio, medio ambiente, agricultura, empleo, educación, salud, investigación y asuntos sociales”.

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