Sería precioso, y quizás algún día lo consigamos, que los debates políticos se basen en la contraposición de buenas tesis e ideas defendidas por cada una de las partes y escuchadas atentamente por la contraria, y que no se sustenten, como ocurre ahora desgraciadamente en muchas ocasiones, en la pura y simple descalificación de todo aquel que no piensa como yo o de todas las ideas que son distintas de las mías.
Sería precioso que un día pudiéramos valorar la riqueza cultural que supone el contacto con personas de otras etnias, razas y orígenes, y que detrás de cada ser humano con el que estamos no veamos a un enemigo o a un potencial competidor en el mercado laboral sino a una persona con la que poder poner en común nuestro empeño de ayudar a construir un mundo mejor.
Sería precioso que todos pudiéramos ejercer plenamente nuestros derechos y también cumplir escrupulosamente con nuestros deberes, y no sólo reivindicar el ejercicio de nuestros derechos cuando nos conviene y pasar después olímpicamente de la responsabilidad de cumplir con nuestros deberes como ciudadanos y trasladar la responsabilidad de los males a los poderes públicos.
Sería precioso que cualquier persona en su vida laboral tuviera la sonrisa en la boca y cumpliera seriamente con su tarea, y que aquellos que mandan y gobiernan en los centros de trabajo trataran a su personal como seres humanos, como personas merecedoras de respeto y confianza, y no como subordinados que sólo merecen el ordeno y mando.
¿Estoy soñando despierto? No lo creo. Hay miles y miles de personas en el mundo que, de forma anónima, tratan cada día de que ello sea posible. No hay que desfallecer en el intento.
...¿Soñar despierto? Yo tampoco lo creo pero, ¿cómo conseguir todo eso si lo que hoy manda es, única y exclusivamente, el poder y el dinero (el uno puede otorgar el otro y viceversa) y hacemos lo que sea por conseguir ambos?...
ResponderEliminar...En mi opinión, el rechazo a las demás etnias, razas y orígenes no es una cuestión únicamente causa del racismo. Cuando todo el entramado socio-económico está pensado para que los trabajadores compitan entre si por sus empleos y provocando una batalla de precios en el mercado de la mano de obra, aquellos que, por su mayor desesperación, venden su fuerza de trabajo a un precio menor al de la mayoría, desgraciadamente, son vistos por algunos como verdaderos competidores desleales...